Nelsy—Me siento cansado. Creo que no saldré esta noche a lo que tienen planeado. —Octavio anunció con voz pesada, su agotamiento evidente después del sobreesfuerzo de la noche anterior y las exigencias de ese mismo día. Aunque era una costumbre de años, su cuerpo ya no era el mismo de antes.Se suponía que toda la familia, excepto Lucy, asistiría a una subasta en el prestigioso Bohemian Club, seguida de una exclusiva ronda de apuestas en el sector más selecto del lugar.—De acuerdo, querido. Entonces nos quedaremos aquí. —Nel respondió con dulzura aparente, aunque por dentro hervía de frustración. Su habilidad para disimular era impecable, fruto de años de práctica. Apenas dejó entrever un atisbo de desilusión, pero fue suficiente para que Octavio la notara. Justo cuando él iba a sugerir algo, Wallace, su hijo, intervino.—Podemos ir Nel y yo. Supongo que habrá cosas que sean de su agrado en la subasta. Además, se lo merece por todo su arduo trabajo.Octavio no pudo contradecir a su
NelsyAl fin se decidió a salir. Estaba consciente de que no podría quedarse ahí por siempre y al final tenía que enfrentarlo. Hace un unos meses le había dejado claro que no permitiría seguir usando su fundación para meter dinero mal habido, pero entonces, le sugirió otra cosa: Acababa de asociarse con otro mafioso de su calaña y estaban abriendo nuevos clubs de lujo y necesitaba mujeres y él sabía que con ella llegaban muchas. Por necesidad, ella les podría ofrecer un empleo y entonces Ernest entraría en acción.El solo pensar en ser considerada una traficante de blancas le provocaba náuseas e iba a evitar involucrarse en ese tema tan escabroso. Primero fue lavado de dinero, ahora tráfico de personas…¿Qué más pediría en el futuro?Tomó valor y decidió salir. A fin de cuentas, no podría permanecer encerrada toda la noche. Se alisó el vestido y corrigió su maquillaje. Era el momento.—Buenas noches señor O´Brien. ¡Qué gusto encontrarla aquí? —El odioso hombre le sonreía de manera cíni
AndreaEl set estaba iluminado con elegancia, y Félix Kaplan, con su característico carisma, comenzó a hablar frente a la cámara.—Hoy tengo el gran placer de presentar a una nueva colaboradora en nuestro canal. Su nombre es Sammy, y estará con nosotros para compartir reflexiones, temas de actualidad y, por supuesto, algunos chismes de famosos.La cámara se dirigió hacia Sammy, quien lucía algo nerviosa pero mantenía una sonrisa cálida. Tomó aire y saludó con naturalidad.—Buen día a todos. Estoy muy agradecida por esta oportunidad y espero no decepcionar al señor Kaplan ni a ustedes, su maravilloso público. Mi intención es que este pequeño espacio se convierta en un lugar donde encuentren palabras de aliento, información interesante y temas que despierten su curiosidad. Por favor, no duden en dejar sus sugerencias en los comentarios. ¡Con gusto trabajaremos para satisfacer a cada uno de ustedes!Mientras hablaba, Félix la observaba con evidente orgullo. Había sido persistente en conv
Nel“Hoy, el pueblo se encuentra de luto. La noticia de la partida de Octavio O’Brien ha dejado un vacío profundo en la comunidad. A sus setenta y cuatro años, el querido hombre que fue guía, amante y compañero de nuestra emblemática Madame "O" falleció víctima de un infarto fulminante.La relación entre Octavio y Nel era un faro de inspiración para todos. Juntos enfrentaron los retos de la vida, construyeron un legado y demostraron que el amor podía superar cualquier adversidad. La pérdida de Octavio no solo afecta a Nel, quien debe afrontar la ausencia de su más cercano confidente, sino también a todos aquellos que lo admiraban y valoraban su presencia.Elevemos nuestras oraciones por su descanso eterno y pidamos para que nuestra querida Madame 'O' encuentre consuelo en este momento de profundo dolor.”*****El mundo entero parecía girar frenéticamente en torno a la muerte de Octavio O’Brien. Las redes sociales hervían con noticias, teorías y comentarios. Su nombre no solo era tende
NelWallace, siempre atento, se ofreció a encargarse de los preparativos para el servicio funerario al ver a Nel tan devastada por la pérdida de Octavio. En pocos días, la capilla donde se realizaría el velatorio se llenó de flores enviadas por familiares, amigos y figuras destacadas del país. La atmósfera era solemne, cargada de respeto hacia el difunto y curiosidad hacia la viuda.Nel, vestida de riguroso negro, no podía ocultar del todo su belleza natural. Su rostro mostraba el equilibrio perfecto entre el dolor contenido y la dignidad, lo que la convertía en el centro de todas las miradas. Los murmullos llenaban el aire mientras políticos, empresarios y celebridades desfilaban uno a uno para darle el pésame.—Mi más sentido pésame, señora —dijo una voz firme, sacando a Nel de su letargo. Al levantar la mirada, se encontró con el rostro cínico de Ernest Nolan. Su presencia era tan inesperada como indeseada. Sin embargo, Nel supo ocultar su desagrado tras una máscara de cordialidad.
