Capítulo 5

Mientras tanto Hadrien

Si se preguntan algo de lo que fue mi vida humana. Y el cómo me convertí en lo que hoy soy. Pues aquí les va una breve historia, mi vida humana empezó en el año 1640, nací en una pequeña ciudad ubicada en Grecia, tenía ojos color cielo, una tez blanca y un cuerpo fornido, era la idea más cercana a un Adonis. Desde muy pequeño fui un auténtico gigoló, siempre me relacionaba con mujeres mayores a mi edad y empecé a tener sexo desde los 15 aproximadamente, a medida que crecía en edad desarrollé ciertos fetiches que con el tiempo iban en aumento, tanto así que llegué al punto de sentir placer del dolor que le causaba a otras mujeres durante el sexo. La primera vez que se me fue de las manos uno de mis fetiches, termine matando a mi amante.

No obstante, al suceder esto entré en un frenesí por matar. Todas las amantes con las que me metí terminaban muertas, algunas se desangraban y a otras simplemente las ahogaba. Fui uno de los asesinos más buscados entre el año 1660 y el 1666. Hasta que un día, el esposo de una de mis amantes fue en mi búsqueda con la intención de matarme, pero este individuo me destinó una muerte dolorosa y lenta. En mi agonía se me presentó un demonio y me propuso un trato, al ver mi alma tan podrida vio potencial para que me convierta en uno igual. Le acepte el trato bajo una condición, quería que el hombre que me causo esto sea infeliz por lo que le queda de existencia. Y así fue, morí el 31-10-1666.

A partir de ahí mi vida demoniaca empezó, me convertí en un íncubo, gané estatus con el paso de los siglos y a día de hoy tengo un cargo infernal muy importante, dispongo de legiones de demonios a mi servicio y atormento a las mujeres que desean fervientemente copular y no son saciadas. Ahora que tiene que ver Lía con todo esto, resulta que el hombre que me mato termino desposando a la hermana de mi amante, ella es el ancestro de Lía. Por lo que al enterarme de su nacimiento fui en su búsqueda, me llevé la grata sorpresa de tener ante mis ojos a la réplica mejorada de lo que alguna vez fue mi amante, la misma que me llevó a mi condena. Por lo que desde el día 1 de su existencia en la tierra no le perdí la vista de encima, mandaba a custodiar a mis demonios, todo con tal de mantenerla cerca. Años más tarde cuando Lía empezó a manifestar su don, me obsesioné con ella y estudiaba cada paso que daba, hasta que la madre durmió sus poderes, pero de lo obstinado que estaba busqué la manera de interactuar o al menos ver su crecimiento en la tierra. Y me metí al mundo de los sueños.

Lo que no sabía era el alcance del poder de ella, por eso la noche que al fin pude entrar en su plano tuvo la capacidad de desterrarme. Me tomó desprevenido. Cuando se vincula con un poder proveniente de Dios y todo lo que respecta a él, su poder se incrementa, siendo capaz de mandarnos nuevamente al averno, sentir las presencias malignas y le otorga una fuerza sobrehumana, caso contrario, no me explico cómo fue capaz de empujarme en la puerta del baño. Estas son algunas de las pocas cosas que puede hacer, si llega a interiorizar en sus habilidades será un ser imparable.

La siguiente ocasión que me presente junto a ella, me asegurare de que esté lejos de todo lo benevolente. Especialmente de esa medalla, la imagen que lleva a cuestas es un santo que causa controversia en el mundo en donde yo resido. Es un humano que fue bendecido con los mismos poderes de Lía y desterró a unos cuantos de los míos, intervino en varias ocasiones para salvar almas de moribundos los cuales llevaban una vida muy poco digna y confesaba a los hombres sus pecados más ocultos gracias al poder de la visión de lo sobrenatural. En pocas palabras, Lía es un ser muy poderoso, pero debido a la ignorancia en la que habita, termina siendo obsoleta. Por lo tanto, debo de aprovechar esta ventaja. Ella terminara siendo arrastrada al mundo de las sombras.

