Nina
Es cierto que en ocasiones no podemos controlar a nuestro corazón por más que lo intentemos, pero, mi sed de venganza es mucho más fuerte que cualquier otra clase de sentimiento que pueda existir en el fondo de mi alma.
Evidentemente me resulta imposible negar el atractivo de Loyd, y como mi corazón palpitó mucho más fuerte cuando lo tuve cerca de mí. Sin embargo, esta vez no estoy aquí para caer a sus pies de nuevo, y mucho menos para dejarme llevar por su sonrisa de mujeriego. Priscilla me había contado que él en realidad se encontraba en una relación ahora, con una muchachita muy bonita llamada Paisley, con quien iba a casarse muy pronto. Al inicio, me sentí bastante culpable por idear el plan perfecto para atraerlo hacia mí en búsqueda de venganza, no deseaba hacerle daño a una mujer que posiblemente lo adoraba con su vida entera, pero, no me he esforzado tanto por estar en Nueva York ahora en vano. Además, según las palabras de Priscilla, ese hombre no ha dejado sus malos hábitos de lado, involucrándose con varias mujeres mientras su esposa lo mira con ojos de amor. Continúa con la mala costumbre de ir detrás de la mujer que le gusta y no parar hasta tenerla en sus brazos. Y quizás le esté haciendo un favor a la pobrecita de Paisley al liberarla de un hombre con tantas malas intenciones. En cuanto las puertas del ascensor se abrieron en el piso de la oficina de Loyd, visualicé a una tímida señorita de cabello negro muy corto. Sus brillantes ojos azules como el mar resaltaban en cualquier lugar. —Buenos días... ¿Puedo ayudarla en algo? —Ella se acercó a mí, en su pecho estrujaba varias carpetas que supuse eran algo importante. —Buenos días, soy N.…—estuve a punto de decir mi nombre real, no sabía la razón, no obstante, me sentía en confianza y con esa mujer y estuve a punto de tirar mi plan por la borda en menos de un segundo. —Lynette, soy Lynette Hughes, encantada de conocerte. Paisley me hacía sentir como en casa, y eso empezaba a incomodarme. —Soy Paisley Kane... ¿Usted es la nueva socia de Loyd? —Interrogó con una sonrisa de lado, la muchacha era demasiado inocente. Es solo una víctima que cayó en los brazos de una fiera. —Me parece que aquel fue el nombre que él mencionó. —Sí, he venido desde Inglaterra —al menos eso era del todo cierto, yo era inglesa, aunque haya vivido gran parte de mi vida en cualquier lugar menos allí—. Esto debido a la gran oferta de trabajo, no he podido negarme en venir hasta acá. —Si ha venido a hablar con Loyd puede seguir, él estará dispuesto a recibirla ahora mismo —le agradecí con una sonrisa—. Espero que podamos conocernos más durante su estadía en la empresa. —Cuente con ello, gracias por su hospitalidad, Paisley...Será muy agradable para mí invitarle a un café. —Me fascinaría hacerlo antes de irme de viaje, no acostumbro a pasar mucho tiempo en Nueva York —se encogió de hombros. Esta es mi oportunidad perfecta para conseguir un poco más de su información de su parte. —¿A qué se dedica? —Inquirí. —Soy pintora profesional, mi especialidad son los autorretratos y los paisajes...A pesar que me encanta el arte abstracto, al final decidí especializarme en eso —encendió su teléfono y me mostró una verdadera obra de arte. Se trataba de una fotografía de una mujer, en formato de autorretrato, en la que se podía denotar la gran tristeza que agobiaba la mente de la mujer. La pintura es lindísima. Entiendo que debido a que ella suele tener trabajo en el extranjero, él todavía posee mayor tiempo para hacer lo que se le venga en gana. Y conociendo a alguien como Loyd, a quien ni le interesa si esa persona lo está viendo al ser tan descarado, habrá aprovechado la ausencia de su prometida para estar con varias mujeres. Y la ausencia de la misma, será un punto a mi favor que sabré usar correctamente. —Su arte...Su arte es exquisito, realmente no hay mucho que pueda decirle, puesto que me ha tomado por sorpresa —le sonreí—. Cuando tenga una exposición no dude en invitarme, no importa si tengo que viajar al otro lado del mundo para ello. —Oh, le agradezco —se sonrojó y arregló su cabello detrás de su oreja— Quisiera, en serio, quedarme acá conversando con usted, pero, tengo una presentación en menos de una hora y si llego tarde, estaré muerta. —Entiendo, cada uno tiene su propia responsabilidad...Al final, me ha llenado de satisfacción conocer a una mujer sumamente talentosa como usted —a la cual, me romperá el corazón tener que hacerle daño para cumplir con mis propios propósitos, solo espero que esto que voy a hacer la ayude a liberarse de un hombre tan malo. —Un gusto conocerla también, Lynette...Un nombre lleno de elegancia y misticismo —se despidió con un beso en la mejilla. —Adiós, señorita Paisley —volví a mostrarle la mejor de mis sonrisas y me adentré en la oficina después de golpear la puerta con esmero—. Buenos días señor Beckham. —Señorita Hugnes...