23. ¿Su esposo murió?AndreaAndrea estaba sentada frente a su laptop, buscando material para el próximo programa, cuando las noticias más recientes acapararon su atención. Nel aparecía en muchas publicaciones con el rostro enrojecido y un gesto de profundo dolor. Su esposo, Octavio O’Brien, había fallecido. Andrea no recordaba haber visto a Nel tan afectada antes. A pesar de todo lo que había sucedido entre ellas, parecía que en verdad amaba a su marido.Con una mezcla de curiosidad y melancolía, Andrea decidió buscar más información sobre ellos. Era algo que siempre había evitado desde que descubrió quién era Nel ahora. No quería traerla de nuevo a su vida, ni siquiera como un recuerdo. Sin embargo, al ver su sufrimiento, no pudo evitar elevar una breve plegaria al cielo por el descanso del alma de Octavio.Para su sorpresa, encontró muchas imágenes de la pareja en eventos sociales y momentos íntimos. Nel lucía feliz, radiante. En cada foto, los ojos de Octavio brillaban con ese ful
Andrea Tres años atrás —Aquí están las cenizas. —El hombre frente a ella le entrega una pequeña cajita. No puede creer que en algo tan pequeño pueda caber lo que queda del cuerpo del hombre que tanto amaba. «No puedo más. No puedo más. No-puedo-maaaas.» Y se derrumbó de rodillas en el suelo, con su preciado valor entre las manos. —¡Nooo! ¡Por favor! Díganme que estoy soñando, que esto es una pesadilla. ¡Por favor! ¡Felix, amor, despiértame! —Su voz desgarrada por el llanto, rompe el silencio del lugar en el que estaban. Solo se escucha de manera suave, el llanto de las mujeres que la acompañan: Su madre, su suegra y su tía. —¡Por favor cariño! Tienes que ser fuerte. —La joven las escuchaba, y a la vez no las quería escuchar. «¿Cómo me piden que sea fuerte, cuando lo que queda de mi esposo cabe en esta minúscula caja.» —Tiene que firmar esta hoja y sería todo. El sacerdote llegará en media hora, tal vez quieran esperarlo y que diga unas palabras antes que se retir
(Continuación) Andrea no tardó mucho en llegar al hospital. No quiso avisar a nadie, para no preocuparlos, además, todos se encontraban en el gran salón donde se llevaría a cabo la fiesta de año nuevo. Todos las personas que le veían pasar se sorprendían de ver a una mujer tan hermosa y elegantemente vestida en ese lugar y a esa hora. —Buenas noches, soy la señora Kaplan. —La enfermera le dio las indicaciones para presentarse en el siguiente piso, donde estaban los quirófanos. Al estar ahí, una mujer mandó llamar al médico tratante. —Señora Kaplan, soy el doctor Morrison, hablé con usted. —Comenzó a explicarle miles de datos que ella no entendía. —Doctor, por favor, sólo dígame que mi esposo está bien. ¿Cuál es el pronóstico?—El hombre negó. —No le voy a mentir. El golpe que recibió su esposo fue muy grave y perdió mucha sangre y al ser del tipo rh-negativo, fue difícil conseguir las unidades necesarias. Por ahora, pasará a terapia intensiva, donde va a evaluarse y espe