Nicki acelera su paso hacia el hombre y lo toma del buzo, tirando la tela hacia atrás y apartando su cuerpo del de Lena. El movimiento brusco provocó que el filo de la navaja le rozara la garganta y corte la piel de Lena, pero nada tan grave como para matarla. La mujer cubrió la herida con su mano por instinto y solo se quedó mirando la escena.—¿Que buscas? —le pregunta mientras el hombre intenta levantarse del suelo.No le responde, pero quiere tomar la navaja del suelo, lo cual es interrumpido por Nicki. La mujer sabía artes marciales más que nadie, y ahora necesitaba tener esa mierda lejos y sacar a Lena de allí pronto.Le da una patada a la navaja, provocando que se deslice por debajo del auto. El hombre no pierde oportunidad de golpear su pierna, poniéndola de rodillas y tomando su cuello en un agarre fuerte. Lena se gira para buscar el arma debajo del asiento, quitándole el seguro y apuntándolo.—Suéltala y vamos a hablar —le advierte Lena—. Nada de todo lo que estás diciendo t
Sus cuerpos ejercían fuerza sobre el otro, haciendo golpes estrategas, intentando no tener un final después de esto, porque solo quedaría uno de ambos. Cuando ella lo deja en el suelo, toma el arma que había a unos pocos pasos y lo apunta.—Estás arrestado. ¿Quieres que te lea tus derechos ahora?—¡Corte!Lena sonríe cuando la escena se termina y entonces ayuda a su compañero a levantarse del suelo. Aquella escena era muy física, ahora sabía que había valido la pena el entrenamiento de las últimas semanas.—Sin palabras. El ensayo fue espectacular, esto será completamente un éxito —dice Christian—. Los felicito, chicos.—Lena te dio una paliza —se burla uno de los actores—Es todo actuación, ¿No ves que ni siquiera sé pelear? —responde él—Lo hiciste genial —lo anima ella—. Tengo que seguir entrenando, estas escenas van a ser muy físicas.—Exacto, chicos —coincide Christian—. Por eso les insistí que hicieran el entrenamiento, la serie requiere mucha resistencia —él suspira—. El jueves
Pensó que la idea de alejarse de su madre y de todos sus problemas por unos días le solucionaría muchas cosas en su cabeza. Sabia también que él no había apretado el gatillo, pero la idea de estar en ese lugar y formar parte de eso, lo hacía sentir sucio.Luisana había terminado el trabajo después de unas extensas horas. Lo único que quería era regresar a casa y saber que Renzo la esperaba allí la ilusionaba mucho más.—Hasta mañana, chicos —dice ella con una sonrisa cuando baja de la camionetaLa realidad de Luisana era totalmente diferente. Ella estaba viviendo lo que más le gustaba, comenzaba un nuevo proyecto, en Estados Unidos y lejos de los problemas, pero eso no quería decir que realmente estuviera afuera de todo. Aún había algo que no había resuelto y era hablar con su padre sobre todo lo que había sucedido, porque no se olvidaba de lo que pasó y sabía que él tampoco.Cuando entró al departamento, sonrió mirando a Zeus acostado en el sillón, quien la saludó frotándose contra s
El frío en la ciudad no era un impedimento para que la ducha caliente no sea placentera. Nicki se había despertado temprano como siempre, saliendo de la cama para recibir una ducha, aunque le sorprendió que en medio recibiera una visita inesperada.Las miradas cómplices, las sonrisas, los besos y las caricias no faltaban entre ambas, solo que cuando el agua comenzó a enfriarse varios minutos después, tuvieron que apurarse con la ducha y terminar en tiempo récord.—¿Dónde hay un lugar cerca para desayunar? —pregunta Nicki mientras peina su cabello—Hay una cafetería, pero es mejor que preparemos algo. No tengo muchas ganas de salir.—Podría traer un café para ambas —el timbre interrumpe la conversación— ¿Esperas a alguien?—No, pero capaz que sea Renzo —ella termina de colocar su pijama, sin intensiones de salir a la calleNicki siguió cambiándose con tranquilidad mientras Lena abría la puerta. No se trataba de Renzo, era su gran amiga Lourdes, la cual no veía desde hace varios días.—
