BlossomApenas terminé mi jornada de trabajo me dispuse a encontrarme con Karina. Edrik vino a buscarme para preguntarme si quería salir a cenar con él, sin embargo, esta noche debía ir a buscar a Karina. No pensaba dejarla sola en este momento, todo el día había estado preocupada por su estado de salud y aunque Kasper me haya dicho por mensaje que todo salió bien, no pude evitar ir a su casa en la noche.Toqué el timbre, por suerte fue Karina quien me abrió la puerta.—Karina cariño, he venido a ver cómo han ido las cosas con tu hermana. —Le mostré una sonrisa apenas entré a su casa. Ambas tomamos asiento en uno de los muebles de la sala.—Estoy bastante confundida, no te lo voy a negar. Claro que me ha sorprendido el que Ellie haya venido a buscarme, me ha alegrado el corazón saber que ella ahora está bien y que no me guarda remordimiento alguno. —Soltó un suspiro. —Pero me estoy cuestionando a mí misma si ella vino a buscarme porque quería verme o por otra razón. No he podido dejar
EdrikMe encargué de visitar a Blossom en su oficina apenas inició la jornada laboral. Ayer no pudimos salir porque ella estaba bastante preocupada por todo lo que ha estado sucediendo con Karina. No soy muy cercano a ella, pero espero que pueda solucionar todos sus problemas y siga siendo una mujer llena de felicidad.—Buenos días, flor. —Saludé a Blossom con un beso en la frente. —Te traje el desayuno, no importa si ya desayunaste, solo compartamos un bonito momento juntos.—Perdón por no salir contigo anoche, tenía que demostrarle mi apoyo a Karina. —Me sonrió.Le entregué un vaso de café, un croisant y unos wafles con crema.Estoy intentando hacer las cosas bien con ella, tratando de construir bases sólidas para nuestra relación. No quiero volver a perderla nunca más. No quiero volver a negar mis sentimientos por ella, ahora estoy más seguro que es la mujer de mi vida y que nunca podré amar a nadie más.—Entiendo que hayas tenido que ir a ver a Karina, creo que fue lo correcto...¿
BlossomAdmito que no tenía planeado viajar, no al menos considerando la situación por la cual estaba atravesando Karina. Sin embargo, una conferencia acerca de Derecho penal se iba a llevar a cabo en la ciudad de Nueva York y varios miembros de nuestra firma tenían que ir. Trabajo es trabajo a fin de cuentas, y por más que desee faltar a ello, ya me he ausentado suficiente por motivos de salud. Mis padres eligieron que sea Isobel, Landon, Edrik y mi persona quienes iban a representar a la firma G.H. Vaughan en la conferencia, querían que Kasper también nos acompañara, pero, la verdad es que no era prudente en lo absoluto. El lugar en el que Kasper tenía que estar en este instante es al lado de Karina, su esposa, quien a pesar que nos diga que se siente bien y que ha terminado de aceptar la situación, la verdad es que he visto que su rostro ha cambiado los últimos días. Está muy callada y se la pasa comiendo, quizá la ansiedad la está matando. Por eso me estoy cuestionando si esa est
Karina Aquel sábado por la tarde Ellie había aceptado venir a cenar con su esposo Vicenzo, mi marido Kasper me ayudó a preparar la cena. La verdad estaba bastante nerviosa por el encuentro, quiero caerle bien al esposo de Ellie, aún más tomando en cuenta que ella lo ama tanto. Deseo que todos podamos tener una buena relación para que podamos compartir como una buena familia. —Buenas tardes, muchas gracias por venir hoy. —Los saludé con una sonrisa mientras los hacía pasar hacia el comedor. —Gracias por la invitación Karina, significa mucho para Ellie el que nos hayas invitado hoy. —Su esposo agradeció con una sonrisa. —Nos habría gustado que toda nuestra familia estuviera presente en esta cena para que Vicenzo pudiese conocerlos, sin embargo, la mayoría ha tenido que viajar a Nueva York para cumplir con nuestro trabajo en la firma. Han ido a una conferencia sobre derecho penal. —Kasper mencionó al mismo tiempo que lograba que Hyacinth tomara asiento en una de las sillas. —El día q
