Edrik-¿Por cuánto más vamos a fingir, Blossom? ¡Todos los demás ya se han dado cuenta de nuestros sentimientos, y solo nosotros insistimos en no admitirlo! -Le dije con firmeza, pero suavidad, mientras tomaba su brazo con delicadeza. No quería presionarla, pero tampoco podía seguir reprimiendo lo que sentía.Ella levantó la mirada, sus ojos castaños reflejaban una mezcla de agotamiento y confusión. -¿Acaso no estábamos siendo sinceros con respecto a nuestros sentimientos? -susurró.Sabía que había sido un día pesado para ella. Hace menos de veinte minutos, la había nombrado, de manera no oficial, como la nueva jefa de la firma G.H. Vaughan, pero, lejos de mostrarse feliz, Blossom parecía hundida en un mar de dudas y emociones encontradas.-¿Qué te sucede, Blossom? -le pregunté con genuina preocupación. Quería entenderla, pero no estaba seguro de si este era el momento adecuado para hablar de lo que había entre nosotros-. Puede que no sea el mejor instante, con todo esto de convertirt
BlossomEl día había sido largo en la firma. Entre reuniones interminables y la constante presión que conlleva mi nuevo puesto, apenas había tenido tiempo para respirar. Pero incluso en medio del caos, mi mente estaba fija en él. Desde que regresamos a Londres, Edrik y yo habíamos mantenido las cosas profesionales en la oficina, pero era imposible ignorar la conexión que nos unía. Lo veía en cómo me miraba durante las reuniones, en la forma en que su mano rozaba la mía cuando revisábamos documentos juntos.Esa noche, después de que la última luz de la oficina se apagó y el edificio quedó en completo silencio, supe que no podía seguir reprimiendo lo que sentía. Caminé hacia su despacho, mi corazón latiendo con fuerza. No estaba segura de cómo empezar esta conversación, pero sabía que ya no podía esperar más.-Edrik -dije al entrar, cerrando la puerta tras de mí.Él levantó la vista de los papeles que estaba revisando, sorprendido al verme allí a esa hora.-Blossom, ¿todo bien? -pregunt
EdrikEl fin de semana había llegado, y con él, una necesidad imperiosa de sacar a Blossom de la rutina que la había consumido últimamente. Entre su trabajo en la firma y sus propios miedos, apenas había tenido un respiro. Yo podía verlo en sus ojos, en cómo a veces su sonrisa parecía cansada, como si estuviera peleando una batalla interna que no quería compartir del todo. Pero yo estaba decidido a cambiar eso, aunque fuera por un par de días.El sábado por la mañana, pasé a recogerla temprano. Cuando apareció en la puerta de su apartamento, con su cabello suelto y un vestido sencillo que se movía con la brisa, supe que había tomado la decisión correcta.-¿A dónde vamos? -preguntó, arqueando una ceja mientras me dedicaba una de esas sonrisas que siempre lograban desarmarme.-Es una sorpresa -respondí, tomando su mano para guiarla hacia el coche.El viaje duró un par de horas, con el sol brillando a través de las ventanillas mientras hablábamos de todo y de nada. Blossom se relajó poco
BlossomAceptar el cargo que mi padre me ofrecía como la nueva jefa de la firma G.H. Vaughan no había sido una decisión fácil. Había pasado días, incluso semanas, dándole vueltas al asunto. ¿Era yo la persona adecuada? ¿Sería justo para mis hermanos? Las dudas me habían atormentado, pero después de una conversación larga y reconfortante con Edrik, supe que era momento de dejar atrás mis inseguridades y confiar en mí misma.Así que aquella mañana, respirando profundamente y con un nudo en el estómago, entré al despacho de mi padre. Él estaba sentado detrás de su escritorio, su porte siempre imponente, pero con esa calidez en los ojos que solo reservaba para nosotros, sus hijos.-Papá, he tomado una decisión -dije con firmeza, aunque mi corazón latía con fuerza.Él dejó a un lado sus papeles y me miró con atención.-Te escucho, Blossom.-Acepto el cargo -anuncié. Las palabras salieron más seguras de lo que pensé-. Quiero asumir la responsabilidad y demostrarte que puedo manejarlo.Por u