Al día siguiente Lía

En la mañana siguiente de haber visto los ojos de Hadrien aunque suene medio loco, no tuve miedo y pude descansar como hace mucho tiempo no lo hacía. Siento paz. Estuve recostada en mi cama un buen rato hasta que caí en cuenta de la hora, eran las 10 am de un sábado y yo recién me estoy levantando. Tomé fuerzas y salí a regañadientes de la cama, fui al baño para espabilarme un poco, luego bajé a la cocina. Al bajar las escaleras huelo algo delicioso, mamá estaba preparando una media mañana, hizo huevo revuelto y lo preparó con jamón, queso, verduras y dos panes. Preparó un sándwich con un sabroso pan tostado.

- Hola ma, ¿qué tal? 

- Hola cielo, parece que a alguien se le pegaron las sábanas, me tentó 

- Pues sí, se me pegaron, pero fue una de las primeras veces que logro descansar de esta manera, desde que empezaron los incidentes con esta entidad dormía, pero no descansaba lo suficiente.

- Entiendo hija, ¿qué tal sientes tu tatuaje? 

- De momento ya no me molesta, pero ayer pasó algo, al momento de acostarme tenía una sensación extraña en la pierna, como si necesitase tocar el tatuaje así que me levanté a revisarlo, pero al momento de pararme frente al espejo, me sentí observada por lo que di la vuelta a ver si había alguien, pero nada. Por un lado me sentí tranquila, aunque luego al girarme nuevamente frente espejo alcancé a ver los ojos de Hadrien. Me perturbo un poco eso, pero no tanto como la primera vez por lo que giré el espejo hacia la pared y me acosté a dormir

- Eso me deja un poco preocupada pero no tanto como el hecho de que este en tu misma habitación. Así que, si se vuelve a repetir no dudes en levantarme, iré a dormir contigo hija. 

- Está bien ma, gracias. 

Luego de terminar la conversación, llegó papá y nos avisó que esta tarde iremos a misa, así que debemos prepararnos con tiempo. Confieso que estoy un poco consternada por pisar la iglesia, mi subconsciente está en modo alerta si así se pudiese decir, luego de todo lo transcurrido me preocupa que suceda algo paranormal. O tal vez estoy sobre pensando demasiado las cosas. El horario de la misa es a las 18:30, así que de momento voy bien, me bañe hace como 50 minutos, elegí mi ropa, me puse unos pantalones de vestir color camel y una camisa color azul marino, unos zapatos de tacón prácticamente del mismo color de mi pantalón. Nada más me falta el peinado y un maquillaje ligero para no ir a cara lavada como tradicionalmente se dice. En el pelo me hice un medio recogido, para la cara ocupé un poco de base líquida, algo de rubor, un rímel color negro y como un detalle adicional me coloqué un gel para las cejas, a decir verdad, me gusta el resultado. Miré el reloj y eran exactamente las 18:00, para dicha de mi familia la iglesia nos queda a unos 10 minutos de distancia, por lo que luego de echarme una ojeada en el espejo, me predispuse a bajar las escaleras, mi madre salió segundos después de su habitación.

- ¡Que elegancia, alguien luce muy atractiva el día de hoy!, exclamó mi madre

- Shhhh, no es para tanto, solo se llama agua y jabón. 

- Ella se puso a reír. Para ese momento ya nos encontrábamos en la planta baja de la casa, mientras que papá venía de corroborar que todo esté bien cerrado.

- ¡Guau!, cuanta belleza, ambas se ven hermosas, dijo mi padre.

- Gracias pa 

En lo que terminé de agradecer, veo como se le acerca a mi mamá y le planta un sonoro beso en la boca. Por lo que mi siguiente reacción fue un gesto bien articulado de asco.

Salimos de la casa y subimos al vehículo, rumbo a la iglesia. Tardamos un poco en llegar, pero porque no encontrábamos estacionamiento. Así que papá dio unas cuantas vueltas a la manzana para encontrar donde aparcar.

Nos bajamos y rumbo al templo me sentía extraña.

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