No había una manera correcta de decirle lo que estaba pasando, pero él sabía la verdad y no tendría por qué ocultarle que su exnovio era un tremendo hijo de perra.No se atrevió a darle una respuesta, pero publicó las fotos en su lugar. Ahora entendía a qué venía todo esto, él quería humillarla e inventarse una estúpida historia donde era el pobre hombre.—¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? —Luisana lo mira— ¿Por qué ese idiota haría eso?—Porque le conviene quedar como el engañado antes de que sepan lo que es. Mira, no te dije nada, pero hace unos días alguien nos estaba persiguiendo —la mujer frunce el ceño—. Atrapé a un hombre cerca de tu casa, él traía una cámara de fotos e intentaba capturarnos.—No me digas que ese maldito se atrevió a pagar para que me siguieran. ¿Qué mierda es lo que quiere?—Esto es lo que quiere, publicidad. Por lo poco que lo conozco, le gusta alardear y no hay nada mejor que quedar como el pobre de la situación.—¿Qué sentido tiene? —ella suspira—. É
Nicki podía darse cuenta de que la actitud de Lena ni siquiera tenía que ver del todo con lo que acababa de pasar con la mujer. Ella no había tenido la oportunidad de hablar con respecto a lo que ocurrió con su padre, y después de saber una verdad que la mujer no tenía idea, su estómago se revolvió.Lena estaba intentando lidiar con el asunto, y lo único que se le ocurrió hacer fue tomar una botella de tequila y subir al auto de Nicki.—Eso no es agua —menciona mientras la ve tomar desde el pico—. El tequila te va a caer mal, eso ni siquiera te gusta.—Vamos a ir a una fiesta, no pienso llegar así.—¿Y realmente crees que poniéndote borracha vas a pasarla bien?—Nicki, no sos mi madre. No me molestes.—No quiero molestarte, solo te quiero cuidar. ¿Al menos puedes hablar conmigo de lo que te está pasando?—¿Qué es lo que querés decirme? ¿Qué tenías razón?—No, no me importa si tenía razón. Y te voy a avisar de que no vamos a ir a ninguna fiesta —Lena frunce el ceño en su dirección—. No
Las noticias viajaban rápido y el mal humor comenzó a reinar en Buenos Aires. Estaba claro que en cuando Claudia regresara de su viaje iba a saber todo lo que estaba pasando afuera.No era alguien que frecuentara los rumores del espectáculo, pero el nombre de su hijo la obligó a meterse en las páginas web con rapidez. No solo el nombre de Renzo estaba allí, sino su foto y la información del lugar en donde trabajaba. Esto era el colmo, Claudia había evitado aquello la mayor parte de su vida y todo se fue a la mierda en cuestión de días.¿Cómo se le ocurría a su hijo hacerle algo así?Siempre le dijo que lo mejor para el negocio era mantenerse fuera de las cámaras, querer salir con una maldita empresaria de Miami no era una gran idea. Luisana había publicado fotos de ambos juntos en la playa, y eso se hizo aún más grande.Todo el mundo hablaba sobre el posible novio de la empresaria, aunque ella haya admitido de que solo eran amigos.—Esto es una basura —gruñe mientras cierra su computa
Miami no era el mejor lugar para estar ahora mismo. No es que no le diera paz, simplemente sabía que tendría un fotógrafo esperando alguna nueva novedad y la verdad es que no quería lidiar con ello.Más allá de todo el asunto, ella había viajado para ver a su padre, así que volvería a Buenos Aires para disfrutar del último tiempo de vacaciones.Ella estaba bajando del taxi cuando sintió su celular sonando en el bolsillo e intentó ignorarlo mientras entraba su maleta en la casa de su padre, sin embargo, la persona que se quería comunicar era demasiado insistente.—¿Papá, estás en casa?Nadie respondía, parece que la casa estaba en solitario. Se fijó la hora en el reloj de la pared, su padre debería estar en el restaurante. La mujer gruñe por lo bajo cuando vuelve a sentir la vibración del celular, para este entonces al menos había sonado unas seis veces.Frunce el ceño cuando mira el número y se acuesta sobre la cama para responder. Al principio había pensado en bloquearlo otra vez, pe
