Pues es verdad aunque quera negarlo, he pensado en el soldado israelí desde el momento que me dio pasó y se portó amable conmigo.
No quisiera hacerlo, no está bien, si mi padre se enteraría de mis pensamientos, recibiría azotes por cada pensamiento irrespetuoso que tengo en torno de ese soldado y no solo por ser hombre sino por ser israelita.
Mi padre es muy estricto especialmente conmigo y con mis hermanas, mis hermanos tienen muchas más libertades que nosotras y nosotras sólo debemos aceptarlo y obedecerlo, ya estamos todas comprometidas para distintos matrimonios hasta mi hermana más pequeña que tiene recién siete años ya está comprometida a un hombre de treinta y cinco años, mi padre dice que se hacen muy buenos negocios con las hijas mujeres, aunque él tiene que dar una dote por cada una de nosotras gana un yerno con poder dentro la sociedad y es lo que le importa.
He visto que las mujeres que han logrado estudiar se han revelado ante esto, pero sinceramente, yo tengo mucho miedo a mis padres y a mis hermanos...permitir que mis pensamientos se los adueñe un israelí no está bien, se supone que son "el enemigo"
Sinceramente he luchado con esos pensamientos evitando pasar por el mismo lugar donde nos vimos por primera vez, aunque muchas veces es difícil ya que hay muchas personas que les gusta provocar a los soldados, como mi hermano Karim, yo soy distinta a ellos prefiero evitar problemas.
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La noche anterior no dormí casi nada, hubo disturbios toda la noche, y estuve en vela esperando que pasarán, como no pude dormir, me tuve que levantar cansada está mañana, me arreglé rápidamente por qué ya estoy atrasada y salí de casa con dirección a la academia. Los disturbios no pararon, pero tampoco quiero perder más clases.
Mi hermano Karim como es su costumbre siempre que salgo me acompaña unas cuadras y después se va a trabajar con mi padre, hoy no fue la excepción, aunque me tiene harta que lo haga debo aceptarlo sino mi padre me castigaría con la vara de madera y odio que lo haga.
-¡Puedo caminar yo sola! - exclamo furiosa y fastidiada.
-No refunfuñes Nadhid, tú debes hacer lo que nosotros te ordenamos, - grita molesto- no entiendo qué ganas con estudiar, te casarás y tendrás que tan sólo dedicarte a tu marido y a los hijos que tengas con él...
-¡Me gusta estudiar! - grito molesta
-¡No me grites! - Karim me aprieta del brazo muy fuerte y me mira con el ceño fruncido - Sabes que puedo golpearte, mi padre me dio su bendición para hacerlo.
-¡Suéltame! - hago fuerza para soltarme pero Karim me aprieta con más fuerza y hace que me duela el triple el apretón.
La gente pasa por nuestro lado y nadie se mete, nadie se inmuta de lo que mi hermano me está haciendo.
Mis lágrimas empiezan a caer por mi rostro tras el velo, decido que es mejor aceptar y pedir disculpas para lograr soltarme antes de terminar muy lastimada.
-Está bien, está bien...tienes razón, disculpa mi atrevimiento...- al borde de estallar en llanto, Karim me suelta, sigue molesto, con los ojos inyectados de rabia.
-No sé te ocurra volverte una de esas rebeldes que les gusta dar la contra a las leyes de Alá.
-Sí...- bajo la mirada de manera de responder a mi hermano - disculpa, obedeceré.
-¡Mas te vale, Nadhid! - gruñe y me deja en la esquina, después se va por su lado, por mi parte me quedo temblando todavía, muy asustada, después de dar un largo suspiro para tranquilizarme empiezo a caminar con dirección a la frontera, lo bueno es que Karim no le gusta acompañarme hasta la academia sino sería una tortura todos los días para mí.
La verdad que mientras camino no puedo calmar mi llanto, aunque lo intenté, lloró de miedo y de frustración.
