Nina—En realidad, Lynette, estaba pensando en ti para ocupar ese puesto...—confesó, tomándome por sorpresa. Por supuesto que no esperaba en lo absoluto que me propusiera algo como esto, al contrario, esperaba decírselo yo misma de una forma muy sutil, aunque parece que aquello no va a ser necesario. —Claro que sé que tú estás trabajando en mi empresa como socia comercial en este momento y que quizás nada te interesa convertirte en una secretaria, y tampoco quiero que te lo tomes como una ofensa. Solo quiero que sepas que, aunque ni siquiera yo mismo sé la verdadera razón puesto que apenas te estoy conociendo como persona y de forma profesional, confío completamente en ti y en cada una de tus habilidades. Si aceptas trabajar como mi secretaria, quiero que sepas que no tienes que dejar tu cargo como socia comercial…Espero no estar ofendiéndote con mi propuesta.—Mi secretaria ha renunciado de repente, en realidad no comprendo cómo Aaliyah pudo ser tan desconsiderada conmigo...Trabajó a
LoydMe mentiría a mí mismo si dijera que compartir momentos al lado de Paisley no me hace un hombre feliz, ya que debido a la grandiosa y brillante personalidad que ella tiene es imposible sentirse mal a su lado. Ella es tan inteligente que no hay algo de lo que no podamos conversar, y casi nunca he llegado a aburrirme cuando estoy a su lado.Y no me cansaré de repetir que me siento decepcionado de no haberme enamorado de una mujer tan inteligente y asombrosa como Paisley, y que esto se debe a mis sentimientos por Nina Mayer, a quien decepcioné como no he decepcionado a nadie y a quien posiblemente no volveré a ver nunca en lo que me queda de vida.Debería intentar olvidarme de ella costa, pero, mi corazón y cerebro difieren en tomar una decisión. Mi corazón me grita que nunca le he dejado de adorar y que su simple recuerdo es capaz de reconfortarme las veces que sea necesario, mi cerebro—Es una pena que Aaliyah haya renunciado a trabajar como tu secretaria, no esperaba que tomara u
Loyd—Lo sé, te adoro Loyd...Y a pesar que me encanta estar contigo en este hermoso restaurante, considero que luces muy cansado y que te convendría descansar un poco —era totalmente cierto, no he descansado lo suficiente y en realidad de igual manera he tenido varios pensamientos que no me han dejado dormir en días. —Vayamos a casa, así podemos disfrutar de un momento mucho más privado entre tú y yo.—Me encanta la privacidad cuando nos involucra a los dos. —dejé un beso en su cuello de forma seductora—. Es cierto, vayamos a casa, intentemos pasar la mayor parte del tiempo juntos antes que tengas que partir.Volvió a darme una sonrisa. En verdad iba a extrañarla con todo mi corazón. Mi Paisley era una gran estrella que era capaz de iluminar todo mi cielo, y si ella no estaba presente, todo mi cielo perdía su color.Llevé a Paisley hasta nuestro departamento para meternos en la tina y disfrutar de una grata conversación profunda, adorábamos hacer aquello al menos una o dos veces por s
LoydCinco años atrás—¿También te aburriste de esta tediosa celebración? A este punto de la celebración, cualquier persona cuerda podría aburrirse de todo este escándalo—Le pregunté a la preciosa chica rubia que se encontraba en aquel balcón, sus ojos cafés capturaron de inmediato mi mirada. Me resulta imposible negar que es muy atractiva y su aura es simplemente magnífica.—La verdad es que odio las fiestas, si soy honesta...Prefiero quedarme en mi habitación e incluso ir a cualquier lugar, aunque por mi padre no me ha quedado otra opción que estar aquí —ella rodó los ojos, puedo jurar que ella no es mucho más joven que yo, incluso podríamos ser de la misma edad—. ¿Y tú por qué estás en esta fiesta? Quizás fuiste obligado tal como yo.—Asuntos de trabajo...Como jefe de una aburrida empresa culinaria, no me queda otra opción que estar aquí hasta que se termine la fiesta. —contesté su pregunta y ella tan solo rió. —Trabajo es trabajo y yo soy un hombre de negocios.—Bueno, tal parece
