—No…—Que bien, ahora solo tenemos que hablar con mis padres y…—Mis palabras se quedaron a medio salir y lo observe completamente sorprendida, ¿NO? ¿Él hablaba de verdad? Esto me dejo completamente helada, tanto así que mis ojos se llenaron de lágrimas por la ira y lo observe como quien no podía creer aquello—¿Por qué no? ¿No quieres acabar el compromiso?
—No…—Hijo de puta ¿Qué quieres de mí? ¿Haces esto porque debes seguir el guion de la historia? No, ese hombre no creo que sea tan voluble, creo más que bien que ocurre algo más detrás de todo esto, pero ¿qué es? La verdad es que no tengo la menor idea, pero he de decir que no me agrada para nada esa respuesta.
—¿Por qué no quieres acabar el compromiso? Tú y yo no somos para nada compatibles, tú eres… y yo soy…—¿Qué le digo? La verdad no lo sé, pero entonces noté una pequeña sonrisa en sus labios y pude ver que se estaba burlando de mí, tal vez sea una broma, solo eso.
—El día de mañana nos han invitado a la fiesta de té de la Marquesa, y nos ha invitado como pareja, estaré aquí temprano para poder ir juntos, así que deseo que estés lista sin ningún contratiempo…
—Por el pequeño grito ahogado que dio Anya, supe que debía ser importante, en lo que sonreí ante el cretino y hable como si aquello fuese una digna oportunidad.
—¿Qué tal si hacemos un trato? Yo voy con usted a la fiesta de té y usted…
—No… —Pero por favor siquiera considérelo, solo considérelo…—Hablé con un gesto lleno de agonía, pero para él parecía no afectarle en lo más mínimo, es más, su mirada se colocó un poco más tensa y cuando creía que diría “está bien tienes razón he notado que no es una broma” “acepto terminemos” este me dijo todo lo contrario.
—¿Esta es una manera de llamar mi atención? ¿Quieres hacerlo de esta manera, ya que salir herida no funciono? Porque la verdad no está funcionando, sabes muy bien que este compromiso es político y puede ayudarme a concretar mi título ante todos, por lo que no estoy dispuesto a acabar con el compromiso, además… En cuanto acabe no dare un paso a atrás…—Eso es justamente lo que quiero, ¿crees que por esas otras razones? Claro que no maniático, quiero vivir y a tu lado está más que claro que no lo conseguiré.
—Me atendré a las consecuencias, si su majestad termina conmigo, así que por favor… terminemos el compromiso…—de nuevo esa mirada, de verdad que este chico me asustaba demasiado, ahora entiendo por qué dicen que es un tirano que puede dejarte helado con una sola mirada.
—No… Vendré por ti mañana…—Apreté mis manos en el despampanante abrigo que cubría mi vestido y lo observe con enojo, mientras él caminaba lejos de mí con su porte digno de un dios, en lo que yo pensé en algo más y hable casi en un grito para que ese me escuchara antes de marcharse.
—Oro… Quiero oro…—Él detuvo su paso y me observo al parecer sin comprender de que trataba aquello que acababa de decir, por lo que lo repetí de nuevo para que lo entendiera—Quiero oro como compensación de mi herida, dame mucho oro…—Si él no deseaba darme el fin del compromiso me pagaría de otra manera y ahora sabia como seria.
Por lo que cuando él asintió con la cabeza y se marchó yo también me di la vuelta y camine hacia mi habitación, seguida de Anya que parecía estar muy nerviosa, pues pareció haber notado mi nueva determinación y parecía no haberle agradado mucho aquello, pero al carajo, ahora haría algo más caótico, algo que hará que ese niño rico se ponga tan tenso y tan lleno de coraje que terminara rogándome que acabemos el compromiso, no planeo morir, no de nuevo, esta salida, aquel jardín me hizo comprender algo y aquello era que no estaba muerta, que esta era una nueva oportunidad de sentir, de vivir, de poder experimentar nuevas cosas y este hombre no lo arruinara este hombre no me dejara en el olvido y me matara por sus tonterías, por lo que si él no desea acabar el compromiso, yo seré una piedra en su zapato.