Mi padre y mis hermanos son muy crueles con mi madre, con sus otras esposas y con mis hermanas, todas debemos actuar de acuerdo a lo que ordenan ya que lo debemos hacer, ellos mandan en casa.
Llegó a frontera, me topo con algunas personas que están peleando con los soldados, otro de tantos días en que hay confrontaciones, prefiero ir por otro lado.
Doy vuelta, aunque no lo desee, camino directo al paso donde me encontré hace unos días con ese soldado que fue amable conmigo. Espero no toparme con él, puesto que está prohibido que mi mente piense en el enemigo y sé que sí me encuentro con él, mi mente maleducada lo hará y el castigo será peor.
A lo lejos veo a dos soldados, parados charlando uno con otro, trago saliva, creo que no podré seguir, no me dejarán pasar, lo bueno es que no está él, así que decidí dar vuelta sobre mis pasos y volver, tendré que perderme las clases de hoy.
Doy unos cuantos pasos y me topo de frente con alguien que me detiene en seco, ya que no me da pasó para que siga adelante.
-Disculpe - susurro con un hilo de voz.
-¡Oh...eres tú! - exclama la voz del soldado que reconocí al segundo.
Levanto la mirada, tapando el resto de mi rostro con el velo.
-Sí...- respondo con permiso...- intento sortear al soldado sin volver a mirarlo pero este no me da paso.
-Creo que tienes que ir por allá - comenta levantando mi rostro para que lo vea, el dirige la mirada en la dirección donde yo debería ir.
-Ehhh... - vuelvo a bajar el rostro, no tengo permitido mirar a ningún hombre por mucho tiempo y peor a un hombre que no es musulmán.
-¿Estuviste llorando?
-No...- respondo cortante -creo que debo irme.
-¿Recuerdas lo que me dijiste?...-hago un silencio, no quiero recordar lo que dije, no sé me está permitido - podemos ser amables uno con otro.
-Puedo ser que tú pero ¿Tus compañeros?
-Ellos no están viendo.
-No me dejarán pasar - respondo mientras rehúyo su mirada, prefiero mirar al piso me estoy poniendo muy nerviosa, no sé qué me está sucediendo con este soldado.
-De eso me encargo yo - escucho de su voz y miro por un segundo al soldado mientras se da vuelta para dirigirse a la tranca, debo aceptar que es muy simpático pero está muy mal pensar en eso sí alguien se daría cuenta de mis pensamientos estaría en muchos problemas.
Observo como el se dirige hacia sus compañeros, no sé qué les dice pero ellos se alejan sin decir una palabra y me dan paso para que prosiga.
-¡Dale, puedes pasar! - lo escucho decir mientras se acerca a mi dando largas zancadas - el otro pasó está muy lejos y en el otro hay problemas.
-Sí, lo sé, "shukraan" (1)...- agradezco mirando al piso mientras me tapo con el velo, sé que intenta mirarme mejor pero no lo dejo, no puedo permitir que me vea, mi padre y mi hermano me romperían la espalda a golpes si ven esto.
-De nada... - responde con voz entusiasta.
Empiezo a caminar sin volver a verlo, pasó por la tranca sin mirar a los otros soldados después me dirijo a la academia, pero de vuelta mi mente se llena de ese soldado, ¿Por qué es amable conmigo?
No tomo atención a la clase, escucho a todos hablar pero no sé lo que dicen, mi mente sigue llena de pensamientos prohibidos. Esto está mal, yo no debería pensar en él, es un "Haram" (2), mi padre me romperá la vara en la espalda si se entera que estoy hablando con un soldado israelí y con justa razón.
Pensar en esto está prohibido y no debo hacerlo.
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1. Shukraan : Gracias en Árabe.
