Los cuidados de Diana para que Alexandra pudiese recuperarse satisfactoriamente, estaban surtiendo los efectos deseados, cada vez se veía más repuesta, su semblante estaba adquiriendo color, lo cual estaba comenzando a fastidiar a Margaret, no soportaba verla bien, tenía una fijación con ella y quería seguir atormentándola a como diera lugar.– Ya han sido muchas vacaciones para esta mujercita, se ve mucho mejor y después de la fiesta la regresaremos al sótano donde pertenece, espero que le hayas seguido suministrando las drogas en la comida Diana – Dijo la terrible enfermera.– He hecho todo lo que usted me ha pedido, pero no creo que ella pueda soportar volver al sótano, su salud aún sigue siendo delicada – Explicó.Deja de cuestionar mis órdenes, si yo digo que regresa al sótano así será – espetó bastante molesta.– Las drogas que ponemos en su comida han hecho terribles estragos en ella, su mirada está perdida, y su mente difusa, Además las heridas de su cuerpo son bastantes y alg
La fiesta del terror había comenzado, el excéntrico y pervertido millonario, empezaba a hacer de las suyas en las instalaciones de la fatídica clínica, intimidando incluso al propio director, quien no se esperaba terminar siendo parte de los juegos de aquel nefasto hombre.– Charles, Quiero mi diversión ahora – Exclamó el sujeto con un tono de impaciencia en la voz.La primer parte del festejo constaba de una exhibición entre dos enfermos mentales muy peligrosos del lugar, a quienes habían aleccionado de tal manera que consideraran Al oponente su enemigo acérrimo, de esa manera los obligarían a pelear a muerte de ser necesario. La primera atracción estaba escenificada cómo en una especie de palco desde donde el millonario podía observar a los hombres en una encarnizada lucha cuerpo a cuerpo, pudiendo utilizar toda clase de objetos para atacar. El enfrentamiento comenzó, y el millonario disfrutaba lo que sus ojos estaban observando, se reía sin parar al ver brotar la sangre con cada go
Bajo un disfraz de enfermera, Alexandra avanza hacia donde se está llevando acabo la endemoniada fiesta de Max Phillips, debido a que todos se encuentran pendientes del festejo, nadie pone atención a Alexandra, lo cual le permite avanzar con paso firme. No obstante, el pánico y la desesperación se hacen presente en su cuerpo y en su mente, pero ella no está dispuesta a permitir que el miedo la domine, siente el deber de ayudar a los que, como ella son víctimas de esa cruel e inhumana organización. En tanto Diana, con mucha dificultad logra llegar a la oficina del director, la puerta se encuentra cerrada bajo llave, así que tendrá que ingeniárselas para poder ingresar y cumplir con la misión que le ha sido encomendada. Alexandra llega al salón donde las mujeres son golpeadas y ultrajadas por el excéntrico millonario, e inmediatamente las miradas del despiadado hombre se posan sobre ella.– ¿Pero qué es lo que estoy viendo?, Tráeme a esa preciosidad ahora mismo, Charles –Ordeno Phillips
Margaret temblaba de miedo, por primera vez en su vida se veía expuesta a un verdadero peligro, nunca antes se sintió vulnerable, pero en esta vida los actos que se cometen siempre llegan a tener repercusiones, y en ese momento había llegado su turno de pagar por todo el mal que había cometido con los pacientes de aquella endemoniada clínica. Alexandra se acercó un poco más para ser testigo del sufrimiento de quién había sido su Verdugo por tanto tiempo, ese hombre no tendría contemplaciones con ella, así como Margaret no las tuvo para con todos los pacientes del lugar.– Ella es una bruja, guardias, atrápenla, quiero que la encadenen y le quiten la ropa – Ordenó Max.– No señor, usted está confundido, yo soy la asistente del director, soy la encargada de este lugar – Decía Margaret tratando de convencerlo.– Cállate, no digas ni una sola palabra, tú eres mala, eres una bruja y recibirás tu merecido – Espetó Max furioso mientras la abofeteaba.Margaret jamás había sentido tanto miedo,
