Partimos una tarde de domingo, con nuestras maletas llenas de ilusiones y el anhelo de la familia feliz que ambos habíamos soñado y sucedió. Llegamos a un paraíso color turquesa, nos recibimos la calidez del Caribe y la calma nos golpeó la cara. Habíamos dejado todo atrás, la tristeza que su ausencia me había dejado, el temor a que los demás jamás dejaran de intervenir, todas las heridas que pudimos haber tenido. Nada de eso existía ya.Hoy, un par de años después de habernos instalado acá, recuerdo cada instante desde que comenzó nuestra mágica vida juntos y mi corazón salta emocionado al constatar que lo sigo amando como él a mi, y más cada día. Recuerdo particularmente el día en que me pidió matrimonio, un día común y soleado de playa, él en bermudas y yo en un vestido de flores y la inmensidad del mar como testigo y una semana después de nuestra boda, solo nosotros y las personas más cercanas, incluso de la familia y es que queríamos a nuestro lado solo a quienes se alegraban con
Quisiera haber perdido la noción del tiempo, mantenerme ajena a mi realidad. Hoy hace tres meses que Julián se ha ido y no se cómo es que he podido llegar hasta este día sin él.Hace un par de días que vino a visitarme la viuda de Antonio, el abogado con el que llegué a trabajar cuando me regresé para Valladolid y entre tanto que me dice se me quedó algo grabado y no precisamente de una manera positiva: “El dolor pasará y aprenderás a vivir con su ausencia”.Y sin embargo no se cómo hacerlo, su risa se quedó dentro de mi y a veces creo escucharla, me sorprendo esperándolo para comer, he llegado a poner su puesto y caigo en cuenta cuando Emilio pregunta para quién es y vuelvo a romperme en mil pedazos, porque simplemente no se adaptarme a estar sin él, no es solo que mi corazón lo extrañe, todo mi ser lo hace. Mi cuerpo extraña amanecer entre sus brazos, sentir sus manos recorrerme y que sus ojos me miren de la forma que me hacía sentir lo mas hermoso en la vida.Hoy ha sido un día un
Al siguiente día me levanté a la hora de costumbre y luego de dejar a Emilio en la guardería me fui para el despacho a revisar unos pendientes y estuve ahí hasta eso de las once de la mañana, hora en que salí para ir a la universidad. Corrí con suerte de que no había mucho tráfico y de que había un espacio cerca para estacionarme, lo tomé y bajé solo la carriola para ir a buscar a la chica. La miré en una de las jardineras, estaba sentada en el pasto con su bebé acostado en unas cobijas mientras ella hacía algún trabajo en su cuaderno, me acerqué despacio para hablarle y ni siquiera sabía su nombre.—Hola —volteó a mirarme y enseguida se puso de pie.—Licenciada, que gusto verla —se acercó y me dio un cálido abrazo.—¿Cómo estás? ¿Cómo va ese bebé? Se giró para mirarlo y sonrió feliz —Estamos bien, dentro de lo que cabe, y Ulises pues va creciendo a montones.—Ya lo veo —me le quedé mirando al pequeño que jugueteaba con sus manitas y sonreía sin motivo aparente mientras seguía acost
De alguna manera el hecho de que Fátima apareciera en mi vida o yo en la de ella, ya no se ni cómo fue, el punto es que eso me sacó de mis cavilaciones un poco, tenía el pretexto perfecto para dejarme caer y hundirme en una depresión que con seguridad me llevaría al lado de Julián muy pronto. Sin embargo volver a encontrarme con esa chica y saber lo que ha pasado me hace sentir miserable, por haberme sumido en mi egoísmo y mi dolor sabiendo que ella estaba mal, que necesitaba ayuda y no la ayudé, se quedó sola con su hijo y tuvo que pasar mil cosas para seguir estudiando, para permanecer de pie y no rendirse.Eso mismo tenía que hacer yo, no rendirme. Por mis hijos tenía que luchar día a día.De alguna manera lo estaba haciendo, salir de la cama todas las mañanas implicaba un esfuerzo sobrehumano. Me recordaba que estuve a punto de que me quitaran a Emilio, que Vera estaba atada a mi, que Julián había dejado el despacho en mis manos. El trabajo de toda su vida y yo necesitaba con urge
