— Entonces está diciendo que con esta cuenta bancaria — Hanna suspiró —. Si consigo, digamos… Un curso y al menos un trabajo estable, puedo recuperar a mi hijo.— Sería un proceso difícil, ya que su marido es realmente un buen tutor, al parecer — el nuevo abogado habló con calma —, pero creo que si trabajamos en ello tenemos una oportunidad.Aquellas palabras alegraron a Hanna, suspiró antes de agradecerle al abogado por su paciencia y después de pagar rápidamente en la secretaría de dicho despacho salió hacia la supuesta cafetería en la que debería estar para la hora en que el chofer fuera por ella.La mujer no quería complicar sus cosas en casa o arriesgarse a que el padre de Tiffany descubriera que tenía un hijo que estaba intentando recuperar; sin embargo, sabía que en algún momento lo descubriría. Hanna pidió un frapuccino en aquella cafetería y justamente cinco minutos después de que recibiera su bebida, el chofer llegó por ella.Hanna miró la hora en su móvil y suspiró, sentánd
— ¿Entonces vas a aceptar participar en la candidatura? — Maximiliano escuchó la emoción en la voz de su suegro — esa es una idea estupenda, me pondré en función de los preparativos ahora mis…— Tengo una condición — Maximiliano habló con firmeza interrumpiendo a su suegro — no quiero que vuelvas a pegarle a mi mujer, es… es suficientemente desagradable tener que soportarla como para también verla lastimada.— ¿Te importa ahora si la lastimo o no? — había algo malicioso en la voz de Anderson — Maximiliano, hay cosas en las que no debes meterte y cosas que no sabes de mi hija, así que no me pongas condiciones.— Te equivocas Anderson, es mi mujer, puede ser tu hija, pero también es mi esposa y en lo que decida o no poner interés con respecto a ella tampoco es algo que tú puedas decidir — se puso en pie recogiendo las cosas de su oficina — así que si quieres que sea candidato tú debes cumplir con mi condición así que decídete pronto.Maximiliano salió de su oficina después de cortar la
Maximiliano escuchó la puerta del comedor, cerrarse, negó ante su actitud al pensar en que siquiera había pensado en que sus hijos podrían haber entrado en aquel comedor. Le preocupaba lo fácil que había sido dejarse llevar y lo increíblemente frustrante que había sido detenerse.Hanna tragó mientras abanicaba ligeramente su frente, miró al hombre aún apoyado sobre la mesa, dándole la espalda y trató de tocarlo. Sin embargo, este se lo impidió. Maximiliano se volteó para tomar la mano de Tiffany con una mirada de molestia que descolocó a la mujer frente a él.— Maximiliano yo…— Hanna tragó antes de tratar de encontrar las palabras correctas — esto que sucedió fue solo…— No digas nada, Tiffany — el hombre la miró después de unos minutos —. Yo lo inicié y solo estaba comprobando un par de dudas personales — pasó una mano por su rostro —. Cenemos, debo irme a trabajar toda la noche.— ¿Qué?, no vendrás a la cama hoy — Hanna cubrió su boca ante como sonó aquella pregunta —quiero decir, n
Maximiliano vio a su esposa irrumpir en su oficina sin siquiera avisar, se puso en pie cuando la vio y trató de no sentirse feliz de verla después de haber pasado toda la noche lejos de ella. La mujer, algo angustiada, ni siquiera lo saludó realmente.Se dejó caer en la cómoda butaca frente a su escritorio y llevó una mano a su pecho mientras visiblemente trataba de calmarse. Maximiliano se movió hacia el minibar oculto en su oficina, tomó una botella de agua de dicho lugar. La entregó a Tiffany después de abrirla y esta la tomó con manos temblorosas.— ¿Estás bien? — cuestionó Maximiliano — ¿Debería pedir que te lleven al doctor?— No, no, yo… Yo estoy bien — Hanna sintió que se sentía más segura — es solo que… El ascensor se detuvo cinco minutos y… Me asusté.Hanna sabía que las cosas podrían complicarse. Ahora que Jerry sabía que Hanna estaba en la ciudad, probablemente lo alejaría de ella. La chica se dijo que solo debía ser paciente, así que recordó el otro motivo por el que habí
