Andrea
Agosto 2004 «Existe una leyenda asiática conocida como el hilo rojo del destino o el hilo rojo del amor, que dice que los dioses atan un cordón rojo alrededor del tobillo o del dedo meñique de las personas que han de conocerse. Según la historia, este hilo te atará a la persona que más vas a llegar a querer y se dice que todos tenemos uno. En otros lugares, se conoce a este mito como el de las “Almas gemelas” . Este hilo puede estirarse o enredarse, pero nunca romperse, simbolizando el vínculo eterno y predestinado entre dos personas.» ***** —¡¡Andrea!! Despierta niña que a tu padre se le hará tarde y tendrás que ir a la escuela en autobús. –La persona que toca su puerta y grita sin obtener respuesta es la madre de la chica, Molly Wilson. Aunque trae los audífonos puestos, el tono de su alarma le indica que ya debe ponerse en pie para ir a la escuela y al retirarlos de sus oídos, esos gritos suenan demasiado estridentes. ¡No quiero ir a la escuela! Después de mucho esfuerzo logra ponerse en pie. Entra a la ducha y sale en diez minutos exactos, pues tiene un reloj de arena en el baño que ayuda a no desperdiciar el agua. Ideas de su tía loca. Cuando está lista, baja corriendo la escalera. Su padre ojea el periódico y su madre sirve el desayuno. —¿No olvidas nada? —Su madre sabe que es una chica despistada por lo cual tiene que recordarle todos los días que revise sus cosas antes de salir. —No, todo está bien. —Comienzan a charlar mientras desayunan. Son una familia de tres muy unida, y aunque es poco el tiempo que comparten juntos, tratan de que éste sea de calidad. —Dejen de darse mimos en la mesa, es desagradable. –La chica se queja de las muestras de cariño de sus padres, aunque en su interior sabe que no es verdad. En realidad ama verlos enamorados y felices y la hace añorar un futuro, donde ella también tendrá alguien que la ame de esa manera. Cuando terminan de recoger todo, Andrea toma su mochila y sale al lado de su padre. —¿Cuál será el juego de hoy? —Andrea se queda pensando, mientras coloca una mano debajo del mentón. —¡Adivinar canciones! Seguro que te gano, porque yo he escuchado toda la música antigua que escuchas, mientras que tu no oyes nada moderno. Su padre ríe, mientras niega con la cabeza. —¡Ya veremos! El camino se hizo corto mientras se entretenían en el juego, pero pronto ya estaban frente al colegio. Cuando la chica baja, se queda mirando el auto que se aleja, mientras observa a los lados. Su padre, Robert Wilson, es un hombre de mediana edad, y sus amigas suelen decirle que es material para “sugar daddy”, lo que la hace enojar a menudo, pero debe reconocer que es atractivo y su madre muy hermosa. Antes de darse la vuelta para entrar a la escuela, una especie de sensación extraña le provoca que se erice su cuero cabelludo. Definitivamente, hoy sucederá algo. Ingresa a la institución y va directo a su locker para tomar las cosas que ocupa. Está concentrada en lo que hace, cuando algo le llama a levantar la vista y girar la vista a la derecha. Entonces la mira. «Es la chica más bella que he visto en mi vida. Parece una de las modelos que aparecen en televisión.» La observa con cuidado y se da cuenta que para ser de secundaria, luce más desarrollada que el promedio, incluyéndola a ella. A sus trece años, aún luce como una niña desgarbada que no ha desarrollado sus formas femeninas. Aunque las niñas de segundo año, grado que cursa ella, se ven muy parecidas, con excepción de dos o tres compañeras. Decide concentrarse en lo que hace, pero antes de girar la cabeza, puede ver que la chica nueva está rodeada de varios alumnos varones de los diferentes grados y obviamente todos están fascinados con ella: Su cara en forma de corazón, su cabello rubio castaño, sus ojos verdes, y eso solo en su rostro. Su cuerpo está muy bien formado para la edad que debe tener, con unos senos grandes, cintura pequeña y unas