Me giro disimuladamente y lo veo, su cada esta sería y su mandíbula está tensa. Se que le molesta, le molesta verme comer con alguien que no sea él y más conociendo la reputación de Alberto. Vuelvo mi vista a los chicos e intento iniciar una conversación mientras pedimos la comida y esperamos por ella. Siento la mirada de Matthew clavada en mí espalda y empiezo a provocarlo, hago movimientos con mis manos, juego con mi cabello y me acerco a los chicos. Sin insinuaciones. Mientras les muestro algo en mi teléfono y reímos.Se que me mira y me trago las ganas de girar mi cabeza y mirarlo, mirar que hace o cuales son sus gesto, cual es su cara en estos momentos.Unas puntadas enormes me dan cuando siento muchas ganas de ir al baño.—Con permisos chicos voy al baño— digo y me levanto.Mis piernas tiemblan cuando camino, quiero voltear pero siento su mirada y no tengo fuerzas para hacerlo. Pero como toda una Andrade que soy y la seducción que se, camino entre las mesas llamando la atención
La propuesta de Matthew rondaba mi cabeza día y noche, moría por verlo y decirle que ¡Sii! Que si quería ser su novia, que si moría por serlo. Pero era imposible comunicarse con el, su celular estaba apagado y no sabía dónde se estaba hospedado. La primera vez que fui al hotel donde siempre se hospedaba me dijeron que el no estaba, que el no había vuelto desde aquélla vez que se fue.Se que esta aquí en Catana, pero no se en donde. Muchas veces trate de comunicarme con el pero su teléfono me mandaba al buzón y deje muchos mensajes que nunca respondía. Hace un día que no se nada el de el, desde que me mando las rosas y la nota. Luego en la noche me envió otro ramos, pero eran diferentes. Eran girasoles con orquídeas y una nota que Decia:"Devuelveme lo que te llevaste sin permiso Bonita. ¡Espero tu respuesta!De: Tu hermoso francés acosadorPara: Mi gatita Bonita."Muchas veces me eh llegado a sorprender de lo cabron que es Matthew, pero lo tierno y hermoso que es ese
—Y es que tu sonrisa, es muy bonita. Tu mirada me hipnotiza y tienes algo que me hace suspirar.—Alargo la a— Cuando te veo me hechizas y solo te puedo pensar. Es que yo no se lo que me pasó cuando te vi, quedé perdida en un mar sin fondo y sin final que no te deja escapar y lo que siento yo, quizás no lo sientas tuu. Pero quiero decirte que te quiero, te quiero, te quieroooooo. Más que a mi misma.Me siento como un en un cuento de princesa, donde todo es color de rosas y tiene un final feliz. Desde pequeña toco la guitarra pero jamás la toque en público, ni mucho menos canté. Solía hacerlo solo con él, aprendí por él y para él. Matthew solo sonreía.Solo sonreí con una sonrisa tan arrogante que me moja las bragas y me hace querer lanzarme de el y besarlo. Porque cuando se trata de el, mi cuerpo y mi mente tienen vida propia. Las personas a nuestro alrededor buscaron refugio por la fuerte tormenta que caía sobre nosotros, mientras el y yo nos comíamos con la mirada. El me sonreía y y
Lo primero que buscaron mis ojos, fue a un francés, pero no lo consiguieron. Lo busqué por toda la habitación pero no lo encontraba. Me decepcione, pensaba que amancería en mi cama, tipo novela, abrazandome sin querer. Porque mientras dormíamos nos abrazamos inconscientemente. Si, lo sé mis espectativas son algo loco. Camine al baño y sin querer tener los dientes sucios encontré un cepillo de dientes y lo use ¿Creo que era el de el? Me pongo unos pantalones de Matthew pero instantáneamente me los quité, parecía que iba a volar con ellos. Tocan la puerta de la habitación y abro para ver quien es.Un chico que ya se me parece muy conocido esta en la puerta, no se quien es, pero me parece haberlo visto antes. El me entrega una bandeja de comida y una muda de ropa que acepto encantada.—El Sr. Allamand dijo que apenas termina de vestirse bajara, la espera en el restaurante del hotel— asiento—con permiso Señorita.El chico se va dejándome sola, abro la bolsa donde esta la ropa y miro unos
