Florencia:
Pero que m****a estoy haciendo, debería alejarme, sé muy bien lo que pasara si Manuel me encuentra, y Leo está conmigo. Lo matará, o peor aún, lo torturará, hasta que muera, delate de mis ojos, no, no podría resistirlo una vez más.
— Tú pasado, no me importa, si es lo que te preocupa, ya que no estabas conmigo, no tengo porque hacerte algún reclamo, tu presente será mi mejor amigo y aliado para enamorarte y tu futuro lo podemos planear juntos. — Jamás me habían hablado así, él realmente sabía cómo enamorar a una mujer, me preguntó...
— ¿A cuántas le abras dicho lo mismo?
— A ninguna, créeme tú eres la única que ha despertado estos sentimientos, hasta hace poco, creí que algo estaba mal conmigo… nunca eh podido sentir nada, hacia otras personas, pero tú.... eres diferente.
Sin decir más, dio los dos pasos que nos separaban y me beso.
Lo que sentí fue algo único, sus labios tan suaves y carnosos despertaban un calor en los míos que jamás había sentido, ni con Manuel, ni con Luis, y al recordar a este último me alejé de Leonardo de una forma demasiado brusca, no quería que tuviera el mismo fin que mi único novio, no podría perdonármelo.
— Perdón, yo solo... no lo pude evitar. — se disculpa y se ve avergonzado, cuando en realidad así me debería sentir yo.
— No, no eres tú... — trato de explicarle con el repentino nudo en la garganta que se me ha formado.
— ¿No eres tú soy yo?, creí que esa escusa ya no se usaba, o por lo menos no las mujeres. — genial ahora se ve molesto.
— No, por favor créeme...
— ¿Pero que tenemos aquí? la pequeña hada que embrujo a mi amigo, bienvenida. — El pendejo de su amigo apareció en el peor momento, aunque por la cara de regocijo que tenía, estaba segura de que llevaba un buen tiempo mirando la escena.
— Hola. — lo salude más por compromiso que por otra cosa.
— Cuanta seriedad, pero no te culpo, me comporte como un idiota lo admito. Aclarado el malentendido, Leo, nuestros invitados están llegando.
Después de eso fuimos a la gran sala y recibimos a cinco chicas entre ellas Amara, la cual me simpatizo casi de inmediato después de interactuar con ella, no pensé que alguien con tanto dinero fuera tan simple, podía ver que aparentaba frivolidad para no desencajar con sus supuestas amigas, pero se veía que era una persona dulce, mientras Leonardo me observa con ¿anhelo? Dios ¿qué es lo que quiere de mi realmente?
Antes de almorzar salimos a caminar y canté algunos temas para disfruté de los presentes, este lugar es reamente maravilloso, creí estar acostumbrada a la belleza de El Bolsón, pero el campo de Leonardo es lo más hermoso que he visto.
Al regresar cuatro jóvenes nos estaban esperando, resulta que Kevin había organizado todo, si pensaban tener un fin de semana de sexo y placer, por lo menos que no contaran conmigo, aparte de Leonardo y Amara, podía ver que ninguno de los presentes valía la pena, no trate ni siquiera en hablar con ellos, en su lugar solo charlaba con Leo y debes en cuando con Amara como me pidió que la llamara y no señorita Scott.
— Flor, ¿quisieras dar un paseo por el lago? Solo conmigo ¿o prefieres ir con los demás a cabalgar? — este hombre se ve tan imponente con su gran cuero y profunda voz, que es casi cómico el tono tímido con el que me pregunta.
— Me gusta la opción de ir al lago. — le contesto de inmediato para que no sufra por algo lógico, él me agrada… sus amigos ricos no.
Ya casi el sol se había ocultado, y me encantaba la idea de ver el atardecer al lado de Leo, sabía que esto era una locura, un imposible, pero mientras dure, solo lo voy a disfrutar, después de todo será solo un fin de semana.
— Entonces supongo que mi beso no te gustó.
Su reproche disfrazado de curiosidad no tardó en hacerse presente, mientras caminábamos por la orilla de aquel maravilloso lago, rodeado de cumbres que aún poseían rastros de nieve a pesar de que estábamos en verano, la Patagonia es mágica.
— No es eso Leo, para ser honesta... fue algo... único, jamás me sentí de ese...
