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Loba Vengativa, ¡Te Haré Mi Esposa!
Loba Vengativa, ¡Te Haré Mi Esposa!
Por: Yosebeth Kaori 💚
Capítulo 01: ¡Reina Alfa asesina!

Cada paso que daba sobre la fría tierra se cubría de escarcha.

Su largo vestido rojo, hecho trizas, apenas cubría su pálida piel; la sangre que había salpicado la tela se entrelazaba con el color de su atuendo.  

Sus ojos celestes se pintaron de un intenso rojo, brillando como dos rubíes que revelaban la presencia de su loba interna, alerta. 

Su cuerpo, lleno de arañazos, raspones y moretones, evidencia de una tragedia que la marcaría para siempre.

Todo estaba…

¡DESTRUIDO!

Caminaba entre ruinas, su larga cabellera negra por debajo de su trasero meciéndose lentamente con la helada brisa. 

A su alrededor, solo había caos: el pueblo de su manada, hecho añicos.

Su corazón latía con fuerza, cada golpe era un recordatorio del dolor aplastante que la asfixiaba, mientras los cadáveres de lobos de pelaje rojizo yacían a su alrededor. 

¡¿Qué carajos había pasado?!

La pregunta resonaba en su mente. 

—¡¡¡LOS MATASTE!!! ¡ESTÁN MUERTOS! 

Los ojos de la mujer-loba se abrieron de par en par al escuchar el grito desgarrador de un macho de su manada. 

Se volvió rápidamente hacia la izquierda, donde el sonido había surgido.

—¡MIRA TODO LO QUE HAS HECHO, REINA ALFA! —gritó ese hombre-lobo pelirrojo, su cuerpo cubierto de heridas, mientras en sus brazos cargaba el cadáver de una hembra.

Entonces, recuerdos la comenzaron a sacudir de golpe. 

Él era su Beta, Gedeón, y la mujer que yacía muerta en sus brazos… su esposa.

Ella… la Reina Alfa de la manada "Noche Carmesí".

Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, mientras negaba lentamente con la cabeza.

¡¿Ella había causado todo este caos?!

¡NO! ¡¡¡IMPOSIBLE!!!

¡NO PODÍA ACEPTARLO!

La hembra comenzó a correr, desesperada, sin detenerse, hasta salir del pueblo.

Entre el frondoso bosque, ella continuó corriendo hacia el territorio de la manada más cercana, la de su hermano, un poderoso Alfa. 

Sus pies sangraban, y el terror se reflejaba en su rostro mientras avanzaba, hasta que…

BUM~

¡Sintió una punzada en el pecho!

Una sensación que le causó un escalofríos de pies a cabeza.

—Esa aroma… —susurró la hembra de veintitrés años—. Me huele algo… Algo familiar… ¿Pero por qué? 

Sin pensarlo, comenzó a correr en esa dirección, la desesperación apoderándose de ella. 

Los minutos se convirtieron en horas, y el día se tornó en una tarde gris.

La hembra híbrida, aterrorizada, notó cómo una aura blanca la rodeaba, mientras la escarcha fría provocaba una nevada a su paso.

Se detuvo en la colina frente al gran valle, donde divisó la manada de su hermano, pero…

¡¡ARDÍA EN LLAMAS!!

Grandes columnas de humo se alzaban, y las llamas devoraban los edificios destruidos.

—No, no, no… ¡¡¡NOOOO!!! —gritó, su corazón rompiéndose en mil pedazos.

¡¿Qué estaba sucediendo?!

¡¿Su hermano estaba siendo atacado?!

—¡¡CONNOR!! ¡HERMANO! —clamaba la hembra, desesperada.

Finalmente, llegó al centro de las ruinas de la manada "Luna Plateada". Allí, dos enormes lobos machos luchaban, imponentes y feroces. Uno de ellos, con pelaje tan oscuro como la noche.

—¡¡¡CONNOR!!! —lo reconoció ella de inmediato.

Pero el otro lobo… ese extraño enemigo de pelaje grisáceo, cuya aroma le resultaba familiar…

¡TENÍA QUE MORIR!

