Narra Melisa.
Mi padre me había pedido no competir y que pasáramos tiempo juntos en la tranquilidad del hogar, viendo películas y comiendo, pero yo estaba entusiasmada en competir, en sentir adrenalina y emoción, ahora mi padre está en la UCI y yo solo puedo esperar que supere esta noche y que el doctor me diga que todo va a estar bien.
En este momento me siento derrotada aunque tuve el mejor tiempo de la noche en las carreras, nada se compara con la satisfacción que te da saber que las personas que amas están bien y a tu lado.
Camino de un lado al otro, ya son las seis de la mañana y mi cuerpo no se siente agotado ni con sueño, solo dentro de mí hay angustia que no cesará hasta que mi padre salga del hospital.
Me parece increíble como las cosas pueden cambiar tan rápido, de un momento a otro, en un instante celebraba mi victoria con mucho dinero en mi mano y al sig
Narra Melisa.- Pensaba matarte pero ahora veo que es mejor convertirte en mi distracción- me dice mientras se acerca a mí y yo trago con dificultad.Miro a los lados, parece estar solo, quisiera tener la suficiente calma como para pensar detenidamente en las cosas y tomar la mejor acción posible pero los nervios me ganan, no sé qué hacer, siento que tiemblo, definitivamente este hombre es de cuidado.- No me dirás nada preciosa, mírame - me dice y señala sus pantalones - gracias a ti ya lo tengo duro - me dice con total descaro - quieres que te cuente cuál fue mi parte favorita, me gustó cuando te desvestiste y verte en la ducha a través de la cortina, no quería dejar que te vistieras pero decidí que me gustaba lo que veía en especial cuando miraste tu trasero enmarcado dentro de tu pantalón en ese espejo que tienes, parece que sabías que te obs
NarradorAl llegar al hospital Melisa corre y abraza a Gabriel y fue en ese momento en que sintió que sus piernas flaquearon y por primera vez en muchos años se sintió frágil y vulnerable.Los presentes quedaron en silencio, es la primera vez que ven a Melisa actuar de esa forma y Alejandro entendió que algo había pasado en su casa, pués desde que salió de ella la vió extraña, callada, pálida y pensativa.Melisa se fue con Gabriel a un lugar en el que podían hablar a solas, lo primero que hizo al calmarse fue preguntar si había alguna información acerca del estado de salud de su padre y al escuchar que aún no podían pasar a verlo y que se encontraba delicado aún, Melisa se sentó en el suelo, porque sin su padre presente en su vida, las cosas serán más complicadas para ella.Melisa tomó fuerzas y comenzó
Narra Melisa. Mis miedos, los de mi padre y los de Gabriel me invadieron y abrumaron, entendí lo que Gabriel me dijo mientras caminábamos de vuelta al hospital, debía irme y debía hacerlo como si nadie supiera lo que yo pensaba, porque nada me aseguraba que Camilo o uno de su bando me estuviese espiando, así que nuestra despedida en el parque sería como un adiós a nuestra relación frente a los que nos observaban. Llegué al hospital y Gabriel se marchó, pedí hablar con mi padre y me concedieron el permiso porque ya estaba mejor, le pedí perdón por alterarlo y le dije que todo ya estaba arreglado, compartí con él un par de horas y luego me despedí sin explicarle lo que haría. Me fui a una peluquería, corté mi cabello a la altura de mis hombros y pedí que rasuraran mi cabeza desde la línea de mis orejas hacia abajo. Luego me fui al centro comercial, allí compré dos mudas de ropa, unas botas de hombre y me fui a una tienda de tatuajes pedí que me tatuaran en el brazo derecho un Cadillac
Narra MelisaA las ocho de la mañana llegamos a la frontera, bajé del autobús con las piernas entumecidas, debí estirarlas muy bien y masajearlas para poder caminar, saqué de mi bolso el último bocadillo que me quedaba y lo comí, me quité la gorra y dejé mi cabello suelto, el resto de mi look quedó igual, caminé unos metros y llegué a la oficina de migración de mi país, allí sellaron en mi pasaporte la salida, luego caminé unos metros y me paré justo en la línea invisible de divide un país del otro, el sitio no es bonito, tampoco imponente, pero en mi corazón dar un paso más parece la más desgarradora decisión que he tomado en mi vida, respiré profundo y tomé con fuerza mi bolso, un chico joven como de mi edad me colocó una mano en el hombro.- Aunque sea duro debemos cruzar, nuestras famil
