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 Capítulo 5 Amor a primera vista.

Florencia:

Pero que m****a estoy haciendo, debería alejarme, sé muy bien lo que pasara si Manuel me encuentra, y Leo está conmigo. Lo matará, o peor aún, lo torturará, hasta que muera, delate de mis ojos, no, no podría resistirlo una vez más.

— Tú pasado, no me importa, si es lo que te preocupa, ya que no estabas conmigo, no tengo porque hacerte algún reclamo, tu presente será mi mejor amigo y aliado para enamorarte y tu futuro lo podemos planear juntos. — Jamás me habían hablado así, él realmente sabía cómo enamorar a una mujer, me preguntó...

— ¿A cuántas le abras dicho lo mismo?

— A ninguna, créeme tú eres la única que ha despertado estos sentimientos, hasta hace poco, creí que algo estaba mal conmigo… nunca eh podido sentir nada, hacia otras personas, pero tú.... eres diferente.

Sin decir más, dio los dos pasos que nos separaban y me beso.

Lo que sentí fue algo único, sus labios tan suaves y carnosos despertaban un calor en los míos que jamás había sentido, ni con Manuel, ni con Luis, y al recordar a este último me alejé de Leonardo de una forma demasiado brusca, no quería que tuviera el mismo fin que mi único novio, no podría perdonármelo.

— Perdón, yo solo... no lo pude evitar.  — se disculpa y se ve avergonzado, cuando en realidad así me debería sentir yo.

— No, no eres tú... — trato de explicarle con el repentino nudo en la garganta que se me ha formado.

— ¿No eres tú soy yo?, creí que esa escusa ya no se usaba, o por lo menos no las mujeres. — genial ahora se ve molesto.

— No, por favor créeme...

— ¿Pero que tenemos aquí? la pequeña hada que embrujo a mi amigo, bienvenida. — El pendejo de su amigo apareció en el peor momento, aunque por la cara de regocijo que tenía, estaba segura de que llevaba un buen tiempo mirando la escena.

— Hola. — lo salude más por compromiso que por otra cosa.

— Cuanta seriedad, pero no te culpo, me comporte como un idiota lo admito. Aclarado el malentendido, Leo, nuestros invitados están llegando.

Después de eso fuimos a la gran sala y recibimos a cinco chicas entre ellas Amara, la cual me simpatizo casi de inmediato después de interactuar con ella, no pensé que alguien con tanto dinero fuera tan simple, podía ver que aparentaba frivolidad para no desencajar con sus supuestas amigas, pero se veía que era una persona dulce, mientras Leonardo me observa con ¿anhelo? Dios ¿qué es lo que quiere de mi realmente?

Antes de almorzar salimos a caminar y canté algunos temas para disfruté de los presentes, este lugar es reamente maravilloso, creí estar acostumbrada a la belleza de El Bolsón, pero el campo de Leonardo es lo más hermoso que he visto.

Al regresar cuatro jóvenes nos estaban esperando, resulta que Kevin había organizado todo, si pensaban tener un fin de semana de sexo y placer, por lo menos que no contaran conmigo, aparte de Leonardo y Amara, podía ver que ninguno de los presentes valía la pena, no trate ni siquiera en hablar con ellos, en su lugar solo charlaba con Leo y debes en cuando con Amara como me pidió que la llamara y no señorita Scott.

— Flor, ¿quisieras dar un paseo por el lago? Solo conmigo ¿o prefieres ir con los demás a cabalgar? — este hombre se ve tan imponente con su gran cuero y profunda voz, que es casi cómico el tono tímido con el que me pregunta.

— Me gusta la opción de ir al lago. — le contesto de inmediato para que no sufra por algo lógico, él me agrada… sus amigos ricos no.

Ya casi el sol se había ocultado, y me encantaba la idea de ver el atardecer al lado de Leo, sabía que esto era una locura, un imposible, pero mientras dure, solo lo voy a disfrutar, después de todo será solo un fin de semana.

— Entonces supongo que mi beso no te gustó.

Su reproche disfrazado de curiosidad no tardó en hacerse presente, mientras caminábamos por la orilla de aquel maravilloso lago, rodeado de cumbres que aún poseían rastros de nieve a pesar de que estábamos en verano, la Patagonia es mágica.