El susodicho no tardó en tomarme entre sus grandes brazos, y besarme nuevamente, esta vez su lengua recorrió mis labios, y como si de una llave se tratara estos se abrieron para darle paso al interior de mi boca, su contacto quemaba, y mi corazón latía de una forma arrítmica, esto era puro deseo, puro placer, puro amor.
Lentamente terminó el beso, de una forma demasiado tierna, cada vez que pensaba que dejaría mis labios depositaba un pequeño beso en ellos, lo hizo tantas veces que termine riendo, parecía un adolescente, al igual que yo, me estaba comportando como una.
— Bien ese no era el efecto deseado, estaba esperando un suspiró o algo parecido.
— Me creerías si te digo, que valoro más el hecho de que eres la única persona que consigue que ría de verdad.
Me miró, tomo mi mano y me jalo para que nos sentemos en la hierba fresca, ya había anochecido, aun así, la luz de la luna nos permitía ver todo, como si de un filtro azulado se tratara, mientras las estrellas la acompañaban.
— Dime, ¿qué dolor tan grande guardas que no puedes sonreír?
Sentía como sus ojos color miel, despojaba a mi corazón de su armadura y en ese momento decidí contarle todo, para que así se alejara de mí, porque yo no tendría las fuerzas de apartarme de su lado. Bien llego la hora de hacerle entender que no valgo nada, es momento que esto termine aun antes de comenzar.
— De acuerdo, te contaré mi vida, y así te darás cuenta de que no te conviene tenerme cerca. — Me convenzo una vez más que decir la verdad es lo mejor que puedo hacer, de esta forma.... lo alejare de mí.
— No importa lo que sea, no me alejare de ti, solo quiero saber el motivo de tú tristeza. — Mirando a la luna, decido abrir mi corazón y revelar mis secretos.
— Hace 2 años, tuve la estúpida idea de viajar a Colombia, quería sorprender a mis amigos, pero no quería viajar sola, insistí tanto que mis padres terminaron por acompañarme, aunque no querían, ellos eran todo lo que tenía, siempre me cuidaron y aconsejaron... nuestro auto chocó apenas salimos, desperté una semana después, y ellos ya no estaban, por primera vez en mi vida estaba completamente sola, en ese momento apareció Manuel villa Nueva, mejor conocido como el cuervo, se hizo cargo de los gastos médicos, argumentando que se sentía culpable porque el accidente fue ocasionado por uno de sus empleados, Diana mi amiga colombiana, quien es hija de un... capo narcotraficante, desde el primer momento me dijo que me alejara de él, que era una persona que no quería en mi vida, pero no le hice caso, así de estúpida era. — no me atrevo a ver su rostro, solo observo la luna, buscando un poco de consuelo en ella.
— Pensé que era bueno, o por lo menos eso aparentaba, el tiempo pasó, veía a Manuel como un amigo más, solo eso, no podía creer los rumores que corrían de él, que era un capo narcotraficante, el jefe de jefes, le pregunté a Diana, pero solo contestaba lo mismo, "mejor aléjate de él, no trates de averiguar nada más " pero ¿cómo hacerlo?, digo, era bueno y atento conmigo, y yo me sentía tan sola, tan .... perdida, hasta que en su cumpleaños conocí a Luis, su primo, era una persona muy divertida, me hacía reír todo el tiempo, comencé a tratarlo, a verlo más que como amigo, aunque no teníamos nada serio, cada vez que la Soledad me ganaba era en sus brazos donde buscaba refugio, aunque nunca intimamos. Manuel se enteró, fue cuando lo vi como realmente era, un maldito bastardo, hizo que sus hombres nos llevaran, al principio no entendía que era lo que sucedía ¿por qué estaba tan molesto?, comenzó a golpear a Luis, mejor dicho a torturarlo... decía cosas que para mí no tenían sentido, yo jamás le había ofrecido algo que no fuera una simple amistad, y pensé que esa era la relación que teníamos, lo cierto era que él me veía como su propiedad, esa noche me di cuenta que él estaba obsesionado conmigo, me di cuenta que estaba loco, torturó a su propio primo hasta matarlo e hizo que lo viera, para que nunca olvidara lo que pasaría si volvía a mirar a otro hombre. — siento las lágrimas correr por mis mejillas, una muerte más causada por mí, Luis no lo merecía.
