FINALTrece meses después.El sol estaba a todo lo que daba en Los Hamptons.El jardín que estaba al lado del mar, se escuchaba tan calmado y relajante esa tarde. Habíamos hecho un picnic en el jardín, mientras yo sostenía a mi pequeña bebé de tres meses llamada Loreta, como la madre de Maximo, era tan hermosa con su poca cabellera castaña clara y su piel blanca como la nieve, tenía unas pestañas tan largas que hacían ver sus ojos cafés incluso más claros. Sus labios eran rojos como la mismísima sangre, mientras que sus mejillas rosadas eran realmente adorables.Y mientras veo como mi hija lame un poco de mango, que le estoy dando veo a mi esposo correr desde la casa con nuestro hijo en brazos. Y es que no solo había tenido a una hija, sino que había tenido a unos cuates. Una niña y un niño. Mi niño se llamaba Gustav, al igual que su abuelo, el padre de Maximo.-Querida. -Mi hermoso esposo me llama mientras yo solo sonrió al verlo correr, vestido con una camisa de botones negros azul,
Las sirvientas jamás somos las protagonistas de la historia en la vida real. Siempre pasamos desapercibidas ante el ojo humano, mientras que solo vivimos para servir. Las sirvientas no son esposas ni madres, aunque si hacemos todo lo que las esposas y madres no quieren hacer. ¿Pero cómo fue que paso? De pronto mi mundo cambio por ese hombre, que me sedujo en su mundo, su arrogancia y sensualidad. Una sirvienta queda atada de manos por una aventura con su jefe.Mi madre había muerto después de una lucha contra el cáncer de estómago, que duró dos largos años. Y mientras tomaba la mano de mi hermana menor, le prometía a mi madre, que haría todo lo posible, por mantener a mi hermana Alison, quién era solo una joven de cabellera rubia de solo quince años, a salvo. Y la única forma de mantener a mi hermana, era haciendo lo que sabía hacer mejor, ser sirvienta. Mi madre también lo fue, ella estuvo como sirvienta en las mejores mansiones de todo Nueva York, convirtiéndose en una sirvienta de
Las mañanas en casa siempre son atareadas.Éramos dos jóvenes mujeres, que solo tenían un baño, así que siempre era difícil poder arreglarnos. No podía negar que era vergonzoso ir por las calles con mi uniforme de la casa Madison, pero tenía que hacerlo.–Sofí, tu desayuno ya está listo. –Me avisa mi hermana mientras me ve poniéndome un saco largo color café. –¿Pero por qué te cubres? –Me pregunta un poco decepcionada de que cubra tan peculiar uniforme.–¿Acaso estas bromeando? –Le pregunté abriendo mis ojos bien grandes, tomando mi desayuno, que ya estaba puesto en una lonchera por mi hermana. –La gente en las calles pensarán que soy una prostituta. Me gritaran de cosas y sé que, en el metro, lograré que más de un hombre me acose.Mi hermana tan inocente se echa a reír, ya que quizás fue lo último, que le llego a pasar por la mente.–Tienes razón Sofí, las calles no son seguras para una joven tan hermosa como tú.–Ok, dejemos de hablar de mí. –Bese su frente para después verla irse e
Mi día pasó como pensé que sería, yo fui la encargada de hacer lastimosamente los trabajos más duros en la casa, por haber rechazado la petición del señor Madison. Así que mis tareas fueron tirar la basura de toda la mansión, limpiar todos los baños de la mansión y también estaba encargada de limpiar los establos, lo cual fue bastante duro, ya que tuve que limpiar el estiércol de los caballos negros y realmente refinados del señor Madison.Cuando termine mi turno, estaba totalmente destruida, mis pies y todo mi cuerpo me dolían y pulsaban como nunca, sabía que el trabajo sería difícil pero nunca pensé que este trabajo sería tan duro para mí. Hasta que llegue a casa encontrándome con algo que no esperaba. La puerta de mi departamento estaba abierta, eran las once de la noche, sabía que algo malo había pasado. Corrí con rapidez dentro de la casa, notando que la casa estaba patas arriba, todo lo que teníamos estaba destruido.–¡Alison, Alison! –Grité con fuerza el nombre de mi hermana,