Además de planear todo, tengo un año mientras él está aquí para convencerlo de que terminemos el compromiso, ya que sé ira dos años a la guerra y lo peor es que volverá, por lo que yo me encargaré de arruinar todos sus planes, aquello que conocía por el libro, aquello que podía usar a mi beneficio, además de ser una chica del siglo XXI que sabía cómo fastidiar a un hombre, prepárate hijo de puta, por qué seré un verdadero dolor en el trasero tango tiempo así que me sentaré en el escritorio he iniciaré analizar cada uno de los detalles del libro y comenzaré a crear un plan que sin duda no tenga problemas, para el final del día de mañana el compromiso entre Vincent Maquelssy y yo estará terminado de una buena vez y yo seré libre de vivir la vida que deseo.
--Señorita… ¿Señorita? —Levante mi cabeza de aquellas hojas que tenía frente a mí y note como ella parecía estar un poco apenada, además de parecer aterrada, ¿tan siniestra me veía? Pobre mujer se volverá demente si sique a mi lado.
—¿Qué ocurre Anya? Tengo mucho en que pensar…—Ella de verdad parece estar un poco nerviosa, más al ver mi sonrisa tranquila, más después de que yo hace un segundo parecía estar planeando el asesinato de alguien.
—Solo quería preguntarle si desea que iniciemos a preparar todo para la fiesta de té del día de mañana, usted suele ser muy meticulosa con ello, más cuando se trata de acompañar a su majestad el Duque…—¿No verdad? No tenía la menor idea, es bueno, talvez deba ir vestida de sirvienta, o tal vez deba ir sucia, había tantas posibilidades—Traeré las joyas y los vestidos de la mejor categoría que pueda usar mi señorita…—¿Costoso? ¿Joyas? Me gustaba como sonaba eso, yo era una chica snop, no me importaba decirlo, y saber que tengo joyas o vestidos caros, además de dinero, sí que me gustaba.
—Sí, sí, sí, tráelas, tráelas todas, ya quiero verlas todas…—Anya salió de inmediato de mi habitación, mientras yo observaba el papel que tenía frente a mí y me asentía llena de convicción, pues sin duda alguna le daría una elección a ese niño rico y tirano con mi actuación del día mañana.
Al final tan emocionada estaba que no dormí mucho la noche anterior, por lo que estaba medio dormida mientras aquellas cinco sirvientas habían ingresado muy temprano en la mañana y se había dispuesto a prepararme la fiesta del Márquez o no sé qué, la verdad es que solo quería dormir, ya quería dejar mis planes para otro día, algo que al parecer no tenía permitido, pues ellas después de haber elegido las joyas más finas y el vestido más curioso que había visto ellas estaban ya preparadas incluso me habían dado un largo baño con aceite y demás, aprecie estar en un spa de lo más fino, no creo que en mi vida anterior, me hubiese dado tal lujo, cinco mujeres haciendo todo para complacerme esto sí que era una pasada, por esa razón solo digo que aquí debo ser rica sí no, porque pobres ni loca.
—Señorita, ya está lista, ya puede despertar un poco, el duque está a punto da llegar…
—Abrí mis ojos llenos de una pereza imprescriptible y me observé en el espejo, mi cabello recogido, mientras una gargantilla bastante costosa brillaba en todo su esplendor, al igual que mi vestido de fantasía, carajo me veía genial esa chica sí que era hermosa, no entiendo que hacia pegada a ese bastardo que no la quería. —Genial… Me gusta mucho, muy buen trabajo…—Las mujeres asintieron satisfechas, mientras yo no dejaba de ver a esa belleza en el espejo, ahora este era mi rostro, era hermoso, mi cuerpo tampoco tenía duda alguna que era hermoso, sin duda alguna la vida no era tan mala.
—El Duque ha llegado…—Una voz externa nos sacó a todas de nuestros pensamientos, en lo que pude notar como las sirvientas estaban muy ansiosas mientras Anya me daba una mirada llena de pánico. ¿Acaso sabes qué planes tengo Anya? No me sorprendería, después de todo eres la única que has notado mi cambio brusco y seguramente sabes que nada bueno vendrá de esta sonrisa que ahora tengo, por lo que cuando salí de la habitación llena de determinación, pude ver que Anya me seguía de cerca y sin esperarlo, no, en realidad si lo esperaba, escuche su voz un poco ansiosa y llena de pavor.
