Narra Gabriel
Melisa es la chica que me ha gustado más en toda mi vida, en muchos aspectos ella es lo que yo quisiera ser, segura de sí misma, extrovertida y libre, yo por alguna razón soy callado e inseguro.
Ella se mudó a mi vecindario cuando tenía seis años, su madre había muerto por cáncer de colon, su padre y ella estaban muy tristes, con deseos de alejarse de todo lo que les recordaba los últimos meses de agonía y dolor de su madre.
Mel, como le digo de cariño, no hablaba ni salía de su casa, mi madre siempre decía que ella necesitaba amigos, afecto y que deberíamos ayudar, en aquella época aún mi padre vivía con nosotros, yo tenía nueve años y mi hermano cuatro.
Cuando el padre de Mel compró el galpón abandonado de la esquina, mi madre se ofreció para la limpieza del lugar y también como niñera, al inicio el padre de Mel no estuvo de acuerdo pero luego aceptó y allí inició nuestra amistad, poco a poco ella comenzó a hablar y a confiar, de a poco comenzó a comer y a jugar, mi madre le ofreció a Dante inscribir a Mel en la escuela en la que mi hermano y yo estudiábamos y él aceptó.
Así iniciaron los celos enfermos de mi padre, aunque luego nos enteramos que tenía otra familia y al verse descubierto nos abandonó y nunca más volvimos a verlo.
Dante transformó el galpón en un taller de restauración de autos antiguos y para Mel, Alejandro y para mí era un espectáculo ver el antes y el después de cada vehículo, por eso decidí ser mecánico.
Dante es un buen padre y una figura importante para mí, él me dio mi primer empleo y con él me quedé.
Mel creció con nosotros, siempre la he visto con afecto y siempre me ha parecido muy linda y tierna, en nuestra adolescencia descubrí que ella me gustaba y mucho, además pasábamos mucho tiempo juntos.
Mientras mi hermano Alejandro jugaba con sus amigos video juegos o hacía deportes, yo estaba con Mel trabajando en el taller, ella anotaba las condiciones en que llegaban los autos y lo que había que hacer según el cliente y yo lavaba las piezas mecánicas, pero sólo quería estar cerca de ella.
En algún momento me cansé de siempre buscarla y que me rechazara y nos separamos por un lapso de dos años, luego retomamos nuestra amistad y descubrí que mis sentimientos por ella aún existían, ella perdió su virginidad conmigo, yo tenía muy poca experiencia, pero estar con ella destapó los sentimientos que había querido evadir y ocultar.
Ella me permitió ser el primer hombre en su vida, verla desnuda, acariciarla y besarla, intenté hacerlo lo mejor que pude y para mí fue mi mejor experiencia, pero ella se arrepintió, sintió que fue un error haberlo hecho y que yo no era el hombre indicado, no lo dijo pero yo lo entendí.
Para mí ella es una hermosa mujer inalcanzable, con muchos sueños y metas, no la merezco y mientras esté a mi lado quiero disfrutarla.
Narra Melisa.
Salimos del instituto y Gabo me invitó a ir a la playa, la idea me gustaba mucho pero no quería estar agotada para la carrera de esta noche, para mí era más importante realizar una última revisión mecánica a mi auto y preguntar quiénes son los que competirán esta noche, pues deseo duplicar y tal vez triplicar mi capital para poder hacer algunas refacciones a la casa y cancelar el seguro médico de mi padre.
Mi padre y yo tenemos dos autos en perfectas condiciones y preparados para las carreras, una pick-up GAZ-51 negra y un Cadillac clásico rojo, son autos de colección, muy buenos, rápidos y confiables, con ellos tanto mi padre como yo hemos logrado ganar varias competencias y estoy segura que esta noche no va a ser la excepción.
Regresé a casa con Gabo y esta vez sí manejé yo la moto, me encanta sentir la brisa en mi rostro, subir la velocidad y desafiar mis límites aunque esta vez no lo hice para evitar multas innecesarias.
Llegamos directo a la casa de Gabo que está diagonal a la mía, su madre ya terminaba el almuerzo y como siempre, en una vianda guarda comida para mi padre que está en el taller.
La madre de Gabo es una mujer muy importante para mí, ella es como una madre y mentora en mi vida. Mary como le digo de cariño es una mujer de 49 años, madre soltera, repostera de profesión, mide 1,60 cm. de altura, tiene piel trigueña, ojos cafés, cabello lacio con un ligero sobrepeso, es una mujer muy dulce y no imagino mi vida sin ella.