Al mañana siguiente despierto temprano, ya que sabía muy bien mi trabajo.Pero sorprendentemente al salir de mi habitación, me encuentro con la presencia de Jackson, quién estaba recargado en la pared viéndose algo burlo ante mí.–Buen día. –Me dice con una sonría divertida.–Buen día. –Le respondí de inmediato. –¿Acaso está aquí para acosarme? –Le pregunté en un tono de broma, ya que verlo aparecer anoche en mi habitación mientras me estaba bañando, no me gusto.–No se emocione señorita Sofia.–Espero que lamente haber entrado a mi habitación anoche, cuando estaba en toalla.–Créame que mi intención solo era darle las instrucciones que el jefe Máximo me dio. –Yo lo mire nada convencida.–¿Qué hay de mi hermana? –Pregunté cruzando mis brazos. –Usted la admiraba como si fuera algo que quisiera.–Lamento eso. –Se da cuenta que cometió un error, así que empieza a sudar nervioso. –Es solo que nunca había visto… –Pero se detuvo a sí mismo, para no decir nada inapropiado.Yo solo reí.–¿Al
Sus labios peligrosos me besan como nunca me han besado. Quizás pueda admitir que nadie me ha besado con tanta obscenidad como lo ha hecho él, mientras mantiene su mano sobre mi cuello, pero nunca apretó con fuerza sus dedos, solo era una forma de mantenerme quieta y que no me moviera. ¿Pero cómo me movería si me esta besando como nadie lo a hecho? Pero a pesar de que estaba en la novena nube, todo tenía que terminar. Él se detiene mirándome con sus ojos perdidos, para después abrir los ojos grandes. Los dos de inmediato regresamos al mundo real, yo solo era una simple sirvienta y él era mi jefe, un multimillonario que tenía mejores labios que besar. –Lo lamento. –De inmediato quitó su mano de mi cuello. –¿La he lastimado? –Me pregunta preocupado y un poco avergonzado. –No. –Negue con mi cabeza mientras aún estaba un poco soñolienta. –Lamento actuar como un idiota. –Con rapidez me deja salir del espejo, para después caminar con rapidez hacía sus relojes, en donde abrió la vitrin
Desgraciadamente las sirvientas también somos como los curas, tenemos que escuchar los pecados y callar. Así que a pesar de que estaba aqueda por la forma en que el amigo del jefe me trató, mantuve mi boca cerrada.Camine hacía la piscina que estaba en la parte trasera de la mansión, notando que había dos personas sentadas enfrente de la piscina descansado. Pude divisar de inmediato a mi hermana, quién vestía su pijama mientras lucia bastante cómoda.–¿Qué estas haciendo? –Le grité a Alison, saliendo con rapidez de la casa. –Cariño, sabes que no puedes hacer lo que quieras aquí.Sin darme cuenta y a pesar de que estaba preocupada, de recibir algún regaño por la cómoda forma de mi hermana al sentarse enfrente de la piscina, logro ver como una joven se quita sus lentes de sol, mientras estaba usando un traje de baño oscuro con rayas blancas.–Por favor no la regañe. –Me detengo en seco al escuchar la dulce voz de la joven, que estaba debajo de una sombrilla. Pero también me detuve en se
El jefe estaba totalmente histérico por lo que había pasado, tanto que no dejó entrar a nadie a su estudio, cerrándole la puerta en la cara a todas las personas, que quisieron entrar.–No me duele tanto. –Le comenté mientras él pasaba un algodón con alcohol sobre mi rodilla, que se había abierto por la caída.–Deje de insistir, no la dejare ir de mi estudio sin curarla. –Me dice necio y obstinado.–Es mejor que vaya al hospital. –Pero en este momento no había hospital al que ir, ya que no tenía mi seguro médico activo.–Se que no ira. –Pone un parche encima de la herida de mi rodilla, para después pasar a mi cara. –Así que deje de insistir.Se sienta junto a mí, mientras estoy sentada en su sillón de cuero café. Mira mi cara con un poco de pesar, supongo que sentía lastima. Tomo otro algodón con alcohol, para limpiar una herida que tenía en el labio.–Parece que no le duele mucho, Sofía. –Me comenta mientras se da cuenta, que no reacciono al dolor del alcohol por la herida.–He sufrid