Diana escuchaba horrorizada los gritos de terror que tanto el director como la enfermera emitían, se imaginó lo espeluznante de la escena y se llenó de miedo, pero en ese momento necesitaba ser fuerte, pues de ello dependía su completa libertad y la de su amiga. El fuego empezaba a propagarse rápidamente, la alarma antiincendios comenzó a sonar, causando una gran conmoción en todos los presentes.– La clínica se quema – Gritó con espanto uno de los guardias.– Rápido, salgamos de aquí, muy pronto esto se llenará de policías señor Phillips – Advirtió uno de los guardaespaldas.– Vámonos, y tú vienes conmigo, ahora me perteneces muñeca – Dijo Max a Alexandra.La chica se quedó paralizada ante lo que acababa de escuchar, no podía permitir que ese hombre la sacara de la clínica, pues si lo hacía, caería en un infierno mucho más grande aún. Pidió a los guardias que llevaran consigo a la muchacha y a ella no le quedó más remedio sino obedecer momentáneamente en lo que pensaba que podía hace
Mientras más se alejaban, Alexandra y Diana saboreaban el dulce sabor de la libertad, les había costado tanto poder llegar a ese momento. Muchos sufrimientos, humillaciones y torturas, pero ahora por fin lo que parecía imposible estaba allí, frente a sus ojos, el vehículo estaba en marcha, a toda velocidad para poder alejarse lo más posible de aquel lugar donde habían pasado el tiempo más terrible de su existencia.– Al fin somos libres Diana, sabía que este día llegaría – Gritaba eufórica Alexandra mientras bajaba los cristales para que el aire de la noche le pegara en el rostro.– Gracias a Dios pudimos escapar de este infierno – Exclamó ella mientras las lágrimas salían en forma inevitable.– ¿Y ahora que vamos a hacer? ¿Adonde iremos?, La desgraciada de mi hermana seguramente comenzará a buscarme en cuanto se entere de lo que sucedió – Dijo Alexandra preocupada.– No te preocupes por eso, aún tenemos un poco de tiempo el cual aprovecharemos, iremos a casa de mi tía, recogeremos a
Verónica escuchaba el informe del inspector, y sus palabras resonaban martillándole la cabeza como un constante recordatorio de lo que vendría para ella y su cómplice si todo aquello quedaba al descubierto.– ¿Cómo es posible que hayan perdido a mi hermana?, Son una sarta de inútiles – Despotricó Verónica en contra de las corporaciones a cargo.– ¿Existe la posibilidad de qué alguien hubiese sacado a su hermana de la clínica? – Preguntó siguiendo el protocolo de investigación.– Eso mismo deberían contestarme ustedes, se supone que son los expertos – Continuó ella.Mark se acercó y sutilmente la apretó en el hombro como señal de qué debería calmarse para no despertar suspicacias.– Los registros de su hermana aparecen, pero no hay rastro de ella, por eso es que le preguntaba si había la posibilidad de qué ella hubiese salido del lugar antes – Indicó.– La última comunicación que tuve con el director me dijo que su tratamiento estaba resultando sumamente complicado – Respondió Verónica
– Alexandra, me estás asustando, explícame por favor a qué te refieres con que tienes que morir – Preguntó Diana sumamente preocupada.– Ese automóvil está en llamas, desafortunadamente no hay sobrevivientes, dejaré allí mi collar, es una joya muy exclusiva cuyo certificado inmediatamente será descubierto y pensarán que estoy muerta – Propuso.– Pero eso es muy peligroso, ¿Piensas que van a creerlo así de fácil? –.– Estoy segura que lo harán, mi hermana no se caracteriza precisamente por tener una gran inteligencia, esa es la oportunidad que estaba buscando, acércate Diana, dejaremos el collar y un poco de mi cabello, así las muestras de ADN no dejarán lugar a duda de qué se trata de mi – Explicó.Existía riesgo en lo que se le acababa de ocurrir, no obstante, tendría que intentarlo, era la única manera de poder moverse con absoluta libertad, Alexandra quería vengarse, y sería mucho mejor si pudiera actuar desde la sombra. Se acercó e hizo que un poco de cabello quedará enredado en e