Sus ojos cambiaban de color, a veces presentaba rasgos faciales o físicos alterados, aunque mamá especifico que esto pasaba cada que la ponían enfrente a un espejo. Llevaron a la bebita con varios especialistas, pero ninguno supo decirle con certeza cual era el problema, como última medida la mamá de la bebé recurrió a la abuela de esta, que era curandera, una médica naturalista pero no tuvo efecto alguno, entonces la abuela en un afán desesperado de calmar a la madre de la bebé, le sugirió llevarla con una bruja blanca. Está bruja podía hacer algo al respecto, pero había un precio que pagar, la bruja podía intervenir en la bebé, pero esta quedaría expuesta al mundo de lo que no reside en este plano ante los ojos de los vivos, la bruja les comentó que todos esos cambios que la bebé mostraba eran producto de ella misma, la bebé tenía un don muy especial que era el de ayudar a lo que ya partió de este mundo, tenía la capacidad de reconocer las presencias malignas al igual que podía interactuar con ángeles. El alma de este infante tiene un precio muy alto en el mundo de los muertos, es por esto que ella se protege, al cambiar de imagen ningún alma ya sea pura o impura puede reconocerla. Dicho todo esto, la madre del bebé acepto. Yo escuchaba atenta la historia hasta que mi madre se calló y me miró fijamente, sé que esto es difícil de procesar y es muy probable que no entiendas el motivo de la madre, pero ella hizo esto por amor a la bebé, para que pueda crecer libre de cambios, sin miedo a que la juzguen en el exterior y lo mantuvo en secreto para evitar preocupar a la niña...Lía la bebé de la historia eres tú.
Me quedé callada un buen rato tratando de hilar todo lo que acababa de contarme mi madre, muchas de las cosas que me sucedieron, al fin tienen sentido y en respuesta a toda esa nueva información no supe que hacer, empecé a lagrimear, era mucho para procesar, estaba un poco molesta por que me oculto esa información tan importante, aunque por otro lado la entendía, toda madre siempre acostumbra a querer ofrecerle lo mejor posible a su hijo. Luego de esto, pasamos la tarde juntos no sin antes esclarecer bien todas mis dudas, mis padres se disculparon conmigo por todo lo que me ocultaron. Lógicamente me siento un poco traicionada porque me hayan guardado este secreto, pero son mi familia y los amo, así que no puedo guardarles rencor.
A eso de las 17 pm, papá nos invitó a comer helado en una tienda muy bonita estéticamente hablando y agradable de ambiente. Mamá seguía un poco triste, pero se esmeró por ocultar sus emociones, no puede dejar de culparse por lo ocurrido anoche. Así que, en una muestra de mi amor, me coloqué un vestido para hacer juego con ella, nos arreglamos juntas y traté de hacerle reír, para pasar el mal rato. Papá nos esperaba abajo hace como unos 15 minutos y ya empezaba a hacer ruidos de exasperación por el tiempo que nos estábamos demorando. Justo cuando estaba por llamarnos la atención, mamá bajó primero por las escaleras, a lo lejos se alcanzó a oír un sonoro beso. En lo que terminaban sus muestras afectivas, me quedé arriba mirando mi aspecto frente al espejo, tengo que decir que luzco muy bien, me puse un vestido color verde olivo a juego con el de mi madre, al cabo de unos segundos cuando ya no escuché nada raro, bajé yo.
- Voy bajando, no quiero ver nada que me perturbe.
- Mientras mamá se ríe, papá me contestó, todo despejado no hay moros en la costa
- Estás hermosa hija, ambas lucen como unas princesas.
- Muchas gracias, salí por mi madre.
Mamá vuelve a reír, fue la segunda vez que se reía natural desde que me contó lo que aconteció años atrás. El resto de la noche fue bastante tranquilo, nos divertimos y tratamos de hacer pasar el momento.
Al llegar a casa fui directo a mi habitación, como estaba sudada decidí darme un baño para refrescarme, pero antes de mi ducha relajante, recibí la visita por última vez en el día de mis padres, ambos me dijeron que, si presentía algo que los llame o en todo caso que vaya junto a ellos de ser posible para no pasar por esa clase de momentos sola.- Contesté que sí, no había problemas, siempre cuento con ellos. Y todos salimos de la pieza, ellos fueron a su cuarto y yo me dirigí al baño.
Al cabo de unos minutos ya estaba toda bañada, también me cepillé mis dientes. Cuando me recosté, escucho que mamá me habla desde el lado externo de la puerta.- ¿Hija puedo pasar?
- Sí ma, adelante
- Hija te traje algo de protección extra, vas a colocar esta sal alrededor de tu cama, un poco debajo de tu almohada esto servirá para espantar a todo aquel que te quiera hacer daño. Ante mi cara de enigma mamá me explicó, que es una sal exorcizada y me dará protección frente a cualquier ente maligno que se aparezca mientras este durmiendo.