—se mordió el labio mientras me observaba. Sé perfectamente como seducir por lo que opté por usar un vestido color azul con un delicado corte en la pierna derecha y un pequeño escote. Menos, es más, o eso es lo que indican las reglas de etiqueta. —Es un placer para mí tenerla en mi oficina tan temprano en la mañana. —Puntualidad es mi segundo nombre, debería tomarlo en cuenta —decidí tomar asiento en la silla que estaba frente de su escritorio y me crucé de piernas sin dejar de verlo a los ojos. El hombre puede creerse de lo más dominante y todo lo que quiera, pero, cuando una mujer ha capturado su corazón y ha logrado hacer que pierda el control de todos sus sentidos, ya no habrá vuelta atrás. Él lo ha perdido todo cuando deja de pensar con la cabeza y comienza a hacerlo con esa otra cabeza. —Su oficina es muy bonita realmente, debo admitirlo —le sonreí, dejando mi bolso de mano en el sillón de cuero negro y observando todo, disimuladamente, lo que había allí. —La oficina era sumamente brillante hasta que llegó usted y lo opacó todo con su extraordinaria belleza —me guiñó un ojo, y reí internamente, en serio que este hombre no ha madurado ni un poco. —Muy bien, supongo que debo agradecerle por el cumplido...—ni siquiera me inmuté—He hablado con la señorita Aaliyah, me ha mencionado que mi oficina se encontrará en el séptimo piso. Deseaba agradecerle por ser tan considerado conmigo, aun cuando he firmado con la empresa un contrato indefinido. Todos han sido muy pacientes y considerados desde que llegué. —Mi deber es considerarla...Y buscar que se encuentre contenta con su trabajo en mi empresa...Cueste lo que me cueste —y yo sé que quiere tenerme bajo su dominio, aunque no se lo dejaré fácil.NinaHe llevado a cabo un plan perfectamente elaborado que no puede fallar de ninguna forma.Parte de mi plan era que la señorita Aaliyah, quien era su secretaria actualmente renunciara en los próximos días y tener que ofrecerme a ocupar su cargo hasta que haya cumplido con mi promesa de vengarme de él. Por suerte, ella era una chica con mucho talento y le ayudé a conseguir una beca en una prestigiosa universidad de arte por lo que ya estaba asegurado que ella se iría en los próximos días. Al convertirme en la secretaria, y literalmente, en la segunda mano derecha de Loyd, sería capaz de pasar mucho más tiempo a su lado y convertirme en una parte crucial de su vida, además que tendríamos que vernos todos los días las veinticuatro horas. Era mi oportunidad perfecta de brillar.—Sepa que cualquier cosa que necesite, puede notificarme...La ayudaré de inmediato si ese fuera el caso, y claro, si continúa teniendo dudas de su trabajo puede decirme y yo se lo explicaré.—Ya no me queda ningu
NinaSin razón aparente comencé a sonrojarme, la verdad es que mi mente se bloqueó por completo y lo único que pude hacer es continuar viéndolo a los ojos y me di cuenta que él me correspondía. Sin saber qué hacer o decir debido al enorme nerviosismo que me estaba invadiendo, opté por quedarme en silencio esperando que él decidiera hacer algo mientras el ascensor continuaba haciendo su trabajo.—Me parece que no te he visto por aquí antes, aun así, siento como si te conociera de toda la vida.—En ocasiones, a pesar que en realidad no conocemos a las personas ni sabemos nada de ellas, sentimos como si fuera todo lo contrario...No respondió, centró su atención en dónde se encontraban los botones del ascensor y aplastó uno de ellos, de inmediato noté que este se detuvo y mi curiosidad creció aún más.—¿Qué haces? —Cuestioné, con una enorme sonrisa en mi rostro—¿Cuál es la razón por la que acabas de detener el ascensor?—La respuesta es fácil. Jamás volveré a conocer a una mujer tan atra
Nina—Si el amor depende solo de nosotros, no veo razón por la que no podamos comenzar a escribir una historia de amor entre los dos...—reí—. Pero creo que no será en este ascensor, ya lo hemos detenido mucho tiempo y la gente podría sospechar.—Y un ascensor no es el lugar más romántico del mundo...—susurró mientras se dirigía hacia los botones, logrando que le ascensor volviese a funcionar casi de inmediato—. Este es mi número, Lynette, por si algún día aceptas salir conmigo.—Llámame cuando quieras, y prometo que aceptaré una cita contigo...Pero, no se lo cuentes a nadie —murmuré.—¿Así? ¿Por qué no debería contárselo a nadie? —Se burló de mí.—¿No te gusta disfrutar de esos encuentros que te llenan de euforia y placer? Honestamente, parece que aquello que se mantiene en secreto es lo que nos genera mayor placer...—bajé el tono de mi voz mientras no dejaba de observarlo. Sus ojos eran como un imán que me atraía hacia él—. Aunque si te disgusta esta idea, no tengo problema en hacerl
