Loyd
No te he amado y nunca lo haré, aun así, me encanta pasar tiempo a tu lado.
Dejé pequeños besos a lo largo del pecho de mi prometida, ella gimió bajo mientras yo me alejaba de su cuerpo para acostarme a su lado. Ella se recostó en mi pecho y yo la abracé por la cintura. Han pasado cinco años desde que conozco a Paisley, tres años desde que empezamos a salir oficialmente e incluso así, no he podido enamorarme de ella por más que lo intento. Prometo que es una buena persona, una mujer muy inteligente que se dedica a la pintura de forma profesional y que es reconocida mundialmente por su trabajo, y yo la admiro por eso y por otras razones. Es la prometida que cualquier hombre desearía para que se convierta en la madre de sus hijos, sin embargo, hay algo en ella que no me deja enamorarme y entregarle mi corazón. Pero eso no importa después de todo, lo que me importa es que sea una buena esposa y esa es la razón principal por la que planeo seguir a su lado por un largo tiempo, bueno al menos mientras ella me siga queriendo. —Loyd...Hay algo en lo que he estado pensando durante la última semana —murmuró en voz baja. Observé sus lindos ojos azules y su corto cabello negro que tanto me encantaba. —Puedes decirme lo que quieras, cariño —dejé un beso en su frente. Y aunque no la amaba, disfrutaba del tiempo que se me permitía pasar a su lado. —¿No existe la posibilidad de que adelantemos la fecha de nuestra boda? —Soltó de repente, confundiéndome. No le respondí nada, puesto que me parecía algo innecesario. ¿Era realmente necesario desear adelantar la fecha de la boda si al fin y al cabo íbamos a terminar casándonos? —Nos casaremos en diciembre, no entiendo la razón por la que deseas que adelantemos nuestra fecha de boda —le mencioné a Paisley mientras ella no dejaba de verme con ojos de amor desde su posición en la cama—. Cariño, en serio no veo la necesidad de adelantar la fecha de nuestro matrimonio. Y sabes que la planeación de una boda es muy larga, no existe motivo para complicarnos la visa incluso más con eso solo porque deseamos hacerlo más rápido. —Apenas estamos en mayo, cariño, y no creo que voy a ser capaz de aguantar tantos meses...Todo el mundo pide a gritos que nos casemos ¿Por qué no podemos darle esa satisfacción al público? —Rió de forma risueña y yo solo pude rodar los ojos en respuesta. —Y tú y yo también queremos pasar más tiempo juntos, así que no veo por qué sea imposible. Y además ya hemos vivido juntos por un buen tiempo, no cambiará nada entre nosotros si nos casamos mañana o en meses. —La razón por la que no me parece que adelantar la fecha de nuestro matrimonio sea prudente es que ya estamos en la organización del mismo, y que hay varios asuntos que debo tratar en la empresa antes de nuestra boda, y algunos temas legales que ya conoces a la perfección —nuestros padres creían que, al casarnos y tener mucho dinero de forma individual, sería una excelente oportunidad casarnos y usar semejante fortuna, por lo que había que llevar a ciertos acuerdos antes del día de la boda. —Paisley, sabes que si fuera por mí, me casaría contigo en este mismo instante sin dudarlo. —Es cierto, Loyd, disculpa...Mejor olvida lo que dije —negó con la cabeza. Nadie dijo nada por unos minutos, y en verdad estaba disfrutando muchísimo de esos momentos en silencio. Cerré los ojos cuando ella volvió a desconcentrarme: —Loyd... ¿Realmente me amas? —Interrogó mirándome a los ojos, acariciando mi espalda desnuda como si ese fuese su único anhelo en la vida. La pelinegra era muy amorosa, y no dudaba en llenarme de afecto cada que tenía la oportunidad. —Por supuesto que te amo, Paisley ¿Por qué no habría de hacerlo cuando estoy aquí contigo acariciándote? —Respondí con rapidez, intentando que mis palabras fueran creíbles. —Te amo como no he amado a nadie, te amo tanto que estoy dispuesto a compartir el resto de mi vida contigo. No quiero que dudes nunca de lo mucho que te amo… ¿De acuerdo? Pero ella sabe que no es así, ella sabe que no la veo como un hombre enamorado ve a la mujer que ama. Y yo sé que ella tampoco logra amarme de la forma que desea, simplemente hay algo que nos lo impide. —Porque me acaricias, como si fuera un perro, ni siquiera me miras una sola vez...Admítelo, quizá estás conmigo ya que nuestros padres consideran que somos perfectos el uno para el otro. —Sus ojos se llenaron de tristeza. Claro que no, Paisley. Estoy contigo porque mis padres están cansados de los rumores que se han creado a mí alrededor y están hartos de los problemas que les causo. Y porque disfruto de tu compañía, a pesar que no lo parezca en lo absoluto. —Déjame besarte una vez más...