Al mañana siguiente despierto temprano, ya que sabía muy bien mi trabajo.
Pero sorprendentemente al salir de mi habitación, me encuentro con la presencia de Jackson, quién estaba recargado en la pared viéndose algo burlo ante mí.
–Buen día. –Me dice con una sonría divertida.
–Buen día. –Le respondí de inmediato. –¿Acaso está aquí para acosarme? –Le pregunté en un tono de broma, ya que verlo aparecer anoche en mi habitación mientras me estaba bañando, no me gusto.
–No se emocione señorita Sofia.
–Espero que lamente haber entrado a mi habitación anoche, cuando estaba en toalla.
–Créame que mi intención solo era darle las instrucciones que el jefe Máximo me dio. –Yo lo mire nada convencida.
–¿Qué hay de mi hermana? –Pregunté cruzando mis brazos. –Usted la admiraba como si fuera algo que quisiera.
–Lamento eso. –Se da cuenta que cometió un error, así que empieza a sudar nervioso. –Es solo que nunca había visto… –Pero se detuvo a sí mismo, para no decir nada inapropiado.
Yo solo reí.
–¿Alguien tan hermosa? –Pregunté a lo cual él solo se incomodo más, dejando de lado esa forma de ser tan altanera y llena de ego. –No se preocupe no es el único. –Empecé a caminar a la habitación del jefe mientras él me seguía. –Debo decirle que no lo culpo, pero no espere nada de mi hermana.
–¿A que se refiere? –Pregunta preocupado.
–Mi hermana aparte de ser menor, se fija en hombre más… –Lo mire de abajo hacia arriba, de la misma forma en que lo había hecho él conmigo. –Bueno, ya sabe.
Antes de entrar a la habitación del jefe Máximo, el hombre me detiene.
–En realidad no estoy interesado en su hermana, solo trato de hacer en este momento mi trabajo, ¿entiende? –Pregunta nervioso.
Tenía que tener piedad con el hombre, así que solo asentí con la cabeza.
–Bien. –Se sacude a si mismo. –En este momento, el jefe Máximo esta dormido. Así que entre a su armario y escoja un traje para él. –Asentí con la cabeza lista para entrar a habitación, para hacer mi trabajo con rapidez, pero antes de continuar, el hombre me detiene una vez más. –Le pido que no lo vista como un payaso, la gente conoce a nuestro jefe por su buen gusto al vestir. No lo arruine.
–Esta rutina de vestirlo, ¿lo ha hecho con sus demás sirvientas? –Pregunté curiosa.
–En realidad. –Guardo cierto silencio que me atrajo. –No lo se. –El joven se burla de mí, ya que estaba realmente interesada en saber la verdad. –Solo haga lo que le digo y no haga que nuestro jefe se enoje.
Así que solo rodé lo ojos molesta, para entrar a su habitación con un gran sigilo.
¡Pero que bella habitación! Quede totalmente impactada, ya que esta habitación había sido renovada, ya que antes pertenecía a sus padres y la mantenían muy simple.
Los pisos de madera se habían cambiado a pisos de mármol, que mantenían la habitación fría. Las paredes eran de un tapiz azul muy modernos, mientras que la cama redonda lucía un bulto, que supuse de inmediato que era el jefe dentro de las sabanas durmiendo.
En los suelos había alfombras color azul, que hacían juego con los colores de la habitación. Mientras caminaba con lentitud por la habitación, me puedo dar cuenta que una de las paredes a sido removida, para cambiarlo con una pared de vidrio, que estaba en este momento tapada con cortinas negras.
No puedo evitar hace un poco de ruido con uno de mis tacones, así que escuchó como alguien gime, para después ver como las sabanas se mueven. Pero gracias a Dios, se detuvo. Suspiré profundamente y proseguí a ir a su armario.
