Florencia.
Fui consciente cuando sus labios encontraron los míos, y sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, era la primera vez desde lo que pasó en México que permitía que un hombre me tocará, y lejos de sentirme incómoda o que mi mente sea bombardeada por esas imágenes que se repetían cada vez que dormía provocando mis peores pesadillas, desde lo más profundo de mi ser podía sentir el deseo de ser solo de Leo, de entregarle no solo mi cuerpo, sino también mi corazón y alma.
Y fue de esta manera que nos encontró el amanecer, no sentimos el frío de la cordillera patagónica, no solo porque estábamos en verano, sino también porque nuestros cuerpos estaban en un maratón de amor y pasión del cual nunca nadie podría a ver imaginado que sea posible.
Mi cuerpo reacciona a cada caricia de sus manos, todas mis terminaciones nerviosas estaban a Flor de piel, por cada beso que dio en cada rincón de mi cuerpo, esto era el mismo cielo y si era un sueño, no quería despertar jamás.
— Permíteme estar a tú lado, por favor. — su suave voz acaricia mi corazón, ¿esto se siente cuando se ama?
— Solo te pondré en peligro y no quiero que te suceda nada. — no puedo arriesgarme a que Manuel lo mate.
— Me contaste tu historia, déjame decirte la mía. Nunca en mis 24 años, eh podido albergar algún sentimiento hacia alguna mujer, a lo largo de mi vida, eh dormido con mujeres bellas no voy a mentir, pero solo para experimentar lo que era el sexo, es por eso que mis padres arreglaron mi compromiso con Charlotte, quien es la hija de los mejores amigos de ellos, desde hace 8 años trato de obligarme de sentir algo por ella, pero no provoca nada en mí. — su mirada es honesta, la verdad bailaba en ellas.
— Creí que era una persona defectuosa, por decirlo de alguna manera, pero cuando te vi, mi corazón despertó solo para ti, tu voz me hipnotiza, y ahora después de esto... jamás, escúchame bien, Flor, jamás experimenté lo que sentí contigo, por primera vez estoy seguro de que hice el amor, yo ya no puedo ni quiero vivir sin ti.
— No quiero que pienses que eh sido inmune a lo que sucedió, para mí también ha sido algo único, y es por eso mismo que te debes alejar, no podría vivir si algo te pasa por mi culpa. — mi voz se quiebra un par de veces, porque el solo hecho de pensar en perderlo ya me duele.
— Shhh, deja de decir eso, porque jamás me alejare, tendrás que hacerlo tú, pero se consciente que, si lo haces, me matarás.
— ¿Crees que nuestro amor puede ser eterno como el de la Mutisia?
— Creo que nuestro amor puede vivir más allá del tiempo.
Nos quedamos un rato más abrazados mirando el sol salir, y luego retomamos el camino a su casa, tomados de la mano, como una pareja, aunque no se bien que es lo que somos.
— Leo, iré al pueblo volveré en un rato.
— ¿Por qué? ¿Que necesitas? Si quieres puedo llevarte. — Bien esto es incómodo, pero ya que, luego de todo lo que hablamos es estúpido no decirlo.
— No usamos protección, debo ir a una farmacia por la píldora del día después. — su rostro se cubre con entendimiento y luce un poco avergonzado.
— Lo lamento, dije que te cuidaría y ya eh cometido un error.
— No te preocupes, puedo solucionarlo, después de todo lo de anoche no es algo que hubiéramos planificado.
— Tienes razón, pero deja que iré yo.
— No es necesario.
— Insisto, volveré en un momento, tú ve a desayunar.
— Bien. — Me dio un beso tierno, esos que calentaban mi corazón y se marchó.
Una vez dentro de la cocina, estaba a punto de disfrutar del tan necesitado desayuno, ya que la actividad nocturna me dejó sin fuerzas, cuando vi pasar a alguien corriendo, sorprendida me levanté y salí tras ella, solo para ver por el ventanal como Amara corría hacia el bosque, esto no estaba bien, estoy segura de que ella no conoce esa parte por donde ingreso, salí tras ella a buscarla, el paisaje del bosque y su entorno es maravilloso, pero traicionero si no sabes de dónde vienes y a dónde vas.
Luego de correr un poco la encontré, llorando bajo un árbol, recostada en posición fetal.
