Estaban en el interior de la camioneta, agarradas de las manos, en ese instante Bruna era su fuerza, su hada la tenía drenada, cada media hora gemía, como si aún doliera la traición. De ser realidad sus visiones, el no las merecía.Cerro los ojos para aliviar ese pensar, al abrirlos nuevamente alcanzo a ver las luces, estaban cerca del diminuto pueblo donde vivía esté, así lo consideraba, tampoco era tan extenso para tener otra categoría.A un lado de la carretera se veían los frondosos árboles, al menos las siluetas oscuras, dentro de tanta espesura vegetal. Le dió la sensación de que alguien las seguía, un pequeño brillo titilante diviso entre las enredaderas de los follajes, nada nuevo para ella, lo había observado en otras ocasiones.Casi le produce un corto circuito interno, recordar ese hombre extraño, de cabellos rojos y mirada indomable, su torso bronceado. Trago en seco al revivir esos recuerdos en su mente, aunque el señor Lexter no fuera fiel a su amor, tampoco debería aluc
—¡El rey a muerto!.—Una voz a lo lejos proclamó. El solo miraba el rostro aterrado de Angélica, cuando el cuerpo que se interpuso en su visión, se desplomó al ser impactado por una flecha.Se sacudió la tierra, el humo rojo se difuminaba en aire como neblina colorete. El rey había muerto, su padre Leus yacía sobre el polvo que sería pronto su morada eterna, esa flecha era para el, su padre solo fue víctima de su deseo impulsivo de querer acabar con su bruja. Cerro los ojos, para concentrarse, ese demonio estaba cerca, olfateó. Cuando los volvió abrir, Devil' tomo el control y se empezó a adentrar al bosque, siguiendo los rastros malditos de ese ser.Esa noche, no se conformaría solo con haber devorado el corazón de Shakman, también se lo arrancaría a el, si era que tenía uno palpitante, a veces solo portaban un nido vacío en su pecho.El olor se hacia más fresco. —¡Auuu!.—Auyo, con la intención de darle la ubicación a su manada, lo que rastreaba era más esquivo de lo que pensaba. L
Aún su olor la invadía, el monstruo no se saciaba de su cuerpo. Bajó la vista, su lengua chupaba su pezones con urgencia, esa boca lasciva, había andado por toda su piel, con la misma que había masticado un corazón que latía.Giro el rostro a un lado, luego respiro profundo para contener sus deseos de llorar, cuando ese monstruo levantó sus piernas y empezó a penetrarla despacio. Su enorme virilidad la cegaba de placer, no negaba que sentía algo su disfrute ante la invasión primitiva, pero también le dolía. Los labios de Andrake, besaban su cuello, con toques intermitentes, luego mordiscos suaves, al lóbulo de su oreja izquierda. Sus embestidas a cada instante se hacían más fuertes, su interior la estaba traicionando, contrayendose alrededor de su tronco duro, como si deseara atraparlo en su interior.—¡Eres mía!, me encanta como tú coño te delata.—Le susurro entre jadeos vulgares.—¡Ay!.—No pudo evitar ese grito de placer cuando tocó las cumbres, antes de conseguir un orgasmo liber
—Comienzas a actuar como bruja, Angélica.—Dijo Sofía con sobresalto. A la vez le dió un toque a la mesa, para llamar su atención.—¿Acaso no lo soy?.—La naturalidad de hablar de cosas sobrenaturales la estaba arropando, no le importaba.—Tambien está Bondia. Se refleja en ti por ahora.—Cada vez la siento menos.—Espero que despierte pronto.—Lo hará.—Doña Sofía tomo su mano, le agrado sentir ese gesto cálido, ambas mujeres eran de los pocos seres que habían mostrado cordialidad con ella. Le dedicó una sonrisa de gratitud.Un llanto fuerte se empezó a escuchar, parecía ser de una mujer, se mantuvieron inmobiles. Reconoció la voz, mientras se empezaba a acercar.—¡Sofía!, ¿¡dónde estás maldita sea!?. —La señora se levantó con usual calma. Cuando las pisadas invadieron el área del comedor, donde ellas se habían dispuesto a charlar, apareció la figura demacrada de Sharon, aunque no se veía tan débil. Solo alcanzó a divisar dolor en sus ojos, licuados por el llanto que humedecía los conto
