Lo ilegal es amarte
Lo ilegal es amarte
Por: Alejandro CD
Prólogo

—No finjas que esto pasará solo porque estás amarrada.—Le decía Esteban a su hermosa prisionera mientras intentaba acomodar su cuerpo arriba del de ella.—Se que esto lo deseas tanto como yo.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?—Le respondió con voz débil pero que aún se resistía por mostrarse rebelde.

—Lo puedo sentir. Veo tus ojos totalmente entregados a mi.—Comenzó a desplazar su rodilla en la de ella para abrirla lentamente y entrar en un cruce demasiado sensual.—Puedo sentir a tu piel cómoda, excitada. Con deseos de seguir siendo acariciada por la mía.

Stefani ya se había entregado casi por completo ante la presencia de su captor. Gran parte de lo que él decía era verdad pero su orgullo no le haría aceptarlo tan fácil.

Estaba entregada a su abdomen y pecho que ya descansaban sobre ella ya sin ropa. Ese abdomen trabajado y marcado, complemento ideal de ese pecho fuerte que ya la domaba en la cama.

El espacio era obscuro, en un lugar que podía ser el cómplice perfecto para que ocurriera aquella locura. 

Ambos eran hijos de los mafiosos más importantes de Europa. Enemigos de toda la vida.

Ella capturada mientras que él haciendo valer su dominio en ese momento. Su intención era clara, seducir a la hija de su rival aquella noche. Todo estaba fluyendo como él lo deseaba. Estaba listo para entregarse al placer con la mujer que había robado su corazón.

—Quiero quitarte esa cuerdas, quiero demostrar que no me equivoco.—Decía mientras le hablaba al oído con voz suave.—Los dos disfrutaremos más si te entregas a voluntad.

—¿Por qué tienes miedo entonces?—Dijo ella dejando fluir la excitación por su boca.—Suéltame y verás lo que puedo hacer para complacerte.

La duda en Esteban era su peor enemiga. En aquella cama no había nada que pudiera ser usado como arma. Y aunque lo hubiera, lo que más podía dañarle es el ser rechazado y estar equivocado, pero no había más remedio ante tan avanzada situación. Era el momento de arriesgarse.

—Soltaré tus manos, una por una...—Le contó su plan mientras pasaba su lengua a través del abdomen de la joven que estaba debajo de él.—Veamos qué puedes hacer con ellas, tienes todo mi cuerpo para demostrarlo.

—Tranquilo, ya lo descubrirás...

Stefani quedó libre en aquel minuto. Al menos de las cuerdas pues el cuerpo de Estaban aún estaba en ella, aprisionándola en la cama. Eso no importó para ella. Lo que deseaba ya había comenzado.

Se miraron a los ojos un par de segundos. Tiempo suficiente para analizar todo lo que el otro haría. Al terminar ese lapso, Stefani no se resistió más y lo tomó del cuello para besarlo y entregarse de una vez por todas a los deseos constantes que había sentido durante todos esos días por él.

La noche había comenzado para estos dos enamorados quienes a pesar de todas las dificultades que habían superado, aún tenían muchas ganas de luchar el uno por el otro. Ni la tragedia, ni las pérdidas, harían que su pasión terminrara.

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