— No es eso Leo, para ser honesta... fue algo... único, jamás me sentí de ese...

El susodicho no tardó en tomarme entre sus grandes brazos, y besarme nuevamente, esta vez su lengua recorrió mis labios, y como si de una llave se tratara estos se abrieron para darle paso al interior de mi boca, su contacto quemaba, y mi corazón latía de una forma arrítmica, esto era puro deseo, puro placer, puro amor.

Lentamente terminó el beso, de una forma demasiado tierna, cada vez que pensaba que dejaría mis labios depositaba un pequeño beso en ellos, lo hizo tantas veces que termine riendo, parecía un adolescente, al igual que yo, me estaba comportando como una.

— Bien ese no era el efecto deseado, estaba esperando un suspiró o algo parecido.

— Me creerías si te digo, que valoro más el hecho de que eres la única persona que consigue que ría de verdad.

Me miró, tomo mi mano y me jalo para que nos sentemos en la hierba fresca, ya había anochecido, aun así, la luz de la luna nos permitía ver todo, como si de un filtro azulado se tratara, mientras las estrellas la acompañaban.

— Dime, ¿qué dolor tan grande guardas que no puedes sonreír?

Sentía como sus ojos color miel, despojaba a mi corazón de su armadura y en ese momento decidí contarle todo, para que así se alejara de mí, porque yo no tendría las fuerzas de apartarme de su lado. Bien llego la hora de hacerle entender que no valgo nada, es momento que esto termine aun antes de comenzar.

— De acuerdo, te contaré mi vida, y así te darás cuenta de que no te conviene tenerme cerca. — Me convenzo una vez más que decir la verdad es lo mejor que puedo hacer, de esta forma.... lo alejare de mí.

— No importa lo que sea, no me alejare de ti, solo quiero saber el motivo de tú tristeza.  — Mirando a la luna, decido abrir mi corazón y revelar mis secretos.

— Hace 2 años, tuve la estúpida idea de viajar a Colombia, quería sorprender a mis amigos, pero no quería viajar sola, insistí tanto que mis padres terminaron por acompañarme, aunque no querían, ellos eran todo lo que tenía, siempre me cuidaron y aconsejaron... nuestro auto chocó apenas salimos, desperté una semana después, y ellos ya no estaban, por primera vez en mi vida estaba completamente sola, en ese momento apareció Manuel villa Nueva, mejor conocido como el cuervo, se hizo cargo de los gastos médicos, argumentando que se sentía culpable porque el accidente fue ocasionado por uno de sus empleados, Diana mi amiga colombiana, quien es hija de un... capo narcotraficante, desde el primer momento me dijo que me alejara de él, que era una persona que no quería en mi vida, pero no le hice caso, así de estúpida era. — no me atrevo a ver su rostro, solo observo la luna, buscando un poco de consuelo en ella.

— Pensé que era bueno, o por lo menos eso aparentaba, el tiempo pasó, veía a Manuel como un amigo más, solo eso, no podía creer los rumores que corrían de él, que era un capo narcotraficante, el jefe de jefes, le pregunté a Diana, pero solo contestaba lo mismo, "mejor aléjate de él, no trates de averiguar nada más " pero ¿cómo hacerlo?, digo, era bueno y atento conmigo, y yo me sentía tan sola, tan .... perdida, hasta que en su cumpleaños conocí a Luis, su primo, era una persona muy divertida, me hacía reír todo el tiempo, comencé a tratarlo, a verlo más que como amigo, aunque no teníamos nada serio, cada vez que la Soledad me ganaba era en sus brazos donde buscaba refugio, aunque nunca intimamos. Manuel se enteró, fue cuando lo vi como realmente era, un maldito bastardo, hizo que sus hombres nos llevaran, al principio no entendía que era lo que sucedía ¿por qué estaba tan molesto?, comenzó a golpear a Luis, mejor dicho a torturarlo... decía cosas que para mí no tenían sentido, yo jamás le había ofrecido algo que no fuera una simple amistad, y pensé que esa era la relación que teníamos, lo cierto era que él me veía como su propiedad, esa noche me di cuenta que él estaba obsesionado conmigo, me di cuenta que estaba loco, torturó a su propio primo hasta matarlo e hizo que lo viera, para que nunca olvidara lo que pasaría si volvía a mirar a otro hombre. — siento las lágrimas correr por mis mejillas, una muerte más causada por mí, Luis no lo merecía.