Cuando conocí al majestuoso empresario culinario, Loyd Beckham, en medio de un baile organizado para las personas de alta categoría, me sentía como en un cuento de hadas, como si fuera cenicienta que acababa de encontrar a su príncipe azul. Y era cierto, acababa de encontrar a un hombre que me flechó a primera vista, pero, habría querido saber la mala persona que era antes de involucrarme tanto con él.Sin embargo, nunca elegimos de quien enamorarnos.Desde esa primera noche, cuando el reloj marcó las doce en punto, me confesó que cayó rendido a mis pies desde el primer momento en que me vio y yo no pude negarle un beso, porque me sentía de la misma manera. Nuestra relación avanzó de la forma más rápida, y en unos cuantos días, ya me había llevado a su trabajo y me convirtió en su secretaria. Acepté, pensando que eso iba a hacernos más cercanos.Me equivoqué.Lo único que hizo fue tratarme como su secretaria y como una tonta, permanecí a su lado durante más de tres años esperando a qu
Nina"Nunca dejes que un hombre te haga dudar de ti misma, no dejes que cause que dejes de creer en el amor.”Nunca tuve inseguridades, nunca me atreví a dudar de mí misma, y mucho menos me atreví a pensar que no era suficiente…Hasta que Loyd Beckham más conocido como la bestia indomable de Nueva York, apareció en mi vida y me causó un remolino de emociones. Todo era perfecto para mí, hasta que ese hombre vino a destrozarme por completo y se atrevió a lograr que rogara por su amor una y otra vez.A pesar que siempre supe que aquello no estaba bien, seguí permaneciendo a su lado esperando a que al menos me mirara una sola vez, que me tratara con la misma paciencia y atención con la que trataba a las otras mujeres que venían a visitarlo con frecuencia, a que se lanzara a llamarme por mi nombre con cariño, e incluso podía conformarme con escuchar un “Buenos días, señorita Nina” de su parte para que mi día fuese mejor y fuera capaz de cargar con todas las preocupaciones que me agobiaran.
Nina—No dudo sobre tu asombrosa capacidad para aparentar, de todos modos, fuiste una muy buena actriz en tus años de juventud…—aquello era cierto, en ese tiempo tenía tan solo veintiún años y no me daba cuenta de lo dura que era la vida. Pasaron cuatro años, duros, en los que hice todo lo que mi padre dijera hasta el día en que murió, y en ese instante estaba demasiado enamorada de Loyd como para centrar mi atención en tratar de reconstruir mi carrera como actriz. Y ahora que acabo de cumplir treinta años, veo ese sueño todavía más lejano. —Él no va a reconocerte, y tienes algo a tu favor…—¿Qué tengo a mi favor? —Terminé de acomodarme el cabello mientras guardaba mi maquillaje en mi bolso y me preparaba para vivir un momento lleno de euforia. Mi cuerpo estaba lleno de energía imaginando el momento que iba a vivir dentro de poco.Estaba a tan solo unos minutos de volver a ver a Loyd Beckham.—Ese hombre solo piensa en el placer que las mujeres pueden ofrecerle, en cómo su deseo por u
LoydNo te he amado y nunca lo haré, aun así, me encanta pasar tiempo a tu lado.Dejé pequeños besos a lo largo del pecho de mi prometida, ella gimió bajo mientras yo me alejaba de su cuerpo para acostarme a su lado.Ella se recostó en mi pecho y yo la abracé por la cintura.Han pasado cinco años desde que conozco a Paisley, tres años desde que empezamos a salir oficialmente e incluso así, no he podido enamorarme de ella por más que lo intento. Prometo que es una buena persona, una mujer muy inteligente que se dedica a la pintura de forma profesional y que es reconocida mundialmente por su trabajo, y yo la admiro por eso y por otras razones. Es la prometida que cualquier hombre desearía para que se convierta en la madre de sus hijos, sin embargo, hay algo en ella que no me deja enamorarme y entregarle mi corazón.Pero eso no importa después de todo, lo que me importa es que sea una buena esposa y esa es la razón principal por la que planeo seguir a su lado por un largo tiempo, bueno a