Lo que toda secretaria quiere
Lo que toda secretaria quiere
Por: Gilover28
Prólogo

Cuando conocí al majestuoso empresario culinario, Loyd Beckham, en medio de un baile organizado para las personas de alta categoría, me sentía como en un cuento de hadas, como si fuera cenicienta que acababa de encontrar a su príncipe azul. Y era cierto, acababa de encontrar a un hombre que me flechó a primera vista, pero, habría querido saber la mala persona que era antes de involucrarme tanto con él.

Sin embargo, nunca elegimos de quien enamorarnos.

Desde esa primera noche, cuando el reloj marcó las doce en punto, me confesó que cayó rendido a mis pies desde el primer momento en que me vio y yo no pude negarle un beso, porque me sentía de la misma manera. Nuestra relación avanzó de la forma más rápida, y en unos cuantos días, ya me había llevado a su trabajo y me convirtió en su secretaria. Acepté, pensando que eso iba a hacernos más cercanos.

Me equivoqué.

Lo único que hizo fue tratarme como su secretaria y como una tonta, permanecí a su lado durante más de tres años esperando a que volteara a verme una vez más con en aquella noche que nuestros ojos brillaron al ver al otro. Aguanté que varias chicas vinieran a visitarlo a hacer Dios sabe qué cosas, aproximadamente solían ser dos o tres mujeres al día, soporté malos tratos de su parte cuando me gritaba por hacer algo mal o porque resultaba imposible mover algo de su agenda. Estuve años bajo su sombra, esperando a que se enamorara de mí, y cuando se iban a cumplir cuatro años desde que me convertí en su secretaria...Me invitó a cenar para confesarme lo enamorado que estaba de mí, y que era un verdadero cobarde por no decírmelo antes, sin embargo, como una imbécil volví a aceptarlo y nos volvimos una pareja inseparable de inmediato.

A los cinco meses, yo estaba tan enamorada como nunca lo había estado a lo largo de mi vida y de repente, accedió a pedirme matrimonio. Yo era la mujer más feliz del mundo, o eso creía.

Entonces, cuando opté por acompañarlo en la oficina hasta un poco más tarde sin que él lo supiera, escuché una conversación que preferiría nunca haber oído.

—¿Crees que estoy enamorado de Nina? Por supuesto que no, ya que si habría sido así, le hubiese pedido ser mi novia varios años atrás —rió—Nina tiene algo que puede volver aún más rico, sabes que ella proviene de una buena familia y tomando en cuenta que su padre, uno de los hombres más ricos de nuestro país, murió hace apenas ocho meses... ¿No piensas en la enorme cantidad de bienes y dinero que debió heredar Nina y cómo eso va a incrementar mi fortuna si soy su esposo? No es que ella me desagrade físicamente, pero, no la quiero, eso es todo. Por supuesto...Solo estaré a su lado mientras me transfieren los bienes, me aseguraré de contratar un abogado que esté a la altura de ello. Mientras menos tiempo pase estando casado con ella pues mucho mejor.

De pronto, dejó de hablar y yo me mordí el labio para no soltar en llanto. Me llené de valentía, y entré a su oficina con los ojos llenos de lágrimas para enfrentarlo, y lo encontré solo. Parece que eso era una llamada con alguien de confianza.

—Buenas noches mi amor... ¿Cómo estás? —Trató de abrazarme, y yo lo esquivé.

—Loyd... ¿Cómo pudiste hacerme esto? —Sollocé. No había nada peor que sentir la traición de un ser amado.

—¿Hacer qué, Nina? —Trató de hacerse el desentendido.

—Acabo de escuchar toda tu conversación, qué linda por cierto...Es reconfortante saber lo que en serio sientes por mí.

La expresión de su rostro se transformó por completo.

—Nina, no quise hacerlo...

—¡Te equívocas! ¡Nunca me amaste y estabas esperando la oportunidad perfecta para deshacerte de mí! Entonces, dime...Si nunca me amaste, no entiendo qué te hacía quedarte conmigo —comencé a recoger mis cosas de su oficina lo más rápido que me era posible—. No puedo creer que seas tan ambicioso como para querer casarte conmigo solo para obtener parte de la herencia que me padre me dejó. No hay nada más asqueroso que lo que estabas a punto de hacer, Loyd.

—No es lo que siento por ti, es lo que tuve que decirle a los demás para que aprobaran nuestra relación... ¿Ahora ya lo entiendes?

—No necesito más explicaciones, Loyd Beckham...Desaparece de mi vida, olvida quien soy. No quiero volver a verte nunca más en lo que me queda de vida, eres una persona asquerosa…Fui una tonta al enamorarme de alguien así. —Le grité mientras salía de su oficina.

Juro que me vengaré de ti, bestia indomable.

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