—Por favor no arruine el nombre de la familia Sandringham mi señorita, sé muy bien que usted debe tener algún plan siniestro en esa cabecita suya, pero antes de hacer algo pregúntese ¿a quién le arruino el nombre? A su majestad el Duque o a usted…—Detuve mis pasos y observe a Anyan, baya sí que estaba nerviosa, además de ser muy lista, esta mujer me gustaba mucho, cuando me vaya, me la llevaré, claro si ella desea, pero algo me dice que ella estaría encantada.
—No sé qué de hablas Anya, me comportaré como el angelito que siempre he sido…—Sonreí con delicadeza y parecía que de verdad era un ángel, mientras Anya parecía haber visto al mismo demonio frente a ella, de verdad que no me tenía una mínima confianza, pero la verdad no la culpo, yo tampoco me tengo mucha, tal vez esto acabe en un desastre y ella tal vez lo sabe.
—Si claro, mi señorita, usted siempre ha sido alguien muy calmada, sobre todo ahora…
—No entendía qué me había querido decir, pero solo decidí seguir caminando hacia las escaleras y justamente allí estaba él, justamente en el piso de abajo con su ropa digna de un Duque.
Su traje sí que le quedaba bien, ese chico sin duda alguna era un Duque, parecía todo un príncipe, aunque si no estoy mal él es el tercero al trono, sobrino del rey de este país, la verdad es que si me peguntas como se llama eso no lo recuerdo, a pesar de tener memoria fotográfica, no recuerdo el nombre de este país, creo que el libro jamás lo menciono, que puedo decir, cuando digo que era un libro de porquería lo era, yo solo leía entre clases debido a que estaba demasiado aburrida con mi vida normal como para prestar a tensión a los tontos de mis compañeros, pero ahora no importaba, ahora solo importaba mi prometido, aquel al que le haría la vida imposible desde ahora, tanto así que sonreí hacia él y pude notar su gesto un poco sorprendido al ver mi sonrisa, tal vez me veía diabólica o demasiado dulce, la verdad es que no lo sé.—Su majestad…—Hice de nuevo una reverencia, mientras este solo bajaba un poco la cabeza y seguía observándome como un perro a cuadro, parece que este hombre no tiene más expresiones cuando logra verme, que novedad.
—Elizabeth… tu compensación llegará el día de mañana y yo…
—Olvide eso ahora, dígame un cumplido…—Los ojos azules del Duque se quedaron grandemente abiertos, en lo que este parecía no saber qué decir, parecía estar completamente paralizado, mientras escuche un suspiro de parte de Anya, quien tal vez no podía creer lo que estaba diciendo.
—¿Qué? ¿Disculpe? —Me cruce de brazos y lo observe de manera entre aburrida y retadora, pues de verdad que este choco era muy lento.
—Deme un cumplido, han estado arreglándome desde esta madrugada porque usted decidió llevarme a esa tonta fiesta, ahora deme un cumplido, es lo mínimo que me merezco… Así que… ¿Qué espera? —El Duque observo de lado a lado, no sé que buscaba, pero entonces en un susurro salió aquellas palabras que parecía quemarle la garganta mientras salía.
—Se ve usted muy hermosa…
—Ya no lo quiero, tuve yo que pedírselo, no es agradable que una mujer pida un cumplido, ya no lo quiero…—De nuevo escuche un suspiro de parte de Anya, pero la ignore por completo, más cuando camine con seguridad hacia el carruaje y sin ayuda del Duque subí y me senté mientras él me observaba sin comprender mis actos—¿Qué espera? ¿No va a subir? Llegaremos tarde…—El Duque me observo lleno de sorpresa para luego pasar a una mirada indescifrable como siempre solía hacerlo, al subir de mis labios surco una sonrisa, más al ver el gesto lleno de temor de Anya, pues ella tenía razón al temer, no se imaginaba lo que estaba por hacer, al igual que este loco tirano, pues este compromiso se acabaría como diera lugar, ya que no estaba dispuesta a morir en manos de este demente.
