REAGAN
“Ya me contaron que tu gusto es otro misterio por develar ¿Puedes creer que mi propio empleado me negó la solicitud de aprobar tu vestido? A sí que, como es una elección a ciegas, me toca confiar en tu sentido de la moda, por eso espero que te veas bonita” 10:06 A.M.
Le escribo a Kiara después de que Jeremy hoy en la mañana me ha llamado para informarme que el vestido y los accesorios han queda perfecto en ella. Solo falta las joyas para que su atuendo este completo, joyas que pienso regalarle.
Aun así, intente de todas las formas posible que me revelara su atuendo, pero se negó pidiéndome disculpas de no cumplir mis órdenes, ya que prefería que fuera un secreto entre ella y él, como si fueran íntimos amigos. Lo único que me dijo fue que era hermosa, como si no lo supiera y que el gusto había sido de la misma Kiara, cosa que me pone inquieto, porque por lo poco que la conozco sé que ama todo lo que es sencillo y odia l
REAGAN Julián sigue riéndose, por la forma en que pare en seco a mi madre y a mi ex. Esta al teléfono, mientras yo manejo directo a una de las joyerías que tengo aquí en Manhattan. —Sus caras fueron épicas —dice mi amigo—. Mañana va arder troya, y no lo digo yo, lo dice la lógica. —Solo espero que Kiara sea lo suficientemente fuerte, para aguantar, porque mi madre si o si le hará la vida imposible. —Pobre chica, deberías avisarle. —Le estoy pagando —digo, pero más haciéndome un recordatorio para mí—. Igual no soy tan cabrón para dejar que alguien la trate mal, pero ella debe aguantar, si no, esta farsa solo será tiempo perdido y dinero gastado para nada. —¿Ya le disté algún adelanto? —cuestiona. —No, le voy a pagar cuando cumplamos un mes juntos. —Suena hasta romántico —se empieza reír—. Ya… me tengo que ir, voy a ir yo a la reunión de socios, pero mañana estaré en primera fila viendo el desmadre que ha
KIARASábado.Hoy es sábado.Ese día que tan nerviosa me pone ha llegado.El día en que voy a conocer a toda su familia y ellos se van a enterar de nuestro compromiso. No sé si todos intuyan que es totalmente falso, pero lo que si sé, es que debemos fingir, tanto que parezca real.Mi subconsciente no deja de repetírmelo como disco rayado.Intento darme vuelta en la cama para poder dormir un poco más y no pensar tanto, pero algo duro como una roca me lo impide. Los ojos me pesan y el calor comienza a emerger de mí. Estoy sudando y algo se presiona en mis costillas, que apenas me deja respirar.Abro los ojos acostumbrándome a la luz de la mañana, pero jadeo nerviosa cuando lo veo acurrucado sobre mí. Su aliento cálido cosquillea la piel de mi cuello y su brazo esta enroscado en mi cintura, apretándome a su cuerpo desnudo, c
REAGAN Después del día ajetreado que tuve, llego a mi pent-house un poco cansado, pero justo a la hora para ducharme y ponerme el traje negro elegante de dos piezas hecho a medida por mi sastre de confianza. Mi madre no ha dejado de llamarme, pero no le he contestado ninguna llamada ni mensajes, porque sé que saldrá con alguna petición extraña que no me apetece cumplir. Observo mi reflejo en el espejo de mi habitación y me arreglo la pajarita negra que cierro en mi cuello, y doblo la camisa para tapar aquella cinta negra. Los botones negros resaltan en la camisa blanca y hacen juego con las solapas de seda de mi chaqueta. Cuando he terminado con los últimos detalles, me voy a la sala y tomo mis llaves del auto, el celular y la billetera, y salgo de mi hogar para recoger a Kiara. Últimamente todo se ha vuelto más caótico en mi rutina diaria, creo que desde que la conocí todo ha cambiado; pero hoy en particular se lleva el premi