- Gracias mamá, de corazón agradezco el sacrificio que hiciste por mí de pequeña, así que ya no estes triste ni molesta por nada, ¿está bien?
- Ella me responde entre medio de algunas lágrimas rebeldes, sí hija. Te amo, descansa.
- Yo igual ma.
Al terminar de decir esto, ella cierra mi puerta y me deja sola en mi habitación. Nuevamente acostada me pongo a pensar en todo lo vivido, me asusta, pero en mi interior hoy más que nunca me siento fuerte, tengo el apoyo de mis padres, la protección divina y ya desterré a una entidad de este plano, así que estoy segura de que si se repite lo voy a poder lograr sin problemas, aunque si se tratara nuevamente de Hadrien, no sé si tenga las agallas suficientes para hacerlo.
En eso, como si se tratara de un impulso decido ir a mirarme frente al espejo, específicamente, ver la marca que el dejo desde lo ocurrido, esos hermosos, pero a su vez escalofriantes dragones, los toqué y tuve una extraña sensación de estar acompañada, de no estar sola en mi habitación, siento ese escalofrío típico de la presencia de Hadrien y me doy la vuelta muy lentamente para verificar que no haya vuelto, no alcanzo a ver nada así que, vuelvo a centrar mi atención en el espejo y alcanzo a ver sus ojos, pero fue prácticamente un destello. Ahora es cuando empiezo a dudar de todo lo que acabo de pensar así que, por mi paz mental di la vuelta el espejo hacia la pared. Por último, como medida adicional de seguridad, realice algunas oraciones para poder dormir en paz. Y como si fuera poco, en un afán de mi cerebro por perturbar la poca cordura que tenía para estos momentos, tuve una idea fugaz, ¿desterré a Hadrien o no?
Y sin más quedé profundamente dormida.
Mientras tanto Hadrien Si se preguntan algo de lo que fue mi vida humana. Y el cómo me convertí en lo que hoy soy. Pues aquí les va una breve historia, mi vida humana empezó en el año 1640, nací en una pequeña ciudad ubicada en Grecia, tenía ojos color cielo, una tez blanca y un cuerpo fornido, era la idea más cercana a un Adonis. Desde muy pequeño fui un auténtico gigoló, siempre me relacionaba con mujeres mayores a mi edad y empecé a tener sexo desde los 15 aproximadamente, a medida que crecía en edad desarrollé ciertos fetiches que con el tiempo iban en aumento, tanto así que llegué al punto de sentir placer del dolor que le causaba a otras mujeres durante el sexo. La primera vez que se me fue de las manos uno de mis fetiches, termine matando a mi amante. No obstante, al suceder esto entré en un frenesí por matar. Todas las amantes con las que me metí terminaban muertas, algunas se desangraban y a otras simplemente las ahogaba. Fui uno de los asesinos más buscados entre el año 16
La misma sensación que tuve en mi habitación estaba presente, me resulta incómodo y eso despierta mis estados de alerta, a medida que más me acercaba a la entrada, mi corazón palpitaba fuerte. Por una especie de corazonada miré por los alrededores del templo y justamente fui a dar con el espejo de uno de los carros aparcados, esos ojos, Hadrien suspiré. Para ese entonces no podía creer lo que veía, por lo que cerré fuertemente mis ojos y luego los abrí, seguía ahí. Esos ojos fríos y sin vida me observaban desde el vehículo, para mí estaba siendo una eternidad, pero me di cuenta de que solo fueron unos segundos, ya que mamá se percató de que me había quedado petrificada, me tomó del brazo y me sacó del trance en el que me encontraba. - ¿Todo bien?, preguntó. - Si ma, solo que pensé haber visto al ente. - Entremos pronto, si vuelves a sentir algo, avísame y te ayudaremos con tu papá. - Está bien, te haré saber cualquier cambio. Al pasar por la puerta principal del templo, el
Hoy es viernes, así que estaba de buen humor. Fue una semana un tanto complicada debido a todos los recientes incidentes y a raíz de ello, digamos que me tomé muy a ligera lo de asistir al instituto. Por otro lado, se podría decir que estamos raspando las vacaciones por lo que, mucho ya no me preocupaba el asistir. Así que como hoy es el último día de clases, le consulté a mamá si podía quedarme y pues no puso mucha objeción en ello, sin embargo, a papá lo tuve que convencer y nada mejor que limpiar su vehículo. Como por arte de magia el "no" de unos segundos atrás acabó de convertirse en un radiante sí. Así que Lía 1 y padres 0. Omitiendo lo de la limpieza claro estaba, aunque limpiar era un pasatiempo que me encantaba, colóquenme de sobre nombre loca, pero pues son mis gustos. Desayunamos juntos, luego papá fue al trabajo y mamá se quedó preparando una receta de panecillos. Mientras tanto decidí salir al jardín para relajarme aprovechando que el día está muy caluroso y soleado, le p
