Nel“Hoy, el pueblo se encuentra de luto. La noticia de la partida de Octavio O’Brien ha dejado un vacío profundo en la comunidad. A sus setenta y cuatro años, el querido hombre que fue guía, amante y compañero de nuestra emblemática Madame "O" falleció víctima de un infarto fulminante.La relación entre Octavio y Nel era un faro de inspiración para todos. Juntos enfrentaron los retos de la vida, construyeron un legado y demostraron que el amor podía superar cualquier adversidad. La pérdida de Octavio no solo afecta a Nel, quien debe afrontar la ausencia de su más cercano confidente, sino también a todos aquellos que lo admiraban y valoraban su presencia.Elevemos nuestras oraciones por su descanso eterno y pidamos para que nuestra querida Madame 'O' encuentre consuelo en este momento de profundo dolor.”*****El mundo entero parecía girar frenéticamente en torno a la muerte de Octavio O’Brien. Las redes sociales hervían con noticias, teorías y comentarios. Su nombre no solo era tende
NelWallace, siempre atento, se ofreció a encargarse de los preparativos para el servicio funerario al ver a Nel tan devastada por la pérdida de Octavio. En pocos días, la capilla donde se realizaría el velatorio se llenó de flores enviadas por familiares, amigos y figuras destacadas del país. La atmósfera era solemne, cargada de respeto hacia el difunto y curiosidad hacia la viuda.Nel, vestida de riguroso negro, no podía ocultar del todo su belleza natural. Su rostro mostraba el equilibrio perfecto entre el dolor contenido y la dignidad, lo que la convertía en el centro de todas las miradas. Los murmullos llenaban el aire mientras políticos, empresarios y celebridades desfilaban uno a uno para darle el pésame.—Mi más sentido pésame, señora —dijo una voz firme, sacando a Nel de su letargo. Al levantar la mirada, se encontró con el rostro cínico de Ernest Nolan. Su presencia era tan inesperada como indeseada. Sin embargo, Nel supo ocultar su desagrado tras una máscara de cordialidad.
23. ¿Su esposo murió?AndreaAndrea estaba sentada frente a su laptop, buscando material para el próximo programa, cuando las noticias más recientes acapararon su atención. Nel aparecía en muchas publicaciones con el rostro enrojecido y un gesto de profundo dolor. Su esposo, Octavio O’Brien, había fallecido. Andrea no recordaba haber visto a Nel tan afectada antes. A pesar de todo lo que había sucedido entre ellas, parecía que en verdad amaba a su marido.Con una mezcla de curiosidad y melancolía, Andrea decidió buscar más información sobre ellos. Era algo que siempre había evitado desde que descubrió quién era Nel ahora. No quería traerla de nuevo a su vida, ni siquiera como un recuerdo. Sin embargo, al ver su sufrimiento, no pudo evitar elevar una breve plegaria al cielo por el descanso del alma de Octavio.Para su sorpresa, encontró muchas imágenes de la pareja en eventos sociales y momentos íntimos. Nel lucía feliz, radiante. En cada foto, los ojos de Octavio brillaban con ese ful
Andrea Tres años atrás —Aquí están las cenizas. —El hombre frente a ella le entrega una pequeña cajita. No puede creer que en algo tan pequeño pueda caber lo que queda del cuerpo del hombre que tanto amaba. «No puedo más. No puedo más. No-puedo-maaaas.» Y se derrumbó de rodillas en el suelo, con su preciado valor entre las manos. —¡Nooo! ¡Por favor! Díganme que estoy soñando, que esto es una pesadilla. ¡Por favor! ¡Felix, amor, despiértame! —Su voz desgarrada por el llanto, rompe el silencio del lugar en el que estaban. Solo se escucha de manera suave, el llanto de las mujeres que la acompañan: Su madre, su suegra y su tía. —¡Por favor cariño! Tienes que ser fuerte. —La joven las escuchaba, y a la vez no las quería escuchar. «¿Cómo me piden que sea fuerte, cuando lo que queda de mi esposo cabe en esta minúscula caja.» —Tiene que firmar esta hoja y sería todo. El sacerdote llegará en media hora, tal vez quieran esperarlo y que diga unas palabras antes que se retir
