Alexandra se encontraba en un estado lamentable debido al suministro de las drogas que la desestabilizaban, sin embargo, con el paso de las horas, ella poco a poco iba retomando la conciencia. Al principio sintió una gran confusión y las ideas fueron apareciendo una a una como las piezas de un rompecabezas. Recordó el momento en el cual los sujetos armados la habían interceptado, el golpe en la cabeza que le hizo perder la conciencia, y ahora estaba despertando en un lugar desconocido. Le dolía todo el cuerpo, tenía la sensación de qué la hubiesen golpeado brutalmente. Aún cuando sus ideas eran confusas, la lucidez se hacía presente para mostrarle una realidad infernal. Traía una camisa de fuerza que le imposibilitaba los movimientos, esa sensación la aterró por completo, abrió sus ojos vislumbrando un panorama desolador. A lo lejos se escuchaban los lamentos, las risas, y toda una serie de sucesos escalofriantes que harían que cualquiera perdiera la razón. Comenzó a gritar en busca de ayuda, pero en ese lugar nadie estaría dispuesto a hacerlo, todos habían sido comprados por su malvada hermana, quien se había empeñado en destruirla. El director de la clínica ingresó para ver lo que estaba pasando, Alexandra lo miró suplicante y comenzó a hablarle para rogarle que la dejara salir de allí.
– ¿Qué es esto? ¿Por qué me han traído aquí? Yo no estoy loca, ¿quién quiere hacerme tanto daño? – Preguntaba ella de manera insistente. – Calma pequeña, una pregunta a la vez, este es un lugar para enfermos mentales, y ahora tú perteneces a esta selecta familia querida, y más vale que te portes bien, porque si no tendré que reprenderte, y no quieres saber de qué manera podría hacerlo – la amenazó el. – Usted está loco, ¿qué clase de sucio juego es este?, ¿Quién puede odiarme tanto como para querer destrozarme la vida de esta manera? – Decía Alexandra en un profundo llanto. – Eres muy rebelde, esas son mi especialidad princesita, te recomiendo que de aquí en adelante cuides la manera en la que me hablas, porque si no, esa linda carita podría sufrir un fatal accidente, como derramar un poco de ácido sobre ella por ejemplo, ¿tú me entiendes verdad?– La intimidaba causando pánico en la joven. Alexandra se sentía perdida, a pesar del terrible malestar que estaba sintiendo, no hacía más que pensar en su padre, sabía que él no podría estar bien bajo el cuidado de su hermana Veronica, el tormento crecía, la sensación de miedo se agudizaba, estaba teniendo constantes crisis, un dolor intenso en el cuerpo y en el rostro, y constantes ataques de ansiedad. Veronica fue notificada sobre el estado en el que se encontraba su hermana, ya había despertado y ahora era momento de enfrentarse cara a cara. Por fin le mostraría su verdadera personalidad, además de darle la cruel noticia sobre la muerte de su amado padre. – Hola, señorita Veronica, la llamo para comunicarle qué la bella durmiente despertó – informó el director de la clínica. – por fin, no deje que se duerma, quiero que esté perfectamente consciente para que escuche lo qué tengo que decirle – advirtió ella. – Sus deseos son órdenes, todo se hará conforme a lo que usted quiere – exclamó el nefasto médico. Todo estaba preparado para que el encuentro entre las hermanas se llevara a cabo, Veronica tenía preparada un arma letal que afectaría aún más a su pobre e indefensa hermana. Llegó a la clínica con actitud triunfante, con esos aires de grandeza que la caracterizaban, era una mujer déspota, capaz de recurrir a lo más bajo con tal de conseguir lo que se proponía. El director la hizo pasar y su sonrisa se hizo presente cuando vio en el estado tan deplorable que se encontraba su hermana. – Hola hermanita, espero que en este lugar te estén tratando tal como mereces – le dijo mientras se burlaba de ella. – por Dios Veronica, ¿eres tú? ¿Qué te he hecho para que quieras hacerme tanto daño? Preguntó