Yoshio despertó cuando estuvieron en el auto. Ni cuenta se había dado cuando Alessio se tomó la molestia de vestirlo y sacarlo del edificio a través de su elevador privado. Aun sentía sus ojos pesados, ni siquiera podía mantenerse con los ojos abiertos por mucho tiempo.
Volvió a cerrar los ojos, acomodándose en las piernas de éste y sintiendo sus dedos en su cabello, quitando los nudos que se habían formado sin querer. Ya se estaba preocupando el que siempre se la pasara durmiendo, le diría a Malakil que lo llevara a una clínica después del viaje que tenían que hacer mañana temprano.
Se llevaría a Yoshio con él, para que se entretuviera y que pudiese estar con su madre. Porque sus hermanos y su padre no le interesaban más que el dinero q
Yoshio estaba en las piernas de Alessio mirando el cielo anaranjado. Alessio le había dicho que llegarían en unas horas porque era un vuelo directo y no había contratiempos en el cielo como para durar tantas horas sentados en el avión.El sueño que había sentido ese día, se marchó después de tantas horas de sueño y en ese momento sólo estaban ellos dos en el avión. Las personas que habían ido la vez pasada se quedaron porque Alessio podía resolver cualquier cosa que estuviese sucediendo por sí solo. No le había contado nada de lo que pasó en la mañana al mayor, el que se sintió bien que lo tocara de esa manera tan intima en la habitación.Alessio parecía estar hablando por teléfono de algo que no le conc
Yoshio se alejó lo más que pudo de esa persona. Se veía muy diferente a como estaba hace tres años, el estar en ese hotel fue una mala idea después de todo. Debió de haberse quedado en casa a la espera de Alessio si hubiese sabido que algo como eso podría pasar.— No hay razón por la que debas de mantener distancia de mí después de tantos años, Dragulj — se acercó a Yoshio, tomando su mano — Tu madre me dijo que estabas que yo no pude evitar venir a verte.— ¿En dónde está mi madre? — Con una sola mano, pudo decirle esas palabras — No me toque.
Años atrás.Yoshio estaba saliendo del mercado con una canasta llena de comida. Ese día, le había ido muy bien ayudando a su madre con el lavando ropa. Ya tenían buenos clientes y su padre había dejado de molestar con que debía de hacer algo más algo más que un simple estorbo en la casa. Todos en la calle se estaban preparando para la feria anual que se llevaba a cabo en esa parte de china.Irían muchos turistas por ser una época del año en la cual todos podían disfrutar del hermoso canal y sobre todo de todo lo bueno que podía ofrecerle el pueblo. Algunas personas lo saludaban con mucho entusiasmo, sin importarle lo que en verdad había debajo de toda esa ropa que ese chico tenia. En ese pueblo, nadie se atrevía a juzgar a nadie por cómo era,
Alessio pasó su lengua por la marca recién hecha que tenía el humano que dormía plácidamente el humano en sus brazos. Lo había marcado, al fin era suyo y nadie podía cambiarlo o quitar esa enorme marca de esa parte.Después de marcarlo, se dispuso a verla el sueño del humano, procurando que no tuviera un mal sueño. Yoshio era joven, no entendía muchas cosas que pasaban y era mejor que se mantuviera de esa manera por un tiempo. No quería que le hiciera daño… el mismo daño que le hizo cuando comenzaron a tener sexo.— Ahora eres mío por completo — le dio un beso en la frente — Nadie podrá tomarte o tenerte, pequeño humano.Se levantó de la cama, pasando sin querer la ro
Owen se quedó mirando un momento a la belleza que estaba sentado en el piso con lo que parecía ser su teléfono. Era una cosita bien hecha, delicada y parecía que todo en ese chico era demasiado afeminado. Le recordaba a alguien que lastimó tanto en el pasado que ahora lo veía de lejos con gran admiración por salir adelante con su actual pareja.— ¿Qué estás haciendo, muñeco? — Yoshio pareció desagradarle ese nombre, porque su rostro se mostró sumamente enojado — No me mires así, pero pareces un jodido muñeco de cristal. Supe que eras un hombre porque no tienes pechos.— Tu no me gustas, quiero que te vayas — los ojos de Owen se abrieron como p
Alain no pudo contenerse en dejar las cosas así. Era demasiado malvado para ese mundo tan estúpido. Sólo tuvo que esperar a que Owen estuviera durmiendo y con una nota de que estaría conociendo la ciudad, ciudad que ya conocía de pies a cabeza desde hace mucho tiempo.Entró a la bodega, escuchando los lamentos de esos seis seres despreciables. Las personas que le debían favores, le mintió a Alessio o Alessio se hizo de oídos sordos con él, por qué dejó a un lado todo. No insistió.Siempre le había encantado usar cosas eléctricas para dañar a las personas y con lo que Alessio había agregado a la tortura, era aun mejor. El sonido era algo que desconocía, lo usuaria con ellos.— Alessio se
Días más tarde, Alessio estaba sentado en la silla detrás del escritorio, mirando con seriedad el anillo que adornaba su dedo. No pudo responderle a Yoshio en ese momento, en lo único que podía pensar con claridad era el matar a ese chico llamado Owen que se había metido en sus asuntos como para mencionarle lo del bebé.¿Él con un bebé? Eso sonaba estúpido, todo parecía una vil mentira después de todo… Malakil se burló de él durante un buen rato, diciéndole que era un estúpido por apostar con alguien tan inocente como lo era Yoshio. Aunque, ya no le parecía para nada inocente con eso que acababa de decirle. Quería matarlo, pero dándole mimos.Yoshio era una cosita demasiado hermosa como para dañarlo m&aa
Alessio dejó salir un largo suspiro acomodándose en la cama, sintiendo como todo su cuerpo se sentía. Esos meses en cama habían sido los peores de toda su vida, aprendió que cuando Yoshio se dejaba meter en la cabeza sobre alguna apuesta, este perdía de manera intencional, pero sí era algo que le gustaba, hacía su mejor esfuerzo para ganar.Ahora, con un embarazo de varios meses y que parecía que en cualquier momento daría a luz a dos bellos y hermosos gemelos. Yoshio debía de estar en alguna parte de la casa haciendo cualquier cosa y Alessio se tomó muy en serio lo del embarazo. Algunas veces sacaba de su zona de confort al pobre de Yoshio, quien lo único que podía hacer era cumplirle lo más que podía todos esos antojos.— Ya tengo hambre otra