(Continuación) Andrea no tardó mucho en llegar al hospital. No quiso avisar a nadie, para no preocuparlos, además, todos se encontraban en el gran salón donde se llevaría a cabo la fiesta de año nuevo. Todos las personas que le veían pasar se sorprendían de ver a una mujer tan hermosa y elegantemente vestida en ese lugar y a esa hora. —Buenas noches, soy la señora Kaplan. —La enfermera le dio las indicaciones para presentarse en el siguiente piso, donde estaban los quirófanos. Al estar ahí, una mujer mandó llamar al médico tratante. —Señora Kaplan, soy el doctor Morrison, hablé con usted. —Comenzó a explicarle miles de datos que ella no entendía. —Doctor, por favor, sólo dígame que mi esposo está bien. ¿Cuál es el pronóstico?—El hombre negó. —No le voy a mentir. El golpe que recibió su esposo fue muy grave y perdió mucha sangre y al ser del tipo rh-negativo, fue difícil conseguir las unidades necesarias. Por ahora, pasará a terapia intensiva, donde va a evaluarse y espe
Andrea Tiempo actual Se dice que la venganza es un plato que se come frío y Andrea no puede evitar sonreír al pensar en esas palabras ya que se ajusta perfectamente a lo que está viviendo. —Apaga eso y ven a la cama. Yo también puedo ayudarte a festejar tu próximo triunfo. –El tono de la voz de su amante le dice que esta noche será igual de intensa que las demás. —Ahora voy. Estoy terminando de editar el podcast, no tardaré. Lo prometo. –Sonríe al escuchar la sarta de quejas que suelta el hombre, pero sabe que solo está bromeando. «Es increíble como en nuestra intimidad se convierte en un persona totalmente diferente al CEO frío, despiadado e indescifrable que se muestra al mundo. ¡Por fin! Está completo.» Se pone de pie y se estira un poco, adoptando una posición de yoga. Se quita las gafas y corre a la habitación, mientras va dejando sus prendas haciendo un camino de ropa. —Señor Klein, aquí me tiene. ¿Me puede contar cómo vamos a festejar? –Hace un mohín que inten
Andrea Agosto 2004 «Existe una leyenda asiática conocida como el hilo rojo del destino o el hilo rojo del amor, que dice que los dioses atan un cordón rojo alrededor del tobillo o del dedo meñique de las personas que han de conocerse. Según la historia, este hilo te atará a la persona que más vas a llegar a querer y se dice que todos tenemos uno. En otros lugares, se conoce a este mito como el de las “Almas gemelas” . Este hilo puede estirarse o enredarse, pero nunca romperse, simbolizando el vínculo eterno y predestinado entre dos personas.» ***** —¡¡Andrea!! Despierta niña que a tu padre se le hará tarde y tendrás que ir a la escuela en autobús. –La persona que toca su puerta y grita sin obtener respuesta es la madre de la chica, Molly Wilson. Aunque trae los audífonos puestos, el tono de su alarma le indica que ya debe ponerse en pie para ir a la escuela y al retirarlos de sus oídos, esos gritos suenan demasiado estridentes. ¡No quiero ir a la escuela! Después de mucho
Andrea Se volvió una rutina pasar a recoger a Nel cada mañana. Poco después de iniciada la amistad, Andrea la invitó a su casa y obviamente la rubia conquistó a sus padres. La chica era muy simpática y los señores Wilson quedaron encantados con ella. Les contó que sus padres eran mayores y de momento no tenían auto, por lo que el padre de Andrea se ofreció a pasar por ella, siempre y cuando su hija estuviera lista a tiempo y Nel también. Su casa quedaba de camino al colegio y a solo dos cuadras de donde ellos vivían, así que no suponía mucho problema, solo llegaban y Robert tocaba el claxon y la rubia salía de inmediato. A Andrea le llamaba la atención que a pesar de que era temprano, Nel siempre lucía muy pulcra en su vestir y en su peinado. Su padre decía que eso era señal de que la chica era una persona disciplinada. —¡Buenos días señor Robert! ¡Hola Andie! –Nel abrió la puerta del coche y saludó amablemente al subir. El señor solo le correspondió con un alegre “