—Estuve encerrada dos días con su cuerpo a un lado, luego una joven me llevó a una finca, me baño y arregló, me dio algo de agua para que bebiera, pero... en realidad lo que hizo fue drogarme, veía todo borroso y sentía mi cuerpo pesado, aun así, fui consiente cuando Manuel entró y.… me violó... cuando descubrió que era virgen, su ego y locura aumentaron. — mi cuerpo se estremece ante ese recuerdo, sé que tendré pesadillas esta noche, siempre es lo mismo.
— Fue lo mismo todos los días, durante poco más de un mes, hasta que un día me reviso un doctor y dijo que estaba embarazada, entonces la comida y bebida con drogas se terminaron, él estaba eufórico, delirando conque tendría un heredero para su imperio, fue en ese momento que aproveché para contactar a Diana, estaba con más fuerzas y las drogas ya no me afectaban tanto, ella y su hermano Esteban organizaron todo y con permiso de su padre, quien fue amigo del mío, me rescataron. Esa noche murieron muchas personas, todas y cada una por mi culpa. Ellos querían que me quede en Colombia bajo la protección de su cartel, pero mis padres nunca estuvieron de acuerdo con ese tipo de vida, además mi sola presencia allí puede generar una guerra entre ellos. — claro que sí, estoy m*****a y ahora Leonardo lo sabe.
— Ya son demasiados los muertos que cargo, llevo un año escapando, esperando el día en que él sea más rápido que yo, siempre tengo un bolso preparado, por si tengo que correr, sé que cuando me encuentre me matará o algo peor, porque de algo estoy segura y es que el cuervo me sigue buscando. — jamás se olvidará de mí y yo solo deseo verlo muerto.
— ¿Ahora entiendes porque debes alejarte de mí? Solo causó problemas y muerte. — termino mi relato y me atrevo a mirarlo, esperando encontrar un rastro de desprecio, repulsión, pero en su lugar veo ternura, e impotencia.
— Todo lo que pasó no fue tu culpa…
— ¡¿Que dices?!, mis padres murieron por mi capricho, Luis fue torturado hasta la muerte porque era mi novio.... aborte a mi propio hijo por no soportar el hecho que.... — No podía más, esto último era algo que trataba de olvidar a toda costa, ser la asesina de tu propia descendencia, oculte mi rostro entre las manos, no solo por las lágrimas que caían, sino por la misma vergüenza de lo que había hecho, MATE A UN SER INOCENTE Y ME ODIO POR ELLO.
Sentí su mano en mi espalda, subía y bajaba tratándose de hacerme sentir mejor.
— Tus padres murieron por un accidente, fuera porque viajaban contigo o por ir al mercado a comprar, ese era su destino. Lo de Luis, tampoco es tu culpa, sé que eres lo suficientemente inteligente para darte cuenta, un loco es loco, no necesita motivos para hacer locuras. — su voz suena tan suave, que mi llanto poco a poco termina.
— Y por lo del aborto, estoy seguro de que te dolió y quizás si tuvieras la oportunidad de volver el tiempo atrás actuaría de otra forma o no. Eso no lo puedes saber, de algo estoy seguro, tu dolor y sufrimiento te hicieron tomar esa decisión, ya no puedes hacer nada, no puedes dejar de vivir, soñar o amar por ello. — llevo mis ojos a los suyos, no puedo creer que piense eso, que no me juzgue, que trate de… entenderme.
— Y por Manuel, dime... ¡¿estás dispuesto a correr el riesgo de que él vaya en tu contra?! — él realmente no sabe lo que dice, no puede hablar en serio.
— Yo por ti... doy mi vida y mi alma sin pensarlo, mi corazón ya es tuyo. Solo déjame amarte y cuidarte.
¿Cómo podía rebatir eso? Le acababa de contar todo, absolutamente todo lo peor de mí, y aun así él quería estar conmigo, quería cuidarme aun poniendo en riesgo su vida.
