Aurora se dejó caer sobre la cama cuando los niños finalmente se durmieron. Llevó sus manos hacia su nuca y respiro en la oscuridad y privacidad que le daba la habitación.
Se sentía sola en la gran habitación de Theo, extrañaba su voz y su presencia en aquella habitación.
El simple hecho de saber que se encontraba afuera, luchando por todos y haciendo su trabajo... la atormentaba por completo.
Se sentía inquieta y aterrada.
Probablemente tendría que acostumbrarse a eso, acostumbrarse a que el hombre que amaba se fuera constantemente a lugares donde ella no sabría, a lugares donde ponía su vida en peligro y probablemente no volvería.
La habitación se quedó en un completo silencio cuando Aurora detuvo la respiración.
El pequeño celular blanco vibro sobre la mesa de noche al lado de la cama. Aurora jadeó y se acercó lentamente a la pequeña mesita de noche mientras se arrastraba sobre la cama. Tomó el celular y observó el nombr
Aurora metió sus manos cubiertas por los guantes de látex en el cuerpo abierto de Theo. Buscó con la mirada las balas y sujeto unas pinzas de metal antes de suspirar y mirar el pulmón perforado de Theo.— ¿Cómo es que sobrevivió?— preguntó Aurora mientras sacaba una de las cuantas balas que tenía Theo en su cuerpo.Aurora observó la frecuencia cardiaca de Theo y se alarmo al ver que lo perdía por completo.— ¡Está entrando en un paro cardíaco!— gritó. — ¡Rápido descargas!Aurora observó el cuerpo de Theo brincar cuando recibió la descarga. Sollozó y observó fijamente el monitor sin ninguna señal de vida, El fuerte pitido del aparato la mareada.Unas fuertes nauseas atraparon su cuerpo ante la idea de estar perdiendo la vida de Theo.— ¡Otra desc
35 días antes de la explosiónLas voces se escuchaban por cada una de las habitaciones del desgastado hotel, a pesar de que a su habitación solo llegaban unos cuantos susurros. La mujer se pegó a la pared para escuchar un poco más y pasó sus manos por la suciedad de la pared.Exclamó en voz alta y gruñó a causa de la suciedad que se encontraba en el lugar, el hotel lucia completamente viejo y parecía que caería en cualquier momento, pero era perfecto. Esos hombres se reunían cada mes en aquel lugar para planear sus próximos movimientos y ella ya no permitiría ni un movimiento más.Podía escuchar la voz de Fernando a través de los muros, con solo escucharlo podía sentir el asco y el odio recorrer su sistema sanguíneo para terminar llenando cada rincón de su cuerpo.Llevaba meses trabajando en est
Los gritos se podían escuchar en cada uno de los rincones de la gran mansión donde operaba Scott. Los hombres caminaban de un lado a otro con las pacas de billetes que habían recogido hace unos cuantos minutos.Scott con arrogancia miraba a sus empleados y vigilaba que casa cosa se llevara a cabo. Tal como él lo había solicitado.Escuchó la voz de la mujer en el pasillo y sonrió ampliamente al reconocer aquellos gritos. Larissa había hecho un excelente trabajo en capturar lo más preciado que tenía Aurora, de esa manera Theo no tendría otra opción, tendría que regresar y trabajar para él. Además controlaba a Aurora de ese modo, la tenía bajo sus pies y sobre todo… la mantenía controlada y vulnerable.Aún no estaba seguro de sus planes, quería mantener el control sobre Theo y Aurora pero igual quería quedarse con Henry.
— ¿De dónde has sacado todo esto?— preguntó Aurora en un pequeño susurro mientras pasaba su tímida mirada por cada una de las paredes tapizadas con delgadas hojas de papel que contenían información de Scott y de Theo.Dafne la miró por unos segundos y posó su mano en una de las paredes que se encontraban tapizadas de información. Suspiró ruidosamente y se mordió el labio antes de animarse a hablar.—Estoy confiando en ti, no me traiciones… te lo suplico.Aurora guardo silencio un momento mientras veía los ojos totalmente temerosos de la mujer, tragó saliva y se acercó a ella para abrazarla un poco.—Nunca lo haría… no debes de estar asustada de mi— le dijo para luego alejarse y clavar la mirada en una fotografía de Theo y de ella. Dafne se mordió el labio y se acercó a Aurora
—No puedes hacerme esto— le susurró ella mientras escuchaba la voz que había esperado por tanto tiempo escuchar.— ¡Es la única manera!— le gritó él.— ¡Hay mil maneras más! — dijo ella mientras lo miraba y negaba suavemente. Theo gruño y se movió molesto por la habitación. – o… es que deseas volver a ser lo que eras antes.Theo se detuvo y guardo silencio mientras procesaba toda la información que acababa de escuchar hace unos minutos. Se sentó en el suelo y negó con fuerza. Sabia a la perfección que lastimaría a la mujer que tanto amaba pero no encontraba una mejor manera de terminar con todo.—Quiero volver a lo que era — dijo con la voz completamente dura y fría como solía hablar cuando se conocieron. — soy un maldito monstruo y eso no lo puedes cambiar.Au
Theo gruño cuando la lluvia se intensifico sobre él. El cielo relampagueo repentinamente y Theo cerró sus ojos, esperando el fuerte sonido. Un rayo cayó en alguna zona cercana de la ciudad y causo que unas cuantas alarmas de automóviles sonaran. Se recargó en el asiento que ya se encontraba completamente mojado y suspiró, sintiendo las gotas de lluvia sobre él. Clavó su mirada en el cielo y por un momento pensó en Dios, se sintió estúpido mientras pensaba en él y le rogaba que cuidara de la mujer que amaba.—Sé que he sido un monstruo— susurró mientras veía el oscuro cielo que parecía soltar toda su furia sobre él— sé que he sido un completo pecador pero te pido que la protejas. Solo te pido eso.Un auto negro con las ventanas completamente oscuras se detuvo frente a él. Theo se llevó la
—Al menos deberías darme un puto trabajo. — gruño Theo mientras amenazaba a su padre con la mirada.—Diría que deberías de descansar, Theo.— ¿Crees que vine a trabajar? Imbécil. — Susurró Theo para luego levantarse del asiento de cuero negro y alzar una ceja. — Tengo dos días aquí y no he hecho nada. ¡Nada!– gritó.—Toma— le dijo Scott con una amplia sonrisa. Theo frunció el ceño y tomó el arma, esta vez no era dorada. Era plateada con unos cuantos diamantes insertados. — no quería darte ningún trabajo hasta que tuvieras tu nueva arma. Nuevo Theo, nueva arma.Theo miro con atención el arma plateada y mantuvo su ceño fruncido. No le gustaba para nada el arma, de hecho la odiaba. Quería su arma dorada pero sabía que Aurora la mantenía consi
Theo camino por el lugar, intentando ser lo más silencioso posible. Sus tatuadas manos se aferraban a la plateada arma que le había dado su padre mientras se dirigía con rapidez hacia la habitación donde se encontraba el hombre que estaba buscando.Se detuvo en el pasillo y observó la puerta que se encontraba a su lado. Las voces se podían escuchar con claridad y Theo sabía que ahí se encontraba ese hombre. Sonrió ampliamente y pateo con fuerza la puerta de la habitación.—¡Theo!— gritó el hombre al verlo. Theo asintió y entro a la habitación.—Lo volviste a arruinar — le dice, recordándole la última vez que había abierto la boca— esta vez se ha enterado mi padre. Ya no hay marcha atrás—¡Te lo suplico!— le grito el hombre mientras buscaba con la mirada una manera de poder escapar del