Lo primero que buscaron mis ojos, fue a un francés, pero no lo consiguieron. Lo busqué por toda la habitación pero no lo encontraba. Me decepcione, pensaba que amancería en mi cama, tipo novela, abrazandome sin querer. Porque mientras dormíamos nos abrazamos inconscientemente. Si, lo sé mis espectativas son algo loco. Camine al baño y sin querer tener los dientes sucios encontré un cepillo de dientes y lo use ¿Creo que era el de el? Me pongo unos pantalones de Matthew pero instantáneamente me los quité, parecía que iba a volar con ellos. Tocan la puerta de la habitación y abro para ver quien es.Un chico que ya se me parece muy conocido esta en la puerta, no se quien es, pero me parece haberlo visto antes. El me entrega una bandeja de comida y una muda de ropa que acepto encantada.—El Sr. Allamand dijo que apenas termina de vestirse bajara, la espera en el restaurante del hotel— asiento—con permiso Señorita.El chico se va dejándome sola, abro la bolsa donde esta la ropa y miro unos
—¿Por que tengo que sonreír a personas que no me agradan?— sonrió.Mi mamá sigue poniéndole su esmoquin mientras yo los mismo desde el umbral de la puerta.—Es una manera de ser educada— susurra mamá y río.–Venga mamá, no puedes obligarlo a sonreír— camino hasta el y lo abrazó—Tu no sabes que los angeles tienen la manera correcta de ser agradables.–A ver Eliza ¿según tu cual es?—Ser felices— sonrio y termino de acomodar su corbata.Sus sonrisa crece y me abraza mientras me felicita por ser la mejor.—Mama Liz tiene razón. Yo soy un Ángel y soy feliz, tu eres un Ángel y eres feliz y no necesitas sonreír a las personas para demostrarle que lo eres. A demás Liz me dijo que las personas son unas mierdas que se quieren ganar tu confianza y luego te destruyen. Yo no quiero esas personas en mi vida.Miro a mi madre y ella abre sus ojos como dos discos cuando mi pequeño Ángel termina de hablar. Mamá me mira y niega.—Hijo, está mal decir palabras como esas, liza esta un poco loca, pero las
Las risas de una pequeña figura llena la habitación de Sebastián mientras corre de un lado a otro, con mi gemelo persiguiendolo. —¿Por qué se están divirtiendo sin mí traidores?—llamo su atención. —¡Liz llegaste!–exclama mi pequeño Ángel y me abraza. Sonrió. —Sabes que siempre vuelvo.... jamás nos dejaría por nada— sonrió. —Venga liza, vamos a jugar— ruedo los ojos—¿Que? Estoy aburrido. Sebastián es como un niño pequeño cuando se trata de este pequeño que se abraza a mi pierna. —Sebastian dijo que papá y el irían a verte correr— asiento— yo quieor ir— suplica haciendo ojitos. —Mama ha dicho que no, es muy peligroso para ti y además te quedarás con la mamá de vale— miento, mamá ni sabe nada, alzo las cejas y el ríe. —Esta bien— susurra— pero cuando vuelvas me llevaras a comer helado— asiento. —Algo mejor... iremos a tu lugar favorito. —¡Siii! ¡Te amo mucho liz! —Yo más mi Ángel. **** 02/10/20. Daba vueltas por toda la oficina de Matthew, esto me estaba volvie
Mi motocicleta iba a toda velocidad, tenía el primer lugar, faltaba poco para llegar a la meta y bailar por otra victoria mas. Las calles por donde se realizaban eran oscuras, las únicas luz que nos acompañaba eran la de nosotros mismos. Siempre nos prevenimos antes de subir y competir, casos, rodilleras y coderas. Era la mejor protección.Sebastián y papá me apoyaban, por un micrófono que traía en mi oído, me indican cuánto faltaba y cual eran los movimientos que tenía que hacer.—Ya veo la meta Sebastián —digo con alegría y no recibo respuesta de su parte— ¡Sebastián, Sebastián!— exclamó y solo escucho un sollozo.—Liza—solloza—Lo siento mucho.—¿Que pasa Sebastián? ¡Ya me falta poco llegar!— exclamo.—El esta muerto— mi cuerpo se tensa.—Sebastián, si es otra de tus bromas no es para nada graciosa— apretó los dientes cuando habla papá. La meta está muy cerca.—El murió Eliza— habla papá y aceleró.—¿Quien mur