La verdad no tenía idea de que llamaban aquí una fiesta de té, carajo, es una fiesta normal, donde todos parecen querer mostrar cuan ricos son y cuanto tiene, lo pude notar en los lujosos estados y algunas joyas en las que se me iban los ojos, al carajo esas fiestas de caridad en las que pude asistir en mi vida pasada como la hija de un importante y adinerado hombre de negocios, aquel hombre sí que hacía fiestas, pero diría que lo mejor era al terminar, carajo yo sí que la pasaba bien, bebía hasta perder la conciencia con mi amiga Karel y con sophie, aquellas que siempre me acompañaban en mis más grandes desgracias ellas deben estar devastadas por mi muerte, mi padre debe estar satisfecho, al fin podrá librarse de su antiguo matrimonio con la muerte de su hija, aquella que le quedo para no poder vivir libre.Tal vez estoy siendo una maldita, pero ese hombre jamás se comportó como alguien humano, por lo que la verdad es que no me afectan para nada las tonterías de los actuales padres q
El lugar se había quedado lleno de un terrible bullicio en el momento en el que Elizabeth había salido corre lejos de nosotros, niña problemática, sabía muy bien cuál era tu plan, pero también sabia los rumores de esta mujer frente a mí solía decir, sabía que de cierta manera para que Elizabeth la hubiese atacado era porque ella había llegado a decir cosas muy terribles además del hecho de que se había molestado grandemente, ella era la que dio pie para que Elizabeth hiciera un acto como aquel, para que ella buscara una excusa para actuar de aquella forma, creía que no haría nada de ello, de hecho desde el inicio me había negado a venir a este evento, desde el principio había dicho que no.Pero fue un impulso solo fue aquello cuando note que Elizabeth de verdad parecía determinada a terminar conmigo, fue un impulso, pues temí que ella lo hiciera solo porque sentía que yo no le dedicaba el suficiente deseo de querer estar con ella más tiempo de mostrarla como mi prometida, ahora no sé
Todo había terminado de la manera más genial del mundo, tanto así que me encontraba más que fascinada, mientras observaba aquel “gato” y el enorme baúl lleno de oro, no podía créelo, era rica, muy rica, bueno no tanto como mis padres o ese estirado de mi supuesto prometido, pero si era rica, más que en mi vida pasada, en aquel entonces solo tenía mi pequeño cuarto de la universidad y lo que ganaba por trabajar medio tiempo en el jodido bar de la universidad, todo para poder costear mis gastos, después de aquella pelea tan grande que tuve con mi padre en la que le dije unas cuantas verdades y con ello deje usar sus fondos y solo decidí ignorarlo, incluso sus llamadas y demás, no quería nada de su parte, no quería tener que agradecerle nada a alguien quien odiaba y por esa razón solo lo deje de lado y ahora debe estar más que satisfecho con mi muerte. Un gesto amargo lleno mi rostro, por lo que solo di un largo suspiro y observe al baúl de oro, aquel que ahora estaba en mi habitación m
—¿Señorita? ¿Está usted segura de esto? Tal vez… Solo tal vez debamos buscar otra manera de hacer su inversión, podemos vender sus joyas, podemos idear una forma en la que el oro que ha invertido en algunos vestidos y algunas joyas sean liquidadas y con ello… Levante mi mano y observe a Anya, quien tenía un gesto lleno de preocupación, mientras caminábamos en medio de todo este centenar de gente.—No lo haré, ¿Qué hay de una dama sin joyas? Eso no puedo permitirlo, es como si me quitaras media alma sin mis preciosas… ¿Entendiste? —Hice una voz parecida a Smigol el del señor de los anillos, cuando dije la última palabra, pero ella solo me observo como si estuviese loca, cosa que es muy común en ella, y solo siguió al parecer preocupada por lo que estaba planeando hacer el día de hoy.La verdad es que hay más personas de las que imagine incluso mis padres habían llegado hace un rato, claro estaba que yo me había alejado de los, no es como si les importara, pero al fin y al cabo ellos pa
