Amanda escuchó esas palabras y su cerebro retumbó como si le hubieran lanzado un dardo, inyectándole perplejidad en todo el cuerpo. .Su mente quedó en blanco, sus oídos zumbaban, no podía escuchar lo que William decía después.La mano que sostenía el celular temblaba, quería negar lo que escuchaba.—Aquel día, en el barco, quien te violó fue Jorge …—Jorge … ¿Cómo pudo haber sido Jorge?—¡Estás mintiendo, me estás engañando! ¿Quieres sembrar discordia entre nosotros, vengarte de Jorge, ¿verdad? No lo lograrás, Jorge no podría hacer algo así, ¡él nunca lo haría! Es mi esposo, no es nada lógico lo que dices. —¿Crees que es un caballero perfecto? Cuando era un infiltrado, se involucró con mi hermana, hicieron de todo, se casaron en la región en la que el antes trabajaba. Para lograr sus objetivos, no tiene escrúpulos. ¡Nunca lo conociste realmente! No sabes las cosas que esta dispuesto a hacer. —¿Sabes lo que le pasó a mi hermana? Recibió un disparo para salvarle la vida a ese infeliz,
Amanda llevaba puesto un uniforme de hospital, sin zapatos y caminando desorientada, murmurando para sí misma y ensimismada en sus propios pensamientos.Uno de los transeúntes pensó que estaba loca y rápidamente llamó a la policía.Poco después, los oficiales locales la encontraron.—¿Amanda?Richard la reconoció al instante.Amanda al verlo, su primer impulso fue correr.Richard rápidamente la persiguió: —¿Por qué corres?—¡Suéltame, por favor...!Amanda comenzó a luchar con desesperación como si fuera un reflejo instintivo, y debido a la gran agitación emocional, perdió el conocimiento y se desmayó.Richard rápidamente llamó a Jorge.Cuando Amanda despertó, se encontraba en una habitación de hospital.Miraba el techo fijamente, con la mirada vacía y sin vida, no sentía nada.—Amanda, ¿qué te pasa, por favor no me asustes? Ya estoy aquí, todo va a estar bien. Jorge la miraba preocupado.Al escuchar esa voz familiar, la puerta se abrió de golpe.Era la misma voz que había oído cuando
Jorge apretó los puños con fuerza al escuchar esas palabras.Levantó la mirada y la fijó en los ojos de ella, sin un rastro de remordimiento, como convencido de lo que iba hacer.—No me divorciaré, a menos que esté muerto, no te quiero perder.—Jorge... —Ella temblaba de la ira—. No puedes detenerme, y tampoco intentes usar a tu abuelo para amenazarme. Ese es tu abuelo, no el mío. ¿Por qué debería preocuparme por ti, un ser impulsivo y violento?Amanda recordó cómo, a pesar de estar enferma y agotada, ella había hecho todo lo posible por mantener las cosas en orden, hasta el punto de producirle jaquecas por el agotamiento.¿Y el resultado? Él cooperó estrechamente con la policía. Si no hubiera renunciado, probablemente habría ganado otra medalla de honor.Todos estaban actuando, excepto ella, que había dado todo de corazón. Ahora, deseaba poder arrancarse el corazón que no parecía caber en su pecho por volver a confiar en un hombre.Jorge se levantó lentamente, mirándola desde arriba.
