Capítulo 4 

Sus ojos cambiaban de color, a veces presentaba rasgos faciales o físicos alterados, aunque mamá especifico que esto pasaba cada que la ponían enfrente a un espejo. Llevaron a la bebita con varios especialistas, pero ninguno supo decirle con certeza cual era el problema, como última medida la mamá de la bebé recurrió a la abuela de esta, que era curandera, una médica naturalista pero no tuvo efecto alguno, entonces la abuela en un afán desesperado de calmar a la madre de la bebé, le sugirió llevarla con una bruja blanca. Está bruja podía hacer algo al respecto, pero había un precio que pagar, la bruja podía intervenir en la bebé, pero esta quedaría expuesta al mundo de lo que no reside en este plano ante los ojos de los vivos, la bruja les comentó que todos esos cambios que la bebé mostraba eran producto de ella misma, la bebé tenía un don muy especial que era el de ayudar a lo que ya partió de este mundo, tenía la capacidad de reconocer las presencias malignas al igual que podía interactuar con ángeles. El alma de este infante tiene un precio muy alto en el mundo de los muertos, es por esto que ella se protege, al cambiar de imagen ningún alma ya sea pura o impura puede reconocerla. Dicho todo esto, la madre del bebé acepto. Yo escuchaba atenta la historia hasta que mi madre se calló y me miró fijamente, sé que esto es difícil de procesar y es muy probable que no entiendas el motivo de la madre, pero ella hizo esto por amor a la bebé, para que pueda crecer libre de cambios, sin miedo a que la juzguen en el exterior y lo mantuvo en secreto para evitar preocupar a la niña...Lía la bebé de la historia eres tú.

Me quedé callada un buen rato tratando de hilar todo lo que acababa de contarme mi madre, muchas de las cosas que me sucedieron, al fin tienen sentido y en respuesta a toda esa nueva información no supe que hacer, empecé a lagrimear, era mucho para procesar, estaba un poco molesta por que me oculto esa información tan importante, aunque por otro lado la entendía, toda madre siempre acostumbra a querer ofrecerle lo mejor posible a su hijo. Luego de esto, pasamos la tarde juntos no sin antes esclarecer bien todas mis dudas, mis padres se disculparon conmigo por todo lo que me ocultaron. Lógicamente me siento un poco traicionada porque me hayan guardado este secreto, pero son mi familia y los amo, así que no puedo guardarles rencor.

A eso de las 17 pm, papá nos invitó a comer helado en una tienda muy bonita estéticamente hablando y agradable de ambiente. Mamá seguía un poco triste, pero se esmeró por ocultar sus emociones, no puede dejar de culparse por lo ocurrido anoche. Así que, en una muestra de mi amor, me coloqué un vestido para hacer juego con ella, nos arreglamos juntas y traté de hacerle reír, para pasar el mal rato. Papá nos esperaba abajo hace como unos 15 minutos y ya empezaba a hacer ruidos de exasperación por el tiempo que nos estábamos demorando. Justo cuando estaba por llamarnos la atención, mamá bajó primero por las escaleras, a lo lejos se alcanzó a oír un sonoro beso. En lo que terminaban sus muestras afectivas, me quedé arriba mirando mi aspecto frente al espejo, tengo que decir que luzco muy bien, me puse un vestido color verde olivo a juego con el de mi madre, al cabo de unos segundos cuando ya no escuché nada raro, bajé yo.

- Voy bajando, no quiero ver nada que me perturbe.

- Mientras mamá se ríe, papá me contestó, todo despejado no hay moros en la costa

- Estás hermosa hija, ambas lucen como unas princesas.

- Muchas gracias, salí por mi madre. 

Mamá vuelve a reír, fue la segunda vez que se reía natural desde que me contó lo que aconteció años atrás. El resto de la noche fue bastante tranquilo, nos divertimos y tratamos de hacer pasar el momento.

Al llegar a casa fui directo a mi habitación, como estaba sudada decidí darme un baño para refrescarme, pero antes de mi ducha relajante, recibí la visita por última vez en el día de mis padres, ambos me dijeron que, si presentía algo que los llame o en todo caso que vaya junto a ellos de ser posible para no pasar por esa clase de momentos sola.

- Contesté que sí, no había problemas, siempre cuento con ellos. Y todos salimos de la pieza, ellos fueron a su cuarto y yo me dirigí al baño.

Al cabo de unos minutos ya estaba toda bañada, también me cepillé mis dientes. Cuando me recosté, escucho que mamá me habla desde el lado externo de la puerta.

- ¿Hija puedo pasar? 

- Sí ma, adelante 

- Hija te traje algo de protección extra, vas a colocar esta sal alrededor de tu cama, un poco debajo de tu almohada esto servirá para espantar a todo aquel que te quiera hacer daño. Ante mi cara de enigma mamá me explicó, que es una sal exorcizada y me dará protección frente a cualquier ente maligno que se aparezca mientras este durmiendo. 

- Gracias mamá, de corazón agradezco el sacrificio que hiciste por mí de pequeña, así que ya no estes triste ni molesta por nada, ¿está bien? 

- Ella me responde entre medio de algunas lágrimas rebeldes, sí hija. Te amo, descansa.

- Yo igual ma. 

Al terminar de decir esto, ella cierra mi puerta y me deja sola en mi habitación. Nuevamente acostada me pongo a pensar en todo lo vivido, me asusta, pero en mi interior hoy más que nunca me siento fuerte, tengo el apoyo de mis padres, la protección divina y ya desterré a una entidad de este plano, así que estoy segura de que si se repite lo voy a poder lograr sin problemas, aunque si se tratara nuevamente de Hadrien, no sé si tenga las agallas suficientes para hacerlo.

En eso, como si se tratara de un impulso decido ir a mirarme frente al espejo, específicamente, ver la marca que el dejo desde lo ocurrido, esos hermosos, pero a su vez escalofriantes dragones, los toqué y tuve una extraña sensación de estar acompañada, de no estar sola en mi habitación, siento ese escalofrío típico de la presencia de Hadrien y me doy la vuelta muy lentamente para verificar que no haya vuelto, no alcanzo a ver nada así que, vuelvo a centrar mi atención en el espejo y alcanzo a ver sus ojos, pero fue prácticamente un destello. Ahora es cuando empiezo a dudar de todo lo que acabo de pensar así que, por mi paz mental di la vuelta el espejo hacia la pared. Por último, como medida adicional de seguridad, realice algunas oraciones para poder dormir en paz. Y como si fuera poco, en un afán de mi cerebro por perturbar la poca cordura que tenía para estos momentos, tuve una idea fugaz, ¿desterré a Hadrien o no?

Y sin más quedé profundamente dormida.

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