La desilusión que sentía era tan grande, que Adam optó por encerrarse en su estudio para embriagar sus penas en el alcohol, pensaba en la manera en la que había sido engañado, quería hacerle pagar a aquella mujer por el tormento que por su culpa llevaba en su interior, que sufriera en carne propia el terrible dolor que experimentaba, pues la amaba con locura y no se imaginaba vivir una vida sin ella.–Maldita seas Alexandra Cooper, ¿Por qué tuviste que hacerme esto?– Gritaba completamente fuera decí.–Te odio tanto como alguna vez llegué amarte, hubiera dado mi vida por tí de ser necesario, te puse en un altar y hasta me sentí culpable por dudar de ti, eres una descarada, una sinvergüenza igual a todas.– seguía gritando sin control.Adam dejó salir todo el dolor que llevaba por dentro, era un llanto desgarrador que se escuchaba por toda la casa, los empleados estaban asustados, pues no sabían que era lo que estaba pasando.–Ha estado así toda la tarde, Gerald, tal vez debemos ir a ver
Alexandra trataba de abrirse camino para encontrar ayuda, pero la lluvia imposibilitaba dicha acción puesto qué el terreno se ponía intransitable en época de tormentas, eso aunada a la poca visibilidad que había, entorpecía las cosas, ella tuvo que tomar una decisión, dejar a Stella y llevar en brazos a la niña, puesto que la pequeña no quiso apartarse de ella.–Tengo mucho frío, quiero ir a casa.– Gritaba la niña desconsolada.Alexandra trataba de abrigarla con sus brazos, pero dentro de poco las dos estaban empapadas y temblando de frío.–Aguanta mi amor, pronto encontraremos a alguien que nos ayude y podremos regresar a casa.– Le dijo tratando de consolarla.Estaba desesperada, ya que por lo regular esos caminos se hallaban muy solitarios, tenía la esperanza de qué todos estuvieran buscándolas y que alguien pudiera aparecer para sacarla de aquellas tribulaciones. por otra parte, la brigada comandada por James avanzaba, Adam iba tras ellos puesto que conocía muy bien los caminos de
Después de escuchar el relato de Edmund, Adam estaba consternado, se imaginaba todo el sufrimiento que Alexandra debió haber padecido, lo sola que tuvo que haberse sentido, y el terror que le hicieron pasar esos infelices, tenía en su interior una mezcla de sentimientos encontrados, por una parte una terrible frustración por no haberse dado cuenta de todo lo que ella tenía que cargar a cuestas, y por otra parte, se sentía culpable por haber dudado de ella y no haberla escuchado cuando se lo pidió. Se aproximó a su habitación con la cara llena de vergüenza y con el corazón acelerado, necesitaba sacar todo aquello que llevaba por dentro, porque si no iba a enloquecer, lloraba en silencio por no haber formado parte de su vida en aquel tiempo, lamentó no haber podido protegerla, y odiaba con todas sus fuerzas a aquellos infelices que tanto daño le habían causado a la mujer a la que amaba más que a su propia vida. Alexandra se encontraba sobre la cama, las enfermeras estaban terminando de
Una vez que los guardias de seguridad dejaran a Verónica fuera de las instalaciones de Cooper internacional, Henry Lancaster fue tras de ella, sabía que el negocio se le estaba escapando de las manos, y no quería irse sin exprimirle hasta el último centavo que le quedaba, así que antes de llegar hasta donde estaba Verónica, se comunicó con el investigador Riviera para pedirle su consejo respecto a esa situación.–Al parecer se nos cayó el negocio, amigo– Le escribió.–¿De qué hablas?, Cuéntame qué está pasando.– Contestó.–La mujercita resultó una delincuente, fue capaz de encerrar a su propia hermana en un manicomio para volverla loca, total que la empresa ni le pertenece, tan sólo era dueña de un 30%, del cual por cierto ya nada más tiene la mitad, porque el infeliz de su ex prometido vendió la otra parte– Relató.–Maldita sea, entonces debes vender esas acciones y escapar con el dinero.– Sugirió el hombre.–¿Y a quien podría vendérselas?, ¿Crees que Verónica acepte hacerlo?– Pregun
