Cuando el reloj de mi mano marca cinco para las seis, suspiró mientras lanzo la última carta a Miguel. Suspiro y lo miro mal. Anoche luego de haberme escapado de casa fui a las carreras y corrí, luego me encontré a Miguel y a mis antiguos compañeros de colegio y decidimos hacer algo para celebrar nuestro "Encuentro". Comillas porque jamás fuimos unidos ni muchos menos amigos. Luego empezamos a jugar cartas y el que perdiera tendría que beberse un vaso de vodka o besar a alguien. Apenas llevó tres y ya estoy un poco mareada.—¡Gané!— exclamó cuando lanzó las últimas cartas y Miguel me ve mal— siempre has sido muy malo en este juego— río y le doy la mano para que se levante y beba. Me abraza y le correspondo el abrazo sintiendo la seguridad y el calor de su cuerpo cubrirme.Corto el abrazo y le ofrezco el vaso, todos empiezan a animarlo y yo no me quedo atrás. Gritan su nombre y esto me recuerda tanto a aquellos tiempos cuándo estaba de fiesta en fiesta con ellos.Después de que Migue
Después de una noche movitida con Matthew, entre la oscuridad del pasillo el se fue a la habitación donde se queda y yo me quede rendida, después de ese maratón que me da. A primero hora cuando me levanto y bajo a la cocina, todos esta dormidos y eso me da más libertad de relajarme y hacer un poco de desastre. Bajo en silenció las escaleras mientras mi estómago ruge reclamando comida... pero mi gran sorpresa es encontrarme con la chica rubia que llego con Matthew y no hablo no dijo nada, era poco lo que decía, incluso luego se alejó de todos y evadia a todos los que se acercaban. Ella me mira y esos ojos azules tan idénticos a los de mi francés conectan con los míos, pero apenas lo hace baja la cabeza. Camino hasta la nevera y la abro, saco de ella una caja de leche y la sirvo en una taza para luego hechar el cereal "Azucaritas" y sentarme en frente de ella.—Hola— saludo con una sonrisa y ella levanta apenas la cabeza se su libro y me sonríe tímidamente—. Soy Eliza— ella no dice
15/07/20"Todos sufriremos, unos más que otros pero lo haremos".Realmente nunca comprendía los dichos de papá, eran tan confusos pero tan claros... me confundían pero me hacían sentir que tenían razón. El siempre ah sido tan sabio y sus palabras siempre eran las correctas, es el mejor consejero que pude haber tenido, tan compresivo y agradable. Siempre sabía que decir y que no decir en cada momento. Siempre me ayudaba a tomar decisiones, me abrazaba cuando me equivocaba y no sabía como solucionar un problema. Lastima que ahora no esté aquí conmigo.Aun no entiendo como los propios seres humanos nos lastimamos, y luego queremos arreglar las cosas como si nunca hubiesen pasado. Eso pasa conmigo, Matthew no ha dejado de escribirme, llamarme y es tan insistente. Pero no quiero contestarle. Ni lo haré.Hace seis días que no lo veo ni escucho su voz, y me duele, me quema... Hace seis días que salió aquella mujer de su habitación y lo besaba, mientras el cerraba su
A la mañana siguiente cuando llego a la oficina Matthew no está, ni Clar, Beatriz y la nueva secretaria. Y como no tenía nada que hacer baje a la cafetería y mientras revisaba un contrato alguien se sentó a mi lado, sorprendiendome con su presencia. El amante de Beatriz se sentó a mi lado y me sacaba conversación, realmente es un chico muy agradable y divertido, se me hizo muy fácil llevarme con el, y reír mucho ante sus ocurrencias e ideas tan locas como las mías. Fue una excelente mañana y hasta numero intercambiamos. Pero todo se fue a la mierda incluso mi sonrisa cuando Matthew entró por la puerta de la cafetería con Beatriz, Clar, su secretaria y otros ejecutivos.Sus ojos conectaron con los míos y en ese mismo instante los aparte volviendo a la conversación que tenía con Edgar y Alberto, por un momento sentí curiosidad de donde se sentarian y todo mi cuerpo se tensó cuando se sentaron en frente de nosotros, y él, justo el quedo mirando hacia donde estoy yo. Trataba de ocultar
