Una vida arruinada, eso era lo que tenía, sin duda un desastre, un padre que odiaba y una vida de la universidad en donde tenía todo mi futuro arruinado, sin duda alguna nada que podría envidarse, pero yo amaba mi vida, la doraba, por ellos mi muerte, aquella que llego sin más había sido tan terrible por esa razón cuando estaba tan convencida que aquel día que caí de la azotea ebria después de una serie de eventos terrible con mi antiguo novio, maldije una y otra vez, culpe a dios una y otra vez por mí des fortunio, por darme una vida feliz, por dame un terrible un padre y alejarme de mi madre, por terminar de aquella manera tan patética, pues mi muerte no fue más que una muerte terriblemente patética
—Señorita… Señorita… Por fin despertó, por fin…—Pero entonces la luz me había cegado, las voces de personas externas me recorrían por completo, mientras pude ver como una mano delicada y llena de temblor me tomo con fuerza y en medio de todo lloro como nada, algo que me dejo completamente sorprendida, más al escuchar sus palabras.
—Mi amor… Mi bebé… Por favor dime que estás bien, por favor…—Mi madre, no, yo no tenía madre, mi madre había muerto hace mucho y me había dejado con el imbécil de mi padre, aquel imbécil adicto al trabajo y al sexo que solo me dio una pésima vida, no tengo madre, ¿Por qué esta mujer me trata de aquella manera? Por esa razón solo gire mi cabeza con un terrible dolor en mi cuerpo y la observe allí estaba ella. Esta mujer completamente hermosa, su cabello rubio y su rostro completamente hermoso, sin duda alguna no era mi madre, ella no tenía nada que ver con esta, la mujer parecía sacada de un cuento de hada, era hermosa, pero entonces un hombre se posicionó a su lado, este tenía una expresión llena de felicidad mezclada con la desolación, aquel me observo con sus ojos llenos de lágrimas y con su otra mano posiciono la suya por encima de la mujer ¿Quién carajos eres hombre? Eres muy lindo, sin duda, su cabello rojizo y su rostro muy hermoso a pesar de la edad, pero lo que más me sorprende es el hecho de su vestimenta, ellos estaban vestidos como el siglo XV, la verdad no tengo idea de cómo se vestían en aquel entonces, pero he de decir que parecen del club de teatro ¿será una broma? Sin duda debe ser una broma, no vuelvo a emborracharme hasta el punto de perder la conciencia y terminar con raritos como estos.
—Llamen al doctor, nuestra hija ha despertado, nuestra pequeña ha despertado tras cinco días y cuatro noches…—El hombre hablo lleno de júbilo, mientras una de las mujeres vestidas con aquella ropa extraña de sirviente corrió llena de afán, de verdad ¿en dónde estoy? ¿Qué carajos es esto?
—¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? —Pero entonces, me quede de piedra, mi voz, esta no era mi voz, y la mirada de los raritos, no tenía comparación, parecían haber escuchado lo peor del mundo, la cosa más atroz, de verdad no parecía estar actuando, no cuando la mujer hermosa lloraba desconsolada y el hombre me observaba como si de verdad hubiese pasado algo terrible.
—llamaré a un sacerdote de inmediato, le pediré ayuda mi señor…—El hombre asintió con una mirada derrotada, en lo que yo me levante de la cama ignorando el gemido de temor de la mujer y la expresión llena de sorpresa de todos, solo me quede allí, más cuando mi mirada se quedó conectada a la del espejo, esto no puede ser, carajo no puede ser.
¿Qué clase de droga fumé? ¿Qué clase de licor me dieron? ¿Está adulterada? Yo no me drogaba, pero pudieron haberme drogado, o posiblemente yo ahora me encuentro en coma, si sin duda eso es, no puede ser verdad, solo yo puedo inventar este tipo de situación, sobredosis, por licor, estoy en un hospital, por ello, carajo debe ser algo como eso, no hay duda, no puedo simplemente estar aquí en el cuero de una chica, una que parece de unos quince años, una con la piel pálida y su cabello rojizo, una qué nuca en mi vida he llegado a ver, además mi ropa todo esto, ¿qué carajos está pasando? Estaba completamente conmocionada.