Alexandra. – ¿Y todavía te atreves a preguntar que si qué es lo que me has hecho?, Te parece poco nacer, brillar, siempre un poco más que yo, siempre fuiste el centro de atención, mis padres sólo veían por tus ojos, sus atenciones eran sólo para ti dejándome a mí en el completo abandono – espetó con rabia. – Por favor Veronica, no puedes estar hablando en serio, nuestros padres siempre nos trataron igual, pero eras tú quien siempre se empeñaba en hacer lo opuesto a todos – expresó tratando de convencerla. – por lo menos aquí deberías quitarte la máscara de niña buena Alexandra, deja de seguir fingiendo que te importo, porque sé perfectamente que nunca ha sido así – le dijo . – Algo dentro de mí me decía que no eras una buena persona, pero yo me rehusaba a creerlo, me aferraba a la idea de qué sólo se trataba de tu personalidad, ese fue sin duda el más grande error que pude haber cometido, siempre aguardabas del momento de apuñalarme por la espalda tal como hacen los cobardes – le recriminó. – Yo sólo vi la oportunidad y la aproveche, este mundo es de los que se atreven, y los estúpidos idealistas como tú tienen que pagar las consecuencias de su mediocridad, tú no eres para nada merecedora de dirigir la compañía Cooper, la única que tiene ese potencial siempre he sido y seguiré siendo yo– señaló . – ¿Así que se trataba de eso?, Siempre quisiste ocupar mi lugar, nunca te conformaste con lo que tenías, en todo momento envidiabas mi posición, a mis amigos, incluso hasta mis novios, y me tendiste esta trampa porque no eres capaz de enfrentarme cara a cara, no tienes el valor, sabes que no puedes conmigo y que sólo podrás obtener lo que quieres si yo desaparezco – la enfrentó. – Cállate m*****a infeliz, ahora estás acorralada y a merced de lo que yo quiera hacer contigo, y te aseguro que vas a suplicarme que te mate para no seguir con el sufrimiento que te espera– Expresó. – Eres un monstruo Veronica, pero si lo que quieres es que te suplique qué me saques de aquí, me conoces y sabes que no lo voy a hacer, lo único que te pido es que no le hagas daño a mi padre, al menos con el muestra un poco de piedad – exclamó con lágrimas en los ojos. – Ya veremos si no me súplicas por tu miserable vida estúpida, y en cuanto a mi padre, tengo una muy lamentable noticia que darte, desafortunadamente cuando tú desapareciste, el pobre no pudo soportarlo, yo fui testigo de su triste final, murió frente a mis ojos, vi como poco a poco se fue quedando sin aire hasta ahogarse – se burló Veronica ante el gran dolor que veía en los ojos de su hermana. – M*****a, eres una aberración, lo mataste, fuiste capaz de asesinar a tu propio padre, eres un monstruo desgraciada, pero te juro por lo más sagrado que son mis padres que algún día saldré de aquí y acabaré contigo, y te haré pagar una a una de las lágrimas que estoy derramando por tu culpa, así que será mejor que te asegures de acabar conmigo, porque si no lo haces y logro salir de este maldito infierno, te voy a aplastar como la cucaracha que eres – lloraba Alexandra envuelta en un profundo dolor. – ¿En serio tienes la osadía de enfrentarme? Ni aún viéndote en esta situación tan patética te doblegas infeliz, ya veremos si con el paso del tiempo no te vuelves una marioneta en mis manos, juro que voy a hacer de tu vida la peor pesadilla así como tú lo hiciste conmigo, vas a sufrir el peor tormento que cualquier ser humano haya podido vivir, eso te lo juro, y ahora me voy, que disfrutes tu estancia en este paraíso, y yo disfrutaré de todo lo que ahora es mío y que tú no volverás a tener jamás – le dijo Veronica antes de irse. Alexandra se sintió morir, pero no pensaba humillarse ante ella, lloró desconsoladamente la irreparable pérdida de su padre, y pedía a Dios con todas sus fuerzas algún día tener la oportunidad de salir de aquel horrible lugar. Sabía que lo que le esperaba no sería nada sencillo, pero