— ¿Amara? Que te sucede. — La mencionada solo levantó su rostro para mirarme con pánico y dolor que traspasó mi corazón.
— Hey, linda ¿qué sucede? — Dije un poco alterada y me acerque a ella, la abrase, tratando de transmitirle un poco de seguridad, no sé qué le pasaba, pero quería hacerla sentir bien, lo poco que la había tratado me sirvió para darme cuenta de que era una persona dulce, y frágil, quizás como lo fui yo alguna vez.
— Lo arruine, arruine todo, mi hermano va a matarme. ¡¿Como pude ser tan estúpida?!
— Trata de tranquilizarte, no sé qué sucedió, pero eres una buena chica, todo tiene solución.
— Esto no, yo.... yo ¡le di mi virginidad a Kevin!, me entregué a él.
— ¿Acaso te arrepientes? O ¡¿él te forzó?! — Si ese era el caso lo mataría sin dudarlo, se mejor que nadie lo que es ser forzada.
— No, no y no, fui yo, creí que él Sentía lo mismo, me ha gustado desde que tenía 14 y ahora con mis 19 años seguía sintiendo esto... soy una estúpida cuando Alexander lo sepa me matará. — Ella solo repetía que era estúpida y lloraba, bien, ¿cómo podría ayudarla?, tendré que convencerla que me diga bien que es lo que le pasa.
— Linda, si no me explicas bien, no sé cómo ayudarte. — digo con voz tranquila mientras acaricio su cabello, se ve tan vulnerable.
— Me voy a casar en 6 meses con el mejor amigo de mi hermano, Bill. Pero anoche dormí con Kevin, Alexander siempre me advirtió que no me acercara a él, que era una mala persona, pero no le hice caso.
— Tranquilízate trata de respirar, toma limpia tu cara. — Me quedé a su lado mientras ella se tranquilizaba.
— Dime, ¿amas a tu prometido?
— Sí, claro que lo amo.
— ¿Y por qué te acostaste con Kevin?, no pienses que te estoy juzgando solo quiero ayudarte, pero necesito saber todo.
— Ya lo dije me atraía, y quería experimentar lo que era estar con alguien antes de casarme. Parece una estupidez, y claro que lo es.
— No, no lo es, es normal, sentir curiosidad, querer estar preparada para lo que vendrá, lo entiendo, aun así, nunca estuviste con tu novio, ¿por qué?
— Él se lo prometió a mi hermano. No sé cómo le explicaré esto, él sabe que soy virgen. — Amara temblaba bajo mis brazos, se debe sentir horrible.
— Debes decírselo, ocultarlo solo hará las cosas peor, si él te ama se quedará contigo, y si no es mejor ahora que después de casados, ¿acaso él no ha estado con alguien antes?
— Por supuesto que sí, era el acompañante de diversión de mi hermano, ambos eran unos mujeriegos, es por eso por lo que le hizo jurar que no dormiría conmigo hasta después de casarnos.
— Bien, no puede reclamar nada, y tu hermano no tiene por qué enterarse.
— Ese es el problema, ese idiota me fotografió mientras dormía, y le envió las fotos a mi hermano, Kevin se burló de mí, todo porque Alexander dejó a su hermana cuando conoció a Katty la que fue su verdadero amor.
— Kevin es un perro. Pero tú hermano no debe enfadarse contigo, y créeme no lo hará lo único que consiguió Kevin con eso fue provocar que lo golpeen, no tienes nada que temer, la familia siempre perdona tus errores. — A pesar de que mi familia eran solamente mis padres, mis amigos y su papá me acogieron cuando más los necesitaba y nunca me reprocharon por no alejarme de el cuervo cuando Diana me lo había advertido varias veces.
— Tengo miedo de que Kevin, envíe las fotos a alguien más.
— Déjame eso a mí.
No permitiría que la humillara de esa forma, la consideraba mi amiga, algo raro, ya que no soy de las personas que dan su amistad así sin más, pero algo en ella me hacía querer protegerla.