Claudia no permitiría que una imbécil como Mónica viniera a hablarle de esa manera en su casa. Tenía suficiente con todo lo que estaba pasando actualmente como para tener un lío amoroso con la esposa del que escasa vez fue su amante.Ante la mirada atenta de Claudia, la mujer se subió al auto y salió a toda velocidad de allí, prometiendo que algo iba a hacer para que la sonrisa de aquella mujer se borrara de su rostro.Claudia tenía que descartar cualquier duda, aunque tenía la certeza de que Javier en realidad no tenía idea sobre sus planes y mucho menos las estrategias, pero ahora mismo no quería que nadie entrara en la finca.—Esa tipa está demente, de verdad —se queja Claudia mientras sube al jeep—. Imbécil de Javier, no hace nada bien. ¿Qué opinas sobre esa mujer?—Nada en realidad. Solo está despechada por su marido, pero no tiene nada que ver con vos.—Nunca le gustó que hiciera negocios con él. Sabe a lo que me dedico y ella no me gusta una mierda.—¿Estás teniéndola en cuenta
El día había comenzado movido en la finca. Claudia pidió una reunión con todos los empleados, necesitaba accionar cuanto antes, sino esto se volvería un camino sin retorno a la confianza.Por primera vez había decidido hacerlo en la gran sala de la finca, no tenía ganas de que fuera al aire libre ni tampoco en los poteros. Los empleados fueron recibidos por Gonzalo, quien no estaba muy de acuerdo con que esas personas estuvieran allí.—Me imagino que todos se están preguntando porqué la reunión, pero es algo muy obvio si nos ponemos a pensar en lo que sucedió hace unos días —la mujer pone sus brazos hacia atrás y comienza a caminar frente a todos—. La policía de alguna manera descubrió que íbamos a hacer el cambio allí, incluso aunque cambiemos el panorama a la última vez que nos incautaron —ella aclara su garganta—. Si los convoqué a todos fue porque necesito del servicio de todos. Renata, por favor.La chica se pone de pie, caminando hacia el largo block de hojas que había sobre un
Cuando lo tomaron de los hombros y lo empujaron hacia adelante, él se puso en guardia y estuvo a punto de golpearlo, hasta que lo reconoció.—¿Que mierda, Marcos? —se ríe—. Me asustaste, pensé que me estaban siguiendo.—Ey, no —se ríe el chico—. Solo te quería hacer una broma. ¿Todo bien? ¿Qué haces en Miami?—Vine a ver a mi chica —sonríe— ¿Y vos? Tenía entendido que estabas en España.—Vine a pasar unos días, nada más. Por cierto, te vi en las noticias, ¿Estás realmente con esa actriz?—Si, se llama Luisana —sonríe— ¿La conoces?—Por las novelas, es famosa en España. ¿Cómo están las cosas por allá? ¿Tu familia?—¿Tomamos una cerveza? —pregunta él mientras señala el pequeño bar a solo unos pasos—Si, vamos.Después de sentarse en una mesa y hacer la orden, Renzo hace una mueca antes de hablar de su familia. Nunca era fácil hacerlo, pero no había otra realidad que esa.—¿Supiste lo de José?—¿José? —frunce el ceño—. No, ¿Que le pasó?—Lo mataron —Renzo hace una mueca ante la mención—.
Aquella mañana del 23 de abril había comenzado de lo más especial. Hoy se celebraba el matrimonio oficial de Renzo Herrera y Luisana Navarro, dos amantes que decidieron darse una oportunidad a pesar de las adversidades.El problema no solo era la pasada vida criminal de Renzo, sino que la tormenta apenas parecía comenzar.El barrio de Nordelta había sido el elegido para celebrar, la boda estaría reducida a solo las personas más cercanas, Luisana no quería a la prensa, ni tampoco a nadie fuera de su círculo íntimo para que estuviera allí.Mirando a través del espejo, observa como su cuñada entra, regalándole una sonrisa de tranquilidad. Era lo que necesitaba, el día estaba siendo demasiado tenso.—Este es tu día especial, deja de estar pensando en lo que está sucediendo afuera —Luisana hace una mueca y se gira con su silla, mirando a la mujer—No puedo sentirme cómoda sí sé que ella está a unos pocos metros.—Ella puede irse a la mierda ahora mismo, finge que realmente no está. No voy