Narra MelisaPerdí la cuenta de cuantos días pasé en ese autobús, cada nueva frontera hacíamos fila para sellar nuestros pasaportes y cambiar dinero, me aseguré todo el tiempo de que mis compañeros de viaje no miraran mis documentos y en ningún momento se los entregué a Juan el coyote.Observaba mucho a Miguel para aprender de sus gestos y formas, no era tan rustico como otros hombres así que no me pareció complicado, además yo tampoco era la chica más femenina del mundo.Lo más complicado era ducharme, los baños públicos no eran muy limpios y yo debía entrar al de hombres, tardaba mucho en quitarme y ponerme el vendaje de los senos y por eso tenía menos tiempo para bañarme, así que lavaba primero lo más importante, el resto del cuerpo usualmente solo lo refrescaba con agua, me vestía lo más rápid
Narrador. En la ciudad de Detroit viven los hermanos Biden, hijo de un importante empresario y magnate, sobrinos de un importante político de la nación, millonarios desde su nacimiento, no conocen las expresiones, “no puedo, tal vez, inalcanzable”, han tenido todo lo que han querido y más que eso, son los dueños de la sede de General Motors ubicada en Detroit. Kyle es el actual presidente de la compañía, pero pronto espera retirarse aunque es muy joven aún y Scott solo acude a las reuniones importantes a velar por sus intereses y se informa de los hechos relevantes gracias a su administrador. Kyle Biden es un hombre de 30 años, propietario de lujosas mansiones en diferentes partes del país, posee Islas privadas, lujosos yates, avión privado y una colección de 55 autos, para lo que tiene su propio taller mecánico con empleados exclusivos para el mantenimiento de sus autos. Kyle es un hombre arrogante, calculador, disciplinado con aires de superioridad, le encanta participar en carre
NarradorMelisa ha iniciado una nueva vida sin siquiera habérselo propuesto, pero sabe que no debe lamentarse sino ser fuerte, mirar hacia adelante y esperar, dar lo mejor de ella para obtener resultados positivos. Desde niña había escuchado de su padre que las primeras impresiones eran importantes y eso lo recordaba cada día, intentaba dar buena impresión siendo amable y dedicada a pesar del aspecto que había decidido mostrar, también recordaba que los inicios en cada nuevo proyecto suelen ser duros y vaya que lo son, nada en su vida entera había representado tanto desafío como lo que ahora está viviendo.Para Melisa su nueva vida era muy dura y difícil de soportar, siempre se había creído fuerte, valiente, temeraria y adicta a la adrenalina, pero se daba cuenta de que siempre estuvo en ambientes controlados, guiada y protegida, ahora, por primera vez está sola, lejos de
Narra Melisa.Karen, la persona que me trajo a New York, resultó ser una gran chica y muy parecida a mí, su padre es dueño de una empresa de transporte de carga pesada, ella trabaja con él, al igual que su hermano y su novio, son de México pero se mudaron a Texas cuando ella era muy pequeña.En las horas de viaje nos dio tiempo de hablar de nuestras vidas, conocernos y lo mejor de todo es que pude quitarme el vendaje de mi pecho que me estaba matando del dolor. Ella fue tan amable que me dejó en la puerta del lugar que yo buscaba y me dejó su número de teléfono por si alguna vez necesitaba hablar con alguien o de su servicio de transporte, me dio mucha risa lo último pero aun así tomé la tarjeta.Me bajé frente a un gran taller, como esos que salen en televisión que tiene docenas de trabajadores y grandes galpones con maquinarias, herramientas, veh&iacu