Comemos juntos en la mesa Alejandro, Gabriel, Maritza y yo, como de costumbre. Mientras como, recuerdo todas las veces en las que fantasee con que Maritza se casara con mi padre, pero él no pudo superar a mi madre y lo entiendo, ella era hermosa, dulce y muy especial, nada parecida a mí.
- Mary la comida estuvo deliciosa como siempre- digo al terminar.
- Gracias mi niña, no me has contado ¿cómo te fue en la universidad?
- Muy bien ya me matriculé.
- ¡Ufff! Gabo vete olvidando de Mel- dice Alejandro para molestar a su hermano.
Gabo no dice nada pero se le ve incómodo.
- ¿Te parezco una chica fácil?
- No hermanita, para nada, olvida lo que dije- dice el tonto y se marcha.
- Mi niña estoy orgullosa de ti- me dice Maritza colocando su mano sobre la mía.
- Gracias Mary, ya me voy al taller.
- Muéstrame tus manos.
Maritza observa mis manos y las voltea.
- ¡Qué lindas están! Han mejorado mucho, cuídalas.
- Sí lo haré y me estoy colocando la crema de silicón que me diste y ahora uso guantes para trabajar.
- Muy bien, eres mecánico pero también eres una hermosa chica, no lo olvides.
- Gracias Mary- le digo y la abrazo.
- No olvides llevarle comida a tu padre.
- Gracias por recordarme, ahora si me voy.
- Espérame Mel, revisaré el auto contigo- me dice Gabriel.
- Claro, vente.
Y así nos marchamos a iniciar los preparativos para la carrera de esta noche.
Narra Melisa Gabo y yo dejamos la moto en casa de su madre y nos fuimos caminando hasta el taller que nos quedaba a unos 20 metros de distancia. Gabo estaba distraído en sus pensamientos y yo en los míos. Al llegar al taller saludo con un buenas tardes a los presentes, dos clientes de mi padre, mi padre, Fernando el encargado de reparar la carrocería de los autos, Miguel el encargado de la pintura y un par de ayudantes, me acerco a mi padre, le entregó el almuerzo qué Maritza le ha enviado. - Hola padre, aquí te mandó una admiradora- digo con picardía y le guiño un ojo, él se ríe y niega con la cabeza pero toma la taza y la lleva a su oficina para luego lavarse las manos y comenzar a almorzar. - Hola Mel ¿cómo te preparas para la carrera de hoy?- Me pregunta Fernando. - Me siento bien y optimista como siempre- le contesto. - Lo sé, tienes un muy buen auto para competir, pocos están tan bien preparados cómo los tuyos. - Gracias,
Narrador Melisa se fue a casa a dormir, para ella es importante conservar la energía para la carrera. Gabo, Maritza y Dante estuvieron reunidos en el taller después de terminar sus labores, no fue nada planificado pero la oportunidad se dio y Dante la aprovechó para conversar, desde la pesadilla de la madrugada de hoy Dante se siente intranquilo y necesitaba hablar algunas cosas y no seguir retrasando el momento de agradecer la ayuda y el apoyo que ha recibido todos estos años. - Gracias a ti Dante, haz sido como un padre para mí- fueron las palabras de Gabo al finalizar la charla y antes de marcharse. Maritza se quedó más tiempo porque le correspondía limpiar el lugar y aprovechó de hablar con Dante, ella lograba percibir su ansiedad y como madre soltera es capaz de entender lo que el hombre está sintiendo. - Tengo que reconocer que Mel es una chica inquieta y yo le he permitido todo, no le he puesto suficientes frenos- dijo Dante. -
NarradorLa noche continúa entre competencias, risas, música y apuestas, una noche de diversión y adrenalina a la que Melisa está acostumbrada.A lo lejos ve a un hombre que no deja de observarla, tiene aspecto rudo y brazos tatuados, ella se percata de su mirada y él le guiña un ojo y levanta una botella de Ron haciéndole seña de brindis y se empina la botella, bebiendo repetidos tragos.- ¿Todo bien?- le pregunta Dante.Melisa le señala al hombre.- No lo había visto por aquí antes.- Yo tampoco Mel, esta noche hay varios nuevos, solo espero que ese hombre no piense competir.- Yo pienso igual aunque nuestras reglas no se lo permitirían aunque quiera, parece estar bebiendo mucho.- Si, pero que no nos preocupe, ven pongámonos más adelante, es hora de la carrera de Fernando.- Me encanta espero que gane esta noche y