Tic, tac, tic, tac, así sonaba mi cerebro en este momento, como el maldito sonido de un reloj y lo más curioso es que no tengo ni uno, pero así mismo sonaba mi cabeza, no podía creerlo, Anya no llegaba y yo tenía que escapar, más cuando se trataba de mis padres que no paraban de hablar del increíble prometido y el hecho de que él ganaría aquella competencia y qué haba indicado que el dinero ganado lo entregaría a la caridad, por poco me da un paro cardiaco, que me perdone ese dios de este mundo, pero le prometo que le devolveré el dinero cuando sea rica y poderosa, por lo menos eso creo, no es una promesa en sí, pero yo necesito ese oro, necesito ese dinero, por lo que cuando le gane yo invertiré aquello en quitarle el futuro al protagonista, ya que después de todo yo lo necesito más que él, cuando conozca a la protagonista yo estaré lejos y los dejaré vivir su romance sin ningún problema, mientras yo con todo el dinero que ganaré me daré una gran vida, tal vez si tengo suerte conozca
De todas aquellas posibilidades, yo llegué a contemplar el hecho de ser descubierta por nada más y nada menos que mi famoso prometido, llegó a pensar en el hecho de piedra tal vez no lo sé, ser expuesta de manera bastante brutal por este y que reaccionara de manera brusca e incluso iniciar a gritarme a decirme que no soy más que una molesta y me dijese que carajos estaba haciendo ahora, pero no, nada de eso, él estaba tranquilo mientras me miraba con aquellos ojos suyos que he de decir que son hermoso, y parecía esperara con ansia en ver la reacción y qué actitud tomaría, él parecía saberlo perfectamente, solo esperaba mi reacción por diversión, por la anécdota, como dacia algunos comediantes, ahora soy yo la anécdota al parecer, carajo, ese hombre sí que es una molestia. —Su majestad, su majestad, pero qué dicha es verlo, la verdad es que no imagine que usted estaría aquí presente…—Qué palabras tan tontas, ¿no pensó que estaría allí? ¿Entonces qué pensó? Él estaba compitiendo por di
El jardín era muy bueno para relajarme, más cuando me acostaba en el pasto verde y observaba el cielo, mientras Darvin se ascotaba en mi pecho y los dos nos relajábamos como si fuésemos mendigos en medio de una buena semana, no más que satisfechos, así creo que estábamos los dos, yo con el hecho de que había conseguido el dinero suficiente para poder cumplir todos mis planes y el por qué había conseguido una buena ración de carne, una carne de la mejor calidad la compre a pesar de que Anya se había opuesto, pero que puedo decir, no puedo dejar a mi pobre gatito morir de hambre, aunque Anya difiere, ella suele decir que con lo que le dan en la mansión Sandringham es más que suficiente, que puedo decir yo soy una completa consentidora con mis animales, lo que diera por tener aquel caballo, estoy segura de que Trueno estaría más que encantado en su nuevo hogar, pero como siempre Anya no me lo permitió, algo que he de decir que me tiene muy triste, completamente lamentable si me pregunta,
—Su majestad el Duque no sabe cuánto le agradecemos estar en la subasta, por cierto ya nos hemos contactado con el antiguo propietario del cabello y ahora es todo suyo y le hemos ofrecido una gran suma de dinero tal cual como usted ha indicado…—Asintió lleno de satisfacción por aquello, sin duda alguna era lo que necesitaba, ahora cuando lleguen las joyas a la mansión Sandringham también podrá llegar aquel caballo y ella estará más que satisfecha, pues vi su rostro al ver como este era llevado por la casa de subasta en día de la competencia. Es curioso que ahora todo gesto que ella haga me parezca digno de admirar, de detallar, que me sienta incómodo cuando ella se viste de manera hermosa que me quede en silencio y en la distancia solo pare a observarla y poder notar con detalle su rostro y recordarlo cuando estoy lejos, aquel gesto lleno de paz que me hacía pensar que el mundo podía ofrecerte algo mejor, o aquel gesto lleno de dicha cuando obtenía una joya nueva o incluso una moneda