—susurré en su oído al mismo tiempo que acariciaba sus piernas con deseo—. Nunca vuelvas a dudar del amor que siento por ti, no quiero que nunca más vuelvas a decir que estoy contigo por otras personas... ¿Está claro, cariño? Tal vez no la amaba, ni un poco, pero, era una mujer hermosa en todos los sentidos y un buen partido. Siempre me pregunté a mí mismo qué me impedía enamorarme de ella como era lo correcto, y siempre supe responderme que se debía al daño que le causé a otra mujer en el pasado: Nina Mayer. Nina era una preciosa señorita que tuve el honor de conocer en una noche, de la que me enamoré, y luego la deseché. La utilicé para apoderarme de la gran herencia que le dejó de su padre, le rompí el corazón y ella me abandonó al enterarse de la verdad. Fue cuando ya la había perdido, que supe lo mucho que la adoraba y hasta el día de hoy no he conseguido perdonarme a mí mismo por el grave error que cometí. Soy un hombre divorciado, un estigma que no todos logran vencer, pero a Paisley no le interesa en lo absoluto. En realidad, la conocí apenas unos meses después de que Nina se fue, y casi no tuve tiempo para reconfortarme luego de aquello. Puede que ni siquiera lo haya superado hasta ahora. —Lo siento, Loyd, a veces no mido mis palabras...—susurró. —Está bien, cariño. No tienes qué preocuparte por sentir inseguridades a veces, mi Paisley. —Volví a besar su cabeza como muestra de amor. —También te amo, con total sinceridad —respondió. Ambos sabemos que nuestras palabras no ocultan más que sentimientos vacíos, no obstante, nos hace sentir bien y es lo que realmente importa. Nos mantenemos el uno al lado del otro para llenar el vacío que existen dentro de nuestros corazones, y ni siquiera nos importa lo que hace el otro en realidad, solo lo que vivimos mientras estamos juntos. Paisley debía viajar a Italia para una exposición de su arte y la acompañé al aeropuerto ese mismo día por la tarde. Una vez más su ausencia me daría la oportunidad de hacer lo que me viniese en gana.LoydY en cuanto llegó la noche, me preparé para salir de casa en dirección a una fiesta privada que iba a organizarse con empresarios y empleados pertenecientes a las organizaciones de estos. No esperaba mucho de la noche, hasta que recibí una noticia inesperada de Priscilla, la jefa del departamento de finanzas y aquello cambió mi perspectiva por completo.—Buenas noches señor Beckham, quería notificarle que he podido contratar a una muy buena profesional en marketing y publicidad que ha aceptado convertirse en una de sus socias principales —soltó de repente, provocando que enarcara una ceja con curiosidad. —Su nombre es Lynette Hugnes y ella ya se encuentra en este lugar. Así que, si está de acuerdo, hablaré con ella para que pueda conocerla lo más pronto que sea posible. Espero que ambos puedan llevarse muy bien con el pasar del tiempo.—Está bien, Priscilla, puedes decirle que estaré en el balcón —le sonreí—. Gracias por conseguir alguien eficiente para la empresa, no sabes lo mu
NinaEs cierto que en ocasiones no podemos controlar a nuestro corazón por más que lo intentemos, pero, mi sed de venganza es mucho más fuerte que cualquier otra clase de sentimiento que pueda existir en el fondo de mi alma.Evidentemente me resulta imposible negar el atractivo de Loyd, y como mi corazón palpitó mucho más fuerte cuando lo tuve cerca de mí. Sin embargo, esta vez no estoy aquí para caer a sus pies de nuevo, y mucho menos para dejarme llevar por su sonrisa de mujeriego.Priscilla me había contado que él en realidad se encontraba en una relación ahora, con una muchachita muy bonita llamada Paisley, con quien iba a casarse muy pronto.Al inicio, me sentí bastante culpable por idear el plan perfecto para atraerlo hacia mí en búsqueda de venganza, no deseaba hacerle daño a una mujer que posiblemente lo adoraba con su vida entera, pero, no me he esforzado tanto por estar en Nueva York ahora en vano. Además, según las palabras de Priscilla, ese hombre no ha dejado sus malos há
NinaHe llevado a cabo un plan perfectamente elaborado que no puede fallar de ninguna forma.Parte de mi plan era que la señorita Aaliyah, quien era su secretaria actualmente renunciara en los próximos días y tener que ofrecerme a ocupar su cargo hasta que haya cumplido con mi promesa de vengarme de él. Por suerte, ella era una chica con mucho talento y le ayudé a conseguir una beca en una prestigiosa universidad de arte por lo que ya estaba asegurado que ella se iría en los próximos días. Al convertirme en la secretaria, y literalmente, en la segunda mano derecha de Loyd, sería capaz de pasar mucho más tiempo a su lado y convertirme en una parte crucial de su vida, además que tendríamos que vernos todos los días las veinticuatro horas. Era mi oportunidad perfecta de brillar.—Sepa que cualquier cosa que necesite, puede notificarme...La ayudaré de inmediato si ese fuera el caso, y claro, si continúa teniendo dudas de su trabajo puede decirme y yo se lo explicaré.—Ya no me queda ningu