NarradorSe marcharon rumbo a casa, en un viejo Volkswagen escarabajo iban Gabriel y Melisa, en la grúa iban Alejandro y Dante, quienes llevaban los autos de competencia en la plataforma.El teléfono de Dante sonó, el hombre miró la pantalla y sonrió antes de atender.- Dimen Mel.-¿Qué te parece si vamos por aquellas hamburguesas mixtas que me habías comentado?- Me encanta la idea ¿sería una cena de festejo?- Claro hombre.- Perfecto nos vemos en el lugar.Media hora después se desviaron de la carretera en busca del carro de comida, al llegar aparcan los autos y se bajan a ordenar.Esperan su comida conversando acerca de autos clásicos y las mejores modificaciones que han visto y hecho.Son las dos de la mañana y en otra mesa, una pareja de enamorados se ríe y conversa entre besos, la chica se ve frágil y he
NarradorLos policías inspeccionaron el lugar, tomaron fotos y declaraciones de lo sucedido, se llevaron el bate de béisbol como evidencia y remolcaron el Cadillac de Melisa a la delegación, todo mientras se dan las investigaciones aparentemente, Alejandro, Gabriel y Marcos debieron ir a la delegación para explicar detalladamente los hechos y Melisa se fue en la ambulancia con su padre rumbo al hospital.Mientras eran trasladados a la delegación Marcos le informó a los chicos que su hermano tenía muchos contactos y no quedaría preso, además no debían decir que todo el asunto tenía que ver con carreras ilegales porque eso haría que el carro de Melisa no fuese devuelto y que Melisa, Alejandro, Dante y Gabriel enfrentaran cargos y fueran obligados a delatar a toda la organización de carreras ilegales.Era mejor decir que un hombre ebrio golpeó el auto y les robó
Narra Melisa.Mi padre me había pedido no competir y que pasáramos tiempo juntos en la tranquilidad del hogar, viendo películas y comiendo, pero yo estaba entusiasmada en competir, en sentir adrenalina y emoción, ahora mi padre está en la UCI y yo solo puedo esperar que supere esta noche y que el doctor me diga que todo va a estar bien.En este momento me siento derrotada aunque tuve el mejor tiempo de la noche en las carreras, nada se compara con la satisfacción que te da saber que las personas que amas están bien y a tu lado.Camino de un lado al otro, ya son las seis de la mañana y mi cuerpo no se siente agotado ni con sueño, solo dentro de mí hay angustia que no cesará hasta que mi padre salga del hospital.Me parece increíble como las cosas pueden cambiar tan rápido, de un momento a otro, en un instante celebraba mi victoria con mucho dinero en mi mano y al sig
Narra Melisa.- Pensaba matarte pero ahora veo que es mejor convertirte en mi distracción- me dice mientras se acerca a mí y yo trago con dificultad.Miro a los lados, parece estar solo, quisiera tener la suficiente calma como para pensar detenidamente en las cosas y tomar la mejor acción posible pero los nervios me ganan, no sé qué hacer, siento que tiemblo, definitivamente este hombre es de cuidado.- No me dirás nada preciosa, mírame - me dice y señala sus pantalones - gracias a ti ya lo tengo duro - me dice con total descaro - quieres que te cuente cuál fue mi parte favorita, me gustó cuando te desvestiste y verte en la ducha a través de la cortina, no quería dejar que te vistieras pero decidí que me gustaba lo que veía en especial cuando miraste tu trasero enmarcado dentro de tu pantalón en ese espejo que tienes, parece que sabías que te obs
NarradorAl llegar al hospital Melisa corre y abraza a Gabriel y fue en ese momento en que sintió que sus piernas flaquearon y por primera vez en muchos años se sintió frágil y vulnerable.Los presentes quedaron en silencio, es la primera vez que ven a Melisa actuar de esa forma y Alejandro entendió que algo había pasado en su casa, pués desde que salió de ella la vió extraña, callada, pálida y pensativa.Melisa se fue con Gabriel a un lugar en el que podían hablar a solas, lo primero que hizo al calmarse fue preguntar si había alguna información acerca del estado de salud de su padre y al escuchar que aún no podían pasar a verlo y que se encontraba delicado aún, Melisa se sentó en el suelo, porque sin su padre presente en su vida, las cosas serán más complicadas para ella.Melisa tomó fuerzas y comenzó