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Los gritos se podían escuchar en cada uno de los rincones de la gran mansión donde operaba Scott. Los hombres caminaban de un lado a otro con las pacas de billetes que habían recogido hace unos cuantos minutos.

Scott con arrogancia miraba a sus empleados y vigilaba que casa cosa se llevara a cabo. Tal como él lo había solicitado.

Escuchó la voz de la mujer en el pasillo y sonrió ampliamente al reconocer aquellos gritos. Larissa había hecho un excelente trabajo en capturar lo más preciado que tenía Aurora, de esa manera Theo no tendría otra opción, tendría que regresar y trabajar para él. Además controlaba a Aurora de ese modo, la tenía bajo sus pies y sobre todo… la mantenía controlada y vulnerable.

Aún no estaba seguro de sus planes, quería mantener el control sobre Theo y Aurora pero igual quería quedarse con Henry.

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