tenía que trazar un plan que le permitiera liberarse de las garras de esos seres tan repulsivos que no dudarían en hacerle pasar el más terrible de los infiernos. Por otra parte, Veronica y su amante, trataban de ocultar sus crímenes, habían planificado todo muy bien, no hubo funeral para Lucas Cooper, sólo fue llevado a un crematorio para no levantar sospechas respecto a la desaparición de Alexandra,, De esa manera podrían justificar su ausencia alegando que tras la pérdida de su padre ella había perdido la razón. – Todos están empezando a especular sobre la ausencia de Alexandra – dijo Mark. – entonces creo que ha llegado el momento de emitir un comunicado, tendré que preparar mi mejor actuación para sonar convincente, y hacer creer a todos que me encuentro desolada por la muerte de mi papito y la lamentable tragedia de mi hermana – señaló ella con descaro. En el rostro de Mark se dibujaba repulsión ante las palabras que estaba escuchando, la observaba atónito sin poder creer hasta donde era capaz de llegar, era verdad que él fungía como su cómplice, pero le asustaba el grado de maldad qué Veronica poseía. Mientras tanto en la clínica, Alexandra trataba de sobreponerse a la paliza qué tanto los delincuentes como su hermana le habían propinado, el efecto de las drogas estaba causando fuertes repercusiones en su cuerpo y también en su mente, procuraba por todos los medios ser fuerte, pensaba en su padre y eso le imprimía el valor que necesitaba en esos momentos de desolación. Una enfermera llegó hasta ella para inyectarle la dosis del medicamento que estaba reservado para empezar a desestabilizarla mentalmente. – Vamos muñequita, tengo que ponerte tu medicina, así que coopera para que terminemos rápido y para que esto sea menos doloroso para ti – le decía una enfermera con tono retorcido. – No, no dejaré que me inyecten, largo de aquí, no te atrevas a ponerme una mano encima – gritaba ella tratando de safarse del pinchazo de la inyección. – Vamos fierecilla, no hagas las cosas más complicadas, estate quieta, o si no tendré que golpearte – advirtió la malvada enfermera. Alexandra comenzó a llorar con desesperación, era tanta su impotencia, sabía que aunque quisiera no podría hacer nada para evitar que le siguiera suministrando ese medicamento qué quién sabe qué efectos surtiría en ella, gritaba y lloraba desconsoladamente tratando de evitar que esa mujer la inyectara, pero no consiguió nada, finalmente los medicamentos fueron suministrados, y conforme avanzaban los minutos ella iba sintiendo como todo a su alrededor se descontrolaba. Al quedar indefensa, con la respiración entrecortada, y las alucinaciones al límite, Alexandra era presa fácil de la maldad que se hallaba en ese lugar, el nefasto director de la clínica entró aprovechando el estado de vulnerabilidad en el que la joven se encontraba. Comenzó a mirarla de manera retorcida y morbosa, se acercaba cada vez más a ella para intentar tocarla, acariciaba sus piernas sintiendo un deleite enfermizo y quién sabe lo que podría hacerle más adelante estando bajo su control. Tras la conversación con Veronica, Mark sintió remordimientos de conciencia, así que se aproximó a la clínica para ver cómo se encontraba Alexandra, aprovechó las influencias que poseía para poder ingresar al lugar y poco a poco fue avanzando hasta llegar al pabellón donde tenían recluida a Alexandra. A lo lejos se escuchaba la voz repulsiva del nefasto director, disfrutaba haciendo quién sabe qué cosas con la pobre e indefensa mujer, también podía oír los balbuceos sin sentido de ella, se veía qué no estaba bien, y que algo raro estaba ocurriendo allá adentro, así que apresuró el paso para percatarse de lo que pasaba.El perverso médico se encontraba cada vez más cerca de la indefensa Alexandra, mientras ella permanecía bajo el efecto de las drogas que le habían suministrado para desestabilizarla, el nefasto médico buscaba aprovecharse de ella, pero no contaba con que Mark estaba ingresando al pabellón donde se encontraba recluida la joven, y al escuchar la voz del director se apresuró a entrar.El sujeto la estaba tocando, y la miraba con los ojos desorbitados obnubilado por semejante belleza, quería poseerla a como diera lugar, desde que la vio la idea se instaló en su mente retorcida, y ese momento resultaba propicio para conseguir sus obscuros propósitos.