Este era incluso más impresionante que su habitación, ya que este contaba con vitrinas de vidrio, en donde había relojes y joyería muy cara. Los trajes gracias a Dios ya estaban acomodados de una forma en que combinaran en un closet de madera negra olorosa, pero a pesar de tener ayuda por la forma en que ya estaba acomodada la ropa, contaba con un buen gusto en ropa, ya que yo escogía la ropa de su padre, quién también era un hombre rico de gusto exquisitos. Así que no fue difícil escoger el traje, corbata y zapatos correctos.
Este día el jefe Máximo estaría utilizando un traje color azul marino, con una camisa color blanca, corbata azul de rallas y unos zapatos cafés, que realmente combinaban. Al tener la ropa lista, solo me faltaba escoger reloj, alguna pulsera o anillo, pero al tratar de abrir las vitrinas de vidrio, se me fue imposible hacerlo. Supuse de inmediato que el jefe era el único, que tenía acceso a la vitrina, lo cual no me molesto, así que camine con su ropa para poderla dejar en un sillón que estaba enfrente de su cama, pero cuando regrese, me percató que la cama está vacía, de hecho, las sabanas estaban tiradas en el suelo.
De inmediato, mi mirada se fijo en la puerta del baño, en donde empezaba a salir el vapor de la ducha. Y sin esperarlo, la puerta se abre ante mis ojos cafés. De la puerta del baño puedo salir a mi jefe en toalla, con gotas de agua caliente recorriendo su cuerpo bien trabajo hasta el suelo.
Su piel era increíblemente perfecta y blanca, mientras lucia varios tatuajes en el pecho. Lograba ver unas letras que estaban en otro idioma así que no logre entender su significado, pero lo que sí logre divisar fue unas alas de ángel. Realmente lo podía ver como si fuera un ángel caído del cielo, ya que su cuerpo estaba bien trabajado, era como si mi jefe aparte de ser uno de los mejores empresarios de la ciudad, fuera un gimnasta dedicado. Pero todo se detuvo, cuando en realidad me di cuenta que no era un sueño, y que, en realidad, estaba mirando a mi jefe salir del baño semi desnudo, ya que lo único que lo cubría era una toalla negra.
El hombre de inmediato se empezó a reír en cuanto vio mi cara, así que yo no dude en tirar la ropa al suelo. De inmediato me doy cuenta del error gigante que he cometido. La ropa era extra fina y cara, no podía cometer tal error de tirarla al suelo, así que de inmediato intento recogerla. Al final lo logro con éxito, pero tambaleando como una tonta.
Intenté no mirarlo de nuevo como lo hice antes, dejando su ropa encima del sillón, que estaba enfrente de la cama en forma de circulo. Y cuando estoy intentando huir de esa situación vergonzosa para mí, siento como una de sus manos cálidas por el baño me detienen, tomando de mi brazo con fuerza.
–¿A dónde cree que va? –Pregunta aún divertido de mi reacción.
–Yo… –No dude en tartamudear como una idiota, ya que ahora lo tenía aún más cerca de mí, notando que en realidad era una maravilla. Era tan hermoso con su piel lisa y humectada. –Yo me tengo que ir. –Traté una vez más de avanzar y salir del lugar, pero fui retenida por mi jefe, quién aún se mantiene divertido con mi estupidez.
–Usted tiene que ayudarme. –Alza sus cejas. –Siempre he necesitado ayuda para vestirme, así que hágalo. – Su tono era bastante fuerte, así que sabía que estaba hablando en serio.
Suspire profundamente dejando salir el aire que tenía contraído en el estómago, para resignarme y tomar la ropa que deje en el sillón, para encaminarme al cambiador. Me encontré yo sola mirándome por el espejo, mientras el jefe se ponía su ropa interior.
Después de cinco minutos de esperarlo, lo veo entrar descuidado al cambiador si la toalla, luciendo su bello cuerpo para después mirarme con esos ojos cafés que me maravillaban.
–¿Qué ha escogido para mí? –Pregunta interesado en lo que traigo en los brazos.