—¿Por que tengo que sonreír a personas que no me agradan?— sonrió.Mi mamá sigue poniéndole su esmoquin mientras yo los mismo desde el umbral de la puerta.—Es una manera de ser educada— susurra mamá y río.–Venga mamá, no puedes obligarlo a sonreír— camino hasta el y lo abrazó—Tu no sabes que los angeles tienen la manera correcta de ser agradables.–A ver Eliza ¿según tu cual es?—Ser felices— sonrio y termino de acomodar su corbata.Sus sonrisa crece y me abraza mientras me felicita por ser la mejor.—Mama Liz tiene razón. Yo soy un Ángel y soy feliz, tu eres un Ángel y eres feliz y no necesitas sonreír a las personas para demostrarle que lo eres. A demás Liz me dijo que las personas son unas mierdas que se quieren ganar tu confianza y luego te destruyen. Yo no quiero esas personas en mi vida.Miro a mi madre y ella abre sus ojos como dos discos cuando mi pequeño Ángel termina de hablar. Mamá me mira y niega.—Hijo, está mal decir palabras como esas, liza esta un poco loca, pero las
Las risas de una pequeña figura llena la habitación de Sebastián mientras corre de un lado a otro, con mi gemelo persiguiendolo. —¿Por qué se están divirtiendo sin mí traidores?—llamo su atención. —¡Liz llegaste!–exclama mi pequeño Ángel y me abraza. Sonrió. —Sabes que siempre vuelvo.... jamás nos dejaría por nada— sonrió. —Venga liza, vamos a jugar— ruedo los ojos—¿Que? Estoy aburrido. Sebastián es como un niño pequeño cuando se trata de este pequeño que se abraza a mi pierna. —Sebastian dijo que papá y el irían a verte correr— asiento— yo quieor ir— suplica haciendo ojitos. —Mama ha dicho que no, es muy peligroso para ti y además te quedarás con la mamá de vale— miento, mamá ni sabe nada, alzo las cejas y el ríe. —Esta bien— susurra— pero cuando vuelvas me llevaras a comer helado— asiento. —Algo mejor... iremos a tu lugar favorito. —¡Siii! ¡Te amo mucho liz! —Yo más mi Ángel. **** 02/10/20. Daba vueltas por toda la oficina de Matthew, esto me estaba volvie
Mi motocicleta iba a toda velocidad, tenía el primer lugar, faltaba poco para llegar a la meta y bailar por otra victoria mas. Las calles por donde se realizaban eran oscuras, las únicas luz que nos acompañaba eran la de nosotros mismos. Siempre nos prevenimos antes de subir y competir, casos, rodilleras y coderas. Era la mejor protección.Sebastián y papá me apoyaban, por un micrófono que traía en mi oído, me indican cuánto faltaba y cual eran los movimientos que tenía que hacer.—Ya veo la meta Sebastián —digo con alegría y no recibo respuesta de su parte— ¡Sebastián, Sebastián!— exclamó y solo escucho un sollozo.—Liza—solloza—Lo siento mucho.—¿Que pasa Sebastián? ¡Ya me falta poco llegar!— exclamo.—El esta muerto— mi cuerpo se tensa.—Sebastián, si es otra de tus bromas no es para nada graciosa— apretó los dientes cuando habla papá. La meta está muy cerca.—El murió Eliza— habla papá y aceleró.—¿Quien mur
Empujaba a todas las personas que se atravesaban en mi camino. Me urgía llegar, ignorando los gritos de papá y Sebastián pidiendome que parara mientras corrían detrás de mi. Mis piernas estaban como gelatinas y llegue a caerme varias veces. No podía parar de correr, necesitaba ver su cuerpo y asegurarme de que no tenía ninguna oportunidad de vivir, una manera de salvarlo. Necesito aferrarme a algo o terminaría cayendo en una soledad, sin salida.Veía a mi madra tirada en el suelo mientras lloraba por su hijo, lloraba por mi Damián. Mi pequeño hermanito. No pude aguantar más y cuando llegué me agaché a abrazarla pero ella me rechazó. Dolía, dolía demasiado.—Mama—pedí en un susurro acercandome a ella.—Se supone que debías cuidarlo. Solo ibas a cuidarlo—mis ojos están rojos— se supone que era tu Ángel, aquel niño que hizo brillaras, el que te dio alas. Debías cuidarlo, debiste cuidarlo. Me fui y confié en ti Eliza. No era mucho lo que te pedía ¡Pr