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La villa no quiere morir
La villa no quiere morir
Por: Livi Ruiz
El inicio de la historia 

Si dijera que antes tenía un terrible amor a las flores y la primavera, nadie me creería, sin contar que mis días más odiados son los días lluvioso nadie me creería, pero la verdad es que así era, eso era en mi otra vida, aquella que no he olvidado, aquella que ahora es la que me ha ayudado a sobrevivir aquella que ahora me tiene en este momento, en este que por mucho que intente evitar no pude conseguirlo, pues parece que este hombre, este maldito personaje, no piensa salirse de los parámetros ya escritos.

Porque sí, estoy en un libro, para ser más específica para los idiotas que toman todo literal, estoy en un mundo de fantasía de una novela he de decir de las peores que ya he leído, en uno donde al final yo moriré, yo reencarne en un mundo de fantasía escrito por un escritor idiota y torpe, unos de los peores libros, uno de los que yo personalmente me queje en línea, lo critique y me burle de esta historia con todo mi corazón, ahora soy nada más y nada menos que la famosa Elizabeth, la villana, qué estupidez, cuantas veces no me reí y dije cliché ¿Por qué tienen que nacer como villanas? Es un cliché, pero ya no lo veo como un cliché, para nada del mundo.

Pues ahora vestida de novia, mientras aquel sacerdote, con una extraña vestimenta hablaba en un idioma que sabrá Dios cuál es, yo pienso en que debería estar corriendo lejos, tal vez si lo golpeo y hago algún truco de magia me logre zafar de este maniático hombre, pero me es imposible, tiene mis manos muy sujetas, suéltame tu hombre malvado, suéltame ahora, es imposible, su real belleza me tiene tan bien sujeta de las manos que mientras yo intento liberarme de su aguerre sus ojos azules se centran en los míos y noto una pequeña sonrisa en sus finos y bien moldeados labios, hombre astuto, sabes qué deseo escapar.

—Elizabeth sandringham…—A muestra un botón, que nombre más estúpido y redundante, Elizabeth es un licor y este apellido suena a sangria, que estupidez, ¿Qué no pudiste pensar en otra cosa escritor?—Acepta usted a su majestad el Duque como su esposo, promete amarlo y bendecirlo cada día de su vida y la eternidad como diga nuestro dios hasta el final de los tiempos.

—No, claro que no, este hombre me matara cuando llegue la protagonista, claro que no, pero un apretón en las manos me mostró que no se me ocurriera, que él sabía lo que haría.

Si soy sincera, cuando desperté hace algunos años en el cuerpo de esta chica, hermosa mujer de cabellos rojos y hermoso rostro, me había determinado en no vivir de esta forma, deseaba solo irme lo más lejos posible, pero había dos problemas, el primero era solo una niña de quince años, el segundo es que si moría en este mundo a donde iría, yo había muerto de la manera más patética del mundo, sin duda alguna no tendría ningún tipo de probabilidad, además intente comportarme de la peor manera, hice las travesuras más locas del mundo, actué como una demente ante mi prometido, pero este parecía estar más aferrado a mí, algo que he de decir que no me disgusta para nada, incluso intente mostrarme enamorada de otro y no conseguí nada, absolutamente nada, es más con ellos solo conseguí más problemas con los que podía lidiar, más cuando se trataba justamente del hombre que tengo frente a mí que me dio otro apretón en busca de escuchar mi respuesta y con una clara advertencia a no poder negarme.

—Acepto…—No de muy buena manera he de decir, pero conociéndote bastardo, en caso de escapar, tú iras, por mí, al confín del mundo y me obligarías a decir que si con una espada en el cuello, loco miserable.

—Su majestad, Duque vincent Maquenssy acepta usted a la señorita Elizabeth como esposa, prometen amarla y bendecirla cada día de su vida y la eternidad como diga nuestro dios hasta el final de los tiempos

—No, por favor di que no, te he dado muchos dolores de cabeza desde que desperté en este mundo, solo di que no, solo sé inteligente por primera vez en tu vida y niégate ahora mismo, yo estaré dichosa.

—Acepto…—Hijo de puta, sé que sabes que te estoy maldiciendo, pues tu sonrisa lo dice todo, sabes lo que pienso.

—Con la bendición del dios sol he de bendecir y dar por sentada la ceremonia, puede besar a la novia…—Lo observé a los ojos llena de ruego, en lo que me dio una pequeña sonrisa pícara y me tomo de la cintura para atraerme hacia él, y sentí sus labios sobre los míos y con ellos el beso que sellaba nuestra boda se dio, y al separarse de mí hablo con su voz profunda y su expresión tan suya.

—Una vez te prometí que cada que hicieras una locura te besaría, ahora has cometido la más grande locura de tu vida Eli… Porque te has casado conmigo y ahora debo buscar una nueva manera de castigarte y tengo una idea de cómo lo haré…—Mis mejillas se tornaron de un terrible rojo, por lo que solo lo observe llena de reto, mientras las palabras de aquel hombre bien vestido de blanco, nos sacaron de nuestra burbuja, aquella que no sabía muy bien si iba entre el reto o la promesa del mañana.

—He de bendecir a la pareja Ducal y con ello presentar a Vincent Maquenssy y su esposa la Duquesa Elizabeth Maquenssy, celebrad todos…—Los aplausos se escucharon en todo el lugar, mientras yo no dejaba de sentir mi corazón latir con locura, pues ahora, justamente de esta manera inicia la historia original, en este instante, se daría comienzo al desenlace completo de la villana de esta novela y el odio de su esposo por tener a su amante en el poder a como de lugar, no puede ser 

¿en qué momento llegue yo a merecer ser la villana de esta novela tan mal escrita? 

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