–Creo que le iría bien hoy un traje azul marino con unos zapatos café. –Le dije enseñándole la ropa.
–¿Por qué ha seleccionado esa ropa para mí? –Pregunta mirando la ropa con algo de duda.
–Amm. –Empecé a tener un poco de miedo así que empecé a titubear, pero después recordé que yo estaba para servirle, sabía que él no me podía ver de otra manera, más que su sirvienta. –El clima de hoy es nublado, eso permite que el azul se resalte muy bien, así que creo que pueda funcionar para usted.
El joven hombre solo sonrió y asintió con su cabeza, para caminar hacía en medio de su closet, en donde había varios espejos que podían darle toda una vista panorámica a su look.
Yo lo mire como una niña tonta, a lo cual él noto.
–¿Qué espera? –Me pregunta con un poco de agresividad. –No tengo tanto tiempo.
Yo solo camine como una tonta hasta llegar hacía el.
El joven Máximo tomo el pantalón y se lo puso, para después ponerse un cinturón que él mismo escogió, ya que estaban muy cerca de donde él estaba. Y cuando termino, extendió los brazos y cerro los ojos, supuse de inmediato que él esperaba que lo comenzara a vestir, así que me acerque a él con un poco de pena.
Trague saliva al ver su pecho bien trabajado, para después ver de cerca los tatuajes que tenía en el pecho. Las alas de ángel que tenía en el pecho, tenían una fecha importante grabada debajo. “2017” Pero no quería preguntar por ello, así que empecé a ponerle la camisa, para después cerrar su botones mientras veía la perfección de su cara, en ningún momento el hombre abrió los ojos, así que empecé a sentirme un poco más cómoda con esta forma de cambiarlo.
Hasta que tome la corbata en mis manos, para acomodarla en su cuello.
Él abrió sus ojos para mirarme fijamente, trate de detenerme en cuanto sus ojos se cruzaron con los míos.
–¿Quiere que me detenga? –Pregunté tragando saliva.
El joven castaño solo niega con la cabeza, mientras sus ojos aún siguen mirándome con mucha atención. Yo solo pude tragar saliva una vez más, para acomodarle la corbata y empezarle a hacer un nudo a esta. Podía decir que era muy buena haciendo nudos, ya que el padre del jefe me enseñó como hacerlo cuando era su sirvienta, así que esos pensamientos logran ayudarme con el estrés de tenerlo tan cerca de mí.
Cuando termine me hice a un lado, para que el joven pudiera ver el nudo que le había hecho. Máximo se mira ladeando la cabeza más de una vez, parecía estar serio y realmente preocupado por el nudo, hasta que se da la media vuelta para sonreír con una sonrisa algo extraña. Era algo seductora y al mismo tiempo temerosa.
–Le ha quedado bien. –El hombre se pone unos calcetines, para después ponerse sus zapatos. –Debo de admitirle que soy muy malo haciéndome el nudo de la corbata.
–Pensé que un hombre que las usa todo el tiempo, debe tener conocimiento de ello. –Lo dije sin pensar claramente, pero él no noto nada malo en mi comentario.
–Piensa bastante bien, Sofia. –Dice mi nombre con una sensualidad bastante notable. –Pero debo decirle que nunca tuve a un padre, que me pudiera ayudar. –Yo solo lo mire fijamente, mientras él hablaba.
–¡Que extraño! –Una vez más sale un comentario sin pensar.
El hombre de inmediato me mira, brindándome toda su atención.
–Dígame. –Me ordena a hablar.
Al principio, solo quería guardarme mi comentario y no decir nada, pero la mirada café de mi jefe parecía suplicarme por una respuesta.
–Es solo que su padre fue el que me enseño a hacer nudos.
El hombre solo me mira burlón, para después tomar su saco y caminar hacía mí.
–Supongo que usted pensó, que como a usted mi padre la enseño cosas buenas, él haría lo mismo con su propio hijo.
