Labios rojos, traje del mismo color bastante caro. Era la hora del momento, tenía que dar la cara como la prometida de Maximo Madison. Suzy y Alison están en el mismo camerino que yo, observando como maquillistas profesionales me arreglar para estar perfecta enfrente de las cámaras.–Estoy nerviosa. –Suspire con preocupación mientras la maquillista, llamada Aurora pinta mis labios.–No lo estes, luces hermosas. –Me contesta la joven.–Créeme que no es por como luzco.–Lo harás bien. –Me afirma Suzy con su bello acento británico. –Se que te da miedo darle la cara a este mundo en donde mi hermano trabajar, pero créeme lo harás bien.–Tienen que salir. –Nos avisa una joven vestida de negro, buscándome la mirada. –Su prometido la esta esperando en la entrada de la empresa.Mire nerviosa a Suzy y a Alison.–Hermanita. –Antes de salir de la habitación mi hermana me toma de la mano. –Te quiero decir, que estoy realmente orgullosa de ti. –Pase una mano sobre su cara tersa. –Aún no puedo decir
Cinco meses habían pasado desde el secuestro de mi hermana y el ataque contra Máximo. Era muy difícil tratar de seguir con nuestras vidas, sabiendo que un hombre nos quiso matar. Aún necesitábamos más tiempo para poder seguir con nuestra vida, sintiéndonos bien aun sabiendo, que Víctor aún no había sido condenado. Estaba en la cárcel, pero queríamos una sentencia. Pero, aunque teníamos miedo, Máximo y yo teníamos que seguir con nuestras vidas. Los planes de la boda fueron difíciles de tomar, ya que nunca en mi vida me había tocado a mi elegir cosas que, en mi mundo de sirvienta no eran normales.Yo quería satisfacer a mi próximo esposo con un buen gusto, en lo que sería nuestra boda, pero claramente yo no era una joven de dinero y de buenos gustos, así que se me hizo la tarea algo difícil, cuando no pude reconocer las bebidas finas, que la planeadora de bodas me ofreció para la boda. Pero al final del día, Máximo me dejaba elegir todo a mí, ignorando por completo que yo no tenía idea
Las damas de honor se habían acomodado enfrente de mí, mientras que hoy ningún padre me estará entregando ante mi nuevo esposo. Estaría caminado sola hasta el altar, mientras que, en la casa en el jardín, habían acomodado carpas realmente hermosas formadas por telas blancas, que adornaba lo que sería nuestra iglesia montada en medio del hermoso jardín, que los padres de Maximo habían mantenido hermoso y lleno de vida. Sabía que esta casa le causaba malos recuerdos, pero ahora que nos casaremos en este lugar, sabía que por su mente solo pasarían buenos recuerdos.Y de pronto las damas de honor empiezan a caminar, llenándome el cuerpo de sentimientos que iban pasando por todo mi cuerpo, ahora sabía muy bien que era mi turno de caminar en medio de muchas personas.Mis tacones se quieren quedar atorados en el césped, pero soy lo suficiente capaz de avanzar con mis pies pesados, que se llenan de nervios al ver a tanta gente sentada en el lugar, viéndome caminar como si fuera la atracción e
FINALTrece meses después.El sol estaba a todo lo que daba en Los Hamptons.El jardín que estaba al lado del mar, se escuchaba tan calmado y relajante esa tarde. Habíamos hecho un picnic en el jardín, mientras yo sostenía a mi pequeña bebé de tres meses llamada Loreta, como la madre de Maximo, era tan hermosa con su poca cabellera castaña clara y su piel blanca como la nieve, tenía unas pestañas tan largas que hacían ver sus ojos cafés incluso más claros. Sus labios eran rojos como la mismísima sangre, mientras que sus mejillas rosadas eran realmente adorables.Y mientras veo como mi hija lame un poco de mango, que le estoy dando veo a mi esposo correr desde la casa con nuestro hijo en brazos. Y es que no solo había tenido a una hija, sino que había tenido a unos cuates. Una niña y un niño. Mi niño se llamaba Gustav, al igual que su abuelo, el padre de Maximo.-Querida. -Mi hermoso esposo me llama mientras yo solo sonrió al verlo correr, vestido con una camisa de botones negros azul,