Mientras tanto Hadrien En el mundo de los vivos hace semanas que tuve el encuentro con Lía, la palabra ansia me queda pequeña para el deseo que tengo de corromper su alma. Luego del encuentro en el patio puedo decir que tiene un hermoso y deseoso cuerpo, me encantaría cogerla, así extraer todo el dulce néctar de su vida, que grite mi nombre y que suplique por piedad, de solo pensar en ello, mi demonio esta más que alterado y mis ojos ya cambiaron de color hace un muy buen rato. El color de mis ojos delata mis intenciones, deseos y emociones; es la primera plana de lo que va a acontecer, además, es mi medio de intimidación o advertencia dependiendo de que esté pasando. Luego de desear a Lía un buen rato, me puse a maldecir porque aún no logré salir de esta prisión ordinaria, los inútiles que tengo por subordinados no se atrevieron a sacarme de aquí, por lo cual recurrí a una bruja muy antigua que habita en lo más profundo de los círculos infernales, lograría sacarme, pero a cambio
Era una hermosa mañana, había un sol radiante en el cielo y no había ninguna nube. No me mal entiendan, amo los días de lluvia de hecho, son mis favoritos, sin embargo, los días de sol de vez en cuando me ponen muy feliz, es como si tuviese una dosis de felicidad extra en el día, luego me di cuenta de que parezco una lunática, como si me hubieran sacado de algún libro para niños, ¡soy una linda hada! Tengo que volver a mi realidad. Hay un tema al que debo de dar el 99% de mi atención; es mi futuro, estoy a un paso de terminar mi vida estudiantil, necesito decidir mi carrera profesional. Realicé un test vocacional, las carreras de salud son lo que más me gusta, ayudar a las personas o animales, si les soy sincera, me fascina la idea de ser una médica. Luego de pensar un buen rato sobre las carreras universitarias, decidí ir a tomar un baño para luego bajar a desayunar. Al salir de mi habitación no me encontré con mis padres, por lo que, aún están acostados o están abajo desayunando; co
Al entrar en la tienda visualicé un sinfín de vestidos, si obviaba el hecho de que establecimos un código de vestimenta probablemente me hubiera vuelto loca, resulta que unas semanas atrás en el instituto, se hizo una votación sobre los colores que llevaríamos a la fiesta. Se realizó de una manera común, pero efectiva. La profesora nos dijo que arranquemos un pequeño pedazo de papel; en el teníamos que escribir que color de vestido o traje, preferimos usar. Yo escogí un vestido en tono marfil, mientras que los demás escogieron otros tonos claros, como el blanco, rosa bebé, etc. Para los hombres se decidió por un smocking negro y para las mujeres fue el marfil, un pequeño porcentaje se inclinó por el blanco, pero resulta que nadie quería parecer una novia, por eso se optó por dicho color. Me encontré con mi madre, para entonces, ella ya había elegido modelos que se adaptan a mis gustos, sin embargo, no me convencían por lo que fui en búsqueda de algo que me seduzca. La tienda era bas
Luego de estacionar, mi madre me preguntó si me sentía mejor, a medida que los segundos pasaban iba mejorando, pero la sensación de peligro no desaparecía. - Sí me siento mejj, no puede acabar de hablar, en el instante que le contesté, oímos un estruendo gigantesco al lado nuestro. Acabaron de cochar 2 coches, todo el tráfico que circulaba por el lugar se detuvo; rápidamente bajamos del vehículo. De buenas a primeras, el vehículo que ocasionó el accidente está bien, sin embargo, el que estaba esperando la luz verde, tiene heridos. Había un charco de sangre del lado acompañante al conductor. Me acerqué para comprobar si seguían vivos. Al instante de asomarme en el vehículo y haber tocado al acompañante, está muerto; siento una pena gigantesca, siento dolor, rabia y empiezo a ver, como si de una película se tratase lo que fue la vida de esta persona, era un hombre que cometió asesinatos en su juventud y nunca se arrepintió de ello. Ahora visualizo el día de hoy, siento odio y rabia. Lu
Como tenía un vestido de tela muy fresco decidí sacármelo; por debajo de este me había colocado un traje de baño de color rojo por si se me antojaba entrar a la alberca. Empecé por los hombros, deslicé lentamente las mangas, primero del lado izquierdo y luego del lado derecho, traté de ser lo más seductora posible. Al llegar a mis pechos, giré frente al espejo y fingí que tenía problemas para que el vestido pase por esa zona, así podía apretar un poco el bañador y lograr que el intruso espectador, se manifestara. Pero, aún no aparece. - Maldito Hadrien, supongo que se estaba excitando o algo parecido, ya que mi tatuaje empezó a funcionar como un vibrador (pensé). Me giré nuevamente y mi espalda quedaba frente al espejo, luego de pasar por mis pechos, dejé caer el vestido, pero no contaba con que se iba a trancar en mi cadera. - Refunfuñe para mis adentros. Era muy complicado permanecer de pie, parecer sexy y no soltar ningún gemido, por la pequeña situación que estaba transcurriendo