Florencia:Amara y yo nos fuimos de regreso a la casa, sus supuestas amigas ya habían salido, sin preguntar por ella, y mucho menos preocuparse por donde estaba, sorprendente.El que si estaba era mi Leo, que bien zona eso.— Flor estabas aquí, hola, Amara, ¿sucede algo?— Nada importante Leo, pero necesito que le pidas el móvil a Kevin, es urgente. — me observa un poco curioso y responde.— Puedes usar el mío.— No, necesito el de él ahora, por favor, es algo importante pero no puedo contártelo. — Amara solo nos observaba conteniendo sus lágrimas.— De acuerdo, te lo traeré, a, por cierto, en la mesada esta lo que me encárgate.— Gracias. — Ahora que lo pensaba, ¿ella no necesitaría tomar algo también?— Amara, ¿usaron protección?— ¡Oh, no!, rayos ahora sí... — veo como la desesperación comienza a invadirla, maldito Kevin, ella es apenas una adolescente, peo él es un hombre, ¿cómo pudo ser tan descuidado?, desalmado, estoy segura de que si ella resulta embarazada no se hará responsa
Florencia:— ¡Leo! — Mi corazón se acelera de solo ver que es él quien me llama, es impensable lo dependiente que me volvía a él, lo quiero conmigo, lo extraño demasiado.— Hola cariño.— Hola, ¿todo bien? — su voz suena cansada.— Recién estoy saliendo del aeropuerto no te preocupes, solo extrañaba tu voz.— Yo también te extraño... demasiado.— Volveré lo más pronto posible, te llamaré más tarde.— Adiós, cuídate.Esto era muy raro y loco, si mis padres me vieran, ¿qué pensarían de esta locura?, en solo un mes Leo conoce todo de mi al igual que yo sé todo de él, nos embarcamos en esta locura, ahora vivo con él, solo espero que Manuel jamás me encuentre, por más que Leonardo diga que puede protegerme, temo lo que el cuervo nos pueda hacer.— Señorita. — la empleada llama mi atención.— Ya te dije dime Florencia, por favor.— De acuerdo Florencia, el señor Alexander Scott está en la sala, desea hablar con usted.— ¿Conmigo?Sé que es el hermano de Amara, me eh mantenido en contacto con
Florencia:Esto no puede ser, como puede ser que el universo conspiré contra mí, la única vez que tuvimos sexo sin protección fue la noche del lago, y Leo me compró la píldora, pero se la di a Amara, pensando en comprar otra para mí, más tarde, algo que nunca hice, y ahora.... este bebé ¿cómo se lo explicare?El timbre del teléfono me saca de mis pensamientos.— ¿Sí?— Amor, ¿cómo estás? — Trato de que mi voz no tiemble, no me atrevería a decirle nada por teléfono.— Bien ¿y tú? ¿Cómo está todo? ¿Cuándo vendrán?— Ya estoy en el aeropuerto, llegaré mañana. — eso quiere decir que sus padres no me quieren conocer.— ¿Llegaras? Vienés ¿solo? Acaso tus padres no...— Eso ya no importa, espérame, mañana a esta hora estaremos juntos.Lo sabía, ellos no me quieren, solo logré traerle problemas al único hombre que he amado en mi vida.Él no se merece esto.Leonardo:— Hola amor.Florencia estaba en el sofá, dormida, me deleite observándola un tiempo, y luego la desperté con un tierno beso, que
Florencia.Me estaba costando respirar, sentía que me Asfixiaba, no, no me iba a quedar aquí, no lo soportaba. Leonardo me acababa de despreciar, tanto me juro amor y que era lo más importante para él y ahora solo se marcha con ellas.Lo único que tuve que hacer fue tomar mi bolso y abrir la gran ventana de la habitación, ahora me encontraba exactamente como Amara aquel día caminando sin rumbo por el bosque, llorando como solo una mujer traicionada lo hace, y eso me recordó que tengo amigas. Pensé en llamar a Diana, pero recordé que ayer cuando hablé con mis amigos se estaban preparando para mudarse, su ubicación había sido delatada y era cuestión de días para que la D.E.A diera con ellos.Fue cuando recordé a Amara, ella siempre era la que me llamaba, como le expliqué a su hermano, pero hoy eso iba a terminar, era yo la que la necesitaba esta vez, ya no estaba tan sola como antes. Atendió a la primera.— Flor, ¡amiga! — dice de lo más feliz. Siempre tan entusiasta.— Ho—hola, Amara. —
