REAGAN
Los rayos solares de la mañana se filtran por la ventana dándome en el rostro, que me doy vuelta en la cama para evadirlos porque me molestan, pero termino cayendo al piso con un sonido sordo.
—¡Maldita sea! —vocifero cuando me he pegado en todas las costillas. Me siento en el suelo y parpadeo varias veces acostumbrándome a la luz incandescente del lugar, dándome cuenta de que estoy en un sitio desconocido.
Una habitación modesta la cual no conozco ni en sueños, pero se que es de mujer por la decoración tan femenina.
Hay una cama sencilla de una plaza con cobertores morados y grises. La ventana de la pared izquierda tiene un marco blanco que le dan aspecto angelical y ni de decir del escritorio de madera que está lleno de libros y tubos de pinturas con pinceles desparramados para todos lados.
Block de hojas en un rincón, junto a lienzos en blanc
REAGANKiara llega diez minutos después solo con un vestido rojo de tirantes. Sus piernas torneadas, bronceadas y gruesas y el que vaya descalza le dan un aire de inocencia y a la vez picardía que nunca la abandona. Tiene una dualidad exquisita que me hace mirarla como un baboso.—Deja de mirarme así —espeta molesta sentándose en el taburete.—No me darás las gracias —frunzo la frente y muevo mis manos hacia los platillos gourmet de comida—. Mira lo que me esmere en prepararle la cena a mi futura esposa.Se ríe y niega.—Tú definitivamente no tienes remedio.—Soy un chico básico —me encojo de hombros.Su mirada gris me encandila y luego se pasea por mi torso desnudo mordiéndose el labio, que me pongo aún más erguido quedándome de pie al frente de ella. Solo la encimera de la cocina es la
KIARA Entro furiosa al edificio, el pecho me arde y tengo tantas ganas de devolverme y gritarle que es un grandísimo imbécil. ¿Como tan idiota de no acordarse de lo que sucedió anoche? A pesar de las circunstancias, para mi… para mi… «¡Carajo!» para mí fue especial y fingí que no me dolía su m*****a indiferencia. Me comporte como una señorita, porque sé que no tengo derecho a reclamarle absolutamente nada, porque no somos nada. No me debe explicaciones de ningún tipo. Sin embargo, estuve todo el día pensando en ese beso que me provoco de todo. Tan solo imaginarme como me tomo en aquel callejón, las sensaciones que experimento mi cuerpo vuelven como un torbellino cada vez que lo evoco, mis labios arden y el corazón se me acelera como si tuviera taquicardia, generándome ansiedad. Y cuando llegue y vi al lindo ahí de pie semidesnudo, solo quería saltarle encima y que me tomara como un animal. Nunca pensé que esa acción de
REAGAN “Ya me contaron que tu gusto es otro misterio por develar ¿Puedes creer que mi propio empleado me negó la solicitud de aprobar tu vestido? A sí que, como es una elección a ciegas, me toca confiar en tu sentido de la moda, por eso espero que te veas bonita” 10:06 A.M. Le escribo a Kiara después de que Jeremy hoy en la mañana me ha llamado para informarme que el vestido y los accesorios han queda perfecto en ella. Solo falta las joyas para que su atuendo este completo, joyas que pienso regalarle. Aun así, intente de todas las formas posible que me revelara su atuendo, pero se negó pidiéndome disculpas de no cumplir mis órdenes, ya que prefería que fuera un secreto entre ella y él, como si fueran íntimos amigos. Lo único que me dijo fue que era hermosa, como si no lo supiera y que el gusto había sido de la misma Kiara, cosa que me pone inquieto, porque por lo poco que la conozco sé que ama todo lo que es sencillo y odia l