2. Haram: Pecado en árabe.
Debemos ir a la mezquita a orar, mi padre y mis hermanos pueden entrar a la sala principal, nosotras debemos orar en otro lado ya que somos impuras para entrar a la sala donde los hombres oran, todas las mujeres oramos a parte de los hombres.Pasamos un tiempo orando, he pedido a Alá de todas las maneras, no pensar en el soldado israelí pero no he logrado sacarlo de mi mente desde que lo conocí, ¡Ardere en el fuego del infierno si sigo teniendo esos pensamientos impuros!Después de acabar mi oración salgo de la mezquita, mientras mis hermanas y mi madre siguen dentro haciendo sus oraciones diarias en el pequeño salón. Miró a mi alrededor, algunas veces quisiera tan sólo tener un poco de paz, me sumo en mis pensamientos mirando al horizonte lleno de personas que van de un lado al otro por el mercado de la ciudad.Sin pensarlo empiezo a caminar sin rumbo fijo, en un deseo indescriptible de alejarme de todo y de todos nace en mí.No sé cuánto me h
He faltado a clases por más de tres semanas, mis heridas sé infectaron y mi madre tuvo que rogarle a mi padre que me lleve al hospital para que me curarán estaba con temperatura muy fuerte, creo que esta vez podía morir, por eso mi madre le suplicó a mi padre que me lleve a un hospital, mi padre aceptó a regañadientes, odia tener que gastar tiempo y dinero en una de sus hijas.Como Palestina es zona de guerra, los hospitales están llenos y son muy precarios, hace falta más médicos, pero tuve suerte que me atendieran, el médico me mandó a un hospital Israelí pasando la frontera pero mi padre dió el grito al cielo al enterarse de eso, no quiso ni saber que vaya ahí pero mi madre le rogó, puesto que estaba muy mal.Aunque mi padre se negó rotundamente, mi madre y mi hermana Samira me llevaron para que me traten no iban a permitir que me muera.La verdad, es que me sentía muy incómoda en el lugar cuando llegamos, pero los médicos se acercaron a mi sin ningún tipo de rechazo, me revisaron y
Después de la visita de mi "prometido" no he podido dormir muy bien, esa frase "fijar fecha para el Matrimonio" ha pasado por mi mente a cada momento a cada instante y me atormenta. Mi padre y mi futuro esposo ya están Negocienando mi dote, mi padre ya le ofreció un buen dinero por mi y algunas alfombras y joyas de su tienda, sé supone que "mi novio" está complacido con eso, así que será pronto, tomarán una decisión sobre la fecha de mi matrimonio y eso me está desesperando, me están obligando a casar y lo odio, ni siquiera el hombre que me eligieron me gusta o me atrae, ¡no sé qué haré! Desde el momento en que hablaron con "mi novio" No creo que mi padre cumpla su promesa, no sé sí podré terminar la academia, tal vez decida casarme lo más pronto posible y lo único que podré hacer, es callar, aceptar y obedecer. Por todas esas razones no he querido pasar por el paso donde está Yahil desde ese día en que quiso quitarme el velo para verme el rostro, no puedo negar que he pensado mucho
No pude negarme, aunque así lo deseaba, pero tuve que aceptar dejar los estudios en la academia desde ese incidente, mi padre lo usó como un pretexto y yo tan solo tuve que obedecer. Me enseñaron a ser muy obediente especialmente con todo lo que me ordena mi padre, mis hermanos, o él que será mi futuro marido, así que, como siempre, tuve que bajar la cabeza y aceptar; lo único que en estos momentos me duele más, aunque no quiera sentirlo es no poder cumplir la promesa que le hice a Yahil, no podré ir a encontrarme con él, no puedo negar que deseo verlo por lo menos una vez más. He dado vueltas en mi cama toda la noche sin poder dormir, mis pensamientos pecaminosos me dicen que me escape, por lo menos para verlo un momento, pero el miedo me embarga y es mucho más fuerte que yo, sé que si me descubren tendré muchos problemas y eso es lo que me hace dudar. -¡Nadhid! - Exclama mi hermana Samira entrando a mi cuarto. -Samira, son las cuatro de la mañana - respondo agotada. -Es que debía
