Muchas gracias a todas las personitas que estuvieron desde el comienzo y a los que se sumaron en el camino. Estoy eternamente agradecida con cada una de ustedes que se dieron el tiempo de leer esta historia que es tan especial para mi. Gracias por la paciencia que tuvieron y por el amor que le dieron a esta historia.
Es un poco larga, pero autoconclusiva con un final que a mi en lo personal me gusto mucho.
Les mando un abrazo grande y nos leemos quizás en otra historia.
Quizas en la historia de Julián y Raven, pero esa sera mucho mas corta.
Con Amor, se despide Elika Larrea.
KIARACuando lo conocí, todo iba perfecto. Estaba viviendo el llamado idilio del amor. Un paraíso maravilloso sin igual. Un cliché perfecto que nunca pensé experimentar.Todo comenzó con una propuesta descabellada, pero oportuna para el momento en el cual estaba viviendo y acepte.Acepté fingir y pensé que todo iba a estar bien, aun cuando erauna romántica empedernida que leía toda clase de romances convencionales y otro no tanto, con los cuales vibraba y alucinaba que algún día me sucedieran a mí, pero teniendo esa cuota de realidad que mi subconsciente se empeñaba a recordar que nunca me sucederían.Romances que me estremecían el corazón, romances con los cuales lloraba cuando los protagonistas se separaban o me hacían reír con sus ocurrencias tan descabelladas.Un romance perfecto dentro de la gama
REAGANAntes de que la alarma suene apago el celular dejándolo en la mesita de noche otra vez. Son las cinco diez de la mañana y mi jornada laboral está por comenzar.Froto mi rostro con pesar, ya que las palabras de mi madre Renata se toman mi cabeza, su propuesta estuvo todo el fin de semana dándome vueltas, pero insisto en que no es la mejor idea. No es una buena opción para mí.No con ella quien se atrevió a engañarme una vez, por lo que no es de fiar.Soy un hombre adulto que dejo de creer en las relaciones monótonas y monógamas, y que puede hacer lo que se le pegue en ganas, sin embargo, a mis veinte y seis años, no puedo decirlo con libertad, ya que me ato a una cláusula inamovible del testamento de mi abuelo Royer.Esta semana ha sido algo caótica, la muerte repentina por un paro cardiorrespiratorio que tuvo nos tomó
KIARA«No puede ser»«No puede ser»«No puede ser»Me quede dormida, que salto de la cama y piso algunos tubos de pinturas al óleo, mi piel se mancha y maldigo por lo alto, pero después tendré tiempo de ordenar y limpiar el desastre que he dejado.
REAGANMe siento en el sofá de media luna que su tapiz es de cuero negro, y apoyo mi brazo derecho en la superficie de la mesa de roble que tiene mantel blanco, evocando esa mirada gris que tiene la mujer que me acaba de dejar sin aliento con un dolor de costillas imposible de descifrar.Su presencia fue como el mismísimo huracán que arraso con todo lo que soy, que incluso todavía me cuesta recomponerme de tremendo remezón.—Nos traes un Cabernet Sauvignon —pide Julián y ella asiente anotando en su libreta.—¿Desean algún acompañamiento o aperitivo para el vino?Y esa voz hace estrago en mi sistema. Es tan dulce y melodiosa que podría estar escuchándola siempre sin aburrirme. No dejo de mirar lo hermosa que es, sobre todo a mí, que son pocas las mujeres que llaman totalmente mi atención, pero ella me ha cautivado.&md
KIARATermino de ordenar y limpiar el restaurante. Dejo los utensilios de limpieza en el cuarto especializado.Trueno mi cuello, porque mis hombros están tensos con todos los problemas que me hacen pensar de más y los pies me duelen, pero no tanto como la cabeza que me ha empezado a palpitar con todo lo que me ha sucedido hoy.Me despido de Jackson porque ya he terminado mi jornada laboral y Abril me detiene.—¿Nos vamos juntas? —pregunta la pelirroja.—Si —confirmo, porque necesito que me hablen de otra cosa para distraerme de la propuesta que me hicieron esta tarde, propuesta que de solo pensarla se me revuelve el estómago de nervios.La pelirroja toma su abrigo negro, mientras yo me calzo la mochila y meto mis manos en los bolsillos del abrigo rojo. El aire frío primaveral me golpea la nariz y nos internamos en las calles atestadas de gente.«Esta ciu
KIARALa mañana comienza con una fila de clientes malhumorados que solo quieren su café matutino y largarse para iniciar sus actividades diarias. Los brazos se me cansan, pero mantengo el ritmo acelerado de un pedido bien hecho dando un excelente servicio.Y al cabo de las once treinta de la mañana, Jackson me permite ir a la tienda que esta unas calles más arriba para comprarle todos los utensilios de manualidades para mi Kelly, y cuando vuelvo, el panorama ha cambiado.Otra fila de personas espera ansiosas por el almuerzo.El chef Denis no debe dar abasto con tantos y suspiro, porque en serio estoy agotada. Creo que necesito vacaciones urgentes.Siento que estos días no he dormido bien ni tampoco he comido lo suficiente, que todo me está pasando factura. Los músculos los tengo tensos y el dolor de cabeza amenaza con volver. Me masajeo la siento con una mano, mientras que con
KIARA A veces la vida nos pone oportunidades disfrazadas de obstáculos. Cosas que creemos que no corresponde hacerlas, porque es inmoral, injusto, poco decente y un sinfín de comentarios negativos que nos opacan nuestros deseos más íntimos tachándonos de incapaz. A veces nuestra mente es la propia destrucción de nuestros sueños. Nos autosaboteamos pensando que no somos merecedoras de las cosas buenas que el destino trae para nosotros y eso es lo peor que puede pasarle a alguien. Te lo digo por experiencia propia. Yo más que nadie lucho con los miedos que a cada nada se levantan como grandes dragones que me van a devorar rompiéndome en mil pedazos. No es que este entera, pero aun rota sigo adelante, caminando por esta vía de rosas y espinas que se llama vida. Por eso si me preguntas que es lo que pienso de respirar, te diría que no importa el mañana, sino que todo lo que tenemos es el hoy y con eso me que
KIARA Al cabo de unos minutos llegamos al edificio alto que tiene cincuenta y cuatro pisos, es un hotel de lujo que tiene el bar en la azotea. Sigo al lado de Reagan y este saluda al encargado del lugar, quien nos dirige al ascensor dorado. Cuando las puertas se abren la decoración elegante e íntima junto a la música de fondo suave de alguna cantante pop le dan el toque perfecto para tomarse unas copas con amigos y charlar. Me dejan boquiabierta las esculturas de los costados y luego mis ojos se fijan en la amplia terraza, que es uno de los atractivos de este bar, ya que las vistas son espectaculares, se puede apreciar todas las luces de la ciudad, el bajo Manhattan y el rio completo que lo cruza. —Nunca habías venido —dice en afirmación Reagan. —¿Tanto se me nota? Él vuelve a sonreír y se acerca a mi oído, que su aliento cálido a menta me cosquillea la piel y las manos por tocarlo. —Solo un poco, pero te ves t