Narrador.La cena de compromiso fue muy especial, solo estaban las personas significativas para la pareja aunque Melisa extrañó a Gabriel y Alejandro en ese día, después de todo había crecido con ellos y les tenía gran afecto. La cena fue especial, amó bailar con Kyle y también con su padre, se sentía llena de amor y felicidad.Maritza sonreía al ver a Melisa feliz bailando con su prometido, recordó a aquella niña de seis años que acababa de perder a su madre, no hablaba ni comía, era insegura y triste, recordó la primera vez que le habló, ya tenía más de una semana cuidándola y fue para ella un día feliz, recordó que cuando su esposo la dejó fue muy duro pero Melisa la abrazaba cada día y le decía que ella no se iba a marchar de su lado, Maritza no pudo evitar que sus lágrimas salieran, Mel era como una hija para ella, su vida había sido complicada y durante años se había mantenido en una coraza de fortaleza y distancia ante otros pero ahora, a sus veintidós años se le ve enamorada,
Narra Melisa Los fuegos artificiales suenan, los miro explotar en el aire y el cielo se ilumina con hermosos colores, a lo lejos oigo la algarabía de muchas personas porque un nuevo año comienza, muchos están llenos de sueños, expectativas, metas, promesas, pero yo me siento vacía, solo una hoja en blanco tengo en mi lista para el nuevo año. Sé que esta es una fecha para disfrutarla y estar al lado de las personas que amas pero en este momento me encuentro sola y no es por mi voluntad, mi corazón palpita con fuerza por los pensamientos que invaden mi mente, jamás pensé que cerraría de esta forma el año y mucho menos que iniciaría uno nuevo sin un norte específico y lejos de las personas que amo. El frío me invade, aunque mi ropa me abrigue, mi piel se eriza y mis bellos reaccionan por la sensación de frío y vacío en mi corazón. Estoy sola en el taller mecánico de Albert, lugar en el que trabajo y duermo, en este país extranjero en el que hasta los momentos me
Treinta y cuatro días antes. Narra Dante Son las tres de la mañana, hemos terminado las carreras de autos y ya muchos han comenzado a retirarse, solo queda nuestro reflector encendido y las luces de pocos autos. Melisa, mi hija, está junto a sus amigos mostrando su nuevo auto que ganó esta noche, un Mustang GT de 1967 color negro brillante con dos líneas blancas que lo atraviesan de extremo a extremo en su parte superior. - ¡Mel! - le grito a mi hija y cuando voltea le hago señas para que entienda que debemos irnos. Mientras Alejandro sube los autos a la grúa, yo apago el reflector y guardo los cables eléctricos para marcharnos, luego de eso converso con Gabriel y decidimos que me iré con Alejandro y Mel se irá con él. Volteo ver a Mel, se ve radiante de la alegría, siempre ha querido un Mustang y esta noche ha ganado uno, estoy orgulloso de ella pero comienzo a sentir que la vida que le ofrezco no es la que se merece. Camino h
Narra Melisa.Despierto muy temprano y con mucha energía, entro en la sala de baño y me doy una larga ducha con agua tibia, al salir envuelvo mi cuerpo con una toalla blanca y mi cabello con otra toalla, lavo mis dientes y me hago una limpieza facial, unos años atrás era impensable que yo cuidara de mí o tuviera actitudes femeninas, pero gracias a Maritza mi vecina he aprendido todo lo que mi padre no ha podido enseñarme.Me maquillo de forma ligera y elijo un vestido azul marino, holgado y de algodón para salir, me calzo con mis zapatos Converse blancos.Salgo de mi habitación después de perfumarme, peinarme y saludo a mi padre con entusiasmo.- Buenos días caballero.Él voltea a verme, está cocinando huevos revueltos y pan tostado, viste un overol negro.- Hola preciosa.Se acerca a mí y besa mi frente.- ¿Estás l
Narra GabrielMelisa es la chica que me ha gustado más en toda mi vida, en muchos aspectos ella es lo que yo quisiera ser, segura de sí misma, extrovertida y libre, yo por alguna razón soy callado e inseguro.Ella se mudó a mi vecindario cuando tenía seis años, su madre había muerto por cáncer de colon, su padre y ella estaban muy tristes, con deseos de alejarse de todo lo que les recordaba los últimos meses de agonía y dolor de su madre.Mel, como le digo de cariño, no hablaba ni salía de su casa, mi madre siempre decía que ella necesitaba amigos, afecto y que deberíamos ayudar, en aquella época aún mi padre vivía con nosotros, yo tenía nueve años y mi hermano cuatro.Cuando el padre de Mel compró el galpón abandonado de la esquina, mi madre se ofreció para la limpieza del lugar y también como ni
Narra Melisa Gabo y yo dejamos la moto en casa de su madre y nos fuimos caminando hasta el taller que nos quedaba a unos 20 metros de distancia. Gabo estaba distraído en sus pensamientos y yo en los míos. Al llegar al taller saludo con un buenas tardes a los presentes, dos clientes de mi padre, mi padre, Fernando el encargado de reparar la carrocería de los autos, Miguel el encargado de la pintura y un par de ayudantes, me acerco a mi padre, le entregó el almuerzo qué Maritza le ha enviado. - Hola padre, aquí te mandó una admiradora- digo con picardía y le guiño un ojo, él se ríe y niega con la cabeza pero toma la taza y la lleva a su oficina para luego lavarse las manos y comenzar a almorzar. - Hola Mel ¿cómo te preparas para la carrera de hoy?- Me pregunta Fernando. - Me siento bien y optimista como siempre- le contesto. - Lo sé, tienes un muy buen auto para competir, pocos están tan bien preparados cómo los tuyos. - Gracias,
Narrador Melisa se fue a casa a dormir, para ella es importante conservar la energía para la carrera. Gabo, Maritza y Dante estuvieron reunidos en el taller después de terminar sus labores, no fue nada planificado pero la oportunidad se dio y Dante la aprovechó para conversar, desde la pesadilla de la madrugada de hoy Dante se siente intranquilo y necesitaba hablar algunas cosas y no seguir retrasando el momento de agradecer la ayuda y el apoyo que ha recibido todos estos años. - Gracias a ti Dante, haz sido como un padre para mí- fueron las palabras de Gabo al finalizar la charla y antes de marcharse. Maritza se quedó más tiempo porque le correspondía limpiar el lugar y aprovechó de hablar con Dante, ella lograba percibir su ansiedad y como madre soltera es capaz de entender lo que el hombre está sintiendo. - Tengo que reconocer que Mel es una chica inquieta y yo le he permitido todo, no le he puesto suficientes frenos- dijo Dante. -
NarradorLa noche continúa entre competencias, risas, música y apuestas, una noche de diversión y adrenalina a la que Melisa está acostumbrada.A lo lejos ve a un hombre que no deja de observarla, tiene aspecto rudo y brazos tatuados, ella se percata de su mirada y él le guiña un ojo y levanta una botella de Ron haciéndole seña de brindis y se empina la botella, bebiendo repetidos tragos.- ¿Todo bien?- le pregunta Dante.Melisa le señala al hombre.- No lo había visto por aquí antes.- Yo tampoco Mel, esta noche hay varios nuevos, solo espero que ese hombre no piense competir.- Yo pienso igual aunque nuestras reglas no se lo permitirían aunque quiera, parece estar bebiendo mucho.- Si, pero que no nos preocupe, ven pongámonos más adelante, es hora de la carrera de Fernando.- Me encanta espero que gane esta noche y