Alessio dejó salir un largo suspiro acomodándose en la cama, sintiendo como todo su cuerpo se sentía. Esos meses en cama habían sido los peores de toda su vida, aprendió que cuando Yoshio se dejaba meter en la cabeza sobre alguna apuesta, este perdía de manera intencional, pero sí era algo que le gustaba, hacía su mejor esfuerzo para ganar.
Ahora, con un embarazo de varios meses y que parecía que en cualquier momento daría a luz a dos bellos y hermosos gemelos. Yoshio debía de estar en alguna parte de la casa haciendo cualquier cosa y Alessio se tomó muy en serio lo del embarazo. Algunas veces sacaba de su zona de confort al pobre de Yoshio, quien lo único que podía hacer era cumplirle lo más que podía todos esos antojos.
— Ya tengo hambre otra
Yoshio nació siendo mudo, es el hijo menor de una familia sin nombre en alguna parte de China. Siempre había sido la persona con la que sus hermanos mayores se metían para descargar sus frustraciones, sin dejarle marcas en lugares visibles por el simple hecho de tener el consentido de su madre y por tener cualidades de una mujer como por ejemplo su largo cabello hasta debajo del trasero y por su rostro delicado.Alessio siempre se había considerado un hombre que podía controlar al mundo si se lo proponía, pero había un problema. Necesitaba ese algo en su vida que le hiciera poner en pausa todo lo que había estado mal.Era considerado un hombre sádico y que disfrutaba el ver a sus sumisos suplicar por más y gritar ya sea de placer y dolor en el acto. Alessio se puso la corbata después de haber dejado unos buenos billetes sobre la mesita de noche del hotel en donde había pasado la noche anterior con alguien que ni siquiera se había molestado en saber su nombre o en recordarlo.Salió de ese lugar hacia el estacionamiento en donde debía de estar su chofer a su espera para buscarlo y poder resolver algunas cosas antes de irse hacia su destino.Era dueño de una de las mejores empresas de tecnología que se podía conocer y que le gustaba innovar siempre que podía y si era posible ayudaba muchas personas, tal y como haría ese día en alguna parte del mundo.Iría a un pueblo pobre con algunas personas que necesitaban ayuda, eso sería algo bueno para su empresa, ya que él querCapítulo 1
Alessio se quedó mirando a la pequeña persona que estaba frente a él y que parecía buscar las palabras para hablarle, pero que no podía hacerlo por algún motivo. Sus ojos verdes, como el pasto por la oscuridad, tenía pecas en sus mejillas, las cuales no se notaban mucho por la oscuridad y esas luces que estaban en la feria no eran de gran ayuda.Su olor, era mucho más atrayente que cualquiera que haya olido antes, sin duda era toda una princesa viviendo entre los esclavos.Le tomó sólo unos pocos minutos más el terminar de recoger todo lo que estaba en el suelo antes.— ¿Por qué no hablas? — Le quitó la caja y los platillos que poseía — ¿A caso eres muda? — La otra persona asinti&oa
Yoshio guardó bien lo que ese sujeto le había dado, su familia estaría feliz al ver como tenía lo que ellos querían conseguir a las malas. Aunque no le gustara el verse involucrado en las estafas de sus hermanos, era divertido hasta cierto punto…Dejó la comida en la mesa de la cocina y fue hacia donde estaba su madre lavando la ropa de los vecinos en el patio trasero de la casa.— ¿Por qué tardaste tanto? — Le preguntó su madre, con las manos dentro del cubo lleno de agua — ¿Qué es eso?— Volví a ver al señor de anoche — le mostró una invitación — — ¿A caso querías verme la cara de estúpido? — Preguntó Alessio, apretando los puños —Respóndeme, ¿Esto es algo que tus padres y tus hermanos querían hacerme?— No… juro que no…— No entiendo ni una mierda de lo que estás diciendo — gruñó — Colócate esa ropa, te llevaré de regreso a tu casa. No perderé mi tiempo con un travesti.Yoshio entró en alerta al escucharlo, no quería que lo llevara de regreso a su casa, temía que sus padres se enojaran con él o que sus hermanos lo sacaran de la habitación mientras todos dormían para que Capítulo 4
Cerró la puerta detrás de él de manera lenta, pestañeando varias veces para enfocar mejor su vista en la persona que estaba amarrada de brazos y piernas. Era ese jodido humano que se había prometido buscar cuando sea el momento justo, no ahora que tenía todas las miradas sobre él.Aseguró la puerta bien, prosiguió a ir hacia donde estaba Yoshio con la venda y moviendo su cabeza de un lado a otro desde que abrió la puerta de esa habitación. La mirada que éste tenía era de miedo que sólo se calmó un poco al verlo.— ¿Qué estás haciendo aquí, pequeño? — Preguntó, colocando sus manos en sus mejillas — ¿No se suponía que debías de estar en china con tu familia? — El menor
Había personas mirándolos raros, debido a que el chico parecía una mujer con ropa de hombre extremadamente grande y Alessio parecía su padre por la seriedad que tenía en su rostro. Dejaron muchas bolsas en el asiento trasero del auto, ya que no cabían en el maletero.— ¿Quieres algo de comer? — Preguntó, y el menor negó con la cabeza — Iremos a comprar lo que nos falta para tus útiles.— ¿No irás a trabajar?— No — el menor lo miró sorprendido — No tengo nada mejor que hacer, así que me quedaré contigo durante el día. Debo de enseñarte muchas cosas y no puedo irme a trabajar de esa manera.
Días más tarde, Alessio salió de la casa más temprano que de costumbre, el día anterior se había mantenido sereno por las cosas que el chico le comentó. Cada día que pasaba, era algo nuevo que no estaba seguro si podía controlarse.Miró su entrepierna, rodando los ojos al ver su pene levantarse sin darle el permiso que debía. No había tenido sexo en un mes completo, desde que conoció a Yoshio. El chico aun seguía usando esas ropas de mujer y no podía detenerlo sólo porque ya lo conoció vistiendo de esa manera.— Tus erecciones no te dejaran concentrarte — dijo Malakil, después de ver que no había nadie cerca en estacionamiento — ¿No has usado mi regalo?—