Florencia.Fui consciente cuando sus labios encontraron los míos, y sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo, era la primera vez desde lo que pasó en México que permitía que un hombre me tocará, y lejos de sentirme incómoda o que mi mente sea bombardeada por esas imágenes que se repetían cada vez que dormía provocando mis peores pesadillas, desde lo más profundo de mi ser podía sentir el deseo de ser solo de Leo, de entregarle no solo mi cuerpo, sino también mi corazón y alma.Y fue de esta manera que nos encontró el amanecer, no sentimos el frío de la cordillera patagónica, no solo porque estábamos en verano, sino también porque nuestros cuerpos estaban en un maratón de amor y pasión del cual nunca nadie podría a ver imaginado que sea posible.Mi cuerpo reacciona a cada caricia de sus manos, todas mis terminaciones nerviosas estaban a Flor de piel, por cada beso que dio en cada rincón de mi cuerpo, esto era el mismo cielo y si era un sueño, no quería despertar jamás.— Permíteme esta
Florencia:Amara y yo nos fuimos de regreso a la casa, sus supuestas amigas ya habían salido, sin preguntar por ella, y mucho menos preocuparse por donde estaba, sorprendente.El que si estaba era mi Leo, que bien zona eso.— Flor estabas aquí, hola, Amara, ¿sucede algo?— Nada importante Leo, pero necesito que le pidas el móvil a Kevin, es urgente. — me observa un poco curioso y responde.— Puedes usar el mío.— No, necesito el de él ahora, por favor, es algo importante pero no puedo contártelo. — Amara solo nos observaba conteniendo sus lágrimas.— De acuerdo, te lo traeré, a, por cierto, en la mesada esta lo que me encárgate.— Gracias. — Ahora que lo pensaba, ¿ella no necesitaría tomar algo también?— Amara, ¿usaron protección?— ¡Oh, no!, rayos ahora sí... — veo como la desesperación comienza a invadirla, maldito Kevin, ella es apenas una adolescente, peo él es un hombre, ¿cómo pudo ser tan descuidado?, desalmado, estoy segura de que si ella resulta embarazada no se hará responsa
Florencia:— ¡Leo! — Mi corazón se acelera de solo ver que es él quien me llama, es impensable lo dependiente que me volvía a él, lo quiero conmigo, lo extraño demasiado.— Hola cariño.— Hola, ¿todo bien? — su voz suena cansada.— Recién estoy saliendo del aeropuerto no te preocupes, solo extrañaba tu voz.— Yo también te extraño... demasiado.— Volveré lo más pronto posible, te llamaré más tarde.— Adiós, cuídate.Esto era muy raro y loco, si mis padres me vieran, ¿qué pensarían de esta locura?, en solo un mes Leo conoce todo de mi al igual que yo sé todo de él, nos embarcamos en esta locura, ahora vivo con él, solo espero que Manuel jamás me encuentre, por más que Leonardo diga que puede protegerme, temo lo que el cuervo nos pueda hacer.— Señorita. — la empleada llama mi atención.— Ya te dije dime Florencia, por favor.— De acuerdo Florencia, el señor Alexander Scott está en la sala, desea hablar con usted.— ¿Conmigo?Sé que es el hermano de Amara, me eh mantenido en contacto con
Florencia:Esto no puede ser, como puede ser que el universo conspiré contra mí, la única vez que tuvimos sexo sin protección fue la noche del lago, y Leo me compró la píldora, pero se la di a Amara, pensando en comprar otra para mí, más tarde, algo que nunca hice, y ahora.... este bebé ¿cómo se lo explicare?El timbre del teléfono me saca de mis pensamientos.— ¿Sí?— Amor, ¿cómo estás? — Trato de que mi voz no tiemble, no me atrevería a decirle nada por teléfono.— Bien ¿y tú? ¿Cómo está todo? ¿Cuándo vendrán?— Ya estoy en el aeropuerto, llegaré mañana. — eso quiere decir que sus padres no me quieren conocer.— ¿Llegaras? Vienés ¿solo? Acaso tus padres no...— Eso ya no importa, espérame, mañana a esta hora estaremos juntos.Lo sabía, ellos no me quieren, solo logré traerle problemas al único hombre que he amado en mi vida.Él no se merece esto.Leonardo:— Hola amor.Florencia estaba en el sofá, dormida, me deleite observándola un tiempo, y luego la desperté con un tierno beso, que