REAGAN Julián sigue riéndose, por la forma en que pare en seco a mi madre y a mi ex. Esta al teléfono, mientras yo manejo directo a una de las joyerías que tengo aquí en Manhattan. —Sus caras fueron épicas —dice mi amigo—. Mañana va arder troya, y no lo digo yo, lo dice la lógica. —Solo espero que Kiara sea lo suficientemente fuerte, para aguantar, porque mi madre si o si le hará la vida imposible. —Pobre chica, deberías avisarle. —Le estoy pagando —digo, pero más haciéndome un recordatorio para mí—. Igual no soy tan cabrón para dejar que alguien la trate mal, pero ella debe aguantar, si no, esta farsa solo será tiempo perdido y dinero gastado para nada. —¿Ya le disté algún adelanto? —cuestiona. —No, le voy a pagar cuando cumplamos un mes juntos. —Suena hasta romántico —se empieza reír—. Ya… me tengo que ir, voy a ir yo a la reunión de socios, pero mañana estaré en primera fila viendo el desmadre que ha
KIARASábado.Hoy es sábado.Ese día que tan nerviosa me pone ha llegado.El día en que voy a conocer a toda su familia y ellos se van a enterar de nuestro compromiso. No sé si todos intuyan que es totalmente falso, pero lo que si sé, es que debemos fingir, tanto que parezca real.Mi subconsciente no deja de repetírmelo como disco rayado.Intento darme vuelta en la cama para poder dormir un poco más y no pensar tanto, pero algo duro como una roca me lo impide. Los ojos me pesan y el calor comienza a emerger de mí. Estoy sudando y algo se presiona en mis costillas, que apenas me deja respirar.Abro los ojos acostumbrándome a la luz de la mañana, pero jadeo nerviosa cuando lo veo acurrucado sobre mí. Su aliento cálido cosquillea la piel de mi cuello y su brazo esta enroscado en mi cintura, apretándome a su cuerpo desnudo, c
REAGAN Después del día ajetreado que tuve, llego a mi pent-house un poco cansado, pero justo a la hora para ducharme y ponerme el traje negro elegante de dos piezas hecho a medida por mi sastre de confianza. Mi madre no ha dejado de llamarme, pero no le he contestado ninguna llamada ni mensajes, porque sé que saldrá con alguna petición extraña que no me apetece cumplir. Observo mi reflejo en el espejo de mi habitación y me arreglo la pajarita negra que cierro en mi cuello, y doblo la camisa para tapar aquella cinta negra. Los botones negros resaltan en la camisa blanca y hacen juego con las solapas de seda de mi chaqueta. Cuando he terminado con los últimos detalles, me voy a la sala y tomo mis llaves del auto, el celular y la billetera, y salgo de mi hogar para recoger a Kiara. Últimamente todo se ha vuelto más caótico en mi rutina diaria, creo que desde que la conocí todo ha cambiado; pero hoy en particular se lleva el premi
KIARAJuego con mis dedos en un intento inútil de calmar lo agitado que se siente mi corazón.Estar entre cámaras y flashes no es mi estilo, pero conociendo el status que tiene Reagan Armstrong y al ser el socio más joven que ha dirigido un holding de tal envergadura, sin contar lo guapo que es, haciéndolo también el soltero más codiciado de todo New York, lo más probable es que este repleto de periodistas, camarógrafos y programas de farándula que quieran alguna entrevista con él.Lo miro de reojos y él va relajado manejando con una sola mano.El smoking negro de camisa blanca se le ciñe al cuerpo. Le queda como un guante de bien junto a ese look de hombre elegante y con clase que tiene. Reagan jamás destiñe.Respiro hondo para no seguir comiéndolo con la mirada y vuelvo mi vista a la ciudad.Los grandes edificios
KIARAReagan se tensa, cuando la ve, sin embargo, me toma la mano entrelazando nuestros dedos.—Hola Maite —saluda cortés y recuerdo lo de su ex, que por un segundo ácido recorre mis venas, pero me recompongo cuando escucho a Reagan presentarme con tanta autoridad, que me quita un poco los celos que comenzaba a sentir—. Te presento a mi novia y futura esposa Kiara.Ella alza sus cejas esculpidas, es mucho más alta que el promedio de las mujeres y el vestido strapless sirena le queda espectacular. El color negro la hace ver mucho más delgada con una fina cintura y el color fuego de su cabello le dan vigor, que por un instante me empequeñezco ante tanta belleza. Sus joyas relucen, pero tiene un aura maliciosa que no me gusta, aun así, finjo que todo está bien.Le suelto la mano a Reagan y estiro mi brazo para conocerla.—Mucho gusto Maite —saludo risue&nti