KIARAJuego con mis dedos en un intento inútil de calmar lo agitado que se siente mi corazón.Estar entre cámaras y flashes no es mi estilo, pero conociendo el status que tiene Reagan Armstrong y al ser el socio más joven que ha dirigido un holding de tal envergadura, sin contar lo guapo que es, haciéndolo también el soltero más codiciado de todo New York, lo más probable es que este repleto de periodistas, camarógrafos y programas de farándula que quieran alguna entrevista con él.Lo miro de reojos y él va relajado manejando con una sola mano.El smoking negro de camisa blanca se le ciñe al cuerpo. Le queda como un guante de bien junto a ese look de hombre elegante y con clase que tiene. Reagan jamás destiñe.Respiro hondo para no seguir comiéndolo con la mirada y vuelvo mi vista a la ciudad.Los grandes edificios
KIARAReagan se tensa, cuando la ve, sin embargo, me toma la mano entrelazando nuestros dedos.—Hola Maite —saluda cortés y recuerdo lo de su ex, que por un segundo ácido recorre mis venas, pero me recompongo cuando escucho a Reagan presentarme con tanta autoridad, que me quita un poco los celos que comenzaba a sentir—. Te presento a mi novia y futura esposa Kiara.Ella alza sus cejas esculpidas, es mucho más alta que el promedio de las mujeres y el vestido strapless sirena le queda espectacular. El color negro la hace ver mucho más delgada con una fina cintura y el color fuego de su cabello le dan vigor, que por un instante me empequeñezco ante tanta belleza. Sus joyas relucen, pero tiene un aura maliciosa que no me gusta, aun así, finjo que todo está bien.Le suelto la mano a Reagan y estiro mi brazo para conocerla.—Mucho gusto Maite —saludo risue&nti
KIARA Llegamos a la mesa reservada y Reagan me señala a sus padres, los cuales están del otro extremo del salón, ya que van saludando a medio mundo. Me comenta que algunos son socios de sus empresas, y otros solo son viejos amigos y conocidos, filántropos que no se pierden ninguna obra de caridad, ni subastas, ni cenas en las cuales tengan la oportunidad de ayudar. La subasta pronto va a comenzar y por eso el anfitrión que usa smoking a la medida se sube al escenario para indicarnos que debemos tomar asientos en nuestras mesas respectivas. Julián y Raven ya han tomado lugar en la mesa redonda, mientras nosotros esperamos a sus padres para saludarlos y para que Reagan me presente. Cada que se acercan a nuestro punto los padres de Reagan, no puedo dejar de jugar con mis anillos, que el chico que me sostiene la cintura con fuerza más de una vez me ha susurrado al oído que este tranquila, porque no va a dejar que nadie me trate mal. El pa
KIARAEl padre de Reagan llega con un poco más de alcohol en el cuerpo, sus mejillas y su nariz sonrojadas lo delatan, en tanto la Señora Renata hace que tome asiento de nuevo afirmándole el brazo para que no se tambaleé.Los ojos los tiene enrojecidos, y no me imagino el dolor que debe estar sintiendo.Perder a un hijo debe ser uno de los peores sufrimientos. El más grande que puede tener un padre. Aquí no hay consolación ni mucho menos paz. Lo sé, porque cuando me arrebataron a mis padres, nunca más pude sanar del todo, una parte de mi siempre va a estar rota.A Reagan le da calor y se quita la chaqueta dejándola en la silla. La subasta termina y agradezco que al menos Maite, no esté en mi presencia soltando esos comentarios que solo quieren fastidiarme.Los meseros traen el postre y la música en vivo entona una sinfonía de Beethoven. El vi
KIARA Lo diviso en el pasillo ancho. Reagan va tan perdido que me da miedo que le dé algo. Sus hombros caídos y esa postura de derrota que jamás antes la vi lo sumen casi en un pozo profundo y oscuro. En su mano izquierda lleva una botella de licor llena y en la misma lleva colgada la chaqueta en su codo. Llega al ascensor dorado y presiona con fuerza varias veces el botón para que las puertas se abran, como si por esa simple acción el ascensor llegara mas rápida, cosa que es ilógica, pero no se lo digo. —Reagan…—susurro llegando a su lado, pero la voz golpeada me hace respingar. —Vete de aquí —Las puertas se abren—. Esta noche quiero estar solo, Kiara. Le diré a Peter que te lleve a tu casa. Reagan entra, pero antes de que se vuelvan a cerrar me meto dentro con él. Sus ojos se han convertido en unos verdaderos témpanos de hielo, pero ya aprendí a tolerarlos, que me quedo en completo silencio, pero a su lado. P