Yo solo aguante el aliento mientras me daba su saco, para que se lo pusiera.
–Eso creí. –Murmuré decepcionada.
Él se puso una vez más en medio del lugar, para que yo pudiera ponerle su saco, lo cual hice mientras él me miraba por el reflejo de todos los espejos. Y cuando terminé, me puse enfrente de él, notando algo extraño en su comportamiento, mientras sus puños estaban bien duros y su piel se ponía caliente.
–Lamento si… –Pero Máximo me detiene e interrumpe.
–No me lastimo ni el ego o mis sentimientos. –Resopla con enojo. –Quizás usted tiene una idea errónea de que mi padre era un buen samaritano y padre, porque fue bueno con usted. –Yo solo lo miré abriendo bien los ojos, ya que no podía creer lo que estaba diciendo. –Pero mi padre, Gustav Madison no es lo que usted piensa.
Yo en realidad no entendía de donde venían esas palabras, así que me quede sin palabras, ya que yo atesoraba la memoria de su padre con mucho amor. En realidad, siempre sentí que él se comportó como un padre para mí.
–Lamento si… –Me iba a disculpar una vez más, pero el hombre que se notaba enojado y harto de escucharme hablar, me toma del brazo con fuerza, para acercarme a su cuerpo que se sentía caliente.
Nuestros labios de pronto estaban tan cerca, que no podía diferenciar mi aliento con el suyo.
–¡Deje de lamentarse por todo! –Me regaña. –Lo único que hace es enojarme más y más. –Y de pronto su mirada castaña se van directamente a mis labios. –No me haga hacer una idiotez. –Me amenaza mirando mis labios humectados.
–¿Cómo qué? –Pregunté mirando sus labios en forma de corazón, mientras mi corazón latía con tanta fuerza, que supuse que él estaba escuchando su palpitar. –¿Qué es lo que haría, si sigo hablando? –Pregunté tentada por sus labios y ese olor a jabón de yerba buena, que era prácticamente hechizante.
–Haría una estupidez grande. –De pronto siento que va a retroceder. –No quiero hacer lo que mis instintos me están pidiendo. –Lentamente levanta su mano, para acariciar mi cara. –No querrá verme siendo un idiota.
Yo no tengo nada que decir, era como si quisiera que se dejará llevar por sus instintos. Y de pronto siento que va a retroceder aún más, pero yo lo detengo, poniendo una mano sobre su pecho.
Se que fue inapropiado, pero mis instintos también me traicionaron.
El joven castaño al sentir mi tacto, reacciona con fuerza, poniendo una mano sobre mi cuello, para arrinconarme hacía los espejos. Yo no sentía el dolor, porque quizás no fue tan brusco, pero siento su mirada tan fuerte.
Al principio pensé que debería de temerle, pero esos pensamientos solo duraron cinco segundos, ya que el hombre posa sus labios sobre los míos, para después besarme con una pasión que nunca lograre describir.
Su lengua empezó a meterse en mi boca, mientras me besaba con tal dramatismo, que pensé que esto solo era un sueño bizarro de mi mente.
Pero no, sus labios estaban junto a los míos besándome con pasión, mientras una mano suya estaba sobre mi cuello, sin apretarme con fuerza, solo manteniéndome en el lugar para que no me moviera.
¿Pero que estaba haciendo? Se supone que la servidumbre no hace esto.