Los días habían comenzado a pasar, y Renzo ni siquiera estaba seguro del cambio radical en la actitud de su madre. Ella no mencionó a Luisana para nada, ni tampoco a los artículos que aún continuaban circulando por internet.—No sé si me da más miedo que ella esté en silencio o que maldiga a los cuatro vientos —menciona Lena mientras comienza a caminar, atrayendo el caballo hacia el establo.—Nunca puedo dejar de pensar que ella trama algo. ¿Simplemente le dije que me iba y dejó de molestarme?—Te sorprenderías todo lo que ella puede hacer para que te mantengas en el negocio. Dijo muchas veces cuánto quería que continuaras con esto —la mujer hace una mueca mientras sacude sus manos, había dejado al caballo en su lugar después de un largo paseo—Lo que le dije no era mentira. No estoy seguro de nada de todo esto. Nunca voy a tener una vida normal y la verdad es que ni siquiera lo veo para mí.—Entiendo. Al menos no la ilusiones, decile las cosas como te parezcan, pero Claudia ahora mis
La mujer traga saliva cuando ve asomarse aquella sonrisa encantadora. Él caminaba muy seguro hacia ella, su mirada penetrante en su dirección, ella podía decir que de cierta manera lo había extrañado.—Hola —le dice él con calma—. Pensé que podría encontrarte en este lugar.—Al parecer tuviste razón —ella relame sus labios cuando lo mira—Mi día de suerte. Te ves hermosa —la mujer sonríe y aclara su garganta, cuando nota la mirada divertida de su amigo—Oh, tengo que presentarte a alguien. Él es Luca, mi mejor amigo. Luca, él es Renzo.El hombre se gira para mirarlo, ofreciéndole su mano en saludo. Él había sido todo lo que se imaginaba para que su amiga realmente estuviera interesada. —Un placer conocerte, me han hablado de ti —dice con diversión—¿Ah sí? —el hombre sonríe y le da una rápida mirada—. Estoy encantado con la información. ¿Tú eres el que trabaja con ella?—Oh, sí. Tu eres el chico de la revista —el hombre sonríe—Imaginé que habías visto la noticia. ¿Realmente todo el
Lena estaba inquieta en su departamento, hoy era la noche en donde se encontraría con aquella persona. No sabía si iba a estar preparada para la reunión, o siquiera para leer aquella información sobre la muerte de su padre, pero sí estaba segura de que todo esto podría cambiar el rumbo de la historia.Cuando su celular suena, ella se pone nerviosa al ver que era un número desconocido. —¿Hola? —Soy yo. Estoy a punto de salir, así que te veo en la plaza que está a dos calles de tu casa. Lleva el dinero —la persona se aclara la garganta—. Ven sola, y quedate tranquila que cuando me veas y me reconozcas, vas a saber que no tenés que temer.La llamada se terminó y una docena de dudas vinieron a su mente. No estaba segura de quién podría ser la persona, porque el audio se escuchaba un poco alejado, pero casi estaba segura de que se trataba de una mujer.¿La conocía?Mientras tomaba el bolso con el dinero, ella pensó en la posibilidad de que sea alguna de las mujeres que trabajaba con Clau
Luisana se sentía tan asustada con todo lo que ocurría a su alrededor que ni siquiera fue capaz de gritar. Esto para ella no era nada normal, en cambio para Renzo era algo que se podía esperar, su madre lo había entrenado, quiera o no, para que en este tipo de situaciones mantenga la calma.Todo lo relacionado con Claudia con respecto a la crianza de su hijo, para alguien ajeno a su mundo, era un terrible horror. Renzo sabía manipular un arma desde los quince, había aprendido defensa personal desde que era un niño, también había visto cosas horribles como dos hombres peleando por un malentendido con la mercancía, incluso uno de ellos estuvo al borde de la muerte. Eso es algo que para cualquier niño de su edad era un error, Renzo no tendría que porqué haber visto muchas cosas y ese era el motivo que lo hizo también querer alejarse de allí.Quizás otra persona, con otras metas y aprovechando el poder que su madre tenía podría ser fácilmente el dueño de todo, sabiendo que jamás le faltar