NinaSin razón aparente comencé a sonrojarme, la verdad es que mi mente se bloqueó por completo y lo único que pude hacer es continuar viéndolo a los ojos y me di cuenta que él me correspondía. Sin saber qué hacer o decir debido al enorme nerviosismo que me estaba invadiendo, opté por quedarme en silencio esperando que él decidiera hacer algo mientras el ascensor continuaba haciendo su trabajo.—Me parece que no te he visto por aquí antes, aun así, siento como si te conociera de toda la vida.—En ocasiones, a pesar que en realidad no conocemos a las personas ni sabemos nada de ellas, sentimos como si fuera todo lo contrario...No respondió, centró su atención en dónde se encontraban los botones del ascensor y aplastó uno de ellos, de inmediato noté que este se detuvo y mi curiosidad creció aún más.—¿Qué haces? —Cuestioné, con una enorme sonrisa en mi rostro—¿Cuál es la razón por la que acabas de detener el ascensor?—La respuesta es fácil. Jamás volveré a conocer a una mujer tan atra
Nina—Si el amor depende solo de nosotros, no veo razón por la que no podamos comenzar a escribir una historia de amor entre los dos...—reí—. Pero creo que no será en este ascensor, ya lo hemos detenido mucho tiempo y la gente podría sospechar.—Y un ascensor no es el lugar más romántico del mundo...—susurró mientras se dirigía hacia los botones, logrando que le ascensor volviese a funcionar casi de inmediato—. Este es mi número, Lynette, por si algún día aceptas salir conmigo.—Llámame cuando quieras, y prometo que aceptaré una cita contigo...Pero, no se lo cuentes a nadie —murmuré.—¿Así? ¿Por qué no debería contárselo a nadie? —Se burló de mí.—¿No te gusta disfrutar de esos encuentros que te llenan de euforia y placer? Honestamente, parece que aquello que se mantiene en secreto es lo que nos genera mayor placer...—bajé el tono de mi voz mientras no dejaba de observarlo. Sus ojos eran como un imán que me atraía hacia él—. Aunque si te disgusta esta idea, no tengo problema en hacerl
NinaMi vida ha sido muy solitaria desde hace varios años atrás.Mi madre falleció cuando yo tenía tan solo seis años y mi padre también murió hace un par de años, y aunque este me dio una vida llena de lujos, nada podrá remplazar el amor que me hizo falta a lo largo de mi vida.Mi padre nunca me había prestado la atención que en realidad necesitaba puesto que se la pasaba trabajando la mayor parte del tiempo y cuando mi madre falleció a causa de un accidente de auto, en el que también estuve presente y que me generó un trauma que me duraría para toda la vida, tuve una nana.Jade era una mujer de aproximadamente cuarenta años que llegó a mi vida para convertirse en una especie de madre sustituta, pues estaba con ella la mayor parte del tiempo y se ganó parte de mi corazón por sus cuidados y atenciones. Actualmente ella tiene sesenta y cuatro años por lo que ya ha dejado de trabajar, sin embargo, nunca he perdido el contacto con ella y me encargo de suplir cualquier necesidad que ella
Nina—En realidad, Lynette, estaba pensando en ti para ocupar ese puesto...—confesó, tomándome por sorpresa. Por supuesto que no esperaba en lo absoluto que me propusiera algo como esto, al contrario, esperaba decírselo yo misma de una forma muy sutil, aunque parece que aquello no va a ser necesario. —Claro que sé que tú estás trabajando en mi empresa como socia comercial en este momento y que quizás nada te interesa convertirte en una secretaria, y tampoco quiero que te lo tomes como una ofensa. Solo quiero que sepas que, aunque ni siquiera yo mismo sé la verdadera razón puesto que apenas te estoy conociendo como persona y de forma profesional, confío completamente en ti y en cada una de tus habilidades. Si aceptas trabajar como mi secretaria, quiero que sepas que no tienes que dejar tu cargo como socia comercial…Espero no estar ofendiéndote con mi propuesta.—Mi secretaria ha renunciado de repente, en realidad no comprendo cómo Aaliyah pudo ser tan desconsiderada conmigo...Trabajó a
LoydMe mentiría a mí mismo si dijera que compartir momentos al lado de Paisley no me hace un hombre feliz, ya que debido a la grandiosa y brillante personalidad que ella tiene es imposible sentirse mal a su lado. Ella es tan inteligente que no hay algo de lo que no podamos conversar, y casi nunca he llegado a aburrirme cuando estoy a su lado.Y no me cansaré de repetir que me siento decepcionado de no haberme enamorado de una mujer tan inteligente y asombrosa como Paisley, y que esto se debe a mis sentimientos por Nina Mayer, a quien decepcioné como no he decepcionado a nadie y a quien posiblemente no volveré a ver nunca en lo que me queda de vida.Debería intentar olvidarme de ella costa, pero, mi corazón y cerebro difieren en tomar una decisión. Mi corazón me grita que nunca le he dejado de adorar y que su simple recuerdo es capaz de reconfortarme las veces que sea necesario, mi cerebro—Es una pena que Aaliyah haya renunciado a trabajar como tu secretaria, no esperaba que tomara u