—No debiste dejarla ir ilesa, princesa. Es bastante petulante esa rubia.—Escuchó la voz de Bruna a su espalda, en parte tenía razón, debió larzale algunas piedras al vehículo, para que no le volviera a nacer el interés de regresar.—No importa, para la próxima prometo darle un susto, creo que no se cansará de molestar por ahora.—Igual, cuídate de ella, se nota que es mala, mentirosa y como bien dijiste, huele a sangre. — Ella también lo sintió, pero le causó mayor impacto que Bruna lo corroborará.—Lo dije más por impulso, no se, me llegó a la mente ese pensamiento.—Mas bien una vocecita gritarlo en su interior.—Es normal, pronto entenderás tu poder y aprenderás a usarlo.—¿Cuál es el tuyo Bruna?.—Estaba a la expectativa, ese mundo esoterico era raro para ella, pero al final debía aceptar su identidad. Cada día tenía más clara la convicción de que lo sobrenatural la llamaba e indecisamente la hacía parte de ese mundo.—La sabiduría.—Fue una respuesta aérea.—Eso no es un poder exclu
Lo más extraño de hacer el amor, fue no recordar a plenitud los más significativos detalles, apenas la serpiente del señor Andrake atravesó su cueva carnal, todo se hizo luz, paso a ser un tiempo borrado en su memoria, hasta volver a sentir después, como este la penetraba con rudeza, causándole un leve dolor entre sus pliegues. Al menos los besos dulces clamaron el ardor. —¿Te gusto mí brujita?.—No, debería ser su respuesta, no sabía como calificar la experiencia que ahora solo le causaba dolor entre sus piernas.—Dime la verdad mí amor. Te noto triste, como si aún no estuvieras conmigo por completo.—Siento que en alguna parte de esta experiencia, me perdí, estoy en blanco señor Andrake.— Comenzó a llorar, el seguro pensaría que ella estaba loca."No seas egoísta"Una voz le resonó, miro a los lados.—¿Escuchó eso señor Andrake?.—Trató de disimular su desparpajo mental, de lo contrario el pensaría que estaba desquiciada y huiría de ella. —No mi brujita, solo son reflejos del eco del
—¡Su majestad!, nos complace contar con su presencia.—La voz relamida de Bruna fue la causante de tal complacencia verbal.El músculo hombre de casi dos metros de estatura, solo tenía reparo en la pequeña y hermosa bruja híbrida que tenía en sus manos. Aún era una pequeña oruga, perdida en si misma, noto su hermosura, esa que seducía a los mortales, más a un demonio como el no, aún viendo como se podía entrever por debajo de la tela, un pequeño botón rosa seductor en su pecho. Le daban ganas de llevársela en ese mismo instante a lo más recóndito del infierno. Debía esperar que completará su fase metamórfica.—Servidoras, deben llevarla a casa, al parecer ya ha iniciado el ciclo pupal.—Les ordenó con pesadez, no tenía ganas de soltarla.—Claro su majestad, vamos a casa.—No miro a ninguna, el rostro de la fugitiva lo empezaba a cautivar otra vez, desde la primera noche que la vió, en esa oportunidad pudo haberle cortado la cabeza y tomar el alma que le pertenecía pero no tuvo valor, sus
Fue como una ligera eclosión, el asomo de sus párpados al abrirse, después de estar sumergida en un sueño plácido, entre nenúfares blancos, agua fresca que disiparon el infierno hirviente en sus entrañas. Ahora, su contemplación era estática, gris, tinieblas, versus la armadura que la aprensaba, una especie de telaraña gruesa.—¡Ahhh!.—Gritó, mientras se deshacía de esa cubierta pegajosa. Pronto sintió unos pasos venir en su auxilio, Bruna, fue la primera en entrar, después le siguieron Mara y Elsa.Ya tenía su rostro libre. Estás le ayudaron a despojarse de las que quedaban en sus piernas. —¿Estás bien princesa?.—Las palabras de Bruna sonaron con una inusual melancolía, eso la delataba, todo esto era el principio del caos. Las otras también, noto algo de perturbación en sus movimientos torpes.—Imposible Bruna, acabo de despertar, de forma mágica en mi cama dentro de un caparazón.—Se detuvo, al notar sus manos, casi vuelve a derrumbarse, fue directo al espejo.—¡No puede ser!.—Todo s