Llegaron a la habitación del hotel, todo estaba preparado para una maravillosa noche romántica, el momento que tanto habían esperado se vería cristalizado frente a sus ojos. Adam deseaba con toda el alma hacerla sentir el momento más especial de su existencia, por lo que cuidó meticulosamente cada detalle para que ella fuese la mujer más feliz del mundo a su lado.–Te amo, mi amor, no sabes cuantas veces soñé con este momento.– Susurró Adam muy cerca de sus labios.–Perdóname por hacerte esperar tanto, yo también deseaba con toda mi alma poder estar contigo desde mucho antes, pero me daba tanta vergüenza por las cicatrices que tenía en mi cuerpo.– Contestó ella dejándose llevar por el magnetismo que él ejercía.–No pensemos en el pasado, este es nuestro momento y quiero que nos dejemos llevar, dejemos las cosas tristes atrás por favor.– Le dijo.–Tienes razón, por fortuna las cosas están retomando su rumbo, los malos que tanto daño me hicieron han empezado a pagar, y de los demás, que
Alexandra Cooper regresaba a casa después de un día extenuante en la oficina, tras el nuevo nombramiento como CEO de la empresa que por generaciones ha pertenecido a su familia, las jornadas de trabajo se habían intensificado. Su padre, Lucas Cooper, la había elegido a ella para sucederlo en el cargo, dejando fuera a su hermana Veronica, quien también ambicionaba el puesto, pero al no contar con las mismas capacidades que Alexandra, a su padre no le quedó más remedio que elegir entre sus hijas a la persona idónea para dicha responsabilidad. Al hacer público el nombramiento, Veronica se llenó de rencor, y juró vengarse de su hermana a como diera lugar, necesitaba sacarla del camino, quitarla del medio para obtener lo que siempre había deseado. Por años ambicionó quedar al frente de la compañía Cooper, para demostrarle a todos que Alexandra no era la única que podía brillar, todos siempre la prefirieron a ella debido a su bondadoso corazón y gran generosidad, todo aquel que la conocía q
Cuando Alexandra bajó del vehículo, sintió el terror más grande que alguna vez hubiese podido experimentar, por la magnitud de su cargo, se exponía a toda clase de peligros y en ese momento se encontraba ante uno de ellos.–¿Qué quieren? ¿Por qué me hacen esto? – Decía ella con desesperación.– Si coopera no le haremos daño – dijo uno de los delincuentes.Alexandra estaba aterrorizada, ver a tantos hombres con armas suponía un miedo atroz, no obstante debía pensar con la cabeza fría y encontrar la manera de salir victoriosa de esta terrible situación.– Supongo que si llegaron hasta aquí, saben del poder que tiene mi familia, puedo darles lo que me pidan a cambio de qué me liberen – ofreció ella.– Basta de hablar tanto, llegó el momento de llevárnosla– Añadió otro de los delincuentes.Al ver que se aproximaban hacia ella, Alexandra intentó escapar, pero fue imposible ya que ellos la superaban en número y en fuerza física, pero aún contra todo pronóstico decidió arriesgarse y jugarse
Alexandra se encontraba en un estado lamentable debido al suministro de las drogas que la desestabilizaban, sin embargo, con el paso de las horas, ella poco a poco iba retomando la conciencia. Al principio sintió una gran confusión y las ideas fueron apareciendo una a una como las piezas de un rompecabezas. Recordó el momento en el cual los sujetos armados la habían interceptado, el golpe en la cabeza que le hizo perder la conciencia, y ahora estaba despertando en un lugar desconocido. Le dolía todo el cuerpo, tenía la sensación de qué la hubiesen golpeado brutalmente. Aún cuando sus ideas eran confusas, la lucidez se hacía presente para mostrarle una realidad infernal. Traía una camisa de fuerza que le imposibilitaba los movimientos, esa sensación la aterró por completo, abrió sus ojos vislumbrando un panorama desolador. A lo lejos se escuchaban los lamentos, las risas, y toda una serie de sucesos escalofriantes que harían que cualquiera perdiera la razón. Comenzó a gritar en busca d