Los tres días pasaron rápidamente, me dediqué a hacer las labores de casa ayudando a mis hermanas y a mi madre, intenté portarme lo mejor que pude para no levantar sospechas y poder encontrarme con Yahil en la tarde.Aunque intenté no pensar en él e ilusionarme con este encuentro, lo hice, me gusta ese sentimiento que crece en mi pero tengo un lado que me obliga a querer negar lo que siento, estoy entre la espada y la pared.Ese domingo, a eso de las diez de la mañana entramos a la mezquita después de orar u a media hora con mis hermanas, Samira me hace unas señas después de cerciorarse que nadie me está viendo para que salga.Me escabullo por la puerta lentamente, intentando pasar desapercibida, pero escucho mucho tumulto al salir, algo está sucediendo afuera de la mesquita, hay un estruendo muy fuerte, lanzaron una bomba muy cerca de la frontera, no sé de qué lado explotó, pero se escuchó muy fuerte. La gente sale de todo lado, asustada ya que podemos estar en amenaza de ataque, así
Estos días lo único que hice fue llorar por los rincones de la casa, ocultándome de mi familia, no quiero que se den cuenta de mi dolor, la única que sabe y que está conmigo es Samira, ella es la que intenta consolarme en las noches y se queda a mi lado hasta que quedó dormida. Intenté averiguar sobre lo sucedió, ir hasta frontera pero las cerraron después del ataque y ahora es imposible pasar o acercarse ahí, intenté buscar a Yahil preguntar a alguien sobre él, pero hay otros soldados que no permiten que uno se acerque como sucedía hace un tiempo cuando hubo ataques. Así que no logré averiguar nada aunque lo intenté. Los medios de comunicación de Hamás celebran hasta ahora la muerte de los soldados Israelíes, así que no dan noticias de sus nombres, ni otra información. Además, ahora estoy metida en casa, haciendo las labores del hogar con mis hermanas, mi madre y las otras esposas de mi padre, para los hombres de mi casa solo "me están preparando para cumplir a cabalidad con mi fut
He estado muy temerosa y preocupada de que Yahil vuelva a casa y alguien lo vea, pude ocultarlo la anterior vez pero ahora se hace mucho más complicado.Por los ataques, mi padre y mis hermanos se están quedando más tiempo en casa y eso me dificulta las cosas, todo el tiempo estoy mirando por la ventana para asegurarme que él no aparezca, no deseo que le suceda nada malo por mi culpa y en manos de alguien de mi familia.Quise comunicarme con Yahil pero no pude, no me permiten usar el teléfono y la Tablet de papá es para su uso exclusivo, cuando se la pedimos prestada debe estar de muy buen humor como para que nos la preste, además restringe las páginas que debemos ver, Samira ese día que sucedió lo de la bomba buscó sobre el incidente y dejó una página abierta sin darse cuenta, mi padre la descubrió y tuvimos problemas. No quiero arriesgarme y tener problemas con mi padre o con mis hermanos me da terror molestarlos, no sé de lo que son capaces.He evitado salir de mi casa por miedo, Ya
Mi padre tuvo que dar una buena cantidad de dinero para que la Cruz Roja no denuncie a mi hermano, pero nos hizo un enorme problema por haber llamado a un hospital fuera de los de la ciudad, ya que en los de nuestra ciudad no se habla de esas situaciones, pasan desapercibidas, son encubiertos y olvidados. Aamaal está mejor, todavía está en el hospital, aunque tendrá una cicatriz muy notoria por el resto de su vida, en el lado derecho de su rostro además quedó ciega del ojo derecho, lo tapa con el velo cada vez que entramos a verla al cuarto, es muy triste verla así, pero por otro lado comprendo a mi hermano, nos deben castigar por nuestros errores y el de Aamaal fue muy grave. Me enteré que mi hermano estaba molesto con ella por qué descubrió que Aamaal había ido a un doctor sin su permiso y sin que él la acompañará, además el médico le aseguró que ella no puede tener familia, mi hermano piensa repudiarla, aunque estamos intentando que no lo haga, mejor que tome una segunda esposa co