Lena estaba inquieta en su departamento, hoy era la noche en donde se encontraría con aquella persona. No sabía si iba a estar preparada para la reunión, o siquiera para leer aquella información sobre la muerte de su padre, pero sí estaba segura de que todo esto podría cambiar el rumbo de la historia.Cuando su celular suena, ella se pone nerviosa al ver que era un número desconocido. —¿Hola? —Soy yo. Estoy a punto de salir, así que te veo en la plaza que está a dos calles de tu casa. Lleva el dinero —la persona se aclara la garganta—. Ven sola, y quedate tranquila que cuando me veas y me reconozcas, vas a saber que no tenés que temer.La llamada se terminó y una docena de dudas vinieron a su mente. No estaba segura de quién podría ser la persona, porque el audio se escuchaba un poco alejado, pero casi estaba segura de que se trataba de una mujer.¿La conocía?Mientras tomaba el bolso con el dinero, ella pensó en la posibilidad de que sea alguna de las mujeres que trabajaba con Clau
Luisana se sentía tan asustada con todo lo que ocurría a su alrededor que ni siquiera fue capaz de gritar. Esto para ella no era nada normal, en cambio para Renzo era algo que se podía esperar, su madre lo había entrenado, quiera o no, para que en este tipo de situaciones mantenga la calma.Todo lo relacionado con Claudia con respecto a la crianza de su hijo, para alguien ajeno a su mundo, era un terrible horror. Renzo sabía manipular un arma desde los quince, había aprendido defensa personal desde que era un niño, también había visto cosas horribles como dos hombres peleando por un malentendido con la mercancía, incluso uno de ellos estuvo al borde de la muerte. Eso es algo que para cualquier niño de su edad era un error, Renzo no tendría que porqué haber visto muchas cosas y ese era el motivo que lo hizo también querer alejarse de allí.Quizás otra persona, con otras metas y aprovechando el poder que su madre tenía podría ser fácilmente el dueño de todo, sabiendo que jamás le faltar
Mariano se abre paso hacia el salón, con el ceño fruncido y su corazón latiendo con frenesí. Había escuchado toda la explicación de Renata, y a pesar de no entender absolutamente nada, necesitaba saber qué es lo que estaba ocurriendo con su hija.Claudia se sorprende por su interrupción, lo que menos quería era que Mariano se enterara de lo que estaba pasando. Sin embargo, ahora no tenía cabeza para estar preocupándose por si su amigo se enteraba o no en lo que estaba metida, su hijo estaba en peligro.—Espera un minuto, Mariano —le dice Claudia mientras se gira para ver a Carlos— ¿Qué es lo que van a hacer con él?—No lo sé, pero tenemos que buscarlo —le dice el hombre—No entiendo lo que está ocurriendo. ¿Por qué quisieron secuestrar a mi hija? ¿Qué pasa? —pregunta Mariano, acercándose más a ellos—Mariano, por favor. Dame un minuto —dice Claudia mientras aprieta los dientes—Es mi hija a la que se llevaron. ¡Quiero saber lo que pasa!—¿Quién mierda te piensas que eres para estar gr
Renzo se reía por las palabras del mexicano, sabiendo que no tenía una mierda de idea de lo que era su madre. Él sí que lo sabía, había visto a su madre armando estrategias para que ni siquiera la misma policía federal pudiera atraparla, por lo que no entendía como es que un tipo como él pensaba que podía darle algún tipo de lección. —¿En serio lo crees? —pregunta divertido—. Mierda. Te juro que a mí muchas cosas de las que hace mi madre no me gustan para nada, pero sé demasiado para que te crea el hecho de que quieras hacer algo en contra de ella y penses que te va a salir bien.—¿En serio? —el hombre sonríe y se cruza de brazos—. ¿Sabes lo que nunca le pasó a tu mamá? —Ruko se acerca a él y se agacha a su altura—. Perder a un hijo. Todo el mundo sabe la debilidad que tiene por ti, ella sí que no tiene una mierda de corazón, menos cuando se trata de ti.—¿Y de verdad querés matarme solo para darle una lección? ¿En qué clase de mierda te convierte eso?—Me convierte en alguien que cu