Sus labios peligrosos me besan como nunca me han besado. Quizás pueda admitir que nadie me ha besado con tanta obscenidad como lo ha hecho él, mientras mantiene su mano sobre mi cuello, pero nunca apretó con fuerza sus dedos, solo era una forma de mantenerme quieta y que no me moviera. ¿Pero cómo me movería si me esta besando como nadie lo a hecho? Pero a pesar de que estaba en la novena nube, todo tenía que terminar. Él se detiene mirándome con sus ojos perdidos, para después abrir los ojos grandes. Los dos de inmediato regresamos al mundo real, yo solo era una simple sirvienta y él era mi jefe, un multimillonario que tenía mejores labios que besar. –Lo lamento. –De inmediato quitó su mano de mi cuello. –¿La he lastimado? –Me pregunta preocupado y un poco avergonzado. –No. –Negue con mi cabeza mientras aún estaba un poco soñolienta. –Lamento actuar como un idiota. –Con rapidez me deja salir del espejo, para después caminar con rapidez hacía sus relojes, en donde abrió la vitrin
Desgraciadamente las sirvientas también somos como los curas, tenemos que escuchar los pecados y callar. Así que a pesar de que estaba aqueda por la forma en que el amigo del jefe me trató, mantuve mi boca cerrada.Camine hacía la piscina que estaba en la parte trasera de la mansión, notando que había dos personas sentadas enfrente de la piscina descansado. Pude divisar de inmediato a mi hermana, quién vestía su pijama mientras lucia bastante cómoda.–¿Qué estas haciendo? –Le grité a Alison, saliendo con rapidez de la casa. –Cariño, sabes que no puedes hacer lo que quieras aquí.Sin darme cuenta y a pesar de que estaba preocupada, de recibir algún regaño por la cómoda forma de mi hermana al sentarse enfrente de la piscina, logro ver como una joven se quita sus lentes de sol, mientras estaba usando un traje de baño oscuro con rayas blancas.–Por favor no la regañe. –Me detengo en seco al escuchar la dulce voz de la joven, que estaba debajo de una sombrilla. Pero también me detuve en se
El jefe estaba totalmente histérico por lo que había pasado, tanto que no dejó entrar a nadie a su estudio, cerrándole la puerta en la cara a todas las personas, que quisieron entrar.–No me duele tanto. –Le comenté mientras él pasaba un algodón con alcohol sobre mi rodilla, que se había abierto por la caída.–Deje de insistir, no la dejare ir de mi estudio sin curarla. –Me dice necio y obstinado.–Es mejor que vaya al hospital. –Pero en este momento no había hospital al que ir, ya que no tenía mi seguro médico activo.–Se que no ira. –Pone un parche encima de la herida de mi rodilla, para después pasar a mi cara. –Así que deje de insistir.Se sienta junto a mí, mientras estoy sentada en su sillón de cuero café. Mira mi cara con un poco de pesar, supongo que sentía lastima. Tomo otro algodón con alcohol, para limpiar una herida que tenía en el labio.–Parece que no le duele mucho, Sofía. –Me comenta mientras se da cuenta, que no reacciono al dolor del alcohol por la herida.–He sufrid
Los cuentos de hadas no son para las sirvientas.Y a pesar de que ese beso había sido mortal para mi corazón y para mi hermana, el cuento de hadas no se prolongo más.A la mañana siguiente, el se había ido.–Se fue a Londres. –Me avisa su hermana mientras la ayudo a ponerse el uniforme de la escuela. –Tuvo que ir, ya que alguien quiere comprar la casa en donde vivíamos.No puedo decir que no fue triste, pero tenía que mantener la cabeza en alto, no podía cabecear por un romance que quizás pueda inundar mi cabeza, de memorias o recuerdos que no deben de ser.Soy dura conmigo misma, ya que no quiero soñar muy alto.Al bajar al comedor puedo ver a Jackson, siguiendo a todas las sirvientas como siempre, tratando de que todo este perfecto y en su lugar, aun cuando el jefe no está. Pero cuando se topa conmigo, su ceño cambia por completo. El hombre se inmuta y se pone pálido.–Buen día. –Lo salude mientras aún tenia las marcas del día anterior.Toda la servidumbre me ve preocupada, ya que s