Fue doloroso, sentir sus colmillos atravesar su piel, en una zona tan sensible de su cuerpo, casi pierde el conocimiento, de no ser por la quemazón que chirriaba en su dermis.Hubo llanto de su parte, duro casi media hora en lo que parecía un delirio, el seco la sangre que broto con su lengua. Fue su instinto sádico y despiadado lo que lo llevo a ser tan cruel. Cuando logro levantarse de la cama con ayuda del señor Andrake, se miro en el espejo a media luz, una pequeña sombra se comenzaba a ser visible.—Esto tiene un significado profundo para mí, Angélica, de ahora en adelante eres mía, todo el que se te acerque sabrá que le perteneces, al temido diablo lobo, Andrake Feridank.—Apenas le prestaba atención, su único deseo era huir, en cambio su cuerpo no respondía, pareciera, que la ausencia de Bondia la hubiera hecho colapsar. Apenas logro sentirla levemente cuando Sharon la empezó a molestar. Ya en ese momento estaba nula.—Siento mucho dolor.—Este la abrazo, no puso objeción, pronto
Se le erizo la piel ante la confesión de Bondia.Tambaleó del susto.Necesitaba hablar con Bruna y Sofía, no podía esperar, salió de la habitación, casi vuela la escalera, sus pasos impetuosos estaban fuera de si.—¡Doña Bruna....!—Tenia el pecho agitado, como si el corazón se le fuera a salir por la boca. Pronto diviso su rostro sin un atisbo de emociones, la que parecía sorprendida era Sofía.—¿Qué pasa princesa?.—Está se levantó del sofá, se acercó a ella. Permanecía quieta en el umbral de la puerta.—Puedes hablar a confianza, sabes que Sofía es mí hermana y te aprecia bastante. Miro a la otra señora con recelo, antes de explotar. Le daba igual que le transmitiera lo dicho al señor Andrake.—Bondia se ha ido.—Tomo algunos mechones de cabellos y los hizo a un lado, para mostrarles la marca que tenía en el cuello y caminaba de una forma sutil por la silueta de su espalda.Ambas se taparon la boca al unísono, con sus delicadas manos, como si no desearan dejar fluir sus impresiones.—Es
Dos días después del señor Andrake haberse marchado seguia en ascuas, a la espera de valor, para marcharse de una vez por todas.Ese monstruo diabólico volvería al día siguiente, necesitaba huir, incluso sus sensores se alarmaron al notar que la zona era más transitada de lo habitual, eso habia limitado su escape hasta el momento.Ese mismo día, una horas más tarde, se armó de valor. Estaba decidido, se marcharía entrada la noche, había guardado algunas raciones de alimento en su mochila, un foco, fósforo, lo suficiente para recorrer el bosque, además ya estaba más fuerte. La noche anterior tuvo una fuerte vicio, en esto no estaba el señor Andrake, sino Siebog, la tomaba de la mano, mientras caminaban en medio del bosque. Se excito de solo pensarlo.Fue bajando los escalones. Electricidad, fue lo que sintió ante los recuerdos del sueño. Cuando vió a Bruna junto a Sofía, Mara y a Elsa jugando a las cartas en el salón. Intento disimular su sonrisa torpe. Solo fue y se sentó a su lado,
Debía estar loco para seguir en el mundo terrenal, su misión había terminado cuando el hada huyó por cuenta propia, lo que quedaba en el cuerpo de esa bruja era una leve huella, disfrazada de tatuaje, para que su espíritu no se escapara.Su mayor traición solo fue quedarse, si no también haberse dejado seducir por una bruja. No lo podía negar, había sido la mejor experiencia que había tenido en su perra vida, ninguna demonia se comparaba a ella. La siguió con la vista, desde que salió del río, hasta que se recostó en la orilla. Su miembro empezaba a avivarse otra vez.No podía negarse la oportunidad de saciarse otra vez, quizás la obsesión que tenía por sus formas y su delicada belleza. Salió del río, la hermosa bruja ya se cubría con su bata de algodón.Cuando estuvo a su lado, le mostró que el fuego que ella había encendido, no se apagaba tan fácil. —Servidora fea, debes estar lista, para soportar todo lo que te espera.—Sonrio, la bruja maliciosa. Odiaba que le perteneciera al dia