Capitulo 22

Estaba conectado a una maquina que le medía los latidos, mientras su pecho estaba al desnudo mientras estaba vendado del pecho. Su piel era más pálida de lo normal, sus labios estaban morados y resecos, mientras que sus latidos eran débiles, pero lo suficientemente notables para considerarse normales.

Me acerque lentamente, ya que para mí era casi imposible ver a un Maximo que no fuera Maximo. El hombre siempre se mostraba fuerte y vital ante todos, nunca se mostraba débil, lo cual admiraba de él, pero por primera vez, lo vi de una forma tan diferente, que mis ojos de inmediato se empezaron a llenar de lágrimas. Estaba realmente feliz de poderlo ver vivo, pero al mismo tiempo una sensación de pena empezó a cubrir mi cuerpo.

Lentamente me empiece a acercar a él, mientras usaba una mascarilla que le daba el oxigeno que necesitaba, para poder sobrellevar una operación.

Cuando estuve a centímetros de él, podía ver que tenía los ojos entrecerrados, se veía cansado.

–¿Maximo? –Pregunté entr
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