—Suéltala infeliz, no te atrevas a volver a tocarla—espetó Mark furioso.No es lo que usted se imagina, lo que pasa es que la chica se puso difícil y estaba intentando controlarla —contestó él.— No quieras intentar engañarme imbécil, sé perfectamente lo que estabas haciendo, y si se te ocurre volver a tocarla, será lo último que harás en tu
El tiempo transcurría lentamente, la atmósfera que se percibía era por demás abrumadora, por una parte, Alexandra era víctima del miedo y la desesperación que sentía debido a que todos continuaban buscándola desesperadamente. Y por otro lado, el personal de la clínica había entrado en pánico, puesto que si fallaban en su intento por encontrarla, Veronica se encargaría de destruir la organización criminal que había operado por años.– Revisa las cámaras de seguridad para ver dónde se encuentra esa maldita mujer – ordenó el director de la clínica.– Cuando lo encuentren encárguense de qué reciba una lección que jamás pueda olvidar – advirtió.El personal hizo lo propio, hurgaron en las cámaras de seguridad, buscando entre todas las imágenes la que pudiera llevarlos a Alexandra, tristemente dieron con su ubicación, e inmediatamente los guardias de seguridad se pusieron en marcha para atraparla.– Ya sabemos dónde está, rápido, no perdamos más tiempo, vamos por ella antes de qué se escape
Las cosas se estaban poniendo muy feas para Alexandra, el panorama que le aguardaba era bastante desolador, después de los golpes que le había propinado la enfermera, nuevamente la drogaron, pero esta vez no la dejaron en el pabellón sino que decidieron encerrarla en una espantosa cloaca dónde le darían la estocada final para obligarla a perder la razón.– Quiero que la tengas a pan y agua, que la encierres en esa celda día y noche y que la sometas a los peores castigos – ordenó el director.La enfermera lo miró con ojos de satisfacción, dispuesta a cumplir sus órdenes a cabalidad, odiaba a Alexandra, la repudiaba por no haber podido con ella, por no haber podido doblegarla tal como hacía con todos los demás pacientes.– No se preocupe, eso déjemelo a mí, le aseguro que en menos de lo que se imagina esta muñequita estará convertida en una piltrafa humana – contestó ella con un brillo despiadado en la mirada.– así me gusta, no quiero errores, porque quien pagará las consecuencias será
Tres meses han pasado desde que Alexandra fue despojada de su libertad y obligada a vivir un verdadero infierno para arrebatarle lo que le pertenece, los médicos, enfermeras y guardias de seguridad se han ensañado con ella debido a que no pueden obligarla tal como hacen con los demás pacientes. Cada vez les resulta más difícil acercarse a ella e inyectarle las sustancias que poco a poco van desestabilizando su mente, por lo que se vieron en la necesidad de suministrarle dichas drogas en los alimentos o en la bebida. Más que un ser humano, Alexandra se encuentra reducida a una bestia salvaje, o al menos eso es lo que les ha hecho creer, a la clínica ha llegado una nueva enfermera, una mujer totalmente distinta al personal que trabaja en el macabro lugar, por lo qué a Margaret, la enfermera del terror se le ocurrió que Diana podría ser perfecta para hacerse cargo del cuidado de Alexandra.– Aquí las cosas no son como en los lugares donde estás acostumbrada a trabajar Diana, pero si quie
