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Ciento ventiuno, ciento veintidos, eran los pitidos que había escuchado desde que volví de ese hermoso sueño con mi madre hasta que oí la puerta abrirse y después un fuerte sollozo

- Andrea, amor perdoname- oí la voz quebrada de Alonso y después unas gotas tocaron la piel de mi brazos, estaba llorando.

- Perdoname por no venir a verte en estos días pero estuve muy mal ¿sabes?..- ¿días? ¿Cuanto tiempo llevaba dormida?

- Cuando los doctores me dijeron que te estabas muriendo me sentí morir contigo, fui un cobarde al no quedarme a tu lado y lo único que hice fue dejarte sola mientras yo me emborrachaba en la casa, Recordándote... hice una tontería y me arrepiento de eso, pero por suerte Fanny estaba ahí y me ayudó, ahora te prometo no dajerte sola, estaré aquí día y noche te lo juro.- Que había hecho, que era tan grave? Ahora si me estaba asustando, sentí una mano recorrer mi mejilla pero su muñeca nunca hizo contacto con esta y en vez de eso sentí una tela un poco rasposa como una...
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