Mario estaba inquieto en la oficina de arriba, no había entendido nada de lo que pasó con su tío. Ciertamente no tenía idea de muchas cosas, y en cuanto el hombre entró lo primero que hizo fue atacarlo con preguntas.—¿Cómo que ese pendejo estuvo con Catalina? —Ruko lo mira y pone los ojos en blanco—¿Eso es lo más inteligente que vas a preguntar?—Es que no entiendo, ¿Desde cuándo carajo lo conoces? ¿Por qué no me lo dijiste?—Eso te tiene que importar poco, cabrón. ¿No querías que Renzo se aleje de tu novia? Ya lo conseguiste, pendejo. Esa mujer ahora sabe la verdad y no va a querer saber nada con él, deja de llorar.—Dijiste que lo querías, cabrón.—Renzo siempre fue un buen tipo, en la época que todavía estaba todo bien con el comandante él era un gran amigo de tu prima. Siempre la cuidó, en un momento comenzaron a tener algo más, y ni aun así me decepcionó. Nosotros la cagamos, no tengo nada en contra de él.—Increíble. Ahora todo se ha ido a la mierda.—No seas pendejo. Tuviste
La situación de Martínez era difícil, le había costado demasiado que José se rompiera hacia él para poder recibir su ayuda y veía que Lena no sería un caso fácil tampoco. El asunto allí era que la mujer aún mantenía mucha relación con su madrastra, por lo que veía las cosas difíciles desde su punto de vista.Más allá de eso, necesitaba intentarlo porque no se podía confirmar solo con tener una agente con ellos, sino que, a alguien de confianza metida en el caso, sería lo que terminaría de sellar el fin de Claudia.—¿Puedo pasar, señorita Antana? —pregunta el hombre mientras mantiene un sobre—Disculpe, pero preferiría que hablemos aquí —la mujer aclara su garganta y sale hacia el pequeño pasillo, dejando la puerta entreabierta del departamento— ¿Sucedió algo?—Necesito hablar con usted sobre un asunto serio. Se trata de su relación con Claudia Herrera. Tengo entendido que su padre estaba casado con ella, el señor José Antana hacía tiempo que estaba en la vida de Claudia.—Si, así es.
Martínez había llegado a su oficina mientras aún pensaba en Lena Antana, había visto su reacción, sabía de muy buena fuente que ella había gestionado para Claudia en el último tiempo, él mismo hizo el trato con José para que ella quedara fuera de todas las investigaciones, pero era muy difícil convencerla de que los ayudara.Lena estaba a la defensiva y la única esperanza que tenía era que leyera lo que le había dejado, allí explicaba bien que José había firmado un poder para que pudiera operar en contra de Claudia.Se sentía frustrado por todo el trabajo que había hecho con anterioridad como para que las cosas volvieran al principio otra vez. El círculo de Claudia Herrera era demasiado reducido y era muy difícil entrar, solo una agente pudo hacerlo hace menos de un año y todavía no había conseguido demasiado.—Lamento mucho decirte que si no se encuentras pruebas concretas, entonces tendremos que cerrar el caso—Señor, Gabriel. Por favor, estoy seguro de que podemos tener un poco más
Todo había quedado en completo silencio después de que los hombres de Ruko se hayan retirado al terminar la llamada. Todo había sido demasiado tenso, principalmente cuando Renzo comenzó a pensar que su madre nunca entregaría ningún negocio, por lo que ahí solo correría sangre,Si Ruko llamaba en la noche, entonces tenía que pensar en algo para que pudiera al menos tener con qué defenderse. Él sabía muy bien que su madre siempre tenía sus trucos para terminar de hallar una respuesta, por lo que seguramente interrumpiría el lugar cuando nadie se lo espere.El hombre se gira para mirar a Luisana, quien estaba con las rodillas arriba y la cara enterrada en ellas, esperando poder hacer que el tiempo pasara más rápido. Nunca había estado en una situación similar, todo era una completa mierda.—Perdoname.La voz de Renzo se escuchó, haciendo eco en aquel silencio tan atroz. Luisana pareció ni siquiera inmutarse con sus palabras, pero la realidad es que estaba aguantando las lágrimas mientras