CAPITULO 24

Thomas, apoderándose de los labios de Helena, primero los saboreó, luego, succionó su labio inferior, ocasionando con este gesto, que ella se estremeciera. Para después, entrar con su devoradora lengua, en la cavidad bucal de ella, recorriendo cada rincón de la misma, despertando en ella las más agradables y placenteras sensaciones.

Aunado a esto, él  la levantó de la alfombra y la sentó a horcajas sobre sus piernas; con sus manos debajo de la camisa recorrió su cuerpo desnudo, con suaves y atormentadoras  caricias. Las manos de Thomas hacían un recorrido de descubrimiento centímetro a centímetro.

Mientras, ella guindada de su cuello hacia un recorrido igual, pero, en el rostro y garganta de él. A Helena le producía mucho placer besarlo, pasarle su lengua por estas zonas erógenas de Thomas, disfrutándolo al máximo.  

Luego, ella subió a sus parpados, mejillas, mordiendo su barbilla, con lo cual, lo hacía emitir suaves gemidos de placer. Por otr

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