Tanto así qué me di algunos golpes en el rostro intentando despertar, vamos despiertas, despierta Naomi, despierta de una m*****a vez. Pero no ocurre eso, no puedo despertar y las personas a mi alrededor me observan como si estuviese loca, pero ¿Qué me pasa? Esto no es real, no puede ser
—Eli… Mi pequeña Elizabeth, por favor, por favor no te hagas daño…—La mujer rubia lloro mientras sostenía mi mano y yo la observaba llena de sorpresa, ¿Elizabeh? ¿Dónde había escuchado yo aquel nombre? Elizabeth, ¿dónde había salido aquel nombre, la verdad es que no lo recordaba, no lograba recordar aquel nombre, tanto así que observe a la mujer sin saber que decir y solo llegue a preguntar lo primero que se me ocurrió.
—¿Quién eres? ¿Quién es Elizabeth? ¿Cómo llegue aquí? —Ay carajo, no llores, solo responde la m*****a pregunta, no sé quién carajo eres, quien Eelizabeth, pero si no fuera suficiente con toda la escena que estaban montando estas personas y yo por consiguiente al ver este rostro y todo aquello entraron dos hombres, uno con una túnica blanca y otro de traje insisto muy extraños, más cuando seguidos de ellos uno más ingreso.
Este era un chico, tenía unos dieciocho años, con una elegancia impecable y muy lindo, pero ahora no es el memento, ahora debo concentrarme en el hecho de que estoy en el lugar menos indicado, no sé dónde estoy y que no me agrada para nada, por lo que observe a todos los lugares y solo me levante de la cama de un brinco y los observe a todos como si no fuesen más que la imagen más terrible y los observe como los extraños que eran, el hombre de cabellos rojizo que parecía actuar como padre, hablo lleno de sorpresa.
—Elizabeth Sandringham, ¿Qué es esa manera de comportarte? Estás ante un ministro del dios y un doctor, sin contar ante tu prometido, el Duque Maquelssy… Compórtate ante los caballeros…
—Pero ¿Qué carajos? ¿Duque? ¿Ministro de dios? ¿Qué carajos? ¿Dónde estaba? ¿En qué sanatorio mental me habían internado? Pero ¿Dónde estaban los doctores y los supuestos enfermeros? ¿Por qué dejan esta fiesta temática en mi habitación? No entendía nada.—Elizabeth… Vuelve a la cama…—Ahora quien hablaba era el chico, aquel hermoso, sin duda, ¿Cómo era que se llamaba? Sí, el Duque Maquelssy, ¿Dónde había escuchado su nombre? La verdad no lo recordaba, pero entonces luego de analizar, solo un nombre vino a mi mente, uno que me parecía más imposible.
—¿Vincent Maquenssy? ¿Eres Vincent Maquenssy? —Note como la mujer y el hombre bien vestidos daban un suspiro al igual que los sirvientes, mientras el chico rubio y muy bien detallado asintió con su cabeza, yo abrí mis ojos grandemente y me señale a mi misma con mis manos temblando y la cabeza dando mil vueltas—¿Me llamo Elizabeth Sandrigham? ¿Ellos son mis padres, los Condes de Sandrigham? — Pregunté en medio de un susurro, a lo que ellos con una gran sonrisa asintieron más que satisfechos con aquello, mientras yo sentía que me caía un balde de agua fría encima, esto es una jodida locura, es imposible, es más que imposible.
—Así es… tú eres Elizabeth Sandringham, eres mi prometida, y tuviese un accidente en mi mansión, por lo que estuviese en coma por días y temíamos en que no despertaras, pero nos alegra saber que al fin estas despiertas… Por así decirlo…—El chico hablo con tranquilidad, mientras yo lo observe fijamente y mi cabeza inicio a dar vueltas sin parar, pues si todo esto es verdad, si aquel habla en serio y no es producto de mi imaginación y el dolor de mis mejillas es real tras golpearme, que significa, solo logro llegar a molestarme que ahora mismo estoy en el mundo de fantasía del libro LA DUQUESA DE SANDRINGHAM, acabo de caer en el libro lo sé porque morí, yo morí después de caer de aquella azotea en mi universidad y si no estoy equivocada, no soy la protagonista, soy la villana y este chico este rubio hermoso, me matará de una manera terrible y horrible solo para protegerla a ella, no pude más, solo en medio de mi delirio la oscuridad de nuevo me albergo y mientras que mi cuerpo cedía, rogaba que solo fuese un loco sueño, que no fuese real, porque no quiero morir, no deseo morí a manos de este terrible tirano.