Un cambio, dos cambios, tres cambios, cuatro cambios, miles de cambios y nose deciden por ninguno, siempre salen con el "No me gusta", "Me hace ver más gorda", "Otro por favor", "Ese no te pega". Joder. Quiero matarlas, juro que quiero matarlas. Me están volviendo loca y no paran de llorar, una llora y hace llorar a la otra, quisiera agarrar la silla donde estan sentada y romperla en sus cabezas. Me desesperan y me hacen querer golpearlas, están insoportables. Aún no entiendo que tanto escogen y buscan, si solo lo usará una vez. No paran de comer y medirse vestidos, y tratar obligarme hacerlo. Sandra e Isabel, nos tienen locas a tefi y a mí, y ahora podría decir que comprendo a los hombres cuando dicen que las mujeres somos desesperadamente cuando estamos embarazadas y tenemos tantos cambios de humor. Sandra no ha dejado que Isabel escoja ningún vestido porque no son "adecuados". Los únicos vestidos que le han gustado son los completamente cerrados y sin nada de escote. Por una pa
Llevo media hora en el aeropuerto de "Catana-España" mi país, donde crecí, me crié, viví buenos momentos al igual que malos, y a la que de igual manera abandoné hace cuatro años, queriendo y pensando qué marchándome encontraría la paz, el amor y eliminaría todo sentimiento de culpabilidad. Pero no pude, estuve tranquila pero no como quería, quería volver a ser aquella Eliza que nada la detenía.A veces pensamos que huir es la mejor manera de aliviar el dolor, pero no, es todo lo contrario, ayuda a fortalecerlo y marchita el alma.Y eso fue lo que pensé.Pensamos que la vida es fácil sin antes conocer sus piedras. ¡Aún no sé por qué acepté!¿No sé por qué acepté venir?Porque estás loca.No ayudas.Pensarán que soy una cobarde, una flipada, por no enfrentar mi pasado y huir... pero nadie sabe las goteras de una casa hasta que las vive.Suspiro mentalmente, mientras dirijo la mirada a mi teléfono y entro en Facebook. Pasó miles de fotos de personas conocidas y desconocidas, pero no me
—Gracias— le canceló al taxista y salgo corriendo.Mierda, ¿cómo hacen esas mujeres que corren en tacones tan fácilmente?Práctica.Si, eso es algo que yo no tengo.¡Esto es horrible!Había demasiado tráfico casi no llegó. Había carros, motos, que iban de aquí para allá hasta crear un tráfico horrible.Me detengo delante de la entrada de la compañía, suspiró antes de entrar. Veo todo a mi alrededor en busca del ascensor y lo visualizó en frente de mi. Estúpidos nervios. Estoy nerviosa, no sé los niego, no tanto por el trabajo. Es por eso que hoy veré a mi hermana y a mi pequeña sobrina que no veo desde hace cinco años. Y eso me tiene jodida.Las puertas del ascensor se abren y entro sin fijarme cuantas personas hay. Miro mi reloj y relajó los hombros cuando se que no llego tarde, me faltan cinco minutos, en general son las siete y veinticinco. Marco mi piso y me doy la oportunidad de revisar mi celular. Escucho susurros y risitas, observó a mí alrededor, veo a cuatro mujeres su
—Hola pequeña —saludo ganándome su atención. Una sonrisa se extiende por su rostro y beso su frente —¿Dime, qué haces?— le sonrió a mi sobrina.—Estoy dibujando —hace una mueca— usted y yo... mire — Dice tímidamente.Agarró el dibujo y mis ojos se aguan, no puedo llorar, no puedo hacerlo. Me juré nunca más derramar una sola lágrima y eso haré. El dibujo es hermoso. Una casa entre montañas, rodeada de flores, de distintos colores, un gran lago que refleja el sol, pero sólo algo más llamó mi atención, un árbol. Un árbol donde cuelgan dos columpios, uno grande y el otro es más pequeño, en el más pequeño está ella y en el más grande estoy yo.Las nubes, el sol y los árboles se reflejan en el lago mientras la casa detrás de nosotras da un poco de sombra a las flores.Aún me sorprende lo perfectamente dibujado que está, es increíble, pareciera que no lo hubiese hecho ella. La miro y ella me mira esperando una respuesta.—Es hermoso — la abrazó y la aprieto contra mi, por un segundo me hizo