Estoy enamorada de mi maternidad, desde que Eira esta con nosotros, los días han estado llenos de pura felicidad, seguimos en Woodstock, viviendo en casa de mi madre, mi suegro y Nero aun no logran solucionar sus problemas, al contrario , han estado peleando aun más así que preferimos quedarnos lejos de su casa, me vi envuelta en una de las peleas cuando estuvimos diciéndole a sus padres sobre nuestro matrimonio, al parecer no soy alguien digna de su hijo, porque mi madre es divorciada, mi padre nos abandonó, no acabe la escuela y juego a ser una artista mediocre, sumado a que tampoco pertenezco a una familia reconocida, no será necesario lo mucho que Nero se enojó con eso, incluso golpeo a su padre, sus hermanas tuvieron que separarlo porque estaba cegado del coraje, yo estuve llorando todo el tiempo, me sentía tan mínima en esa situación, pero mi prometido se levantó y recogió nuestras cosas, me to
Cuando hago un retroceso de mi vida, desde el momento en que conocí a Nero y Louis, me doy cuenta de que había señales muy claras de parte de Nero que yo nunca observe con detenimiento, el amor estaba ahí, pero yo no lo veía, éramos jóvenes, yo era inexperta, fácilmente manipulable y sobre todo, inocente.Ahora, a mis 27 años, veo las cosas muy diferentes, madure con ayuda de mi esposo y de nuestra hija, quien es mi mayor adoración, hemos estado casados ya por cuatro años.Mi carrera despego de gran manera, no soy una superestrella, pero si pudiera considerarme medianamente famosa en el mundo de la música alternativa, fui nominada a un Grammy el año en que debute como mejor artista nueva, no gané, pero el simple hech
No cabe duda de que soy una tonta ¡Bien hecho Dalia! Lo hiciste enojar de nuevo, otra vez estas llorando en el suelo como una niña indefensa, otra vez te ha pegado… ¿Por qué siquiera permito esto? ¡Di algo! ¡Haz algo! Oh no… está hablando, no sé qué decir, tengo miedo incluso de mirarlo, si lo hago sé que las cosas serán peores para mi… ya no quiero seguir así.—¿¡Por qué no puedes hacer nada bien?!— Su voz retumba de tal manera en mi cabeza, que es incluso como otro golpe.—¡Perdóname, Louis! — Era lo único que respondía entre sollozos— Juro que no pasara de nuevo, ¡lo juro! — suplicaba.Nada de lo que dije fue escuchado, Louis me tomo con tal fuerza que quede estampada en la pared de la
Lo que mas necesitaba era salir a distraerme, no tienen idea de cuanto agradezco que Nero este tratando de subirme el ánimo, aunque para ser sincera es difícil aburrirse con él, habla demasiado, cuando empieza a platicar sobre algo no hay forma alguna de callarlo, es algo muy especial en su persona.—Entonces cuando me di cuenta, mi planta se había muerto — termino de decir Nero.—Solo a ti te creo capaz de haber matado un cactus, se supone que son plantas duraderas ¡Y la mataste! — exclame riendo—En mi defensa, no sabia que eran plantas de sol—¡Pero eso todo mundo lo sabe! — tuve que taparme la boca para no
—Dalia, te están llamando— Dijo Nero sacándome de mis pensamientos—Ah, no había escuchado, te veo mas tarde, puedes pedir lo que desees, justo viendo el menú me di cuenta de que hay un platillo que podría gustarte— comente—¿de que es?—Es salmón con salsa agridulce, a ti te gusta lo agridulce— sonreí esperando que el me sonriera de vuelta, me hizo feliz que asi lo hiciera.—Lo pediré entonces— aseguroMe despedí agitando la mano, tuve que ir a la pequeña bodega que denominaban “camerino” para arreglarme un poco, mas que nada estaba repasando las notas de lo que debía tocar, no interpretaba algo propio, siempre me daban cosas muy bá
Ya no recuerdo cuantas horas llore después de haber visto los resultados de las pruebas, estaba totalmente escéptica de que realmente había algo formándose en mi interior, quise golpearme el vientre, pero Mark me detuvo y se quedo a mi lado toda la noche, en el fondo se que tenia miedo de que hiciera alguna tontería.Por la mañana me levante cerca de las ocho de la mañana, en mi teléfono había solo un mensaje de Nero deseándome los buenos días, lo observe unos segundos antes de decidir llamarlo por teléfono.—Hola Nero— le dije cuando respondió.—Hola, Dali, te escuchas un poco mal ¿enfermaste? — me pregunto con preocupación—No, solo me dio un poco de insomnio, oye… ¿puedo ir ya mismo a tu casa?&md
El camino de vuelta al departamento de Nero fue en completo silencio, para salir de ese parque fácilmente nos demoramos como una hora y media, ninguno de los dos podía dejar de llorar, al final yo creo que fueron las lagrimas las que se agotaron primero que pudimos tomar un taxi de regreso, en todo el camino iba sujetando su mano.Al llegar todo continúo siendo silencio, solo se vio interrumpido cuando Sali corriendo al baño una vez estuvimos adentro, había estado aguantando las ganas de sacar lo poco que había cenado la noche anterior, Nero no me siguió, pero cuando regresé a la sala, lo vi en la cocina preparando un té, así como el desayuno que no habíamos tomado.—Tienes que alimentarte bien— me dijo desde su sitio—Todo lo que intento comer, termino vomitándolo&md
Cuando aparcamos en el estacionamiento del edifico de Nero, este ya no esperaba para ayudar a Mark a subir las cosas, primero me ayudo a bajar.—¿Cómo te sientes? — me pregunto.—Bien, desayune esta vez, me tome la vitamina, sabe raro, pero la tome con jugo de toronja, compre uno de los que me dijiste y eso evito que tuviera nauseas— relate orgullosa de mí misma.—Me alegro — dijo sonriente y luego se dirigió a Mark—. Tu debes ser Mark, yo soy Nero, es un placer conocerte en persona—Yo digo lo mismo, guapo— le guiño un ojo a lo que Nero solo emitió una risa.Ambos hombres se fueron platicando felices de la vida mientras yo me quedé detrás de ellos, tenia hasta ganas de reír porque hablab
En un abrir y cerrar de ojos había pasado un mes, Nero y yo aun vivimos juntos, creo que nuestra relación ha mejorado bastante, por la mañana él se va a trabajar y yo me quedo en casa hasta las dos de la tarde que me voy al trabajo, Mark es el que pasa por mí. Acabo de cumplir las doce semanas de embarazo, mi vientre apenas se esta abultando, se ve gracioso.—¿A qué hora pasara Nero por ti? —pregunto Mark.—No debe de tardar, la cita es a las siete y son las seis— observe el reloj que estaba en la pared de la cocina, yo estaba comiendo un poco de pastel.—¿Y ya podrán saber si es niño o niña?—&nbs