Las sirvientas jamás somos las protagonistas de la historia en la vida real. Siempre pasamos desapercibidas ante el ojo humano, mientras que solo vivimos para servir. Las sirvientas no son esposas ni madres, aunque si hacemos todo lo que las esposas y madres no quieren hacer. ¿Pero cómo fue que paso? De pronto mi mundo cambio por ese hombre, que me sedujo en su mundo, su arrogancia y sensualidad. Una sirvienta queda atada de manos por una aventura con su jefe.Mi madre había muerto después de una lucha contra el cáncer de estómago, que duró dos largos años. Y mientras tomaba la mano de mi hermana menor, le prometía a mi madre, que haría todo lo posible, por mantener a mi hermana Alison, quién era solo una joven de cabellera rubia de solo quince años, a salvo. Y la única forma de mantener a mi hermana, era haciendo lo que sabía hacer mejor, ser sirvienta. Mi madre también lo fue, ella estuvo como sirvienta en las mejores mansiones de todo Nueva York, convirtiéndose en una sirvienta de
Las mañanas en casa siempre son atareadas.Éramos dos jóvenes mujeres, que solo tenían un baño, así que siempre era difícil poder arreglarnos. No podía negar que era vergonzoso ir por las calles con mi uniforme de la casa Madison, pero tenía que hacerlo.–Sofí, tu desayuno ya está listo. –Me avisa mi hermana mientras me ve poniéndome un saco largo color café. –¿Pero por qué te cubres? –Me pregunta un poco decepcionada de que cubra tan peculiar uniforme.–¿Acaso estas bromeando? –Le pregunté abriendo mis ojos bien grandes, tomando mi desayuno, que ya estaba puesto en una lonchera por mi hermana. –La gente en las calles pensarán que soy una prostituta. Me gritaran de cosas y sé que, en el metro, lograré que más de un hombre me acose.Mi hermana tan inocente se echa a reír, ya que quizás fue lo último, que le llego a pasar por la mente.–Tienes razón Sofí, las calles no son seguras para una joven tan hermosa como tú.–Ok, dejemos de hablar de mí. –Bese su frente para después verla irse e
Mi día pasó como pensé que sería, yo fui la encargada de hacer lastimosamente los trabajos más duros en la casa, por haber rechazado la petición del señor Madison. Así que mis tareas fueron tirar la basura de toda la mansión, limpiar todos los baños de la mansión y también estaba encargada de limpiar los establos, lo cual fue bastante duro, ya que tuve que limpiar el estiércol de los caballos negros y realmente refinados del señor Madison.Cuando termine mi turno, estaba totalmente destruida, mis pies y todo mi cuerpo me dolían y pulsaban como nunca, sabía que el trabajo sería difícil pero nunca pensé que este trabajo sería tan duro para mí. Hasta que llegue a casa encontrándome con algo que no esperaba. La puerta de mi departamento estaba abierta, eran las once de la noche, sabía que algo malo había pasado. Corrí con rapidez dentro de la casa, notando que la casa estaba patas arriba, todo lo que teníamos estaba destruido.–¡Alison, Alison! –Grité con fuerza el nombre de mi hermana,
Al mañana siguiente despierto temprano, ya que sabía muy bien mi trabajo.Pero sorprendentemente al salir de mi habitación, me encuentro con la presencia de Jackson, quién estaba recargado en la pared viéndose algo burlo ante mí.–Buen día. –Me dice con una sonría divertida.–Buen día. –Le respondí de inmediato. –¿Acaso está aquí para acosarme? –Le pregunté en un tono de broma, ya que verlo aparecer anoche en mi habitación mientras me estaba bañando, no me gusto.–No se emocione señorita Sofia.–Espero que lamente haber entrado a mi habitación anoche, cuando estaba en toalla.–Créame que mi intención solo era darle las instrucciones que el jefe Máximo me dio. –Yo lo mire nada convencida.–¿Qué hay de mi hermana? –Pregunté cruzando mis brazos. –Usted la admiraba como si fuera algo que quisiera.–Lamento eso. –Se da cuenta que cometió un error, así que empieza a sudar nervioso. –Es solo que nunca había visto… –Pero se detuvo a sí mismo, para no decir nada inapropiado.Yo solo reí.–¿Al