vamos a rebobinar, tal vez esto no es tan terrible como parece, tal vez y todo no es más que una tontería y puedo salir bien librada de ello, podría decir que es un sueño y que solo debo despertar, podría decir que es producto de mi imaginación y ya está, pero hasta ahora me he golpeado a mí misma, me he lanzado una terrible taza de agua fría en el rostro, me queme la lengua con aquel café, pero mi excusa, es que no tenía idea que estaba caliente y si eso no fuera poco también me pellizque, pero nada, no he logrado despertar, sigo aquí, incluso después de aquel desmayo que solo logro hacer un desastre en este lugar, esto es terrible, tanto así que ahora solo decidí quedarme encerrada en esta habitación mientras según muchos estoy recuperándome, y yo solo estoy aquí intentando poder entender como haré para sobrevivir después de mi terrible final —Señorita, ¿Qué tal un poco de sol, el día está maravilloso…—Di un suspiro y observe a la mujer a mi lado, ella sí que es devota, no se ha se
—No…—Que bien, ahora solo tenemos que hablar con mis padres y…—Mis palabras se quedaron a medio salir y lo observe completamente sorprendida, ¿NO? ¿Él hablaba de verdad? Esto me dejo completamente helada, tanto así que mis ojos se llenaron de lágrimas por la ira y lo observe como quien no podía creer aquello—¿Por qué no? ¿No quieres acabar el compromiso?—No…—Hijo de puta ¿Qué quieres de mí? ¿Haces esto porque debes seguir el guion de la historia? No, ese hombre no creo que sea tan voluble, creo más que bien que ocurre algo más detrás de todo esto, pero ¿qué es? La verdad es que no tengo la menor idea, pero he de decir que no me agrada para nada esa respuesta.—¿Por qué no quieres acabar el compromiso? Tú y yo no somos para nada compatibles, tú eres… y yo soy…—¿Qué le digo? La verdad no lo sé, pero entonces noté una pequeña sonrisa en sus labios y pude ver que se estaba burlando de mí, tal vez sea una broma, solo eso.—El día de mañana nos han invitado a la fiesta de té de la Marquesa
La verdad no tenía idea de que llamaban aquí una fiesta de té, carajo, es una fiesta normal, donde todos parecen querer mostrar cuan ricos son y cuanto tiene, lo pude notar en los lujosos estados y algunas joyas en las que se me iban los ojos, al carajo esas fiestas de caridad en las que pude asistir en mi vida pasada como la hija de un importante y adinerado hombre de negocios, aquel hombre sí que hacía fiestas, pero diría que lo mejor era al terminar, carajo yo sí que la pasaba bien, bebía hasta perder la conciencia con mi amiga Karel y con sophie, aquellas que siempre me acompañaban en mis más grandes desgracias ellas deben estar devastadas por mi muerte, mi padre debe estar satisfecho, al fin podrá librarse de su antiguo matrimonio con la muerte de su hija, aquella que le quedo para no poder vivir libre.Tal vez estoy siendo una maldita, pero ese hombre jamás se comportó como alguien humano, por lo que la verdad es que no me afectan para nada las tonterías de los actuales padres q
El lugar se había quedado lleno de un terrible bullicio en el momento en el que Elizabeth había salido corre lejos de nosotros, niña problemática, sabía muy bien cuál era tu plan, pero también sabia los rumores de esta mujer frente a mí solía decir, sabía que de cierta manera para que Elizabeth la hubiese atacado era porque ella había llegado a decir cosas muy terribles además del hecho de que se había molestado grandemente, ella era la que dio pie para que Elizabeth hiciera un acto como aquel, para que ella buscara una excusa para actuar de aquella forma, creía que no haría nada de ello, de hecho desde el inicio me había negado a venir a este evento, desde el principio había dicho que no.Pero fue un impulso solo fue aquello cuando note que Elizabeth de verdad parecía determinada a terminar conmigo, fue un impulso, pues temí que ella lo hiciera solo porque sentía que yo no le dedicaba el suficiente deseo de querer estar con ella más tiempo de mostrarla como mi prometida, ahora no sé