La música y las animadoras hicieron que el partido fuera más ameno, Maximiliano disfrutó como hacía tiempo no sucedía de las actividades de su hijo. Tomó en brazos a Leila cuando la niña comenzó a sentirse un poco somnolienta e incluso agradeció cuando Tiffany le trajo una gaseosa para beber.Aquella, su esposa le intrigó aún más cuando al acabar el partido corrió con prisas entre las gradas para llegar hasta Liam. Lo besó en la mejilla sin siquiera importarle el sudor y Maximiliano solo pudo observar en silencio como le animaba.Tiffany odiaba a las personas sudorosas. Tiffany odiaba la mayoría de las cosas que sucedían fuera de su control, así que Maximiliano no podía creer lo que estaba viendo. Se acercó a su hijo cuando salió de sus pensamientos, acarició la cabeza de su hijo mientras su esposa se encargaba de cargar a Leila.— Viste papá, metí dos goles hoy — Liam habló emocionado —. ¿Estuve bien, mamá?— Estuviste estupendo mi niño — concordó Hanna antes de subir al auto de Maxi
Estaba nerviosa, Hanna terminó de lavar sus dientes antes de salir del baño con incomodidad. Él, ligeramente acostado en la cama donde ella estaría en un par de minutos, no alzó la vista de su libro, así que la chica se decepcionó un poco, aunque no debía sentirse de aquella manera, seguía siendo incorrecto sentir algo por aquel hombre.Maximiliano supo el momento exacto en que su esposa salió del baño, hizo todo lo que pudo para no alejar la vista de aquel absurdo libro de economía que ni siquiera le interesaba en realidad. La chica a su lado carraspeo antes de hablarle con dudas.— Quiero agradecerte por ir conmigo al partido de Liam.— No me dice muchas opciones — comentó pasando la hoja de su libro solo para no parecer un tonto — además, es mi hijo, no necesitas darme las gracias, he cuidado de él todos estos años a diferencia de alguien más.— ¿Vas a seguir con eso? — Hanna negó —. La verdad es que no te entiendo, Maximiliano. Dices que empezaremos de nuevo como te propuse, me be
— ¿Está todo en orden señor? — el abogado miró hacia Maximiliano mientras le entregaba un par de documentos — ¿Por qué me pidió entregarle los documentos del divorcio?, ¿necesita cambiar alguna cosa?— No quiero cambiar nada, es solo que… He decidido darle un tiempo a mi esposa, así que los guardaré personalmente.— Como usted prefiera — el hombre respondió antes de entregarle otra carpeta — estos son los documentos de la última transacción y también los nombres de los abogados que están en la alcaldía que su suegro me pidió.— ¿Le ha dicho a mi suegro sobre el divorcio?— Por supuesto que no, ese asunto es confidencial señor Maximiliano, ahora me marcho — dijo — espero tenga un buen día.Maximiliano quiso decirle lo mismo, sin embargo, no fue capaz. Su cabeza estaba completamente loca debido a las cosas que estaban pasando en su vida. El hombre bajó la vista a los documentos de divorcio que tanto tiempo se había tardado en preparar y que ahora estaban a punto de terminar en un cajón
Tres meses despuésHanna se despertó con una sonrisa en sus labios, se movió entre las sábanas de la cama con aquel agradable sentimiento que había comenzado a bailar alrededor de ella y lo que estaba viviendo con Maximiliano. Las cosas se volvían cada vez más calmadas, así que ella solo se atormentaba con una cosa.¿Qué le diría a Maximiliano?¡Cómo podría decirle la verdad!¡Debía hacerlo!La mujer bajó de la cama mientras checaba su móvil, checó los correos sin realmente tener que hacerlo, pero ella se había acostumbrado hacerlo debido a los pagos del hospital de la que ahora sabía era su hermana.La chica había agradecido que los padres de Tiffany no viniesen ni siquiera la llamasen, pero ella comprendía el motivo. Maximiliano había hecho exactamente lo que Anderson, el padre que ella hubiese preferido, no conocer.La mujer suspiró cuando no vio nada importante en el correo, dejó el móvil sobre la mesa después de tomar su ropa y se metió a la ducha con una sonrisa. Dentro de un pa