largas piernas. No se da cuenta que lleva más tiempo observándola del normal, hasta que la chica le devuelve la mirada y le regala una sonrisa. Andrea se pone roja de pena al ser descubierta, pero aún así, le corresponde el gesto. Decide cerrar su locker y dirigirse de prisa a su salón. Pero, por extraño que parezca, la chica es su nueva compañera en el grupo y se dirige directo a ella al entrar al aula. —¡Hola! Me llamo Nelsy Roberts, pero me dicen Nel… ¿Me puedo sentar aquí? –la rubia, que es el nuevo sueño de todos los chicos del salón, se dirige precisamente a ella. —¿No me dirás tu nombre? – le pregunta con algo de diversión en su rostro. —¡Hola Nelsy, yo soy Andrea! –ella sonríe levemente, y solo asiente. Parece que está pensando algo, pues se ha puesto seria, mientras Andrea baja la mirada y finge buscar algo entre sus cosas. —¿Sabes Andrea?…algo me dice que estamos destinadas a ser mejores amigas… ¿también lo sentiste? –dice de pronto y la chica la mira con los ojos muy abiertos. Asiente sin responderle con palabras, pero en verdad también sintió que estaban destinadas a estar juntas. «Creo que, si existe un hilo del destino de amistad, sería ella mi destinada para ser amigas para siempre.» ***** Al terminar la siguiente clase, el retraso del profesor hizo que le dieran al grupo un descanso, por lo que todos los alumnos salen del aula y se dispersan por la escuela. —¿Vamos a la cafetería? —Me pregunta mi nueva amiga y no digo nada, solo la sigo. —¿Sabes? Apenas tengo una semana en esta ciudad, la mudanza ha sido un dolor de cabeza, pero mis padres se están encargando de todo. No imaginaba que este lugar fuera tan pequeño. La chica escucha a la rubia, pero no sabe si el comentario es una queja o solo algo que se le ocurrió. —Bueno, si, somos pocos habitantes, pero la ventaja es que casi todos nos conocemos. La chica sonríe y comienza a contarle de todas las cosas que había en su lugar de origen y que sentía que era mejor que este lugar. Se notaba que el cambio no le sentaba bien. —Estoy segura que dentro de poco también voy a amar vivir aquí y sobre todo, si tengo una buena amiga como tú. La manera tan vivaz de ser de la chica pronto la hicieron bajar la guardia con ella. Sus ocurrencias eran muy divertidas y hacían ameno el tiempo juntas. Intercambiaron teléfonos y rds sociales y pronto se la pasaban enviándose mensajes. Andrea estaba segura de que Nelsy pronto se convertiría en la reina de la escuela, pues no había alguien más bella y de seguro pronto sería la más popular. Y justamente así sucedió. Al día siguiente le llovían cartas, regalos e invitaciones de pretendientes para salir al cine o a cenar. La chica rechazaba a todos con tanta gracia, que nadie se sentía ofendido, por lo que ese segundo año de secundaria se convirtió en el mejor de su vida. Y afianzando esa amistad es como llegaron al último año de secundaria.Andrea Se volvió una rutina pasar a recoger a Nel cada mañana. Poco después de iniciada la amistad, Andrea la invitó a su casa y obviamente la rubia conquistó a sus padres. La chica era muy simpática y los señores Wilson quedaron encantados con ella. Les contó que sus padres eran mayores y de momento no tenían auto, por lo que el padre de Andrea se ofreció a pasar por ella, siempre y cuando su hija estuviera lista a tiempo y Nel también. Su casa quedaba de camino al colegio y a solo dos cuadras de donde ellos vivían, así que no suponía mucho problema, solo llegaban y Robert tocaba el claxon y la rubia salía de inmediato. A Andrea le llamaba la atención que a pesar de que era temprano, Nel siempre lucía muy pulcra en su vestir y en su peinado. Su padre decía que eso era señal de que la chica era una persona disciplinada. —¡Buenos días señor Robert! ¡Hola Andie! –Nel abrió la puerta del coche y saludó amablemente al subir. El señor solo le correspondió con un alegre “