Todo había terminado de la manera más genial del mundo, tanto así que me encontraba más que fascinada, mientras observaba aquel “gato” y el enorme baúl lleno de oro, no podía créelo, era rica, muy rica, bueno no tanto como mis padres o ese estirado de mi supuesto prometido, pero si era rica, más que en mi vida pasada, en aquel entonces solo tenía mi pequeño cuarto de la universidad y lo que ganaba por trabajar medio tiempo en el jodido bar de la universidad, todo para poder costear mis gastos, después de aquella pelea tan grande que tuve con mi padre en la que le dije unas cuantas verdades y con ello deje usar sus fondos y solo decidí ignorarlo, incluso sus llamadas y demás, no quería nada de su parte, no quería tener que agradecerle nada a alguien quien odiaba y por esa razón solo lo deje de lado y ahora debe estar más que satisfecho con mi muerte. Un gesto amargo lleno mi rostro, por lo que solo di un largo suspiro y observe al baúl de oro, aquel que ahora estaba en mi habitación m
—¿Señorita? ¿Está usted segura de esto? Tal vez… Solo tal vez debamos buscar otra manera de hacer su inversión, podemos vender sus joyas, podemos idear una forma en la que el oro que ha invertido en algunos vestidos y algunas joyas sean liquidadas y con ello… Levante mi mano y observe a Anya, quien tenía un gesto lleno de preocupación, mientras caminábamos en medio de todo este centenar de gente.—No lo haré, ¿Qué hay de una dama sin joyas? Eso no puedo permitirlo, es como si me quitaras media alma sin mis preciosas… ¿Entendiste? —Hice una voz parecida a Smigol el del señor de los anillos, cuando dije la última palabra, pero ella solo me observo como si estuviese loca, cosa que es muy común en ella, y solo siguió al parecer preocupada por lo que estaba planeando hacer el día de hoy.La verdad es que hay más personas de las que imagine incluso mis padres habían llegado hace un rato, claro estaba que yo me había alejado de los, no es como si les importara, pero al fin y al cabo ellos pa
Tic, tac, tic, tac, así sonaba mi cerebro en este momento, como el maldito sonido de un reloj y lo más curioso es que no tengo ni uno, pero así mismo sonaba mi cabeza, no podía creerlo, Anya no llegaba y yo tenía que escapar, más cuando se trataba de mis padres que no paraban de hablar del increíble prometido y el hecho de que él ganaría aquella competencia y qué haba indicado que el dinero ganado lo entregaría a la caridad, por poco me da un paro cardiaco, que me perdone ese dios de este mundo, pero le prometo que le devolveré el dinero cuando sea rica y poderosa, por lo menos eso creo, no es una promesa en sí, pero yo necesito ese oro, necesito ese dinero, por lo que cuando le gane yo invertiré aquello en quitarle el futuro al protagonista, ya que después de todo yo lo necesito más que él, cuando conozca a la protagonista yo estaré lejos y los dejaré vivir su romance sin ningún problema, mientras yo con todo el dinero que ganaré me daré una gran vida, tal vez si tengo suerte conozca
De todas aquellas posibilidades, yo llegué a contemplar el hecho de ser descubierta por nada más y nada menos que mi famoso prometido, llegó a pensar en el hecho de piedra tal vez no lo sé, ser expuesta de manera bastante brutal por este y que reaccionara de manera brusca e incluso iniciar a gritarme a decirme que no soy más que una molesta y me dijese que carajos estaba haciendo ahora, pero no, nada de eso, él estaba tranquilo mientras me miraba con aquellos ojos suyos que he de decir que son hermoso, y parecía esperara con ansia en ver la reacción y qué actitud tomaría, él parecía saberlo perfectamente, solo esperaba mi reacción por diversión, por la anécdota, como dacia algunos comediantes, ahora soy yo la anécdota al parecer, carajo, ese hombre sí que es una molestia. —Su majestad, su majestad, pero qué dicha es verlo, la verdad es que no imagine que usted estaría aquí presente…—Qué palabras tan tontas, ¿no pensó que estaría allí? ¿Entonces qué pensó? Él estaba compitiendo por di