—Ya te lo dije, no me provoques. No tienes idea de cómo soy en realidad. Amanda, te he perdonado muchas veces, pero esta vez fuiste tú quien vino a buscarme, no tengo razón para dejarte ir. Ya lo dije, tengo mucha paciencia. Algunas cosas o no se hacen, o se hacen a la perfección.—No te preocupes, esto será común de ahora en adelante y con el tiempo te acostumbraras Jorge terminó de hablar y se dio la vuelta, alejándose sin mirar atrás, el sonido de al menos dos candados fue escuchado al cerrarla la puerta.Cuando él se fue, Amanda se dejó caer sobre la cama, completamente paralizada.Su ropa estaba empapada de sudor.¿Quién era él? Aparentemente justo y valiente, pero en realidad… obsesivo, sombrío, demente…No se atrevía a pensar más.Pronto notó que había enfermeros vigilándola, en realidad eran hombres de la familia Toledano, lo que hacía muy difícil que pudiera salir del hospital.Estaba preocupada, buscando una manera de escapar, cuando inesperadamente se percató que en la cami
Amanda llevaba mucho tiempo acumulando resentimiento contra Catalina. La agarró del cabello y le dio varios golpes con el puño. Catalina, con su pierna herida, no tenía fuerza para resistirse, y solo podía gritar de dolor.Poco después, la puerta de la habitación se abrió. Amanda se sacudió la bata con tranquilidad y salió como si nada hubiera pasado.Catalina, acurrucada en la esquina, tenía el rostro hinchado, la nariz sangrando y el cabello completamente desordenado.Con las manos temblorosas, cogió su teléfono y marcó el número de Jorge.—Hermano, Amanda me ha golpeado… ¡ella… ella me lastimó!Estaba llorando y quejándose, pero, de repente, Amanda, que iba caminando delante, se giró y caminó hacia ella y le dio una patada en el estómago. Catalina del golpe soltó el celular que cayó al suelo y no pudo continuar hablando.Media hora después, Jorge llegó al hospital. Ya había visto el video de las cámaras de la habitación en el auto y sabía que esta vez Catalina no había provocado a
—Por eso, hiciste bien en golpearla.Mientras decía esto, él se acercó, y su aliento cálido rozó la mejilla de Amanda, una combinación entre canela y café molido.Su corazón comenzó a latir con fuerza, sus orejas se pusieron rojas, y dio un paso hacia atrás.Su cerebro quedó en blanco por unos segundos; por un instante, pensó que Jorge iba a besarla, no pudo sentir más que asco, él la mantenía privada de su libertad, de nuevo.Él la miraba con seriedad, con una intensidad ardiente en los ojos.Ya no intentaba ocultarlo; su mirada era seductora, como si quisiera devorarla, dejando nada de ella intacto.El corazón de Amanda latía tan rápido como si fuera un tambor.Desvió la mirada apresuradamente. —Jorge, ¿estás siendo fiel a tu profesión? Sabes que estás infringiendo la ley. ¿No tienes miedo de…?—¿Miedo de qué? —preguntó él, levantando una ceja—. Puedes denunciarme por acoso e intento de violación. Admitiré mi culpa. Solo tienes que hacerlo, pero no vas a poder detener esto que sé que
—¡Quiero denunciar a Jorge por infringir la ley mientras era policía y haberme forzado a hacer lo indebido con él!—Cometió un crimen, y quiero que pague ahora por ello en prisión...Las palabras estaban atoradas en su garganta. Aunque Amanda las había ensayado mil veces en su mente mientras caminaba hacia la comisaria, no podía pronunciarlas, como si estuviera en blanco, aunque sabía exactamente lo que quería decir.Richard, que estaba a un lado, comenzaba a preocuparse.—¿Cuñada? ¿Qué significa esto? ¿Qué es lo que quiere denunciar exactamente...?—Quiere acusarme de negligencia en mi deber... —Jorge dio un paso al frente, no queriendo poner en una posición difícil a Amanda, y tomó la iniciativa para hablar.Amanda estaba sorprendía de la situaciónEl corazón de Amanda dio un vuelco. No podía creer que Jorge lo hubiera dicho por su cuenta.Ella no sabía qué hacer, pero su reacción instintiva fue taparle la boca.—¡Es… es una bromaEstoy bromeando! ¿Hoy tienes tiempo?que inocente ere
—Quiero ser egoísta por una vez, ¿por qué no puedo hacerlo?—Amanda, no preguntes más. Admito todos mis pecados.Su voz era muy suave, como si ni siquiera él estuviera seguro de si se arrepentía. Si tuviera la oportunidad de volver atrás, probablemente haría lo mismo.Sabía que sus acciones eran imperdonables y que, al romper esa barrera, la relación entre ambos quedaría profundamente dañada. Pero lo hecho, hecho está, y no había forma de negarlo.—Puedes odiarme o culparme, pero ya es demasiado tarde. No voy a dejarte ir.El corazón de Amanda cayó en un abismo sin fondo.—¿Por qué yo? ¿Por qué tenía que ser yo?Ella lo cuestionó, con lágrimas en los ojos.Él palideció un poco más, apretó los labios y no dijo una sola palabra.Amanda cerró los ojos con desesperación y dolor. Una lágrima rodó por su mejilla.Ella había visto al mejor lado de Jorge, el hombre que siempre aparecía en sus momentos más oscuros, rescatándola del peligro, defendiéndola ante la opinión de las personas y tratán