Florencia.Me estaba costando respirar, sentía que me Asfixiaba, no, no me iba a quedar aquí, no lo soportaba. Leonardo me acababa de despreciar, tanto me juro amor y que era lo más importante para él y ahora solo se marcha con ellas.Lo único que tuve que hacer fue tomar mi bolso y abrir la gran ventana de la habitación, ahora me encontraba exactamente como Amara aquel día caminando sin rumbo por el bosque, llorando como solo una mujer traicionada lo hace, y eso me recordó que tengo amigas. Pensé en llamar a Diana, pero recordé que ayer cuando hablé con mis amigos se estaban preparando para mudarse, su ubicación había sido delatada y era cuestión de días para que la D.E.A diera con ellos.Fue cuando recordé a Amara, ella siempre era la que me llamaba, como le expliqué a su hermano, pero hoy eso iba a terminar, era yo la que la necesitaba esta vez, ya no estaba tan sola como antes. Atendió a la primera.— Flor, ¡amiga! — dice de lo más feliz. Siempre tan entusiasta.— Ho—hola, Amara. —
Leonardo: Saco de la habitación a mi madre y ex prometida, lo más rápido que puedo y luego de dejar a ese par de víboras en la sala fui a la cocina y le di indicaciones precisas a Camila.Cuando me dijo que entendió todo volví a la sala, aguantando mis ganas de matarlas.— Te exijo una explicación de inmediato hijo, ¡Que acaba de decir de esa mujer!— Madre, no, ahora no. Charlotte ¿estás bien? Dime ¿te duele algo? — finjo estar lo de lo más preocupado, debe salir todo bien.— No cariño estoy perfectamente. — responde la m*****a pelirroja que casi golpea a mi amor.— ¿Estas segura? No quieres que te lleve a ver un doctor.— No amor, no soy una mujer de cristal.— Sí, lo pude ver, como atacaste a Florencia fue realmente algo de temer, por un momento si ella no se hubiera cubierto el vientre su bebé... mejor no decirlo. — No la verdad no quería decirlo y me estaba costando un triunfo no matarla, por tratar de lastimas a mi hermosa hada.— Dilo porque lo escuche dijiste SU bebé, bien, si
El cuervo:— Me preparas todo, quiero que envíes a los mejores pa' Argentina, aquí mi amigo dice que su hermana Diana le dijo que mi Flor está por aquellos lugares.— Enseguida patrón.Mi Florcita hermosa, muero por tenerte en mi cama una vez más y pa'siempre.Florencia:Mi pantalla se ilumina con el número de mi amiga.— Hola, Diana, ¡¿cómo están?!— Malvada, me tienes preocupada, tú y Esteban me matarán de la preocupación un día de estos. —la queja de la colombiana no se hace esperar.— Lo siento, han pasado tantas cosas que no sé cómo no eh perdido la cabeza aún, ¿me perdonas? —le respondo con mi voz más lastimera.— Sí, obvio que sí, ahora dime ¿qué has hecho estos meses? debe ser importante para olvidarte de nosotros. —bien sigue enojada, tan de ella, aun así, la amo.— Con Leonardo compramos un restaurante, era en el que trabajaba antes de conocerlo, ahora somos los propietarios. —respondo llena de emoción.— ¡Que maravilloso! ¿Entonces cantas? Te has de a ver convertido en toda
Leonardo:No, no estaba dispuesto a quedarme con ella y que solo se conformara con ver los lujos que los demás tenían, yo podía darle todo eso y más, salir de la mansión de Alexander, escuchando como me llamaba a gritos fue lo más doloroso que he hecho, pero debo mostrarle a Florencia de que puedo protegerla de su pasado y para eso necesito dinero.Pero al final del día, nada cambio, todo un día perdido, golpeando puerta tras puerta de los que una vez considere mis amigos, todos y cada uno me dieron la espalda.Dicen que una persona que deja a su familia y rompe un compromiso de tantos años por una mujer insignificante, no es nada confiable, y es ahí cuando me doy cuenta de que ellos no saben una m****a del amor.Nadie podría entenderme y me sentía tocando fondo.— Ahogar los problemas en una copa no es buena idea.— Alexander, ¿qué haces aquí? — Hace media hora que decidí entrar en este bar, y tomarme un tiempo para pensar... y beber solo, pero para mi sorpresa Alexander Scott está p