Leonardo: Saco de la habitación a mi madre y ex prometida, lo más rápido que puedo y luego de dejar a ese par de víboras en la sala fui a la cocina y le di indicaciones precisas a Camila.Cuando me dijo que entendió todo volví a la sala, aguantando mis ganas de matarlas.— Te exijo una explicación de inmediato hijo, ¡Que acaba de decir de esa mujer!— Madre, no, ahora no. Charlotte ¿estás bien? Dime ¿te duele algo? — finjo estar lo de lo más preocupado, debe salir todo bien.— No cariño estoy perfectamente. — responde la m*****a pelirroja que casi golpea a mi amor.— ¿Estas segura? No quieres que te lleve a ver un doctor.— No amor, no soy una mujer de cristal.— Sí, lo pude ver, como atacaste a Florencia fue realmente algo de temer, por un momento si ella no se hubiera cubierto el vientre su bebé... mejor no decirlo. — No la verdad no quería decirlo y me estaba costando un triunfo no matarla, por tratar de lastimas a mi hermosa hada.— Dilo porque lo escuche dijiste SU bebé, bien, si
El cuervo:— Me preparas todo, quiero que envíes a los mejores pa' Argentina, aquí mi amigo dice que su hermana Diana le dijo que mi Flor está por aquellos lugares.— Enseguida patrón.Mi Florcita hermosa, muero por tenerte en mi cama una vez más y pa'siempre.Florencia:Mi pantalla se ilumina con el número de mi amiga.— Hola, Diana, ¡¿cómo están?!— Malvada, me tienes preocupada, tú y Esteban me matarán de la preocupación un día de estos. —la queja de la colombiana no se hace esperar.— Lo siento, han pasado tantas cosas que no sé cómo no eh perdido la cabeza aún, ¿me perdonas? —le respondo con mi voz más lastimera.— Sí, obvio que sí, ahora dime ¿qué has hecho estos meses? debe ser importante para olvidarte de nosotros. —bien sigue enojada, tan de ella, aun así, la amo.— Con Leonardo compramos un restaurante, era en el que trabajaba antes de conocerlo, ahora somos los propietarios. —respondo llena de emoción.— ¡Que maravilloso! ¿Entonces cantas? Te has de a ver convertido en toda
Leonardo:No, no estaba dispuesto a quedarme con ella y que solo se conformara con ver los lujos que los demás tenían, yo podía darle todo eso y más, salir de la mansión de Alexander, escuchando como me llamaba a gritos fue lo más doloroso que he hecho, pero debo mostrarle a Florencia de que puedo protegerla de su pasado y para eso necesito dinero.Pero al final del día, nada cambio, todo un día perdido, golpeando puerta tras puerta de los que una vez considere mis amigos, todos y cada uno me dieron la espalda.Dicen que una persona que deja a su familia y rompe un compromiso de tantos años por una mujer insignificante, no es nada confiable, y es ahí cuando me doy cuenta de que ellos no saben una m****a del amor.Nadie podría entenderme y me sentía tocando fondo.— Ahogar los problemas en una copa no es buena idea.— Alexander, ¿qué haces aquí? — Hace media hora que decidí entrar en este bar, y tomarme un tiempo para pensar... y beber solo, pero para mi sorpresa Alexander Scott está p
Leonardo:Me estoy volviendo loco, a Florencia la está revisando el doctor de Alexander, mientras volvía a la mansión la familia de Camila se comunicó conmigo, para informarme que alguien la había atacado por no querer dar el paradero de Flor, estoy seguro de que es el narcotraficante que está obsesionado con mi hada.— No debe preocuparse por nada, fue algo emocional, lo que provocó el desmayo de su esposa, solo necesita descansar un poco.— Bien, gracias doctor.— Permítame acompañarlo doctor.— Gracias, Amara, hasta luego señor Leonardo, señor Alexander. — Con un estrechamiento de mano el doctor se retiró de la habitación, mientras yo veía a mi esposa en la cama aún dormida.— Tranquilo Leonardo, ellas están bien, lo dijo el doctor. — trata de tranquilizarme Alex, pero es imposible, no hasta que vea sus hermosos ojos abierto una vez más.— Sí, lo sé, pero no entiendo ¿qué fue lo que pasó? ¿por qué estaba empacando?— Deberás esperar a que despierte para saber.— Mi padre, ¿a que fu