—Estuve encerrada dos días con su cuerpo a un lado, luego una joven me llevó a una finca, me baño y arregló, me dio algo de agua para que bebiera, pero... en realidad lo que hizo fue drogarme, veía todo borroso y sentía mi cuerpo pesado, aun así, fui consiente cuando Manuel entró y.… me violó... cuando descubrió que era virgen, su ego y locura aumentaron. — mi cuerpo se estremece ante ese recuerdo, sé que tendré pesadillas esta noche, siempre es lo mismo.

— Fue lo mismo todos los días, durante poco más de un mes, hasta que un día me reviso un doctor y dijo que estaba embarazada, entonces la comida y bebida con drogas se terminaron, él estaba eufórico, delirando conque tendría un heredero para su imperio, fue en ese momento que aproveché para contactar a Diana, estaba con más fuerzas y las drogas ya no me afectaban tanto, ella y su hermano Esteban organizaron todo y con permiso de su padre, quien fue amigo del mío, me rescataron. Esa noche murieron muchas personas, todas y cada una por mi culpa. Ellos querían que me quede en Colombia bajo la protección de su cartel, pero mis padres nunca estuvieron de acuerdo con ese tipo de vida, además mi sola presencia allí puede generar una guerra entre ellos. — claro que sí, estoy m*****a y ahora Leonardo lo sabe.

— Ya son demasiados los muertos que cargo, llevo un año escapando, esperando el día en que él sea más rápido que yo, siempre tengo un bolso preparado, por si tengo que correr, sé que cuando me encuentre me matará o algo peor, porque de algo estoy segura y es que el cuervo me sigue buscando. — jamás se olvidará de mí y yo solo deseo verlo muerto.

— ¿Ahora entiendes porque debes alejarte de mí? Solo causó problemas y muerte. — termino mi relato y me atrevo a mirarlo, esperando encontrar un rastro de desprecio, repulsión, pero en su lugar veo ternura, e impotencia.

— Todo lo que pasó no fue tu culpa…

— ¡¿Que dices?!, mis padres murieron por mi capricho, Luis fue torturado hasta la muerte porque era mi novio.... aborte a mi propio hijo por no soportar el hecho que.... — No podía más, esto último era algo que trataba de olvidar a toda costa, ser la asesina de tu propia descendencia, oculte mi rostro entre las manos, no solo por las lágrimas que caían, sino por la misma vergüenza de lo que había hecho, MATE A UN SER INOCENTE Y ME ODIO POR ELLO.

Sentí su mano en mi espalda, subía y bajaba tratándose de hacerme sentir mejor.

— Tus padres murieron por un accidente, fuera porque viajaban contigo o por ir al mercado a comprar, ese era su destino. Lo de Luis, tampoco es tu culpa, sé que eres lo suficientemente inteligente para darte cuenta, un loco es loco, no necesita motivos para hacer locuras. — su voz suena tan suave, que mi llanto poco a poco termina.

— Y por lo del aborto, estoy seguro de que te dolió y quizás si tuvieras la oportunidad de volver el tiempo atrás actuaría de otra forma o no. Eso no lo puedes saber, de algo estoy seguro, tu dolor y sufrimiento te hicieron tomar esa decisión, ya no puedes hacer nada, no puedes dejar de vivir, soñar o amar por ello. — llevo mis ojos a los suyos, no puedo creer que piense eso, que no me juzgue, que trate de… entenderme.

— Y por Manuel, dime... ¡¿estás dispuesto a correr el riesgo de que él vaya en tu contra?! — él realmente no sabe lo que dice, no puede hablar en serio.

— Yo por ti... doy mi vida y mi alma sin pensarlo, mi corazón ya es tuyo. Solo déjame amarte y cuidarte.

¿Cómo podía rebatir eso? Le acababa de contar todo, absolutamente todo lo peor de mí, y aun así él quería estar conmigo, quería cuidarme aun poniendo en riesgo su vida.

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