BlossomUna conferencia internacional sin duda requería de muchísima responsabilidad, una responsabilidad de la que no deseo hacerme cargo en este momento, pero, tengo que hacerlo porque eso es lo que ordenan mis padres.A veces me agobia bastante tener que trabajar tanto para mis padres o para la firma en sí, sin embargo, luego recuerdo que ellos me han hecho feliz toda mi vida y que me han dado un hogar que por consanguinidad no me correspondía.Estaba junto con Edrik conversando con otros abogados acerca de los temas de litigio que se habían hablado en una de las charlas del día.Adoro mi trabajo, es solo que me siento realmente mal.Este proceso de recuperar mi salud mental es mucho más largo y cansado de lo que imaginé, y ahora mismo me estoy sintiendo fatal. Solo quiero correr a encerrarme en mi habitación de hotel.Sentía que comenzaba a faltarme el aire, todo a mi alrededor lucía muy irreal.—Necesito retirarme Edrik, por favor hazte cargo de esto...—le susurré a Edrik con las
EdrikNueva York brillaba como nunca esa noche, como si la ciudad entendiera que quería regalarle a Blossom un momento que jamás olvidara. Las luces de los rascacielos parpadeaban en el horizonte,reflejándose en el asfalto húmedo, y el bullicio de la ciudad parecía amainar ligeramente bajo el peso del invierno. Sabía que necesitaba este paseo, que necesitaba escapar de todo, aunque fuera por unashoras. Por eso, cuando la vi salir del ascensor del hotel con su abrigo negro y su cabello cayendo en suaves ondas sobre los hombros, mi corazón se apretó. Blossom siempre tenía esa capacidad de lucirhermosa, incluso cuando estaba agotada.—¿Qué estás planeando, Maxwell? —preguntó con una pequeña sonrisa, ajustándose la bufanda alrededor del cuello mientras se acercaba a mí.—Un pequeño secuestro, pero uno consentido. Prometo devolverte al hotel antes del amanecer. —Le ofrecí mi brazo, que aceptó con una mezcla de curiosidad y confianza.—Eso suena a que has planeado algo elaborado.—Quizá.
BlossomNo era la primera vez que Heaven Duch me invitaba a almorzar, pero esta vez la ocasión se sentía diferente. Quizá porque la conferencia había terminado y sabía que pronto regresaría a Londres, dejando atrás no solo Nueva York, sino también todo lo que esta ciudad me había hecho sentir en estos días. Heaven, en cambio, permanecería aquí, continuando con su vida, tan resuelta y brillante como siempre. Cuando me llamó esa mañana, no pude evitar sentir una mezcla de gratitud y nerviosismo. Heaven siempre había sido una presencia tranquilizadora, alguien que sabía decir las cosas justas en el momento adecuado, aunque esas palabras fueran difíciles de escuchar.Nos encontramos en un restaurante pequeño y acogedor, con grandes ventanales que dejaban entrar la luz suave de la tarde. Heaven ya estaba allí cuando llegué, sentada junto a la ventana, revisando distraídamente su teléfono. Al levantar la vista y verme entrar, me dedicó una sonrisa cálida, como si estuviera esperando algo má
EdrikLa última noche en Nueva York siempre tiene algo especial, una especie de nostalgia anticipada que te invade antes de partir. Habíamos decidido cenar en uno de esos restaurantes pequeños, casi escondidos, donde el bullicio de la ciudad parece un eco lejano. Blossom había elegido el lugar, un rincón íntimo con luces cálidas y un ambiente que invitaba a la tranquilidad. Mientras caminábamos hacia nuestra mesa, no podía dejar de pensar en lo mucho que habíamos vivido juntos en tan poco tiempo. Pero también, en lo mucho que quedaba por decir. Blossom estaba hermosa esa noche, como siempre, pero había algo más en ella, una energía diferente, algo que no podía identificar del todo. Tal vez era la forma en que su mirada se perdía por momentos, como si estuviera buscando las palabras exactas para decir algo importante. Yo no quise presionarla; después de todo, conocía su ritmo, y sabía que cuando estuviera lista, hablaría. —¿Te gusta el lugar? —preguntó con una sonrisa tímida mient