Andrea«¿Qué está pasando?» La chica no entiende nada, pero aún así, no hace más preguntas y acompaña a su amiga a su casa. Apenas llega y la madre de Nel sale a recibirlas. No puede evitar extrañarse de que la hija sea una belleza tan imponente, mientras que los padres sean unas personas tan comunes, rondando los cincuenta años. Es completamente incomprensible.Guarda silencio mientras que la señora luce preocupada.—¡Por Dios Nel! ¿Por qué vienes tan tarde? Estábamos muy preocupados.La chica se acerca mimosa hacia su progenitora tratando de calmarla. Es evidente que la mujer adora a su hija.—¡Perdón mamita, pero estuvimos viendo películas y de pronto nos quedamos un rato dormida después de comer muchas chucherías! Apenas nos despertamos y salimos corriendo hacia acá.Andrea se queda sorprendida de la sangre fría de su amiga al mentir, pero no dice nada. La señora las invita a pasar a la casa, pero ella se despide rápidamente.—No puedo quedarme, ya es muy tarde, muchas gracias. Ne
Andrea Tres años atrás —Aquí están las cenizas. —El hombre frente a ella le entrega una pequeña cajita. No puede creer que en algo tan pequeño pueda caber lo que queda del cuerpo del hombre que tanto amaba. «No puedo más. No puedo más. No-puedo-maaaas.» Y se derrumbó de rodillas en el suelo, con su preciado valor entre las manos. —¡Nooo! ¡Por favor! Díganme que estoy soñando, que esto es una pesadilla. ¡Por favor! ¡Felix, amor, despiértame! —Su voz desgarrada por el llanto, rompe el silencio del lugar en el que estaban. Solo se escucha de manera suave, el llanto de las mujeres que la acompañan: Su madre, su suegra y su tía. —¡Por favor cariño! Tienes que ser fuerte. —La joven las escuchaba, y a la vez no las quería escuchar. «¿Cómo me piden que sea fuerte, cuando lo que queda de mi esposo cabe en esta minúscula caja.» —Tiene que firmar esta hoja y sería todo. El sacerdote llegará en media hora, tal vez quieran esperarlo y que diga unas palabras antes que se retir
(Continuación) Andrea no tardó mucho en llegar al hospital. No quiso avisar a nadie, para no preocuparlos, además, todos se encontraban en el gran salón donde se llevaría a cabo la fiesta de año nuevo. Todos las personas que le veían pasar se sorprendían de ver a una mujer tan hermosa y elegantemente vestida en ese lugar y a esa hora. —Buenas noches, soy la señora Kaplan. —La enfermera le dio las indicaciones para presentarse en el siguiente piso, donde estaban los quirófanos. Al estar ahí, una mujer mandó llamar al médico tratante. —Señora Kaplan, soy el doctor Morrison, hablé con usted. —Comenzó a explicarle miles de datos que ella no entendía. —Doctor, por favor, sólo dígame que mi esposo está bien. ¿Cuál es el pronóstico?—El hombre negó. —No le voy a mentir. El golpe que recibió su esposo fue muy grave y perdió mucha sangre y al ser del tipo rh-negativo, fue difícil conseguir las unidades necesarias. Por ahora, pasará a terapia intensiva, donde va a evaluarse y espe
Andrea Tiempo actual Se dice que la venganza es un plato que se come frío y Andrea no puede evitar sonreír al pensar en esas palabras ya que se ajusta perfectamente a lo que está viviendo. —Apaga eso y ven a la cama. Yo también puedo ayudarte a festejar tu próximo triunfo. –El tono de la voz de su amante le dice que esta noche será igual de intensa que las demás. —Ahora voy. Estoy terminando de editar el podcast, no tardaré. Lo prometo. –Sonríe al escuchar la sarta de quejas que suelta el hombre, pero sabe que solo está bromeando. «Es increíble como en nuestra intimidad se convierte en un persona totalmente diferente al CEO frío, despiadado e indescifrable que se muestra al mundo. ¡Por fin! Está completo.» Se pone de pie y se estira un poco, adoptando una posición de yoga. Se quita las gafas y corre a la habitación, mientras va dejando sus prendas haciendo un camino de ropa. —Señor Klein, aquí me tiene. ¿Me puede contar cómo vamos a festejar? –Hace un mohín que inten