Empujaba a todas las personas que se atravesaban en mi camino. Me urgía llegar, ignorando los gritos de papá y Sebastián pidiendome que parara mientras corrían detrás de mi. Mis piernas estaban como gelatinas y llegue a caerme varias veces. No podía parar de correr, necesitaba ver su cuerpo y asegurarme de que no tenía ninguna oportunidad de vivir, una manera de salvarlo. Necesito aferrarme a algo o terminaría cayendo en una soledad, sin salida.Veía a mi madra tirada en el suelo mientras lloraba por su hijo, lloraba por mi Damián. Mi pequeño hermanito. No pude aguantar más y cuando llegué me agaché a abrazarla pero ella me rechazó. Dolía, dolía demasiado.—Mama—pedí en un susurro acercandome a ella.—Se supone que debías cuidarlo. Solo ibas a cuidarlo—mis ojos están rojos— se supone que era tu Ángel, aquel niño que hizo brillaras, el que te dio alas. Debías cuidarlo, debiste cuidarlo. Me fui y confié en ti Eliza. No era mucho lo que te pedía ¡Pr
Su cuerpo esta ahí, en una bolsa negra, su piel esta fría como el hielo, esta pálido y aún así se sigue viendo hermoso mi Ángel. En este momento quisiera ser yo la que estuviese ahí, en ese lugar y no él. Camino repasando y veo unos documentos al lado de su cuerpo. Causa de muerte: Infarto. Asma. Ahogó. Hora: 10: 10 Mi cuerpo se tensa, sabía que el sufría del corazón y hace dos meses fuimos al médico y le dieron un año más de vida. Trate de hacerlo lo más feliz que pudiera, trate de darle el tiempo más feliz de su vida. Corría en las carreras tratando de reunir dinero para poder llevarlo a la mejor clínica y conseguir un corazón para el. Podía salvarlo, pero cuando el se enteró no quiso. Era un niño muy inteligente para su edad, apenas tenía cinco años. Pensaba y vivía cada día sabiendo que su final estaba muy cerca. Mamá y papá hacían todo lo posible para conseguir dinero y en las carreras podíamos hacerlo. Pero su muerto no fue por eso. El tenía asma, y siempre tenía que d
Toco la puerta de mi la casa de mi mejor amigo, con la esperanza de que este. Necesito hablar con alguien. Un chico vestido solo con una sudadera abre la puerta y me mira con el ceño fruncido. –Eliza ¿Que haces aquí a estas hora de la madrugada?— pregunta y paso sin permiso. —El murió Miguel— el me mira y no es necesario que haga nada, ni diga nada. El me jala a sus brazos y me abraza, me abraza tan fuerte, el abrazo que necesitaba—¡El murió Miguel!, ¡El murió y nunca más mi volveré a ver!— sollozo contra su pecho. —Llora preciosa, llora todo lo que tengas que llorar y no te detengas— acaricia mi cabello— Siempre estaré aquí para ti. Así que llora, desahogate, pegame, gritame y haz todo lo que quieras. Pero hazlo preciosa, no te guardes eso— lo miro con adoración y también con irá. Me imagino la cara de david en él. —Te odio, te odio, te odio— pego con todas mis fuerzas en su pecho, mientras el aprieta los músculos. Le pego y le pego hasta que mis manos no pueden más. El me mir
Llevo media hora en el aeropuerto de "Catana-España" mi país, donde crecí, me crié, viví buenos momentos al igual que malos, y a la que de igual manera abandoné hace cuatro años, queriendo y pensando qué marchándome encontraría la paz, el amor y eliminaría todo sentimiento de culpabilidad. Pero no pude, estuve tranquila pero no como quería, quería volver a ser aquella Eliza que nada la detenía.A veces pensamos que huir es la mejor manera de aliviar el dolor, pero no, es todo lo contrario, ayuda a fortalecerlo y marchita el alma.Y eso fue lo que pensé.Pensamos que la vida es fácil sin antes conocer sus piedras. ¡Aún no sé por qué acepté!¿No sé por qué acepté venir?Porque estás loca.No ayudas.Pensarán que soy una cobarde, una flipada, por no enfrentar mi pasado y huir... pero nadie sabe las goteras de una casa hasta que las vive.Suspiro mentalmente, mientras dirijo la mirada a mi teléfono y entro en Facebook. Pasó miles de fotos de personas conocidas y desconocidas, pero no me