NinaMi vida ha sido muy solitaria desde hace varios años atrás.Mi madre falleció cuando yo tenía tan solo seis años y mi padre también murió hace un par de años, y aunque este me dio una vida llena de lujos, nada podrá remplazar el amor que me hizo falta a lo largo de mi vida.Mi padre nunca me había prestado la atención que en realidad necesitaba puesto que se la pasaba trabajando la mayor parte del tiempo y cuando mi madre falleció a causa de un accidente de auto, en el que también estuve presente y que me generó un trauma que me duraría para toda la vida, tuve una nana.Jade era una mujer de aproximadamente cuarenta años que llegó a mi vida para convertirse en una especie de madre sustituta, pues estaba con ella la mayor parte del tiempo y se ganó parte de mi corazón por sus cuidados y atenciones. Actualmente ella tiene sesenta y cuatro años por lo que ya ha dejado de trabajar, sin embargo, nunca he perdido el contacto con ella y me encargo de suplir cualquier necesidad que ella
Nina—En realidad, Lynette, estaba pensando en ti para ocupar ese puesto...—confesó, tomándome por sorpresa. Por supuesto que no esperaba en lo absoluto que me propusiera algo como esto, al contrario, esperaba decírselo yo misma de una forma muy sutil, aunque parece que aquello no va a ser necesario. —Claro que sé que tú estás trabajando en mi empresa como socia comercial en este momento y que quizás nada te interesa convertirte en una secretaria, y tampoco quiero que te lo tomes como una ofensa. Solo quiero que sepas que, aunque ni siquiera yo mismo sé la verdadera razón puesto que apenas te estoy conociendo como persona y de forma profesional, confío completamente en ti y en cada una de tus habilidades. Si aceptas trabajar como mi secretaria, quiero que sepas que no tienes que dejar tu cargo como socia comercial…Espero no estar ofendiéndote con mi propuesta.—Mi secretaria ha renunciado de repente, en realidad no comprendo cómo Aaliyah pudo ser tan desconsiderada conmigo...Trabajó a
LoydMe mentiría a mí mismo si dijera que compartir momentos al lado de Paisley no me hace un hombre feliz, ya que debido a la grandiosa y brillante personalidad que ella tiene es imposible sentirse mal a su lado. Ella es tan inteligente que no hay algo de lo que no podamos conversar, y casi nunca he llegado a aburrirme cuando estoy a su lado.Y no me cansaré de repetir que me siento decepcionado de no haberme enamorado de una mujer tan inteligente y asombrosa como Paisley, y que esto se debe a mis sentimientos por Nina Mayer, a quien decepcioné como no he decepcionado a nadie y a quien posiblemente no volveré a ver nunca en lo que me queda de vida.Debería intentar olvidarme de ella costa, pero, mi corazón y cerebro difieren en tomar una decisión. Mi corazón me grita que nunca le he dejado de adorar y que su simple recuerdo es capaz de reconfortarme las veces que sea necesario, mi cerebro—Es una pena que Aaliyah haya renunciado a trabajar como tu secretaria, no esperaba que tomara u
Loyd—Lo sé, te adoro Loyd...Y a pesar que me encanta estar contigo en este hermoso restaurante, considero que luces muy cansado y que te convendría descansar un poco —era totalmente cierto, no he descansado lo suficiente y en realidad de igual manera he tenido varios pensamientos que no me han dejado dormir en días. —Vayamos a casa, así podemos disfrutar de un momento mucho más privado entre tú y yo.—Me encanta la privacidad cuando nos involucra a los dos. —dejé un beso en su cuello de forma seductora—. Es cierto, vayamos a casa, intentemos pasar la mayor parte del tiempo juntos antes que tengas que partir.Volvió a darme una sonrisa. En verdad iba a extrañarla con todo mi corazón. Mi Paisley era una gran estrella que era capaz de iluminar todo mi cielo, y si ella no estaba presente, todo mi cielo perdía su color.Llevé a Paisley hasta nuestro departamento para meternos en la tina y disfrutar de una grata conversación profunda, adorábamos hacer aquello al menos una o dos veces por s
LoydCinco años atrás—¿También te aburriste de esta tediosa celebración? A este punto de la celebración, cualquier persona cuerda podría aburrirse de todo este escándalo—Le pregunté a la preciosa chica rubia que se encontraba en aquel balcón, sus ojos cafés capturaron de inmediato mi mirada. Me resulta imposible negar que es muy atractiva y su aura es simplemente magnífica.—La verdad es que odio las fiestas, si soy honesta...Prefiero quedarme en mi habitación e incluso ir a cualquier lugar, aunque por mi padre no me ha quedado otra opción que estar aquí —ella rodó los ojos, puedo jurar que ella no es mucho más joven que yo, incluso podríamos ser de la misma edad—. ¿Y tú por qué estás en esta fiesta? Quizás fuiste obligado tal como yo.—Asuntos de trabajo...Como jefe de una aburrida empresa culinaria, no me queda otra opción que estar aquí hasta que se termine la fiesta. —contesté su pregunta y ella tan solo rió. —Trabajo es trabajo y yo soy un hombre de negocios.—Bueno, tal parece