La hembra tomó su forma lobuna, una majestuosa loba de pelaje rojo carmesí, y corrió con furia hacia el enemigo.

¡BUUM!

Con una embestida feroz, lo apartó de su hermano, el Alfa Connor.

—¡CONNIE! —aulló Sirius, el lobo de su hermano Connor. 

Pero justo en ese momento, el lobo grisáceo enemigo la mordió con ferocidad.

—¡¡AAAAHH!! —gritó la loba de Connie, ante el dolor. 

¡En segundos, el enemigo la lanzó a la distancia!

El cuerpo de la loba roja voló por los aires hasta estrellarse contra un tronco con tal violencia que el árbol comenzó a colapsar, emitiendo un escalofriante sonido.

¡¡CRAANK!!

Connie volvió a su forma humana, quedando inconsciente, sobre la húmeda tierra, totalmente desnuda, mientras el gigantesco árbol se precipitaba hacia ella.

¡CRAAAAANK!

El estruendo del árbol resonó con una violencia aterradora.

Sirius, el lobo de Alfa Connor, lanzó una mirada llena de pánico hacia esa hembra. 

—¡¡NOOOO!! ¡CONNIEEE! —aulló con total desesperación corriendo a gran velocidad hacia ella, pero en ese momento…

¡PUUUUM!

Un feroz rugido rompió el aire, cuando Alfa Connor se distrajo, fue atacado violentamente por el lobo Alfa enemigo, que se lanzó sobre él con ferocidad implacable.

—¡¡¡CONNIEEE!!! —aulló el lobo de pelaje negro. 

¡El gigantesco árbol se desplomó sobre la hembra!

¡¡¡BUUUUM!!!

El impacto sacudió la tierra bajo las patas de esos Alfas. 

¡Sirius quedó en shock!, volviendo a su forma humana, Connor comenzó a ser atacado por ese enemigo lobo grisáceo. 

—¡AAAAHG! ¡MALDITOOO!

Gritó Connor, la rabia y el dolor desgarrando su ronca voz, mientras las afiladas garras del adversario se incrustaban con brutalidad en el hombro izquierdo de él.

La sangre de Alfa Connor brotó, manchando la fría tierra… Un charco carmesí bajo su musculoso cuerpo. 

Ese lobo grisáceo continuaba atacando, sin piedad a Alfa Connor. 

De repente…

¡BOOOM!

Una explosión violenta sacudió el lugar donde Connie yacía "aplastada" bajo el árbol.

Ambos Alfas, Connor y el enemigo, desviaron su atención hacia el caos. 

Un torbellino de magia blanca estalló, destrozando en cientos de fragmentos el tronco que la aprisionaba.

—¡¿Qué demonios…?! —el lobo grisáceo rugió con sorpresa, sintiendo pulsaciones en su extraña pata roja y escamosa frontal derecha, que reaccionaba ante el poder de la magia de esa loba híbrida—. ¡AAAHH! —el enemigo aulló, confundido y herido.

«¡Esto es malo! La magia que posee, ¡conocemos ese poder! ¡Debemos irnos de aquí!», advirtió internamente Alfa Hazram, a su lobo Axel.  

—¿Irnos? ¡Estamos ganando! ¡Destruyendo la alianza de las tres manadas hermanas! 

La oposición de Axel resonó, pero Hazram continuó, su voz cargada de alerta. 

«¡No sabíamos que contaban con una híbrida ligada a esa bestia! ¡Si tienen una alianza con él, estamos perdidos! ¡Vámonos!»

El poderoso aullido del lobo resonó kilómetros a la redonda.

¡RETIRADA!

En la mente del Alfa de Luna Plateada, solo había espacio para Connie, que estaba como una muñeca sin razonamiento, rodeada por una magia implacable que no podía controlar. 

—¡HERMANA! ¡TE AYUDARÉ! —luchaba Connor por levantarse, su musculoso cuerpo manchado del rojo carmesí de su sangre y sus heridas abiertas. 

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