Con la llegada de Diana a la clínica, una nueva esperanza se vislumbraba en el horizonte para Alexandra, por primera vez en mucho tiempo sentía un atisbo de fe de qué tal vez algún día podría salir de aquel espantoso sitio. Cómo todas las mañanas, Margaret hacía su acostumbrada ronda con todos los pacientes, con esas visitas podía informar al perverso director sobre el estado de cada uno de ellos. Esta vez Alexandra no hizo ningún intento de golpearla, lo cual resultó bastante extraño para la despiadada enfermera Margaret, así que le pidió a Diana que evaluara a la joven y que de ser necesario le pidiera al médico pasar a revisarla, pues al final de cuentas no podían asesinarla, y tal vez las condiciones tan deplorables en las que la tenían estaban comenzando hacer sus estragos.– Diana, la fiera está bastante tranquila, eso es muy extraño, quiero que vayas y la revises, llama al médico si crees que lo necesita – Ordenó.Diana se preocupó, pues estaba empezando a tomarle cariño a Alex
Después del altercado que Mark y Veronica tuvieron en la oficina, él se fue a refugiar en brazos de sus múltiples amantes, serle infiel y gastar a manos llenas el dinero de los Cooper se había convertido en su mejor pasatiempo, y era la manera propicia para vengarse de las humillaciones qué ella le hacía. Le había estado llamando insistentemente, y él sólo ignoraba sus llamadas y mensajes demostrándole lo poco que le importaba.– ¿Dónde te habrás metido Mark?, Espero que no sea lo que me estoy imaginando, porque si no te juro que lo vas a lamentar infeliz – Repetía histérica.Veronica Cooper no soportaba ser ignorada, en todo momento buscaba llamar la atención, después de insultar a todo el mundo en la oficina, una idea llegó a su mente, comenzó a registrar el GPS instalado en el coche de su amante, e inmediatamente se puso en marcha para ir a buscarlo. Condujo atoda velocidad e infinidad de ideas pasaban por su cabeza.– Espero que no me estés engañando desgraciado, porque si te des
Los cuidados de Diana para que Alexandra pudiese recuperarse satisfactoriamente, estaban surtiendo los efectos deseados, cada vez se veía más repuesta, su semblante estaba adquiriendo color, lo cual estaba comenzando a fastidiar a Margaret, no soportaba verla bien, tenía una fijación con ella y quería seguir atormentándola a como diera lugar.– Ya han sido muchas vacaciones para esta mujercita, se ve mucho mejor y después de la fiesta la regresaremos al sótano donde pertenece, espero que le hayas seguido suministrando las drogas en la comida Diana – Dijo la terrible enfermera.– He hecho todo lo que usted me ha pedido, pero no creo que ella pueda soportar volver al sótano, su salud aún sigue siendo delicada – Explicó.Deja de cuestionar mis órdenes, si yo digo que regresa al sótano así será – espetó bastante molesta.– Las drogas que ponemos en su comida han hecho terribles estragos en ella, su mirada está perdida, y su mente difusa, Además las heridas de su cuerpo son bastantes y alg
La fiesta del terror había comenzado, el excéntrico y pervertido millonario, empezaba a hacer de las suyas en las instalaciones de la fatídica clínica, intimidando incluso al propio director, quien no se esperaba terminar siendo parte de los juegos de aquel nefasto hombre.– Charles, Quiero mi diversión ahora – Exclamó el sujeto con un tono de impaciencia en la voz.La primer parte del festejo constaba de una exhibición entre dos enfermos mentales muy peligrosos del lugar, a quienes habían aleccionado de tal manera que consideraran Al oponente su enemigo acérrimo, de esa manera los obligarían a pelear a muerte de ser necesario. La primera atracción estaba escenificada cómo en una especie de palco desde donde el millonario podía observar a los hombres en una encarnizada lucha cuerpo a cuerpo, pudiendo utilizar toda clase de objetos para atacar. El enfrentamiento comenzó, y el millonario disfrutaba lo que sus ojos estaban observando, se reía sin parar al ver brotar la sangre con cada go