Ahí va, igual que hace dos días lleva al pequeño de la mano y a la bebé en su carriola, le sonríe con dulzura y se detiene para atarle una agujeta a los tenis del niño.Camino lentamente atrás de ellos, apenas y escucho lo que van platicando y su risa me hace eco en mi interior.-Aquí, mamá, tú te sientas aquí con Regina y yo voy a buscar un amigo para patear mi balón. Estamos en un parque, Emilio se fue unos metros mas con un grupo de niños y le oigo que los invita a jugar, mientras Amanda está con la bebé sentada en una de las bancas del lugar, no pierde de vista al pequeño ni desatiende a la bebé. Yo me senté en el suelo a la sombra de un árbol y de manera discreta les hice unas fotos con el teléfono. Emilio se ve feliz con esos niños, sus movimientos son mas maduros, se nota que ha crecido y al verlo caigo en que me gustaría mucho ir a jugar con él. Luego está ella, que lee un libro, desde donde estoy no alcanzo a ver el título, pero debe ser un libro infantil porque parece esta
Fue una tarde algo ocupada, llegamos del parque directo al botiquín. Mientras Emilio jugaba con unos niños se resbaló y un raspón fue el resultado.Le limpié bien con jabón neutro y agua tibia, luego lavé con isodine y le puse una cremita para evitar infecciones. Regina seguía durmiendo, me encantaba que mi hija no era inquieta y me dejaba trabajar tranquila, mientras su barriguita estuviera llena ella estaba feliz.Me entretuve mucho en la computadora que no me di cuenta que ya era tarde, Regina había despertado pero se entretenía con el móvil de su cuna y solo balbuceaba sin parar. Pero Emilio tenía hambre ya.-Mami ¿qué cenaremos? -Me preguntó y se sobaba la pancita.-Ay mi vida, no preparé nada, ahorita pedimos algo ¿de acuerdo?-Tacos, quiero tacos.-Yo también mi vida, trae mi teléfono para hacer el pedido, por favor.Yo tomé a Regina en mis brazos y fui a la sala con ella, mi pequeña era la niña mas tranquila del mundo, fui afortunada con mis dos hijos. Cuando Emilio me dio e
Hoy, como cada día voy a seguirla en su rutina diaria, lleva a los niños a la guardería y regresa a su casa, sube al auto y va a su trabajo. Sale a una reunión y la sigo de cerca, ella no lo sabe, pero siempre la cuido, cuando va por la calle todos la miran, odiaría que alguien quisiera propasarse con ella y es que es una tentación andando, no se qué tienen los embarazos que embellecen a las mujeres y Amanda es la muestra de ello, siempre fue hermosa y ahora tiene un aire distinto, luego de que diera a luz la veo mas linda, con un brillo especial en todo su ser, aún a pesar de la tristeza que refleja.La veo ir al portal y sentarse en una de las mesas, pide un café y yo la imito, permanezco unos metros mas allá y finjo estar absorto en un libro de crucigramas y no la pierdo de vista por mas de diez segundos. Rato después llegan dos hombres mas y se sientan frente a ella. Comienzan a hablar y se entregan papeles uno a otro, Amanda los lee y niega con la cabeza, ellos se miran entre si
Debo decir que fue un día por demás extraño, primero esos hombres que desde luego me causaron miedo, especialmente cuando mencionaron a mis hijos, pero una cosa tenía yo y era que jamás demostraba el miedo, eso lo aprendí de mi padre.Luego el hecho de que ese hombre, Javier, haya sido quien me defendió y por casualidad sea mi vecino, de principio me dio mala espina, pero fue muy amable con nosotros y volvió a interceder por mi. Ahora me preocupa que estas personas sepan donde vivo.Timbra el teléfono de la casa y voy a responder.-Hola -digo al levantar la bocina.-Amiga ¿dónde te metes? -Es Vera.-Aquí ando.-Te llamé al celular y me mandaba a buzón. -Seguro se descargó y no me di cuenta, voy llegando de la calle.-Me imagino, te estuve marcando y no atendías, ya iba a ir a buscarte.-Pues ven y cenas con nosotros. -Okey, al rato llego ahí. Pasó una temporada viviendo aquí conmigo, se fue cuando Regina cumplió un mes y la extrañaba demasiado, aunque venía seguido a visitarnos.Me