En horas de la madrugada, trepó por las paredes de la casa donde vivía su hermosa bruja, para extasiarse con su cuerpo, esa noche había recorrido el camino en su camioneta, si hacia de un hábito recurrente aparecerse sin ropa, Angélica sospecharía de su identidad de licántropo, que era la bestia que la había raptado de su calmada y santa vida en un convento, a la cual ella le temía tanto.Por suerte estaba vestido, cuando salto para caer en pleno equilibrio sobre el piso de madera de la casa, tres espantosas mujeres desorbitaron sus ojos, no le importo, ver sus caras de asco y la rapidez con la que taparon sus narices, ellas también le parecían repulsivas. Menos su hermosa luna, ella tenía un olor que lo enloquecía.Cuando salieron prácticamente corriendo de la habitación, aprovecho para observarla más de cerca, su estado era deplorable, entendió que esa era la sensación hirviente que sintió en su cuerpo, en horas de la tarde, lo cual causó una profunda somnolencia en el. Ella lo veía
Un hombre extraño la había tocado inapropiadamante mientras dormía, luego, herido su ego, llamandola 'servidora fea', apenas lo vió salir y le puso seguro a la puerta de la habitación.Estaba cansada de las sorpresas, de que entes extraños se sintieran con el derecho de invadir su privacidad personal. Sus animos estaban por el suelo, no solo por la presencia siniestra, también por su aspecto. Dió algunas vueltas ante el espejo, las escamas en su piel, eran espantosas. Por lo menos ya su interior no ardía, solo le invadía una sensación de resequedad. Froto dermis áspera, para después solo resoplar y limitarse a ponerse un vestido que cubriera la mayor parte de su cuerpo.El toque de la puerta llamo su atención, primero pregunto cómo medida de precaución.—¿Quién es?.—Estaba algo molesta por el reciente incidente, vergonzoso, le molestaba que alguien más que no fuera el señor Andrake la tocara.—¿Quién más va ser?, es Bruna, mí princesa.—Fue un alivio escucharla.Se apresuró abrirle la
La loba que acababa de cogerse en medio del bosque, no estaba mal, contaba con un buen coño y cuerpo apetecible, quizás repita el encuentro muy pronto, su hermosa luna parecía más delicada de lo normal, aunque estar dentro de Angélica era explosivo, sentía que avivaba las diminutas partes buenas de el, no eran muchas, más con Devil apropiándose cada vez mas de su mente y autocontrol.Espero estar a los límites del bosque para vestirse, ya podía escuchar las risas chillonas de los niños pertenecientes a su manada. Cuando terminó de ajustar su cinturón, salió de entre las ramas frondosas.Observaba todo a su paso, en especial a Sofía que se disponía a hablar con algunas lobas de la manada, en ese instante le tocaba el vientre a una, pensó en Sharon y su falso embarazó, ya no percibía el olor del cachorro, como si su útero se lo hubiera tragado.La espero, cuando Sofía se alejo de las lobas y empezo avanzar en dirección a la casa. La llamó. Mientras se acercaba con pasos fuertes a ella,
Estaban en el interior de la camioneta, agarradas de las manos, en ese instante Bruna era su fuerza, su hada la tenía drenada, cada media hora gemía, como si aún doliera la traición. De ser realidad sus visiones, el no las merecía.Cerro los ojos para aliviar ese pensar, al abrirlos nuevamente alcanzo a ver las luces, estaban cerca del diminuto pueblo donde vivía esté, así lo consideraba, tampoco era tan extenso para tener otra categoría.A un lado de la carretera se veían los frondosos árboles, al menos las siluetas oscuras, dentro de tanta espesura vegetal. Le dió la sensación de que alguien las seguía, un pequeño brillo titilante diviso entre las enredaderas de los follajes, nada nuevo para ella, lo había observado en otras ocasiones.Casi le produce un corto circuito interno, recordar ese hombre extraño, de cabellos rojos y mirada indomable, su torso bronceado. Trago en seco al revivir esos recuerdos en su mente, aunque el señor Lexter no fuera fiel a su amor, tampoco debería aluc