BlossomEl día en que volví a encontrarme con mi madre biológica fue uno de esos que no se olvidan fácilmente, no por su belleza o por algún momento especial, sino por el peso de las emociones que trajo consigo. Me encontraba en la firma revisando unos documentos cuando recibí la llamada de recepción: Ciara Wright estaba allí, solicitando verme.El simple hecho de escuchar su nombre hizo que mi cuerpo se tensara. La última vez que la vi había sido tan incómodo como siempre, con sus súplicas veladas y su ambición descarada. Pero esta vez, algo en el tono de la recepcionista me hizo sentir que no podía ignorarla.Accedí a recibirla en una pequeña sala de reuniones, lejos de las miradas curiosas de mis compañeros. Cuando entró, noté que había algo diferente en ella. Su usual porte altivo estaba ausente, reemplazado por una expresión cansada y demacrada. Sus ojos, que siempre habían reflejado cierta astucia, ahora lucían apagados.-Blossom -dijo, casi en un susurro, mientras se sentaba fr
BlossomEl día en que volví a encontrarme con mi madre biológica fue uno de esos que no se olvidan fácilmente, no por su belleza o por algún momento especial, sino por el peso de las emociones que trajo consigo. Me encontraba en la firma revisando unos documentos cuando recibí la llamada de recepción: Ciara Wright estaba allí, solicitando verme.El simple hecho de escuchar su nombre hizo que mi cuerpo se tensara. La última vez que la vi había sido tan incómodo como siempre, con sus súplicas veladas y su ambición descarada. Pero esta vez, algo en el tono de la recepcionista me hizo sentir que no podía ignorarla.Accedí a recibirla en una pequeña sala de reuniones, lejos de las miradas curiosas de mis compañeros. Cuando entró, noté que había algo diferente en ella. Su usual porte altivo estaba ausente, reemplazado por una expresión cansada y demacrada. Sus ojos, que siempre habían reflejado cierta astucia, ahora lucían apagados.-Blossom -dijo, casi en un susurro, mientras se sentaba fr
BlossomEl día en que volví a encontrarme con mi madre biológica fue uno de esos que no se olvidan fácilmente, no por su belleza o por algún momento especial, sino por el peso de las emociones que trajo consigo. Me encontraba en la firma revisando unos documentos cuando recibí la llamada de recepción: Ciara Wright estaba allí, solicitando verme.El simple hecho de escuchar su nombre hizo que mi cuerpo se tensara. La última vez que la vi había sido tan incómodo como siempre, con sus súplicas veladas y su ambición descarada. Pero esta vez, algo en el tono de la recepcionista me hizo sentir que no podía ignorarla.Accedí a recibirla en una pequeña sala de reuniones, lejos de las miradas curiosas de mis compañeros. Cuando entró, noté que había algo diferente en ella. Su usual porte altivo estaba ausente, reemplazado por una expresión cansada y demacrada. Sus ojos, que siempre habían reflejado cierta astucia, ahora lucían apagados.-Blossom -dijo, casi en un susurro, mientras se sentaba fr
Blossom.La nueva jefa, y una mujer extremadamente impuntual.Sí, esa soy yo.Blossom Vaughan, la hija adoptiva de Grayson Vaughan y Hazel Gray, y quien solía trabajar en el área de Instituciones financieras, Insolvencia y Seguros en la firma antes que a mi querido padre se le ocurriera que era la persona idónea para hacerme cargo de todo mientras él tomaba unas largas vacaciones con mamá.Ahora me arrepiento fervientemente de aceptar dicho cargo.Aunque si lo pienso...¿Acaso alguien me preguntó si quería aceptarlo? Bueno, la respuesta es no. Mi padre me obligó a ejercer su cargo durante su ausencia.Debería haber llegado a esa reunión hace más de veinte minutos, pero, a mi gran padre se le ocurrió decirme que había algo más importante de lo cual necesitábamos hablar; el hombre que iba a formar parte de nuestra firma de abogados. Y vaya que eso era lo que menos me importaba en este momento, puesto que ha dejado el futuro de esta firma en mis manos después que la mayoría de nuestro per