¿Acaso Jackson y Lea son mis enemigos?En realidad, no lo sabía, pero los dos había herido mi ego.La señorita Lea decía que era barata y casi sin valor, mientras Jackson solo me veía como una persona con suerte y con un cargo, que en realidad no merecía.Toda la semana Jackson estuvo evitándome. En realidad, no sabía que cosa le había dicho el jefe Máximo a él, pero estaba agradecida, ya que sabía que, si no fuera por sus palabras, estaría haciendo los trabajos más difíciles de la mansión.Jackson hubiera estado feliz de verme limpiar de nuevo los ductos del agua, pero era mejor tenerlo lejos de mí.Alison se acostumbró bastante a tener una nueva rutina, mientras que compartía todo su tiempo con Suzy. Parecían un par de gemelas, que lo hacían todo juntas, lo cual agradezco ya que nunca había visto a mi hermana siendo más feliz. Incluso he tomado fotos de las dos con mi celular, viendo cuando hacen la tarea en la biblioteca de la mansión y no pueden paran de reír.Alison ama esta vida
En realidad, estaba bastante confundida.Nunca nadie me había dicho que tenían miedo de perderme. Recuerdo el primer amor, fue una relación bastante dolorosa.Él era un sirviente y como yo no conocía nada más que la limpieza, estuve con él por mucho tiempo. Y en ese tiempo, aguante maltratos y gritos.Aún no puedo confirmar si fueron tantos golpes, pero creo que me golpeó más de cien veces. Mi madre me salvo la vida, al sacarme de trabajar de ese lugar, para que no estuviera con ese hombre, que tanto me hacía daño.Pero ahora mi madre no estaba y ya no estaba recibiendo golpes o gritos, sino que había un hombre que me estaba seduciendo con un estilo tan elegante y tan sensual, que yo misma no puedo divisar si es real o no.–¿Algo te pasa? –Me pregunta Alison, mientras la estoy cubriendo con una manta color morada.–No es nada pequeña. –Le respondí de inmediato.–Suzy me comentó que el jefe a regresado, ¿te ha dicho algo? –Las mejillas de la joven de inmediato se tornan rojizas, supo
Víctor y Lea salieron del estudio del jefe.Lea se veía molesta conmigo y con Máximo, mientras que Víctor a pesar de que era alto y de proporciones grandes, parecía estar asustado, saliendo del estudio despavorido.Las sirvientas y yo estábamos fuera del estudio, ya que las chicas quienes habían sido víctimas de Víctor, querían saber que era lo que había pasado en la habitación cuando se fueron y me dejaron sola. Pero a pesar de que quería tranquilizar a mis demás compañeras, contándoles la honorable forma en que Máximo me había defendido, un anuncio le quita protagonismo a mi comentario.–¡Escuchen! –El jefe Máximo se para enfrente de toda la servidumbre. –Pronto será el aniversario de mi empresa “The Madison entertainment”, la fiesta la haré en esta casa, así que necesito de sus servicios.Las sirvientas miraban al jefe nerviosas, para después ver como los amigos del jefe se iban del lugar. Lea regañaba a Víctor mientras salían de la casa.–Pronto llegara a la casa todo lo que neces
La fiesta era más glamurosa y hermosa de lo que había pensado.Los invitados eran incluso más exclusivos y ricos, de lo que me había imaginado. La ropa que usaban era más de lo que había pensado, mientras que el olor del salón se llenaba de diferentes perfumes caros.Realmente me encontré con caras, que podía ver en la publicidad de algún producto de moda en cualquier parte, pero no podía reaccionar al ver sus caras, ya que tenía que comportarme. Las sirvientas en las fiestas servimos y callamos, sin decir ni una palabra, mientras que solamente hablamos, cuando ellos necesitan algo.A cada una de las sirvientas, se nos entrego un uniforme de gala, que era un poco más largo que el normal, mientras que ahora usábamos guantes blancos, que nos hacían ver ridículamente elegantes.La gente incluso comentaba entre ellos, sobre nuestros uniformes en nuestras caras, claramente eran personas que podían darse el derecho de burlarse de nosotros, sin recibir algún castigo.El jefe Máximo estaba re